El 'reality' de Telecinco se acerca a su término mientras los concursantes traman alianzas y enfrentamientos que cambian casi a diario.
Natalia MarcosContaba recientemente Alfredo Ereño, director general de Bulldog TV, a EL PAÍS que el hecho de que haya cuatro programas de Supervivientes a la semana —cuando tuvo lugar esa conversación eran tres programas semanales y ya parecían muchos— obliga al formato "a buscar personajes verdaderamente cañeros que den contenido de un día para otro".
También aseguraba que "lejos de agotar el formato, lo que ha hecho es generar más adicción".
Las cifras de audiencia dan la razón a Ereño.
Supervivientes sigue siendo un seguro de buenos datos para Telecinco sobre todo gracias a las habilidades televisivas de los personajes, que con sus alianzas y rencillas, amistades y enfados, han creado un culebrón-reality que mantiene a los espectadores pegados a la pantalla día tras día.
Pero, ¿en qué punto se encuentra Supervivientes y cómo hemos llegado hasta aquí?
Esta es una breve guía básica para no perderse en este culebrón ahora que se acerca la recta final:
Sofía, la salsa del programa
Ha sido la gran protagonista de esta edición de Supervivientes.La ganadora de Gran Hermano 16, ya casi profesional de los realities a sus 21 años, ha dado tanto juego que muchos de los movimientos desde el programa a lo largo de esta edición han girado a su alrededor.
De partida, su presencia en Honduras era la excusa perfecta para que su entonces novio, Alejandro Albalá, fuera su defensor en el plató, donde coincidía con su todavía mujer, Isa Pantoja, defensora a su vez de otro de los concursantes, Alberto Isla.
Sin embargo, el acercamiento entre Sofía y Logan, otro de los participantes, hizo que Alejandro decidiera romper con ella, decisión que se la comunicó cara a cara en los Cayos Cochinos.
Tras el abandono de Adrián Rodríguez y María Lapiedra y la expulsión disciplinaria de Saray Montoya, el programa buscó un sustituto, y lo encontró, casualmente, en Hugo Paz, exnovio de Sofía, que en la isla encontró en Logan y Sergio a dos amigos con los que hacer piña frente a Suescun.
Sin embargo, tras un cambio de actitud de Sofía, Logan y ella volvieron a acercar posturas con el Maestro Joao como alcahuete. Cuando la relación entre los dos parecía que podía ir a más, Supervivientes envió a la isla refuerzos con el regreso de Alejandro Albalá, que volvía como fantasma del futuro, es decir, primer concursante confirmado para Supervivientes 2019.
Y, de nuevo, las cosas han vuelto a dar un giro de guion y ahora Logan y Sofía vuelven a ser enemigos (él la nominó, poniendo a sus amigos por delante de ella) y la estancia de Alejandro en Honduras podría haber reavivado los sentimientos entre los dos.
Todo un culebrón que ha llevado a sus protagonistas a estar muy bien situados de cara a la final del programa.
El Maestro Joao, el personaje
Otro de los concursantes que han llegado a la recta final de Supervivientes 2018 es Joao Joaquín Castejón, astrólogo que presenta un programa de televisión de tarot y que ha tirado de buen humor y simpatía para convertirse en uno de los grandes descubrimientos de esta edición.
Quizá no tanto por sus habilidades como superviviente, pero sí por el juego que da en las conexiones con Jorge Javier Vázquez, que ha encontrado en Joao a un gran aliado para sus bromas.
Además, con su buen humor y sus ocurrencias ha hecho más llevadera la estancia a los concursantes, que han encontrado en él alguien que les escucha y aconseja.
- María Jesús Ruiz, con viaje de ida y vuelta
Miss España en 2004, María Jesús Ruiz ha llegado también a la recta final (está nominada junto a Sofía Suescun y Raquel Mosquera, lo que hace peligrar su permanencia en el programa) con la cabeza casi rapada después de cambiar su pelo por tres pollos y una tarta de chocolate.
El hambre pudo más y la concursante prefirió comer a mantener su imagen.
Antes, Ruiz tuvo que viajar a España por unos días para declarar como testigo en el juicio contra su expareja, José María Gil Salgado, y padre de su hija mayor, por supuestos malos tratos por una denuncia que ella interpuso.
Durante el viaje y su estancia en España, la concursante permaneció en total aislamiento y solo tuvo relación con su abogado, además de seguir alimentada con la misma comida que el resto de concursantes: 50 gramos de arroz y una porción pequeña de pescado.
Una firme candidata a ganar el programa es la viuda de Pedro Carrasco.
Aunque comenzó la edición pasando desapercibida, siempre ha mantenido una buena actitud e imagen.
En las últimas semanas ha ido ganando protagonismo por su amistad con Sofía y la visita de su marido Isi en la isla.
Su actitud luchadora y, al mismo tiempo, conciliadora, la sitúan en muy buena posición para llegar, como mínimo, a la final.
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