Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

31 may 2018

Detenida una mujer por asesinar al hijo de acogida de su novio en Elda

La policía sospecha que asfixió al pequeño Dominique y simuló luego un asalto en la vivienda.

 

La mujer detenida sale tras el registro de un domicilio acompañada de agentes de la Policía Nacional.   
La mujer detenida sale tras el registro de un domicilio acompañada de agentes de la Policía Nacional. EFE
La policía ha detenido este jueves a la novia del padre de acogida de Dominique, el niño de ocho años fallecido el pasado 30 de agosto en su vivienda de Elda (Alicante)
 Los investigadores han concluido que Alejandra G.P. asfixió al menor y simuló después un asalto en la vivienda por parte de dos desconocidos, según la información recabada por EL PAÍS de fuentes próximas a la investigación. 
El caso reviste bastantes similitudes con el del niño almeriense Gabriel Cruz, asesinado supuestamente por Ana Julia Quezada, la compañera sentimental de su padre.
El grupo de Homicidios de la Policía Nacional de Alicante ha llegado a la conclusión de que solo ella pudo ser la autora de la muerte tras nueve meses de pesquisas protegidas por el secreto sumarial. 
La detenida, a la que se atribuye inicialmente un delito de asesinato y otro de simulación de delito, será interrogada en comisaría y pasará después a disposición judicial.

Los investigadores sospechan que Alejandra G.P., a la que describen como una persona fría y manipuladora, mató al menor porque suponía un estorbo para su relación sentimental con Daniel Faus, entrenador de un club de atletismo local, con el que ha tenido recientemente un bebé.
 La detención se ha producido sobre las 9.30 horas y los agentes tienen previsto realizar varios registros domiciliarios.
Dominique nunca tuvo una vida fácil. Nacido en el seno de una familia desestructurada, aquejado de diversas patologías desde su nacimiento, los servicios sociales le declararon en desamparo y la Generalitat asumió su tutela.
 Pasado un tiempo, fue dado en acogida a una pareja compuesta por Faus y Penélope Martínez, que se separaron en 2016. 
En el momento de su muerte, Penélope Martínez tenía asignado el acogimiento permanente del niño y su excompañero sentimental tenía derecho a un régimen de visitas.

El pequeño falleció el último miércoles del pasado mes de agosto en extrañas circunstancias. 
 La nueva compañera sentimental del padre de acogida aseguró entonces que dos individuos con cascos de motorista habían irrumpido al atardecer en el hogar familiar. 
Según su versión, que mantuvo en diversas comparecencias en comisaría, los asaltantes los abordaron en la escalera del edificio y los introdujeron a la fuerza en casa. 
Alejandra G.P., que padece una discapacidad auditiva, declaró que los asaltantes la habían maniatado y habían abusado sexualmente de ella manoseando varias partes de su cuerpo para huir a continuación.
Ese relato ofrecía infinidad de cabos sueltos e incurría en sustanciales contradicciones. 
El suceso llegó a disparar multitud de rumores en esta población industrial enclavada en el curso medio del río Vinalopó.
 La policía no tardó en focalizar la investigación en la propia sospechosa.
 Los agentes descartaron que el crimen respondiera a un ajuste de cuentas contra un excompañero sentimental de la sospechosa, pese a que así lo llegó a insinuar ella misma en los interrogatorios.
Aunque ese hombre, con el que ella tiene un hijo de corta edad, llegó a ser investigado en una ocasión por tráfico de estupefacientes en Murcia, nunca fue acusado formalmente de ello y carecía de antecedentes penales.
 De hecho, había rehecho su vida, tenía una nueva familia y no había por tanto motivo alguno para que alguien quisiera vengarse ahora de él, menos aún en la persona de una exnovia con la que apenas mantenía ya contacto.
Los agentes tampoco encontraron ningún testigo que viera salir del domicilio a dos hombres con cascos entre las ocho y las nueve de la noche de ese 30 de agosto, aunque numerosos viandantes transitaban en esos momentos por la calle Don Quijote, en pleno centro de la ciudad. 
 Tampoco hallaron imágenes que respaldaran esa versión tras analizar varias videocámaras de vigilancia instaladas en las proximidades.

Fue una vecina quien da la voz de alarma, tras escuchar un grito procedente de la vivienda de Daniel Faus, que se encontraba a esas horas trabajando.
 La mujer se asomó a la puerta del piso, que estaba entreabierta, y halló a la ahora arrestada inmovilizada en una silla, maniatada y con una bolsa en la cabeza.
 Los investigadores creen que la sospechosa montó la escena para proporcionarse una coartada, según las fuentes consultadas.
Los intentos por reanimar al pequeño fueron inútiles.
 La parada cardiorrespiratoria que había sufrido era irreversible.
 La novia de su padre también llegó a ser atendida por los médicos por contusiones leves y el supuesto estrés postraumático derivado del suceso.
Una vez descartado el posible ajuste de cuentas, la policía exploró otras alternativas.
 Los agentes sabían que no estaban ante un robo, dado el nivel económico de los padres de acogida del menor y una vez constatado que en el piso no faltaban objetos de valor. 
Tampoco encajaba el móvil de una agresión sexual que no llegó a ser consumada y contra una víctima elegida al azar.
 Los especialistas de Homicidios de la comisaría provincial han determinado ahora que solo Alejandra pudo cometer el crimen.
Dominique tenía serios problemas congénitos de salud, era discapacitado y sufría una posible epilepsia.
 La autopsia practicada al menor no fue concluyente, pero los análisis forenses y de ADN realizados con posterioridad han reforzado la tesis incriminatoria y han llevado a la policía a concluir que ésta le causó la muerte por estrangulamiento con una camiseta.
 


 

El milagro del doctor Sánchez......................... Rubén Amón

Obstinado, temerario, posibilista, el líder socialista regresó al Parlamento para echar a Rajoy.


Pedro Sánchez, en un pasaje de su intervención en el Congreso.
 

Pedro Sánchez, en un pasaje de su intervención en el Congreso.
No caminaba Sánchez por el hemiciclo, levitaba incorpóreo sobre la alfombra de los pasos perdidos como expresión de una proeza política y timonel del Estado plurinacional. 
Se le podrá objetar la irresponsabilidad de la operación desde la perspectiva del estadista, reprocharle la conversión a los Presupuestos de Rajoy, acatar el soborno del PNV, bailar la sardana de la mano de Rufián, pero no se le podrá discutir el mérito extraordinario que reviste acceder a la Moncloa después de haber sido y estado desahuciado, viajando con su Peugeot como un pastor mormón y esperando la coreografía astral que requería su resurrección, como si blandiera la espada de Parsifal: el acero que te hirió terminará sanándote.
De cualquier manera, es verdad, y a cualquier precio. 
 Por el tiempo que sea. Y en las circunstancias que hagan falta, pero revestido del honor parlamentario, dotado del incienso constitucional y reconocido en su obstinación, tal como reflejaba la standing ovation de la bancada socialista.
 Regresaba entre los vivos el espectro de Pedro Sánchez 20 meses después de haberse marchado y de haberse asegurado, al mismo tiempo, la devoción de la militancia.
Rajoy no se percata de su agonía ni del azufre que emana.
 Y ninguno de sus allegados se atreve a exponerle la putrefacción. No se considera aludido

Es un triunfo personal, una victoria estrictamente individual cuyas palpitaciones de despecho le henchían en el trono del hemiciclo. Sánchez renunció a su escaño para sustraerse a la investidura de Rajoy y ha regresado a la escena del crimen para evacuarlo. 
Ha ejecutado a su mayor adversario. 
Ha sobrepasado la hostilidad del aparato, la estupefacción de las baronías.
 Ha reaccionado a sus derrotas electorales.
 Ha combatido la resistencia mediática.
 Ha superado el masoquismo de Iglesias. 
Y ha sometido a su favor las inercias de la coyuntura.
Nunca había sido presidente del Gobierno un candidato que perdió las elecciones. 
Nunca tuvimos un jefe de Gobierno extraparlamentario.
 Nunca había triunfado una moción de censura.
 Tan llamativa es la excepcionalidad y tan inquietante es el fervor soberanista hacia la moción que Pedro Sánchez solo podía llegar a la Moncloa de forma anómala y estrafalaria.
 Su única manera de flanquearla es aquí, ahora y así, constreñido a una legislatura inviable, naturalmente, sometido al chantaje del nacionalismo, expuesto a la soga del lazo amarillo, pero inquilino del palacio y del destino.


 Y porque la propuesta relativizaba sus propias ambiciones monclovitas, pero Sánchez era consciente de la debilidad de Rajoy, más aún después de haber escuchado al presidente fantasma un discurso propio de su elocuencia oratoria pero impropio de la dignidad y emergencias políticas del momento.

Ha vuelto Sánchez.
 No como fusible de una crisis, ni como presidente accidental, sino con las ambiciones de quedarse. 
Asustan las concesiones que requiere semejante programa. Estremece la esclerosis política que se avecina.
 Y conviene evocar el desenlace de Frankenstein como escarmiento de los hombres que desafían a los dioses.

 

El nacionalismo da la mayoría a Sánchez------------------Miquel Alberola

El líder del PSOE recibe este viernes el respaldo del Congreso como presidente del Gobierno.

El líder del PSOE, Pedro Sánchez, se aseguró este jueves la mayoría de votos en el Congreso para recibir hoy el respaldo de la Cámara como candidato a la presidencia del Gobierno. 
Tras un bronco cuerpo a cuerpo parlamentario con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, el PNV despejó la incógnita para que la moción de censura que registraron los socialistas tras la sentencia de Gürtel supere los 176 votos requeridos.
 Unidos Podemos, ERC, PDeCAT, Compromís y Nueva Canarias votarán junto al PSOE frente al PP, sus socios y Ciudadanos.

Rajoy durante la primera jornada de la moción de
la moción de censura.  
 
Con el respaldo de la Cámara garantizado, Sánchez se considerará investido por el Congreso después de que se celebre la votación esta mañana y el Rey podrá firmar el decreto de su nombramiento como presidente del Gobierno.
 A partir de ese momento, en el que se prefigura un fin de semana trepidante, Sánchez estará en disposición de formar Gobierno para que los ministros prometan el cargo ante el Rey y se produzca el intercambio de carteras. 
Aparte de la crucial decisión del PNV, otras formaciones nacionalistas, que en principio se habían mostrado abiertas a dar su apoyo a Sánchez, como ERC, PDeCAT o Bildu, tenían que desvelar sus cartas tras escuchar el discurso programático del candidato. Sánchez hizo equilibrios en su intervención con abundantes gestos para abrir un diálogo con el Govern de Cataluña, al que pidió el mismo ejemplo en la sociedad catalana, pero desde los espacios de consenso comunes que son la Constitución y el Estatuto de Autonomía. 
El PDeCAT recogió el guante de Sánchez pese a su escepticismo, mientras que ERC y Bildu justificaron su respaldo no como “un apoyo al PSOE” sino como “rechazo
al PP”.
Sin haberse disipado la incertidumbre sobre hacia qué lado se iba a inclinar la balanza de la moción de censura, Rajoy y Sánchez protagonizaron en el Congreso el que quizá fuera último debate entre ellos.
 Ambos habían salido vivos de varias situaciones de peligro extremo, pero en el lance de la moción solo podía quedar uno. Esa imperiosa exigencia de perdurar marcó el choque.
 El líder del PP, que estaba en una situación delicada, se empleó a fondo en tratar de ridiculizar al del PSOE y denigrar la moción.
 Por el contrario, Sánchez se esforzó en exponer un perfil templado y regenerador.
Rajoy se defendió con uñas y dientes ante la posibilidad de que la iniciativa del PSOE puediera desalojarle de La Moncloa, algo que quizá intuía tras una larga noche de conversaciones con el PNV. Y no reparó en munición.
 Acusó a Sánchez de que su ambición e incapacidad electoral fueran la única causa de la moción. 
Trató de imponer su propia versión de la sentencia de Gürtel.
 Puso en marcha el ventilador de la corrupción para embarrar al PSOE en su caída. 
Mostró el borde de los abismos por los que caería España si triunfaba la iniciativa. 
Incluso trató de abrir brechas entre el PSOE y los partidos que podrían apoyar la moción recuperando declaraciones negativas de Sánchez sobre Podemos, ERC o el PDeCAT. O de barones del PSOE contra Sánchez.
Frente a un presidente empeñado en imponer su propia versión de la sentencia de Gürtel, en invocar los demonios del independentismo y en destacar los efectos económicos adversos de la moción, Sánchez exhibió seguridad e incidió en la gravedad de la condena de Gürtel.
 Y para quitarse el estigma de la ambición personal, brindó a Rajoy la posibilidad de dimitir y poner fin a la iniciativa.
 Pero Rajoy no contemplaba salir del hemiciclo sin luchar hasta el final.

Llamada al diálogo

El candidato lo señaló como la auténtica causa de la moción de censura por no haber afrontado su responsabilidad tras la sentencia en un país “hastiado por la corrupción” y le reprochó que en Gürtel “no solo fue testigo” sino que “ni siquiera fue testigo creíble”.
 Para alejar todos los fantasmas convocados por Rajoy en torno a sus heterogéneos apoyos en la moción, Sánchez se comprometió a “respetar y hacer respetar la Constitución”, pero también a que su Gobierno “haga del diálogo su forma de hacer política”. 

Tanto “con todos los Gobiernos autónomos” como “con todos los grupos de la Cámara”.
 En la recta final, Sánchez recriminó a Rajoy que se escondiera “detrás de las togas” ante el problema político de Cataluña y situó el origen del conflicto en el recurso presentado por el PP al Estatuto catalán ante el Tribunal Constitucional.
 “Usted ha convertido la confrontación en la única causa para continuar al frente del Gobierno.
 Yo me reuniré y trataré de tender puentes para salir de la situación que usted ha creado”, se comprometió.
 En la despedida, Rajoy y Sánchez se desearon lo mejor en lo personal y no en lo político.
 El presidente no regresó por la tarde al Congreso, donde el PP dejó muchos escaños vacíos.


 

 

¿La Elena Ferrante española?........... Juan Carlos Galindo

Carmen Mola irrumpe con fuerza en el panorama de la novela negra con 'La novia gitana', pero nadie sabe quién está detrás del seudónimo.

¿La Elena Ferrante española?
“La única confrontación posible a la escritura es la lectura”, decía Elena Ferrante para defender su anonimato, el más célebre y exitoso de la historia reciente del mercado editorial. 
 Experimento con ciertas esencias de la literatura que evidenció su carácter de espectáculo y la exposición del escritor por encima de su obra, el caso Ferrante tiene ahora una émula en España en la figura de Carmen Mola , pseudónimo tras el que se parapeta la autora de La novia gitana (Alfaguara). 
La duda surge enseguida.
 Si desde el primer momento se habla del misterio que esconde el autor o autora ¿no se estará consiguiendo justo lo contrario de lo que se proclama, hablar más del escritor que de la obra?
 “Es un libro tan poderoso, en estos tiempos de pálido suspense anglosajón, que sucede justo lo contrario: los lectores y periodistas hablan con entusiasmo de esta novela extrema, y la pregunta inmediata es ¿quién ha podido escribir esto? 
El hecho de que el seudónimo sea un nombre de mujer aumenta la perplejidad, porque los antecedentes más memorables de novelas “no aptas para lectores sensibles” son las de Pierre Lemaitre y Bret Easton Ellis”, defiende María Fasce, editora de Alfaguara Negra, preguntada por EL PAÍS.
La novia Gitana es, en efecto, un thriller con una estructura sólida y un argumento llevado como un clásico policial pero que al tiempo rompe varios convencionalismos. 
Dos mujeres gitanas, hermanas y a punto de casarse, mueren asesinadas con varios años de diferencia por alguien que las hace un agujero en la cabeza, mete gusanos y se sienta a ver cómo se las comen.
La peculiaridad de este proyecto literario convierte lo que habría sido una entrevista cara cara en un intercambio de correos electrónicos con la editora como intermediaria y sin posibilidad de repregunta. 
Está claro que es de Madrid, algo que se percibe en la novela y que se certifica en unas respuestas en las que, en ocasiones, muestra muchas tablas para ser una autora novel.
 “Es cierto que en los últimos tiempos ha habido mucha  –y muy buena– autoficción.
 Pero tengo la sensación de que la novela negra y la autoficción son incompatibles. ¿Quién sería yo? ¿La asesina? ¿El cadáver?
 En cualquiera de los dos casos, todo saltaría por los aires”, explica para situar su apuesta por el anonimato en el contexto actual de identidades literarias superlativas.

Cita a Pierre Lemaitre, Fred Vargas, Benjamin Black, Alicia Giménez Bartlett o Víctor del Árbol como influencias y defiende con vehemencia a su protagonista, un personaje poderoso que coquetea con el tópico. 
– Empieza a haber demasiados detectives con excentricidades y pasados oscuros ¿Qué hace especial Elena Blanco, la policía protagonista? 
– Dicho así parece que los personajes se crean con una plantilla: cien gramos de excentricidad, otros cien de pasado oscuro, doscientos de personajes secundarios…
 A lo mejor sería una buena fórmula, pero no ha sido mi caso.
La comunidad gitana se ve reivindicada en esta novela por el simple hecho de ser sacada del olvido y convertirse en protagonista, aunque Mola no tenía ninguna intención concreta con ello.
 Madrid, también : “Se dice que en Madrid nadie es de fuera y ojalá siga siendo así para siempre.
 Hay que reconocer que hay unas ciudades más literarias que otras. Lisboa, Barcelona o Nueva York lo son porque hay escritores y escritoras que se han encargado de convertirlas en protagonistas de sus novelas. 
Madrid ha estado un poco abandonada en ese sentido”, reflexiona.
Precavida a la hora de hablar del éxito inicial de su libro, Mola sí asegura que su protagonista no puede quedarse en esta primera entrega. 
 Roman Kaces, alias Roman Gary, llevó la duplicidad literaria a límites artísticos cuando ganó con dos identidades distintas el Goncourt; Thomas Pynchon ha escrito algunas de las páginas más notables de la literatura norteamericana reciente sin que sepamos quién es; John Banville contó que estaba detrás de Benjamin Black casi solo para demostrar que es el rey el travestismo literario. ¿Sabremos algo en algún momento acerca de quién está realmente detrás de La novia gitana? Por ahora, Carmen mola no suelta prenda:
 “Esperemos que no... Pero tampoco quiero ser esclava de mis decisiones. Quién sabe si en el futuro no desearía otra cosa”. Continuará.

 

Guía para no perderse en la recta final del culebrón de ‘Supervivientes 2018’

El 'reality' de Telecinco se acerca a su término mientras los concursantes traman alianzas y enfrentamientos que cambian casi a diario.

Guía para no perderse en la recta final del culebrón de ‘Supervivientes 2018’

 Contaba recientemente Alfredo Ereño, director general de Bulldog TV, a EL PAÍS que el hecho de que haya cuatro programas de Supervivientes a la semana —cuando tuvo lugar esa conversación eran tres programas semanales y ya parecían muchos— obliga al formato "a buscar personajes verdaderamente cañeros que den contenido de un día para otro". 

También aseguraba que "lejos de agotar el formato, lo que ha hecho es generar más adicción".

 Las cifras de audiencia dan la razón a Ereño.

 Supervivientes sigue siendo un seguro de buenos datos para Telecinco sobre todo gracias a las habilidades televisivas de los personajes, que con sus alianzas y rencillas, amistades y enfados, han creado un culebrón-reality que mantiene a los espectadores pegados a la pantalla día tras día. 

Pero, ¿en qué punto se encuentra Supervivientes y cómo hemos llegado hasta aquí? 

Esta es una breve guía básica para no perderse en este culebrón ahora que se acerca la recta final:

Sofía, la salsa del programa

Ha sido la gran protagonista de esta edición de Supervivientes
La ganadora de Gran Hermano 16, ya casi profesional de los realities a sus 21 años, ha dado tanto juego que muchos de los movimientos desde el programa a lo largo de esta edición han girado a su alrededor.
 De partida, su presencia en Honduras era la excusa perfecta para que su entonces novio, Alejandro Albalá, fuera su defensor en el plató, donde coincidía con su todavía mujer, Isa Pantoja, defensora a su vez de otro de los concursantes, Alberto Isla.
 Sin embargo, el acercamiento entre Sofía y Logan, otro de los participantes, hizo que Alejandro decidiera romper con ella, decisión que se la comunicó cara a cara en los Cayos Cochinos.
Tras el abandono de Adrián Rodríguez y María Lapiedra y la expulsión disciplinaria de Saray Montoya, el programa buscó un sustituto, y lo encontró, casualmente, en Hugo Paz, exnovio de Sofía, que en la isla encontró en Logan y Sergio a dos amigos con los que hacer piña frente a Suescun.
 Sin embargo, tras un cambio de actitud de Sofía, Logan y ella volvieron a acercar posturas con el Maestro Joao como alcahuete. Cuando la relación entre los dos parecía que podía ir a más, Supervivientes envió a la isla refuerzos con el regreso de Alejandro Albalá, que volvía como fantasma del futuro, es decir, primer concursante confirmado para Supervivientes 2019
Y, de nuevo, las cosas han vuelto a dar un giro de guion y ahora Logan y Sofía vuelven a ser enemigos (él la nominó, poniendo a sus amigos por delante de ella) y la estancia de Alejandro en Honduras podría haber reavivado los sentimientos entre los dos.
Todo un culebrón que ha llevado a sus protagonistas a estar muy bien situados de cara a la final del programa.
Sofía Suescun.
Sofía Suescun.
  El Maestro Joao, el personaje
Otro de los concursantes que han llegado a la recta final de Supervivientes 2018 es Joao Joaquín Castejón, astrólogo que presenta un programa de televisión de tarot y que ha tirado de buen humor y simpatía para convertirse en uno de los grandes descubrimientos de esta edición.
 Quizá no tanto por sus habilidades como superviviente, pero sí por el juego que da en las conexiones con Jorge Javier Vázquez, que ha encontrado en Joao a un gran aliado para sus bromas.
 Además, con su buen humor y sus ocurrencias ha hecho más llevadera la estancia a los concursantes, que han encontrado en él alguien que les escucha y aconseja.
- María Jesús Ruiz, con viaje de ida y vuelta
Miss España en 2004, María Jesús Ruiz ha llegado también a la recta final (está nominada junto a Sofía Suescun y Raquel Mosquera, lo que hace peligrar su permanencia en el programa) con la cabeza casi rapada después de cambiar su pelo por tres pollos y una tarta de chocolate. 
El hambre pudo más y la concursante prefirió comer a mantener su imagen.
 Antes, Ruiz tuvo que viajar a España por unos días para declarar como testigo en el juicio contra su expareja, José María Gil Salgado, y padre de su hija mayor, por supuestos malos tratos por una denuncia que ella interpuso.
 Durante el viaje y su estancia en España, la concursante permaneció en total aislamiento y solo tuvo relación con su abogado, además de seguir alimentada con la misma comida que el resto de concursantes: 50 gramos de arroz y una porción pequeña de pescado. 
 
María Jesús Ruiz y el Maestro Joao.
María Jesús Ruiz y el Maestro Joao.
- Raquel Mosquera, la superviviente
Una firme candidata a ganar el programa es la viuda de Pedro Carrasco.
 Aunque comenzó la edición pasando desapercibida, siempre ha mantenido una buena actitud e imagen.
 En las últimas semanas ha ido ganando protagonismo por su amistad con Sofía y la visita de su marido Isi en la isla. 
Su actitud luchadora y, al mismo tiempo, conciliadora, la sitúan en muy buena posición para llegar, como mínimo, a la final.

 

Libros que rompen con el estereotipo de princesa..... Adrián Cordellat

Las princesas han sido (y son) un personaje recurrente en la literatura infantil.
 Mujeres bellas, atractivas y delicadas, pero habitualmente con nula capacidad de opinión o decisión sobre sus vidas, siempre a merced de la voluntad de sus padres o del príncipe azul de turno.
 En los últimos años, sin embargo, esa imagen de princesa se ha ido resquebrajando (literariamente) por la aparición de álbumes ilustrados infantiles que, inmersos en la creciente corriente del movimiento feminista, buscan dar la vuelta y hacer reflexionar a sus lectores, padres e hijos, sobre este estereotipo que poco o nada tiene que ver con la igualdad que debería imperar hoy en día.
En la colección de cuentos escritos por Fink e ilustrados por Pitu Saa encontramos como protagonistas a mujeres de lo más variopintas, entre otras la artista Fridha Khalo, la guerrera boliviana Juana Azurduy o la política argentina Eva Perón. 
Todas ellas, según la escritora, mujeres “reales, que no tienen títulos de nobleza, que cambiaron el mundo desde sus lugares, que remaron contra la corriente y gracias a ellas hoy tenemos un poco más de libertad.
 Mujeres que no se quedaron esperando que los salvara un príncipe azul, sino que salieron en busca de sus deseos y de sus sueños de libertad”.
Afirma Nadia Fink que con la colección Otras Princesas no pretenden que las niñas dejen de leer cuentos de princesas, “sino mostrarles que hubo otras mujeres”.
 En ese sentido, añade la autora que toda niña y toda mujer “tiene una disputa interna entre lo que sueña ser y lo que la cultura le pide que sea”, un dilema moral en el que la antiprincesa constituiría esa parte de a mujer “que resiste a los mandatos en cada acto disidente: cuando salimos a buscar trabajo, cuando nos ayudamos entre nosotras, cuando estudiamos para ser mejores, cuando nos queremos un poco más (a nuestros cuerpos sobre todo), cuando educamos, cuando aprendemos, cuando amamos”.

¿Hay algo más aburrido que ser una princesa rosa?

Más de 15.000 ejemplares vendidos lleva ya el que seguramente es el álbum ilustrado en castellano más exitoso en este ámbito. 
Lo escribió e ilustró la sevillana Raquel Díaz Reguera y lo publicó en 2010, mucho antes del auge del movimiento feminista actual, Thule Editorial.
 Hace un año y medio, con motivo de la décima edición, Raquel revisó ilustraciones y el libro se publicó en formato más grande y con un papel de mayor calidad. 
Ya se ha reeditado tres veces más. “Aún me sorprende el éxito”, concede la ilustradora, que también ha podido ver con asombro como su obra daba el salto a los escenarios de la mano de la adaptación teatral de Paco Mir (Tricicle).
Cuenta Raquel que escribió el libro para su hija Violeta, que quería jugar de forma recurrente a ser una princesa rosa rescatada por el príncipe azul de las garras de un dragón o de las fauces de un lobo feroz.
 “Entonces yo le preguntaba: ¿no sería mejor que te rescataras tú solita? ¿no es más divertido salir en busca del dragón que esperar a que un príncipe lo capture para ti? ¿y si el príncipe no aparece? ¿y no crees que es muy aburrido estar todo el día esperando, esperando y esperando a que llegue el príncipe?
 Y así surgió el cuento, sin más pretensión que la de intentar que una niña de seis años me explicara a mi qué resulta atractivo de ser una princesa rosa o una mujer florero”, explica

Las princesas más valientes

El último libro en sumarse a esta corriente ha sido Las princesas más valientes (NubeOcho Ediciones), escrito por la norteamericana de padres mexicanos Dolores Brown e ilustrado por la alemana Sonja Wimmer, un álbum que nos presenta a diferentes mujeres y niñas anónimas, con las que nos podríamos cruzar cada día en la calle sin reparar en que, a su modo, también son princesas.
"Las princesas más valientes somos todas nosotras.
 Madres, hermanas, hijas, amigas.... Mujeres que existimos.
 Con un nombre.
 Con un parche en el ojo o con un aparato en los dientes.
 Somos princesas incluso con cosas que en el pasado podrían habernos dado vergüenza. 
No tenemos vergüenza de estar divorciadas o de ser madres solteras.
 Somos princesas de diferentes orígenes, somos traductoras, cajeras de supermercado, bomberas, astronautas... Profesiones que tradicionalmente eran para los hombres pueden ser realizadas también por nosotras. 
Somos princesas que hablamos de igualdad y que tenemos maridos que son amos de casa, somos princesas que no tenían visibilidad antes. 
Princesas en sillas de ruedas, princesas con el síndrome de Down. Todas, todas nosotras, somos princesas”, argumenta Dolores Brown.
Para la escritora nacida en Miami, una sociedad que aspira a la igualdad y es crítica “obviamente debe desmontar el mito de princesa estereotipada”, una alternativa al auge como demuestra, en su opinión, que “incluso Disney quiera hablar de princesas aguerridas” o que muchas marcas quieran apuntarse al carro con un objetivo más marketiniano: 
“No lo hacen del todo bien y no son suficientemente críticas, pero lo valoro positivamente porque es importante que empiecen a acercarse al tema y que se hable de igualdad”.

Cambiar el estereotipo de princesa

¿Es necesario cambiar el estereotipo de princesa tradicional, acabar con él en cierto modo?
 Para Nadia Fink es necesario “porque las violencias de género parten desde allí mismo, desde los estereotipos que nos imponen de niñas y niños”. 
Al respecto, añade la escritora argentina que cuando mostramos a los niños un mundo donde la supuesta belleza femenina tiene que ver con una debilidad dependiente, en que los hombres pueden decidir sobre los cuerpos de ellas y en que la felicidad solo está entre las cuatro paredes del castillo “estamos determinando conductas que entran en conflicto con la realidad y que el día de mañana se convierten en violencias”.

Raquel Díaz Reguera, por su parte, cree que la princesa rosa debe seguir existiendo en los cuentos, del mismo modo en que deben hacerlo “los príncipes azules, los gatos parlantes o los sapos encantados”.
 Sin embargo, destaca la importancia de esta otra literatura infantil para que las niñas “aspiren a mucho más que a ser princesas rosas”. En ese sentido, considera que la literatura infantil es una herramienta que, “además de servir para entretener, divertir, disfrutar, soñar y todas las opciones que ofrecen los libros, puede servir también para que los niños y niñas y maestros y adultos reflexionen y reflexionemos sobre estos temas”.

Para Dolores Brown, por último, si en la literatura infantil se habla de igualdad esto contribuirá a crear una juventud “crítica que, quizás, con suerte, ayudará a transformar la sociedad en una más igualitaria”. 
 Una sociedad en la que las niñas y niños sepan “que todo es posible, que no hay una élite de princesas y que no tienen que acercarse a ridículos estereotipos. 
La belleza está en la diversidad. La perfección reside en ella”.


Antonio Banderas: “Me conozco y tengo mis mierdas”

“De joven habría firmado por legalizar el aborto si me lo hubieran pedido”

Tras escapar a la muerte hace tres años, Françoise Hardy regresa con 'Personne d’autre', un álbum concebido como “una despedida del mundo material”.

 

Françoise Hardy, en una imagen promocional.
Françoise Hardy, en una imagen promocional.
En plena euforia yeyé, una lánguida adolescente conquistó el mundo entonando canciones de desamor.
 Desde entonces, Françoise Hardy (París, 1944) lleva medio siglo reafirmando su melancólica diferencia.
 Lo vuelve a hacer, una vez más, en Personne d’autre (Parlophone/Warner), su primer álbum tras seis años de silencio. Cuando editó el anterior juró que sería el último. 
En 2015, mientras empezaba a reconsiderar su decisión, un edema pulmonar la dejó tres semanas inconsciente y ocho días en coma. Hace poco más de un año seguía asegurando que la música era un caso cerrado. “Estuve a punto de morir. 
Mi voz, ya de por sí limitada, se había apagado”, se explica ahora, sentada en la inmensidad de un salón de hotel parisino.
 ¿Qué incitó a la cantante francesa a regresar? “Fue concurso de circunstancias.
 Un día pulsé una tecla equivocada en mi ordenador y apareció una canción de un desconocido grupo finlandés, Poets of the Fall, que me apeteció versionar”, afirma. 
Poco después, Erick Benzi, productor de los discos francófonos de Céline Dion, le propuso que colaboraran. 
La misma semana, Yaël Naïm le hizo llegar una canción.
 Y la cantante La Grande Sophie le regaló otra.
 De esa manera, Hardy se vio prácticamente obligada a volver al estudio.
 “Fue como si el dedo de Dios me guiara”, explica esta mujer “más espiritual que religiosa”.
 Concibió el disco, en el que firma las letras de ocho canciones, como “una despedida del mundo material”. 
“No hablo del final de la vida, sino del cuerpo.
 Para mí, la muerte no es el final. Cuando el cuerpo expira, el alma se libera. 
Toda mi música es triste, pero esta vez lo es un poco menos…”, confirma. Hardy dice que este será, ahora sí, su último trabajo discográfico.
 “Sé que me queda poco tiempo. Diez años, como mucho. No me da miedo la muerte. Lo que temo es el sufrimiento físico”.


Françoise Hardy, en una imagen promocional.
Françoise Hardy, en una imagen promocional.

A diferencia de los demás yeyés, Hardy nunca dejó de ser moderna. Tuvo la suerte de gustar a las generaciones posteriores, entre las que siempre hubo almas desconsoladas que se reconocieron en ella, de Damon Albarn a Wes Anderson y de Michel Houellebecq a Juliette Armanet, una joven cantante francesa que no deja de reivindicar su legado.
 ¿Qué tuvo Hardy que no tuvieran los demás? “Una gran exigencia a nivel melódico. A mí solo me interesa la melodía.
 Por eso no me gusta el rap…”, responde. 
“Y, después, supongo que la imagen también cuenta… Tuve la suerte de tener el físico que tuve. 
Aunque, de joven, cuando el modelo a seguir era Brigitte Bardot, estaba muy acomplejada”. 
Será una de las pocas palabras amables que la cantante, dotada de un feroz sentido de la autocrítica, tendrá consigo misma.
 Hardy se define como una compositora “simple y poco poética” y como una intérprete “sin ningún sentido del ritmo”, lo que la llevó a abandonar los escenarios hace ya 50 años.
“En los sesenta, Sylvie Vartan me dijo que nuestra notoriedad asustaba a los chicos. 
Y tenía mucha razón. Había que marcharse al extranjero para que la situación cambiara un poco…”, sonríe. 
Su lista de pretendientes da fe de ello: Nick Drake, Mick Jagger, David Bowie y, en especial, Bob Dylan estuvieron, según la leyenda, locos por ella. 
“No, es una lista errónea. Con ninguno de ellos pasó nada…”, desmiente Hardy.
 “Drake vino a verme a París porque yo era casi su única fan y no dejaba de decir cosas buenas sobre sus discos, pero no hubo ninguna ambigüedad entre nosotros.
 Con Jagger fue una pena: una vez leí en la prensa que yo era su ideal femenino, pero luego nunca se me acercó. 
Tampoco lo hizo Bowie…”. ¿Y Dylan? “Una vez terminé en su suite. Pero no estábamos solos, había otros cantantes…”, puntualiza.
 “Me hizo escuchar dos canciones, Just like a woman y I want you. Décadas más tarde, me dije que tal vez la última fuera un mensaje indirecto para mí, pero en aquel momento ni se me pasó por la cabeza.
 Yo estaba petrificada y él también…”. 

Las muertes recientes de antiguos yeyés como Johnny Hallyday y France Gall la apenaron.
 “Es normal, es una generación que empieza a desaparecer…”, se consuela. Dice sentir una nostalgia razonable por los sesenta y setenta. 
“La vida era más agradable. No había paro, no había sida y no había terrorismo…”. ¿No había también menos libertades? “Sí, pero yo viví siempre como una mujer independiente, igual que mi madre. 
Usé los contraceptivos antes de que fueran legales y habría firmado por legalizar el aborto si me lo hubieran pedido”, responde. 
Pese a todo, a Hardy no le interesa nada el #MeToo.
 “Hay una virulencia que no me gusta. Cuando veo a mujeres expresándose de forma tan agresiva, me mantengo a distancia, incluso cuando tienen razón…”, dice.
La cantante asegura no haber sido víctima de ningún tipo de acoso. “Solo me molestó un exhibicionista de pequeña. Y un primo que me hizo bajar al sótano de mis abuelos para enseñarme sus partes... Me traumatizó mucho”, confiesa. 
Tampoco la famosa tribuna sobre el “derecho a importunar”, apoyada por mujeres de la cultura francesa como Catherine Millet o Catherine Deneuve, le dijo nada. 
“Hubo cosas escritas en ella que me chocaron, pero ya las he olvidado…”, esquiva con un arte fenomenal. 
“Yo creo que, detrás de cada hombre que se comporta mal, hay una madre que no supo educarlo o que no mostró suficiente amor. Cuántas madres se lo consienten todo a sus hijos, pero no a sus hijas…”, lamenta Hardy antes de volver a perderse por los bulevares parisinos. 
“Habría que ver cuál es su responsabilidad”.

 

Francisco, el cantante ‘superviviente’........................ Cristina Vázquez

El artista valenciano regresa de la isla a la que acudió tras años de altibajos profesionales y problemas económicos.

 

Francisco, a su llegada el miércoles a Madrid.
Francisco, a su llegada el miércoles a Madrid. GTRES

El cantante Francisco, que saltó a la fama en 1981 con su éxito Latino en el Festival de la OTI y compartió escenario en los 90 con la diva Monserrat Caballé, sorprendió hace dos meses con su entrada como concursante del reality para famosos de Telecinco Supervivientes 2018. 
 No era la primera vez que buscaba los focos de las cámaras lejos de los escenarios que ha frecuentado durante más de 35 años de carrera musical.
 Lo cierto es que en la última etapa de su carrera Francisco González Sarriá (Alcoi, 1959) se ha prodigado tanto más por platós de televisión que por teatros y salas de conciertos.
Antes de Supervivientes, concurso del que fue expulsado el pasado 24 de mayo tras dos meses en la isla, pasó por el concurso Tu cara me suena y en 2011 Santiago Segura lo fichó para que interpretara a uno de los villanos de Torrente 4.
Francisco González, de 59 años, una voz lírica que apostó por la canción melódica, ha tenido una vida artística con altibajos.
 Su éxito fulgurante en los años 80 lo colocó en la cresta de la ola, una fama que le llevó a cantar repetidas veces su clásico Latino ante el mismísimo Pablo Escobar, según ha contado el mismo en entrevistas publicadas en España. 
Contrató giras por medio mundo, sobre todo en Latinoamérica. Pero a finales de la década pasó un periodo de sequía. 
 Apostó entonces por reforzar su formación, se trasladó a Barcelona y acabó compartiendo clases e incluso escenario con una diva de la ópera como Monserrat Caballé, para la que el cantante solo tiene palabras de admiración.
 No esconde su orgullo de que fue él y no otro quien grabó en 1982 el himno valenciano que ha interpretado a petición de los expresidentes valencianos Eduardo Zaplana y Francisco Camps. 


Francisco, en marzo cuando partió hacia Honduras.
Francisco, en marzo cuando partió hacia Honduras. GTRESONLINE
De carácter apasionado, casado tres veces y divorciado dos, Francisco se ha granjeado más de una enemistad con sus gruesas opiniones políticas. 
Apoyó a José María Aznar, luego renegó del político cuando la guerra de Iraq, más tarde dijo votar al PSOE y por último se dejó ver con Ciudadanos, formación para la que se ofreció a ser candidato a la alcaldía de Valencia. 
“No soy facha ni rojo”, ha dicho el cantante cuando lo han tratado de encasillar políticamente.
Uno de los episodios más polémicos protagonizado por el cantante español fue en 2016 cuando insultó en su muro de Facebook a la vicepresidenta valenciana Mónica Oltra, del partido Compromís, tras tildarla de catalanista.
 “Mal nacida”, “escoria”, “descerebrada” escribió de ella al no compartir sus postulados políticos.
 Se disculpó y reconoció su error pero a raíz del escándalo ayuntamientos como el de Gijón suspendió sus conciertos. 
Antes se había visto implicado en un juicio por presunta estafa por dejar sin pagar un coche de lujo, valorado en 80.000 euros. 
Fue absuelto pero la mala prensa lo ha perseguido.

En el tiempo que ha permanecido en Supervivientes se ha expresado sin pelos en la lengua.
 “No podría ser político. Soy demasiado directo”, ha reconocido en más de una entrevista.
 En el programa habló sin complejos del distanciamiento de su familia –huérfano de padre desde niño y el mayor de seis hermanos- y reconoció que no se habla con sus hermanos desde hace años, tras la muerte de la madre.
Su entrada en Supervivientes desató todo tipo de especulaciones; entre ellas que Francisco no atravesaba un buen momento económico; e incluso que se hallaba al borde de que los desahuciaran de su casa. 
Uno de sus hermanos, Juan Ramón, reconoció en el programa Sálvame que el artista podía estar en apuros económicos. 
 La mujer de Fransico, Paca Ribes, con la que lleva más de 20 años, amenazó con querellas a esas insinuaciones y denunció una campaña de acoso y derribo contra el cantante.
 La polémica no cesa.
 

Se rompió la paz en la familia de Ángel Nieto.................... Maite Nieto

Su última pareja ha recibido 900.000 euros del seguro mientras los hijos de su primer matrimonio mantienen una reclamación penal que exculpe a su padre de toda responsabilidad en el accidente.

En la imagen de la izquierda, Gelete Nieto (detrás) y su madre, Pepa, con Manuel, hermano de Ángel Nieto. A la derecha los dos hijos mayores del piloto con Belinda Alonso.

Quienes conocieron bien a Ángel Nieto, 13 veces campeón mundial de motociclismo, opinan que no estaría contento si pudiera ver que las personas que más le importaban en la vida pueden llegar a enfrentarse y acabar con una relación que parecía modélica.
 Para entender el conflicto que se está larvando entre los herederos del mítico piloto —fallecido el 3 de agosto de 2017 en un accidente de tráfico cuando paradójicamente conducía un quad en Ibiza durante sus vacaciones— se precisa saber quién es quién en esta familia en la que hay dos viudas.
En un lado están sus dos hijos mayores, Gelete (41 años) y Pablo (37), la madre de ambos, Pepa Aguilar, los hermanos del piloto, Manuel y Esperanza, e incluso su madre, a quien Nieto pagaba la residencia en la que está ingresada desde hace tiempo.
 En la otra, se encuentran Belinda Alonso, pareja de Ángel Nieto desde 1991, y su hijo Hugo, de 18 años.
Los tres hermanos se han criado como tal pese a la diferencia de edad y Gelete y Pablo han tenido siempre relación cordial con Belinda Alonso. 
Pero no arreglar legalmente la relación de pareja está pasando ahora factura. 

Angel Nieto
Belinda Alonso y Hugo Nieto, hijo menor del piloto Ángel Nieto. GtresOnline
De cara a las reclamaciones judiciales, a la aseguradora de la mujer que conducía el coche que impactó con el quad de Nieto, y al reparto de la herencia, existe una viuda, Pepa Aguilar (de quien Ángel Nieto no se separó nunca legalmente), y otra pareja, Belinda Alonso, que convivía con Nieto desde hace más de dos décadas pero a quien no le unía ningún tipo de documento oficial.
 El pasado 13 de abril, Belinda Alonso firmó un acuerdo con la compañía de seguros que cubre la responsabilidad civil del vehículo que provocó el accidente. 
Según el mismo, ella recibe 600.000 euros y Hugo, el hijo menor del piloto, 300.000 euros. 
Las indemnizaciones se determinan según el grado de parentesco de los herederos y en función de los ingresos de la víctima.
Esta aceptación no invalida los derechos del resto de familiares directos de Ángel Nieto, pero sí rompe la línea común que habían seguido hasta ahora, ya que el acuerdo firmado incluye que Alonso ha reconocido una cuota de responsabilidad del campeón de motociclismo en el accidente. Una decisión que ha extrañado a los dos hijos mayores del piloto: “Nosotros no sabíamos nada y nos ha sorprendido”, afirma Gelete Nieto, “porque entiendo que ese acuerdo dice que parte de la culpa del accidente la tuvo mi padre, algo con lo que no estamos de acuerdo y creíamos que Belinda tampoco”
Los hijos mantienen una reclamación judicial en la que reclaman responsabilidades penales en el siniestro de su padre por entender que “la investigación estaba inconclusa”, según manifestó a este periódico Antonio Miana, su abogado, a mediados del pasado mes de enero.
Angel Nieto
Gelete Nieto con su madre Pepa Aguilar en uno de los actos de homenaje a Ángel Nieto. GtresOnline
El mismo letrado explicó ayer que sus defendidos “no iniciarán ninguna reclamación por la vía civil hasta que la Audiencia Provincial de Palma de Mallorca se pronuncie sobre estas responsabilidades penales”.
 Por su parte Gelete Nieto ha manifestado que no ha hablado con Belinda Alonso e interpreta que habrá llegado a este acuerdo porque “la cuantía de la indemnización la habrá parecido bien”.
Una decisión en la que ha podido influir que, a pesar de los años que Alonso ha convivido con el deportista, la Administración ha reconocido como viuda legal a Pepa Aguilar y como tal es ella quien recibe la pensión de viudedad del motociclista. 
Queda por ver cómo resolverán el resto de la herencia del piloto, de la que se sabe que ya está a la venta la casa que tenía en Ibiza.
Gelete, su hijo mayor, afirma que "se están realizando los trámites para arreglar todo el tema. 
Hay un testamento de mi padre y se respetará”.



 

 

Zidane dimite: “El Madrid necesita un cambio para seguir ganando”

 

El técnico francés anuncia inesperadamente su decisión de abandonar el club blanco tras dos años y medio, 9 títulos y tres Champions. "Es el momento y lo mejor para todos", dice.

Zidane, en rueda de prensa.
Ni cinco días después de irrumpir en la historia, de equipararse con el Ajax de Johan Cruyff y el Bayern de Franz Beckenbauer con tres Champions consecutivas, de perseguir la estela del Madrid de Di Stéfano, algo inaudito, Zinedine Zidane anunció por sorpresa su decisión de abandonar el banquillo de Chamartín tras dos años y medio de gloria y nueve títulos.
 Su decisión fue tan inesperada que dejó en shock a Florentino Pérez, visiblemente tocado por la noticia.
 El francés, que no quiso desvelar el momento en el que optó por irse, le visitó ayer para anunciárselo.
 A su equipo técnico, igual de conmocionado que el dirigente, se lo reveló apenas una hora antes del anuncio público y ninguno daba crédito.
 Su plantilla recibió un mensaje con la noticia, a excepción de Sergio Ramos, a quien llamó personalmente para explicarle las razones del cambio de ciclo más inesperado y doloroso en la época reciente del Madrid.
 "He tomado la decisión de no seguir el próximo año", confirmó Zidane tras una breve y reveladora introducción del dirigente Pérez. "Es el momento para todos, para mí, para el club y para la plantilla. Sé que es raro, pero hay que hacerlo.
 El equipo tiene que seguir ganando y para eso necesita un cambio". Tan relajado y pausado como todas y cada una de las veces que se sentó ante la prensa, argumentó que el motivo principal de su decisión ha sido el no verse con la capacidad de prolongar el periodo ganador del Madrid. 
"Soy ganador, no me gusta perder. Y si tengo la sensación de que no voy a ganar, hay que hacer un cambio. 
Como jugador, cuando vi que no estaba ganando, era yo el que decía: "me voy."
 Si no veo claramente que vamos a seguir ganando y no veo las cosas claras, como yo quiero, es mejor no seguir y no hacer tonterías".
El técnico habló de desgaste y de la necesidad de un nuevo librillo para estirar su época triunfal:
 "Después de tres años la plantilla necesita otro discurso, otra metodología de trabajo y por eso tomé esta decisión. 
 Quiero mucho a este club, pero hay que cambiar". Su idea la expuso una y otra vez Zidane, insistente en ser incapaz de mantener al equipo en la cima.
 "Hay que saber cuándo parar. 
Lo hago por el bien de este equipo. 
 Conmigo hubiese sido complicado ganar el año que viene. 
Lo hemos visto, ha sido complicado este año en Liga, momentos que yo no olvido.
 Si se trata de vivir otra temporada y que acabe mal, no quiero. Quiero que se acabe bien esta etapa en el Real Madrid", ahondó el técnico, que desmintió que la planificación de la plantilla haya sido determinante en su marcha.
 "El cargo de entrenador tiene esta parte, ya lo hemos vivido dos veranos, lo de los fichajes, lo que había que hacer con la plantilla. No es por eso la decisión.
 Si te gusta entrenar esto es una parte importante de tu cargo" 

También habló Zidane de momentos buenos y momentos malos. El mejor en el club, para él, el día que Florentino Pérez fue a buscarle en el año 2000. En los banquillos asegura que nada le llenó tanto como la Liga del curso pasado, ni siquiera el hecho de entrar en la historia con tres Champions consecutivas. 
"Fue el máximo", soltó entre carcajadas.
 Y nada le dejó tan tocado como la derrota y eliminación copera en el Santiago Bernabéu ante el Leganés. Quizás aquella noche de enero surgieron sus primeras dudas. 
"Hay momentos duros y momentos muy bonitos, acabamos con uno espectacular.
 Pero hay otros complicados y eso te hace reflexionar", explicó.
Quizás, dijo también, su marcha no se hubiera producido si el Madrid no hubiese prolongado su hegemonía europea en Kiev: 
"No sé. Puede ser que si hubiéramos perdido... puede ser", dijo Zidane.
 Hace cinco días nadie podría haber imaginado que el hecho de consolidar un equipo de época propiciaría su adiós. 
Tampoco cuando en las celebraciones se mantuvo en un segundo plano, sin aparecer en escena, reacio incluso a coger el micrófono para dirigirse a la afición.
 En alguien tímido como él, el escaso protagonismo nunca fue sinónimo de alarma. 
"Tengo un cariño especial a esta afición y les quiero dar las gracias otra vez por todo su apoyo.
 Puede que no entiendan la decisión y que muchos crean que la decisión no tiene sentido. 
Pero para mí sí, es momento de cambiar", les dijo hoy un Zidane que aseguró que ahora no tiene en mente entrenar y que su adiós al club no es definitivo.
"Esto es un hasta luego", apuntó. "El Madrid me lo ha dado todo y voy a estar cerca del club toda la vida.
 No tiene que ser un día triste.
 Claro que no es bonito y es complicado, pero es un hasta pronto. Mi relación no va a cambiar"
. No es una despedida, esto es un hasta pronto. Pero si necesita un descanso también se lo merece", consideró Florentino Pérez.
887 días y nueve títulos despuéz, Zinedine Zidane consideró que era el momento de parar. 
Se marcha en lo más alto, a las puertas de las historia del fútbol con una hegemonía en Europa solo vista en otra época. 
Adiós al Madrid de Zidane.