Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

30 nov 2013

El Consejero......Ridlley Scot es una Garantia

La verdad no tiene temperatura

'El consejero', o cómo un director se deja arrastrar por un escritor


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La verdad no tiene temperatura
Autor: Pedro Marín
Ridley Scott, a pesar de que lo mejor de producción ya pasó (al fin y al cabo, 'Prometheus' no hubiera existido sin esa obra maestra que es 'Alien'), sigue generando expectación cada vez que estrena.
 Si a eso añadimos que el guión viene firmado por Cormac McCarthy (premio Pulitzer del cual se han realizado dos películas basadas en novelas suyas como son 'La carretera' y 'No es país para viejos') en su primera incursión directa en el mundo del cine, la cosa empieza a crecer
. Y si a esos dos ingredientes no fueran bastante, pues venga, añadamos un cartel de lujo por el que muchos directores venderían su alma y la de su señora abuela: Michael Fassbender, Brad Pitt, Cameron Diaz, Javier Bardem y Pé, con secundarios como Rosie Perez y Rubén Blades.
 La cosa está clara: esto debe ser un bombazo.
¿Y? ¿Lo es? ¿Eh? Veamos.
"La verdad no tiene temperatura", dice Cameron Diaz en boca su personaje en un momento del film.
 Algo así se podría decir de 'El consejero', porque la frialdad es la tónica general de una película áspera, desesperanzada, dura hasta la acritud.
 Se nota el guión de Cormac McCarthy, quien no da concesiones al espectador, no hay personajes a los que aferrarse, no hay "buenos" que sirvan de ejemplo o de refugio, no hay "malos" que enamoren. 
Todo esto no tendría por qué ser un problema, al contrario, podría servir de aliciente.
 Los problemas -que los hay- son otros.
Y es que la falta de empatía surge también por otro lado. 
Surge de haber dejado el guión en manos de un escritor sin que un guionista profesional le haya metido mano (al guión).
 En consecuencia los personajes son capaces de establecer diálogos -a veces casi monólogos- impropios, con frases preñadas de literatura que, sí, claro, suenan redondas, compactas, pero falsas, alejándote de los personajes y, por tanto de la historia que nos pretende contar.
Todo un lastre para una película que, como trama argumental, no presenta novedad alguna en la temática de "tráfico de drogas (con mexicanos por en medio)" porque, en realidad, sirve de excusa al escritor para explicarnos una historia fatalista sobre la maldad y el ser humano, algo muy propio de mentalidades conservadoras y cristianas: el mal es un ente en sí, sin mediar más explicación, que así somos los humanos. No busquemos razones sociales, políticas o culturales, ¿para qué?
 Es mucho mejor crear un ente abstracto cual brochazo de Tàpies y ya tenemos el comodín: el Mal, señores. O como dijo aquel gordo glorioso secándose el sudor de la calva: ¡el Horror, el Horror!
Y ya metidos en estas tesituras, qué mejor que añadir alguna escena efectista que nos complete el cuadro. Primero, una escena sexual muy bizarra, una especie de chiste triste y morboso que sirve para dibujar a uno de los personajes como amante de lo material de una forma provocadora y chusca; y segundo, un crimen frío y distante, justo como la sociedad que describe la película, donde los pocos resquicios en los que aparecen gestos amables o de amor son rellenados inmediatamente por la crueldad, esa crueldad que sólo es capaz de provocar la avaricia más inhumana.
Fassbender y Diaz, geniales
Eso sí, Fassbender está genial, y Cameron Diaz le sigue los pasos (o por encima de él).
 El resto cumple, aunque Bardem debería vigilar un poco esa afición suya a realizar papeles de tipos con pinta mamarrachiles, no se nos vaya a encasillar
. correcta, muy mona ella, pero nada más, porque el papel daba para poco. Y Ridley correcto, eficaz, quizá demasiado fascinado por el texto del guión.
La cosa prometía, cierto, pero finalmente no cumplió, no a la altura de las expectativas, que quizá eran demasiadas. Y eso a pesar de que la película tiene trazas, tiene momentos, hay algo ahí que atrae, algo insano que se podría haber corregido aligerando el guión.
 O no, dejémosla como está, con esa pinta de cruce entre película de frases a lo Bergman, thriller de sobremesa de los domingos y trama de Haneke con dolor de muelas.
No deja tener cierto encanto bizarro, como la escena sexual de la que hablaba antes, o esa aparición estelar de Rubén Blades hablando de Antonio Machado y recitando "Caminante no hay camino".
 Y como uno es amante de los planes fallidos, del humor involuntario y de las pretensiones no resueltas, le daremos un 6.
 Eso sí, que alguien le dé un cursillo urgente de guión de cine al viejo Cormac.
 O mejor, que siga escribiendo novelas y que sean otros quienes las adapten porque, visto lo visto, es lo que mejor ha funcionado.
 Siento parecer frío, pero, ya saben, la verdad no tiene temperatura, ¿no?

Están Todos, compleja, cruel, fuerte sorprendente, Ridley Scott no defrauda, sangre y drogas y formas de matar que yo no conocía..

El consejero

2013 - Ridley Scott

Título: El consejero
Título original: The Counselor
Dirección: Ridley Scott
País: Estados Unidos
Año: 2013
Fecha de estreno: 29/11/2013
Duración: 117 min
Género: Thriller
Calificación: No recomendada para menores de 16 años
Reparto: Michael Fassbender, Brad Pitt, Penélope Cruz, Javier Bardem, Cameron Diaz, Natalie Dormer, Dean Norris, John Leguizamo, Rosie Perez, Goran Visnjic
Web: www.thecounselormovie.com/es/
Distribuidora: 20th Century Fox
Productora: Scott Free Productions, Kanzaman, Nick Wechsler Productions, Translux, 20th Century Fox
El consejero

Narra la historia de un respetado abogado del sudoeste de los Estados Unidos que se introduce en el mundo del tráfico de drogas. Escrita por el novelista Cormac McCarthy ('The Road', 'No Country for Old Men'), en su primer guión original pensado expresamente para el cine que llega a las pantallas, dirigido por el reputado director Ridley Scott.

De baile en baile.................Boris Izaguirre

Así como debe de ser difícil explicarle a un príncipe que algo falla en el avión, también es complicado aceptar el encargo de retratar a una familia real.

Imagen del estudio de Antonio López en 2011 con el cuadro inacabado de la Familia Real.

La vida es un baile, y las últimas semanas del año, con o sin crisis, están llenas de ellos
. Entre baile y baile suceden cosas, como el acuerdo sobre el yacimiento petrolero de Vaca Muerta en Argentina, que ha tenido en danza a tres países: nuestra atribulada España, la gaucha Argentina y el emergente México.
 Un baile que finalmente ha hecho subir como un cohete la acción bursátil de Repsol.
Todo lo contrario que ese avión que debía transportar al príncipe Felipe a Brasil, pero que se quedó en tierra.
 O sea, también les pasan cosas a los Air Force Familia Real.
 El piloto detectó que un alerón no reaccionaba justo una hora antes de cruzar el Atlántico de madrugada.
 El Príncipe, que como todos sabemos es una de las dos personas más pacientes de Occidente, estuvo hasta las ocho de la mañana junto a su entorno (no tiene corte, pero tiene entorno) esperando hasta que llegó esa incómoda confirmación: nos quedamos en tierra.
 Como una vaca muerta. Muy poco después se produjo la salida de su padre, el Monarca, del hospital por su reciente intervención quirúrgica.
 Felipe tendrá que esperar otro avión más.
Así como debe de ser difícil explicarle a un príncipe heredero que algo falla, también debe de ser complicado aceptar el encargo de retratar a una familia real.
Lo de Dinamarca ha sido todo un baile, una polca. Este martes, cuando nos despertamos con el gótico retrato en la prensa, muchos creímos que la reina Margarita era Jessica Lange en American horror story. Pasado el sobresalto, gente de mi entorno quiso ver alegorías en las ruinas que bajo un aire hamletiano sirven de fondo del cuadro
. Thomas Kluge, el pintor, pasó cuatro años, entre dudas y pinceles, peleando con ese cuadro y sus propios demonios.
 ¿Cómo empiezas a pintar un cuadro así cuando sabes que Hamlet arranca con esa frase sentenciadora: “Algo huele a podrido en Dinamarca”? Igual de difícil lo debe de tener nuestro maestro hiperrealista Antonio López, quien se enfrenta al mismo cometido desde hace 17 años, cuando se le hizo el hiperreal encargo. El cuadro está inacabado, basado en una foto de 1992 de los Reyes y sus tres hijos.
 Y pese a que el pintor confirmó que es su proyecto más urgente, no hay manera, no lo termina. Ahora nos reímos del retrato de la familia real danesa, pero cuando el de la nuestra esté concluido, ¿cómo vamos a reaccionar? Eso debe de inquietar a López.
 Han cambiado tantas cosas y personas en la familia real y su entorno: dos varones han aparecido y desaparecido, a lo mejor a la infanta Cristina habrá que pintarla con una banderita suiza o unos inocentes embutidos
. Eso sí, a doña Elena, con el melón constitucional que llevó a merendar con su padre en su penúltimo ingreso hospitalario.
 Y desde luego, Letizia, con sus hijas vestidas igual que en la película El resplandor, de Kubrick.
Ese aire asustante se repite estos días en vídeos virales que parodian el anuncio de la Lotería de Navidad con su inusitado ambiente gótico, y que resultan más ingeniosos que el anuncio original.
 También como una gripe se multiplican las separaciones y finales, como la de Cayetano Rivera y Eva González, la de Alex González con su novia Adriana Ugarte y la de Berlusconi con el poder
. Fin de una era, triste entre los jóvenes porque perdura la idea de que juventud + amor maridan mal.
 Pero inquietante en lo del rey del bunga bunga. De momento, Berlusconi ha prometido que no se esconderá en un convento. Y entonces, ¿dónde?
Lo viral siempre afecta al entorno, que es otra palabra que empleamos con gusto estos días.
 Está el entorno sevillano de UGT, que por muy sindicato que sea no ha podido evitar sentirse atraído por el fuerte olor de la corrupción
. ¿Qué pasa con las malolientes tramas corruptas, tanto de talla grande como de talla pequeña, que a todas les chifla la ropa y los accesorios? ¿Qué puede coser a UGT con Gürtel? P
ues unos trajes regalados, unos bolsos falsificados y la sensación de que todo acabará desteñido. La única diferencia entre nuestra corrupción y la latinoamericana es que ponemos mucho empeño en ir a la moda y con buena apariencia.
Barcelona avanza cosida a su mar de fiestas mientras en Madrid se cuecen los complots sobre una posible encuesta en el partido de gobierno para dilucidar el futuro de la alcaldesa y esposa del expresidente de Gobierno
. Decirle a los madrileños que los rusos y los coreanos y hasta los canadienses, y sus monedas, prefieren a Barcelona es prácticamente igual que enseñarles a los niños el cuadro de la familia real danesa antes de irse a dormir.
 Si en la capital todo son entornos conflictivos, en Barcelona siempre hay un amigo ruso
. Lío, esa exitosa sala ibicenca, ha abierto una temporada en un teatro de La Rambla y, zas, los rusos han contratado el show entero para una fiesta privada en Moscú.
 Era lo más comentado en la cuarta Gala Sida, aparte de que Antoni Brufau, presidente de Repsol, y su elegante esposa aportaran una cantidad importante y que Tamara Falcó y Eugenia Martínez de Irujo no paraban de conversar con Nacho Vidal, el rey del porno nacional.
“Es adorable”, sentenció una testigo. Todos a bailar.

 

29 nov 2013

Gary Cooper: el hombre normal

El secreto del actor norteamericano residía en que representaba mejor que nadie al ciudadano medio.


El secreto de Gary Cooper residía en que representaba mejor que nadie al americano medio, un hombre normal y corriente que podía convertirse en héroe si así lo requería la situación.
 Quizá por eso daba la impresión de que no actuaba, sino que vivía en las pantallas de cine.
 Fue su compañero John Barrymore quien resumió perfectamente esta sensación cuando dijo que Cooper era el mejor actor del mundo porque podía lograr, casi sin esfuerzo, algo que el resto de intérpretes tardaba años en aprender: actuar con naturalidad.
Frank James Cooper nació en la pequeña ciudad de Helena, en el estado de Montana, en 1901.
 Tuvo una buena educación, incluso estudió en Inglaterra.
Se le daba muy bien dibujar y se matriculó en Bellas Artes
. Compaginó sus estudios trabajando en el rancho de su padre hasta que decidió viajar a Los Ángeles para intentar vender sus dibujos a los periódicos de la ciudad.
Como montaba bien a caballo, comenzó haciendo de cowboy como extra en una decena de pequeñas películas.
En 1926 le dieron un papel en Flor del desierto y la Paramount le ofreció su primer contrato profesional. Luego fueron llegando los éxitos, títulos como Marruecos, junto a Marlene Dietrich, Adiós a las armas, Tres lanceros Bengalíes, Beau Geste, La octava mujer de Barba Azul, Juan Nadie o Bola de fuego, en la que interpretaba a un entrañable y despistado profesor que se enamora de la chica de un gángster.
Su elevada y esbelta estatura, su voz tranquila y la lentitud de sus movimientos le hacían muy cercano y querido por el público.
Tanto en westerns como en comedias, dramas o películas de aventuras, Gary Cooper solía interpretar a un hombre sencillo, incluso un poco ingenuo, carente de maldad.
 En 1941 protagonizó El sargento York, un film dirigido por Howard Hawks por el que ganó su primer Oscar.
Fuera de las pantallas tenía fama de gran seductor.
 En 1933 se casó con Verónica Balfe, que actuó en varias películas con el nombre de Sandra Shaw.
 Con ella tuvo una hija llamada María pero a lo largo de su vida mantuvo romances con actrices como Clara Bow o Lupe Velez. También tuvo una larga relación con Patricia Neal, su compañera de reparto en otra de sus mejores películas, El manantial, dirigida por King Vidor, una aventura que terminó cuando la esposa de Cooper se negó a concederle el divorcio.
En el campo político Gary Cooper era bastante conservador.
 Fue miembro de la asociación anticomunista de Hollywood pero esto no le impidió mantener una buena amistad con Picasso o con Ernest Hemingway. En 1943 protagonizó en el cine una de las obras más conocidas de este escritor, ¿Por quién doblan las campanas?, ambientada en la Guerra Civil española, dirigida por Sam Wood y en la que interpretaba a un brigadista norteamericano. A pesar de sus ideas, cuando fue llamado a declarar por el Comité de Actividades Antinorteamericanas, se negó a delatar a ningún compañero de profesión.
En los años 50 Gary Cooper siguió protagonizando grandes películas como Veracruz o La Gran Prueba pero, sin duda, el film que le dio más fama, y uno de los más recordados de toda su filmografía, es Solo ante el peligro
. Gracias a él Gary Cooper ganó su segundo Oscar como mejor actor.
Pero su salud comenzaba a deteriorarse
. Se le diagnosticó un cáncer de próstata y estuvo tratándose durante varios años
. En 1961, ya a las puertas de la muerte, recibió un tercer Oscar, esta vez honorífico, como reconocimiento a una de las carreras cinematográficas más importantes de la historia del cine.
 Murió el 13 de mayo de 1961 en Los Ángeles a los 60 años
.Gary Cooper que está en los Cielos

 

Pérez-Reverte y la airada banda del aerosol

Malas calles. Grafiteros clandestinos en su versión más radical de guerrilla urbana. 

Transitamos los escenarios de su nueva novela, ‘El francotirador paciente’, en compañía de personajes reales que le han servido de inspiración.

El escritor junto a Suso 33, José y Óscar. / GREGORI CIVERA

“Barrios duros de chicos duros”, establece Arturo Pérez-Reverte proyectando la sombra de su afilado perfil sobre una pared cubierta de grafitis.
“Fin del mundo”, reza una pintada delicuescente. “Organiza la rabia”, se lee en otra. Avanzamos militarmente al tresbolillo –si eso es posible siendo solo dos– por la calle de Galiana, en el madrileño barrio de Puerta del Ángel, distrito apache, digo Latina.
 El escritor va delante, deteniéndose en los cruces, como si previera riesgo al salir al descubierto
. Me imagino que estamos en alguna zona de combate de esas que frecuentaba el excorresponsal de guerra y que desde las azoteas y terrados nos apunta algún tipo emboscado armado con un rifle.
 Es la influencia de la lectura de la última novela del autor, El francotirador paciente (editada por Alfaguara y a la venta el 27 de noviembre), que transcurre en el mundo del grafiti, entendida su parte más radical como guerrilla urbana, con unas leyes, tácticas y códigos dignos de los rangers de Salvar al soldado Ryan en Ramelle
. Un mundo en el que la pintura fresca huele a gloria de la misma manera que olía el napalm para el teniente coronel Bill Kilgore (Robert Duvall) de Apocalypse now.
Estamos en territorio grafitero y vamos a ver a unos artistas del asunto que han asesorado a Pérez-Reverte en los aspectos técnicos de la historia, una historia, por lo demás, muy perezrevertiana, con épica, aventura, fracaso, malos y héroe cansado.
 Yo me he preparado para la ocasión y visto deportivas, vaqueros y sudadera con capucha (aunque, como diría Gigliola Cinquetti, non ho l’età), que es como van los grafiteros en la novela.
 Para mi sorpresa, Pérez-Reverte viste, en cambio, de lo más fino, incluida una chaqueta de ante.
 Como hemos llegado pronto a la cita, recalamos en un bar baqueteado, de barra de madera gastada y tercio de cerveza a 1,50 euros.
En ese ambiente de Río Lobo, al novelista no se le ocurre más que pedir agua mineral y luego, al negar displicentemente el camarero y mirándole fijamente a los ojos, ¡una Fanta de naranja!
 Yo me apunto a lo de la Fanta, pero pongo cara de duro.
“Hay diferentes tipos de grafiteros,”, me explica Pérez-Reverte.
 “Un amplio espectro que abarca desde el que va a hacer daño hasta el que se incorpora al mundo comercial del arte, con muchas fases intermedias.
Toda esa zona gris entre vandalismo y arte.
 Muchos lo van dejando.
 El que es legal no me valía para la novela, quería de protagonista al que se mantiene fuera de la ley, el que opina que si es legal no es grafiti y que las ratas no bailan claqué.
 El que no admite que los políticos llenen la ciudad de consignas, y los publicitarios, de tetas de modelos, pero que a él le acusen de ensuciar las paredes”.
 En El francotirador paciente, una especialista en arte contemporáneo trata de encontrar a un grafitero legendario
, Sniper –cuyo tag, su marca, es su nombre con el punto de la ‘i’ convertido en una mira telescópica de francotirador–, considerado el summum de la integridad y el virtuosismo en esa áspera cultura del aerosol y la carrera.
 Un hombre que no ha claudicado, que no ha franqueado la línea que lleva de la calle a la galería de arte y la respetabilidad, y sigue en la brecha.
El objetivo de la experta, que trabaja para una importante editorial de arte, es convencer al tipo, “una mezcla de Banksy y Salman Rushdie” –y mucho de Pérez-Reverte–, para incorporarlo al mundo de las galerías, las exposiciones y los libros lujosos.
 La fama y el dinero, en suma.
 Paralelamente, al grafitero misterioso, fan de Treinta segundos sobre Tokio, lo busca un millonario implacable para ajustarle las cuentas por la muerte de su hijo en una acción de pintado orquestada por él.
Pérez-Reverte charla con dos graffiteros. / G. C.
“Lo que me fascinó del grafiti es que es un mundo con su épica, sus héroes y villanos, sus chivatos y confidentes”, continúa el escritor.
 “Un mundo en que el respeto es muy importante.
 Y uno se gana el respeto siendo bueno en su trabajo, y osado, y omnipresente en el lienzo de la ciudad. Esa épica y el aspecto de guerrilla urbana me encantaron.
 Hay un sector del grafiti muy radical, de lucha social que es ya terrorismo urbano –incruento–, agresivo y gallardo, y ese es el que me sedujo
. Es gente dura, y a mí me gusta la gente dura, literariamente es mucho más rentable”.
 Apuro mi Fanta apretando los dientes –Pérez-Reverte apenas ha tocado la suya– y salimos del bar. “Aprendes muchas cosas de esos tipos, muchas de ellas están en la novela
. Como lo de que en el museo compites con Picasso, y en la calle, con los cubos de basura”.
 Caminamos hacia nuestro encuentro con los grafiteros, deteniéndonos a juzgar algunas pintadas.
 El novelista me explica que El francotirador paciente es en cierta manera una versión urbana y moderna de El corazón de las tinieblas, en la que el elusivo y misterioso Sniper es un Kurtz pintaparedes que reina en su propio territorio oscuro, con su guardia pretoriana, y al que vamos descubriendo durante el viaje en su busca a través de los testimonios de los que lo conocen.
Pienso que es parecido a lo que hizo Walter Hill trasladando la Anábasis de Jenofonte al mundo de los pandilleros de Coney Island en The warriors (Los amos de la noche, 1979).
 Estamos en el terreno de la aventura –y no solo porque el destino quiere que caminemos por la calle de Athos (en Pérez-Reverte, grafitero rima con mosquetero)–, de la gran aventura.
“Con trastienda corrosiva”, matiza el novelista, “con consideraciones sobre el grafiti y el mundo del arte”
. Le pregunto a Pérez-Reverte por Hirst, por provocar y porque se me ha subido la Fanta a la cabeza.
 “El arte es otra cosa, jugársela, morir
. Hay mucho de mí en el discurso de Sniper sobre el arte, lo que se dice en El francotirador paciente tiene un gran parentesco con lo que aparecía en La tabla de Flandes y, sobre todo, en El pintor de batallas”.
 Uno piensa que si se trata de un artista, Pérez-Reverte prefiere a Pistoletto.
Llegamos al lugar de la cita con los grafiteros, el estudio de Suso 33. “Suso es un artista al que admiro, y los otros dos, José y Óscar, mis contactos teóricos y tutores en el mundo del grafiti, a los que debo información sobre jerga y aspectos técnicos
. Una gente estupenda. Tipos auténticos.
Lobos solitarios, desconfiados, rápidos, en alerta continua.
Viven en territorio enemigo.
Muchos grafiteros, aunque consagrados, siguen saliendo a razzias urbanas. Les pone la adrenalina”. Entramos y Pérez-Reverte hace las presentaciones. José y Oscar (camisetas de Mighty Warrior, el primero con tatuajes, anillos y cadenas), a los que el novelista homenajea al inicio de su libro –se trasparentan en esos dos “lobos nocturnos, cazadores clandestinos de muros, bombarderos sin piedad” del espacio urbano que aparecen en el arranque y que descubren sobrecogidos una pintada de Sniper–. Infantería. Suso, en cambio, inspira algunas características del protagonista, y directamente, otros de los personajes
. Observo que soy el único que lleva sudadera con capucha.
Artista consolidado, Suso aún tiene actividad clandestina.
“Hace poco me pilló la poli y me tomaron los datos”, dice. Parece mirar el encuentro con más distancia que sus dos colegas
. Creo advertir reserva, cierto escepticismo que me recuerda la actitud de recelo de los grafiteros de la novela
. Luego, Suso, un tipo de maneras y hablar suaves, con coleta, barba cuidada y una expresión melancólica, me explicará, tras recordar juntos a Los Rinos barceloneses (con los que una noche hace casi treinta años salí a pintar), que no tenía muy claro de qué iba todo aquello, y que había accedido a recibirnos, a Pérez-Reverte, al fotógrafo, a mí, porque al novelista le precedía su fama de escritor y de tío legal.
“Suso es uno de mis inspiradores, podría haber sido nuestro hombre”, está diciendo Pérez-Reverte.
 “Es un autor reconocido, pero aún sale a la calle”.
Nos sentamos en torno a una mesa en el estudio, sorprendentemente ordenado, con una meticulosidad y pulcritud que difícilmente asociaría uno con el mundo del grafiti.
 Los aerosoles, cientos de ellos, están alineados perfectamente por colores en las estanterías, y hasta las zapatillas de pintar, colocadas juntas, parecen dispuestas como en una tienda. Pérez-Reverte habla de la novela. José la ha leído, pero los otros, no.
 “Es la historia de un flechero de Madrid de la época de Muelle que va evolucionando.
 Propone actuaciones agresivas en lugares emblemáticos que él coordina y a las que convoca a través de las redes sociales
. La muerte del hijo de un millonario en una de esas acciones provoca que este ponga precio a su cabeza. Una especialista recibe el encargo de buscarlo”.
 Mientras el novelista habla, Suso dibuja.
 Los demás no sabemos qué formato ha de tomar el encuentro
. Yo tomo notas.
Lo que me fascinó del grafiti es que se trata de un mundo con su épica, sus héroes y villanos, sus chivatos y confidentes”
“El protagonista es un híbrido raro”, aporta José.
 Una mezcla de escritor de grafiti con un concepto de mensaje tipo Banksy.
 En todo caso, la novela es muy fiel a la realidad”. “¿Por qué te dio por este tema?”, inquiere Suso a Pérez-Reverte.
“Encontré que hay cosas en el mundo del grafiti que tienen mucha relación con mis novelas y con el tipo de héroe determinado que aparece en ellas”.
 El escritor revela que conoció al mítico Muelle muy jovencito, al llegar a Madrid, y descubrió en el grafiti “una aventura y una épica, una materia narrativa muy interesante, un universo con victorias y fracasos, noblezas y traiciones”.
 Muelle, Juan Carlos Argüelles, murió de cáncer a los 29 años y la práctica totalidad de sus grafitis fueron borrados.
Pérez-Reverte señala que él, como académico, es el responsable de la iniciativa de meter en el diccionario de la RAE la palabra ‘grafiti’, que aparecerá así en la 23ª edición (hasta ahora se escribe ‘grafito’).
 “Me decían en la Academia, ‘coño, Arturo, ¿cómo defiendes a esos vándalos?’, aunque, en fin, en realidad, allí no usan la palabra ‘coño”
. El novelista lleva la voz cantante en la reunión, que a ratos adquiere la forma de entrevista, con Pérez-Reverte de insólito entrevistador.
 “Suso, tú eres un ejemplo de alguien que sin abandonar la pureza has llegado alto y tienes una respetabilidad, ¿cómo ha sido eso?”.
 “Bueno, no tienes nunca una estrategia en la cabeza, yo vengo del grafiti clásico, de firma, de tags, en realidad nunca me planteé ser artista.
 Era impensable que esto pudiera llegar a ser una forma de vida. Hacía de pintor de cualquier cosa, de escenografías, de pisos.
 Y paralelamente salía al espacio público sin permiso”. “¿Por qué sigues saliendo a la calle?”. “Para mí es lo más directo, me canso de las galerías, de las instituciones, de que me vean como producto, como ‘el Banksy español”.
“¿El grafiti debe estar siempre en la calle?”.
 “Siempre estará en la calle; se ha desarrollado de una manera natural, sin estrategias comerciales, ni mercadotecnia, ni comisariados
. Es un hecho en sí mismo”.
Pérez-Reverte sigue preguntando. “¿Tie­­­­ne derecho un crítico de arte a juzgar un grafiti?”. “¡Para nada! No existe un canon para el grafiti.
 Hay normas de conducta”. “¿Si hay legalidad no hay grafiti de verdad?”, insiste Pérez-Reverte. “Claro. Se busca la transgresión”. Hablan de la vestimenta.
 Yo miro a otro lado.
 “Nunca hay que llevar ropa holgada, te puedes enganchar con algo tratando de huir”, aporta José. “La ropa de rapero no es recomendable”.
“¿Qué os llevó a la calle?”, pregunta Pérez-Reverte. “Style wars”, responde Óscar, refiriéndose al documental de Tony Silver y Henry Chalfant rodado en Nueva York en 1983.
 “Al salir del cine robé un rotulador, y no he parado desde entonces”.
“Yo soy de tercera generación”, explica José. “Veía pintadas por mi barrio y pensaba: ‘¡Cómo mola!’. Comencé robando tizas del colegio y pintando por ahí como un acto de rebeldía, y una cosa llevó a la otra”.
El escritor les pide que hablen del respeto.
 “El respeto es básico, y la reputación”, reflexiona José.
 “Importa más el buen hacer que la estética, qué haces, cómo lo haces, con quién lo haces”.
“Eso es lo primero que me dijisteis”, apunta el novelista, asintiendo; “que había códigos, reglas, transgresores. De ahí arranca la novela.
 De un hombre y su reputación. No en balde he escrito yo Alatriste”.
Somos una medalla fácil de colgar para la policía. Meternos una ‘crujida’ tiene poco riesgo comparado con pillar a un delincuente”
“Lo que importa no es lo más preciosista, eso es secundario”, interviene Suso.
 “Las normas de conducta, los valores…”. “El compañerismo”, acaba José. “El código de honor”, zanja Pérez-Reverte. “¿Habéis pintado vagones?”, interroga. “Claro”, responden todos. “Pintar un tren es un proceso natural”, dice José.
 “No somos escritores como Arturo, pero…” [risas]. “Los trenes vienen en el pack, circulan y eso es bueno, hace tu trabajo muy visible”, interviene Óscar.
 “El primer tren… estás temblando, pasas miedo, pero al hacerlo me sentí completo”. Pérez-Reverte ha notado que Suso, incómodo como si hablaran de su primera experiencia sexual, se concentra en dibujar. “¿Tu primer tren, Suso?”. “Fue un subidón total. Te sientes megavivo”
. El novelista les pide que hablen del palancazo, el detener los coches tirando de la palanca de emergencia para que los demás grafiteros emboscados machaquen a pintadas con sus aerosoles los vagones, end to end, de cabo a rabo.
 En El francotirador paciente, la invención del sistema se le acredita a Sniper.
A Pérez-Reverte le interesa mucho todo lo que tienen de organización casi militar las acciones de los grafiteros.
 “Pasas muchas noches vigilando las cocheras”, dice Óscar
. “¿Hacéis croquis, mapas?”. “Tanto no. Pero en otros países van muy fuerte. En Alemania nos decían que había que limpiar los botes ¡para no dejar huellas!”. “¿Adrenalina?”. “¡Y tanto!”. “¿Peligro? ¿Cuántas veces os habéis jugado la vida?”.
 “Constantemente”, responde Suso y cuenta la vez en que se cayó en una zanja en un solar en Cartagena –ante la mención de su ciudad, Pérez-Reverte sonríe lobunamente–, cerca del faro. “He visto tu marca allí, te reconozco, entrando por mar, con mi barco”. El novelista hace una pausa.
 Y luego: “¿Aún sales corriendo, Suso?”.
 “Hay cosas que no voy a decir”. “Yo sí, por las vías, perseguido por los vigilantes, hace menos de un año”, explica José. “A veces es lamentable, correr delante de un chaval que no tiene media hostia”, reflexiona Suso.
“Y que igual tiene más miedo que tú”, añade José.
 “En el fondo es una tontería que se pongan agresivos, lo que haces es solo pintar, ensuciar, desde su punto de vista, pero solo eso, no destrozas nada, se limpia y ya está, pero nos ponen penas más fuertes que a los que roban carteras.
 En realidad sale más barato romperle la cara a alguien que pintar en la calle”.
Hay pocas chicas, apunta Pérez-Reverte, que en su novela hace aparecer algunas, inolvidables, como As Irmas, Las Hermanas portuguesas.
 “Es cosa de ellas, ahora hay más. Eran pocas porque el grafiti venía del mundo del hip-hop, donde no había tías, no se las ha excluido, pero…”. “¿Muchos lo van dejando?”.
“Algunos, se van normalizando y van a los muros legales.
La acción se pierde un poco
. La familia, las consecuencias pueden ser muy graves; las multas, muy fuertes, los embargos”.
El novelista pregunta a Suso si la policía, al reconocerlo, lo trata diferente.
“A veces me piden autógrafos.
 Otras te quieren pillar, como un reto”. “Los grafiteros somos una medalla fácil de colgar para la policía”, considera José; “meternos una crujida tiene poco riesgo si lo comparas con pillar a un delincuente”.
El escritor y el grafitero Óscar. / G. C.
Pérez-Reverte saca a relucir la palabra aventura.
“Sí, el grafito es aventura”, responde Suso.
“Y explorar, todo eso tiene más tirón que la parte artística.
 Conoces la ciudad y la haces tuya”.
 En la mirada de Suso resplandece un mundo de trenes ilustrados y de paredes garabateadas. Pérez-Reverte habla de camaradería, respeto, peligro. Suso opina que ahí hay mucho tópico.
 Huelo pique.
 El novelista recuerda que ha estado en guerras, en acciones que ponían en juego vidas.
 “Lo sabemos, lo tuyo es más fuerte”, media José. Pérez-Reverte les pide que valoren la portada de El francotirador paciente. Les gusta. José explica que hay una gran curiosidad en el mundo del grafiti por ver lo que ha hecho el novelista.
Bajamos a la planta sótano del estudio, donde Suso nos reserva una sorpresa: una pan­­talla gigante en la que puedes pintar grafitis electrónicos con un mando en forma de aerosol. Pérez-Reverte pinta varios tags de su personaje, Sniper.
Tiene mano.
Finalizada la sesión, el novelista me reserva una sorpresa.
 Cogemos un taxi hacia el centro de Madrid. En el camino le señalo la curiosidad de que la protagonista y narradora de El francotirador paciente sea una mujer, y lesbiana.
 Me recuerda que es el tercer punto de vista femenino en su obra, con La reina del Sur y La tabla de Flandes. Volvemos a los grafitis. Dice que ha hecho mucho trabajo de campo en los lugares escenario de la novela, Madrid, Lisboa, Verona y Nápoles. Ha salido con los grafiteros –en el extranjero– “a bombardear” de pintadas, aunque “no me jacto”. ¿Y disfrutaba? “Evidentemente.
 Llevo un año viviendo en el grafiti, leyendo, mirando, cazando.
No soy un turista. Me ha quedado la mirada del grafitero.
 Toda caza marca al cazador. Pero, ojo, no glorifico el grafiti, no estoy ni a favor ni en contra. Es un escenario de trabajo como lo pueden ser la guerra, el narcotráfico o la esgrima.
 No juzgo, pero trato de comprender”.
 Dice el novelista que reconoce mucho de su vida de reportero bélico en la manera en que los grafiteros recorren su territorio viendo posibilidades, vías de escape, ángulos peligrosos, salidas.
 Hemos bajado del taxi en Sol y subimos a pie por la calle de la Montera. Pérez-Reverte me señala las prostitutas nigerianas
. Llegamos junto a un sex shop, en el número 30, y, frente a una pared, el novelista mira hacia arriba.
 El rostro se le ilumina.
“Es la última pintada que queda en Madrid de Muelle”, dice con tono reverente.
 “Cada vez que la veo me conmuevo”.
Nos quedamos allí juntos contemplando en la noche el viejo grafiti, mientras la ciudad se llena de sombras y un ejército anónimo se pone manos a la obra y se eleva como un himno nocturno el desafiante zumbido de los pulverizadores,

 

 

Cormac McCarthy, escritor de cine...............................Carlos Boyero

Ridley Scott dirige 'El consejero', una película de personajes duros y diálogos poderosos

El guion es del gran novelista estadounidense.

Cameron Diaz (izquierda) y Penélope Cruz en un fotograma de 'El consejero'.

Dos escritores grandiosos como William Faulkner y Scott Fitzgerald aceptaron en épocas duras para su maltrecha economía las fastuosas propuestas que les hicieron las productoras de Hollywood.
 Cuentan las lenguas perversas que ambos se limitaron a firmar con su legendario nombre guiones que habían escrito otros, mientras que se dedicaban a trasegar alcohol sin prisas y sin pausas.
 Al menos, su experiencia con los grandes estudios le sirvió a Fitzgerald para escribir las tragicómicas Historias de Pat Hobby.
El personaje del Fitzgerald guionista también protagonizó la desgarradora y genial novela de Budd Schulberg El desencantado.
Y en el cine, los hermanos Coen hicieron un esperpéntico, gracioso y cruel retrato del Faulkner guionista en Barton Fink.
La escritura de Cormac McCarthy puede situarse a una altura artística similar a la de Faulkner y Fitzgerald. Y que yo sepa, nunca había escrito guiones hasta El consejero
 . Ignoro si responde a un encargo o lo ha hecho por iniciativa propia, si Hollywood le hizo una oferta que no pudo rechazar, o si pensaba que a su obra le faltaba escribir un guion para el cine.
En cualquier caso, supone un acontecimiento que el autor de novelas tan extraordinarias como Meridiano de sangre, Todos los hermosos caballos, No es país para viejos y La carretera firme un guion que otro señor va a contar en imágenes.
Aparco la lectura de El consejero hasta que haya visto la película.
 Porque soy mal lector de guiones, y para no sentirme condicionado al ver la película.
La dirige Ridley Scott, señor que además de haber creado tres obras maestras como Los duelistas, Alien, el octavo pasajero y Blade runner, siempre merece atención inicial.
 Y los personajes son duros y sofisticados, los diálogos poderosos (tal vez demasiado, no sé si en la vida real se te ocurren continuamente preguntas y respuestas tan inteligentes), las situaciones que atraviesan intrigan, y es muy atractivo ver juntos a gente con tanta presencia y capacidad de seducción como Fassbender, Pitt, Bardem, Penélope Cruz y Cameron Diaz.
 Esta última, llena de tatuajes y con un diente de oro, protagoniza una insólita y retorcida secuencia erótica que evidencia tanta profesionalidad como sensualidad. Interesa la trama, palpas la violencia subterránea o explícita, sabes que va ser muy chungo el destino de esa gente movida por la codicia o el amor, enfangada en negocios sórdidos cuyo fracaso se paga con torturas y muertes especialmente atroces, es creíble esa atmósfera turbia en la que como en toda la obra de Mc Carthy está flotando el mal, en nombre del dinero, el poder, o exclusivamente del placer que proporciona, siempre triunfante, rehuyendo cualquier desenlace que consuele al aterrado lector.
ANTONIO NIETO
No hay desperdicio en las conversaciones que establecen los personajes.
 Puede establecerse un diálogo filosófico en torno a un diamante entre el sabio vendedor de Ámsterdam y el nuevo rico que quiere ofrecérselo a su novia como prueba suprema de amor.
 O las explicaciones sobre los riesgos y los mecanismos del oficio que ofrecen los profesionales del narcotráfico a los que se inician temerariamente en el, buscando el gran pelotazo y una vida opulenta a perpetuidad
. Esas voces (solo en versión original), esas personalidades, lo que hacen y lo que dicen, poseen fuerza expresiva. El consejero proporciona entretenimiento de altura.

 

 

Miguel Ricart sale de la cárcel de Herrera de La Mancha

El único condenado por el tripe crimen de Alcàsser ha permanecido 20 años en prisión.

FOTO: ULY MARTÍN / VÍDEO: ATLAS
Miguel Ricart Tárrega, único condenado por el triple crimen de Alcàsser (Valencia), ha salido este viernes de la prisión de Herrrera de la Mancha (Ciudad Real). La Audiencia de Valencia ordenó por la mañana su inmediata liberación. En la decisión participaron los cinco magistrados de la Sección Segunda de la Audiencia y no solo los tres que, inicialmente, formaban el tribunal.

Ricart ha abandonado la prisión pasadas las cinco y media de la tarde con la cabeza cubierta con una capucha. Se ha marchado en un taxi. Nadie le esperaba en la puerta. Solo un nutrido grupo de periodistas, informa EFE.
Su excarcelación culmina un trámite iniciado hace un mes tras la anulación por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) de Estrasburgo de la doctrina Parot. La salida del recluso se produce tras la resolución favorable, considerada determinante, de la fiscalía, y los esfuerzos infructuosos de las acusaciones particulares de las familias y la popular que ejerce la Asociación Clara Campoamor por impedir su liberación. El abogado del Estado también se opuso a la excarcelación. 
Ricart fue condenado en 1997 a 170 años por secuestro, violación y asesinato de las adolescentes Miriam García, Toñi Hernández y Desirée González en noviembre de 1992. Debió ser excarcelado en 2011 pero un año antes se le aplicó la doctrina Parot. Sus beneficios penitenciarios se computaron entonces sobre el total de la condena y se fijó su nueva fecha de salida en 2023. La derogación del polémico sistema de redención de penas el pasado octubre ha acelerado su libertad. El Rubio ha permanecido 20 años en prisión mientras sigue desaparecido el otro acusado del triple crimen, Antonio Anglés.
Las tres niñas de Alcàsser desaparecieron la noche del 13 de noviembre de 1992 cuando hacían autoestop para desplazarse a la discoteca Coolor de Picassent (Valencia). Antonio Anglés y Miguel Ricart recogieron a las adolescentes con la promesa de transportarlas. En lugar de detenerse en la discoteca, siguieron la ruta ante el desconcierto de las viajeras. Según la sentencia que condenó a Ricart, los dos delincuentes sometieron a sus víctimas a una interminable sucesión de torturas y violaciones en una caseta en medio del monte en la partida de La Romana (Tous). Después de tres horas de sufrimiento, fueron asesinadas y enterradas. Sus cuerpos se descubrieron a finales de enero de 1993.
Nacido en Catarroja (Valencia), Ricart, de 44 años, fue compañero de correrías, atracos y drogas de Antonio Anglés. Este último encarna una de las incógnitas capitales del crimen. Anglés, que hoy tendría 47 años, está considerado el autor material de los tres asesinatos. Su nombre figura en la web de Interpol como uno de los fugitivos más buscados del mundo. Tras declararse en rebeldía, la justicia y la policía han seguido rastreando sin éxito su paradero.
Anglés se fugó tras aparecer los cadáveres. Burló el cerco policial, llegó a Minglanilla (Cuenca) y prosiguió hasta Portugal. Un drogadicto llamado Joaquim Carvalho explicó después que Anglés había convivido con él 15 días en Caparica. El delincuente, según el toxicómano, búscaba un barco que le llevara a Brasil.
Su persecución, tras una cadena de fallos, se convirtió en un asunto prioritario. En marzo de 1993 se publicó que un polizón “portugués” había sido hallado en el mercante City of Plymouth. La Policía sospechó de que en realidad era Anglés y se trasladó a Dublín. El buque ya había atracado sin dejar rastro de un polizón cuyas características físicas respondían a las del asesino. En septiembre de 1995, un hombre encontró una calavera en una playa del condado de Cork, al sur de Irlanda. El ADN descartó que fuera Anglés. Y en marzo de 1996, dos guardias civiles viajaron a Uruguay tras el rastro del fugado, después de que una prostituta comentara que tenía un cliente con unos tatuajes similares a los del presunto asesino (un esqueleto con una guadaña; la leyenda Amor de madre; y una chinita con una sombrilla).

"Ellas no tuvieron derechos"

Rosa Folch, madre de Desireé, una de las tres niñas, ha afirmado que se siente "indignada" tras la orden de excarcelación de Ricart.
 "Las niñas no tuvieron derechos cuando estaban con esos criminales", ha dicho.
Folch ha indicado que siente "mucha rabia" de ver "lo que han hecho porque no hay derecho".
 "No hay derecho porque las niñas no tuvieron derechos entonces, no tuvieron nada, no tuvieron derechos humanos cuando estaban esos criminales con ellas".
"Se va como todos a la calle, mientras que nuestras hijas ya no se saben ni donde estarán.
Esto es una vergüenza", ha remarcado.
"Presentamos todas las alegaciones y nada", ha indicado, al tiempo que ha añadido que todavía no sabe si recurrirán la resolución del tribunal valenciano, para lo que tienen un plazo de tres días.
"No sé, ya veo que aquí no hay solución", ha dicho.
 Y ha insistido: "Ricart tendría que estar toda la vida encerrado, y ahora todos los criminales y asesinos y violadores salen a la calle. Esto es increíble, en mi vida me lo hubiera imaginado", ha lamentado
. "Estoy desecha", ha aseverado.
La Asociación Clara Campoamor, que ejerce la acusación popular, ha asegurado que aprovechará "cualquier resquicio" para recurrir. "Con la ley en la mano, la asociación ha demostrado que (Ricart) no merecía la excarcelación"
. En paralelo, ha admitido que el recurso es un movimiento complicado. "Sería difícil conseguir el regreso a prisión de Ricart”, ha indicado la abogada en Valencia de Clara Campoamor, Luisa Ramón.
Fue un crimen Gore de grandes propietarios, Ricard y los que no se encontraron se dedicaban a hacer desaparecer los cádaveres.....¿Por qué no investigaron? o la corrupción protegia a esos hombres.'

 

28 nov 2013

Reflexiones de un editor .............................Por Gonzalo Pontón

Para editar libros de Historia, como para editar libros de Física, pongo por caso, un editor tiene que saber. Quiero decir que un editor de literatura de ficción debe sobre todo sentir, tener empatía con lo que su público estima deseable,  pero no le sirve de mucho para acertar con el gusto de sus lectores ser un experto filólogo
. La Historia es una ciencia social en continua evolución que exige de un editor estar al día de lo que se escribe, de lo que se dicta en las aulas, de lo que se investiga
. El filtro que el editor pone a los manuscritos que examina ha de ser un filtro altamente cualificado porque de su decisión depende que se publiquen libros de Historia razonada, basados en una investigación metodológicamente orientada, con unas conclusiones sustentadas en la documentación  pertinente, o bien libros de Historia de nula calidad científica o, incluso, contrahistóricos.
Libro Memorias AzañaCuando yo fundé Crítica en 1976 el tipo de libros de Historia que empecé a editar se refería sobre todo a la época más reciente, la de la República, la Guerra Civil y el franquismo, tan censurada o tergiversada.
 Son de entonces las Memorias políticas y de guerra, de Manuel Azaña,  La República española y la Guerra Civil, de Gabriel Jackson, o Guerra y vicisitudes de los españoles, de Julián Zugazagoitia, por ejemplo.
 Pero también introduje un tipo de libros que habían sido maltratados o postergados y no siempre por razones políticas. Me refiero a Carlos V y sus banqueros, de Ramón Carande, Erasmo y el erasmismo, de Marcel  Bataillon o La Historia de España, de Pierre Vilar.
 Durante las décadas siguientes, hasta el fin de siglo, mantuve esa combinación (Granada en 1936 y el asesinato de Federico García Lorca, de Ian Gibson;
 Recuérdalo tú y recuérdalo a otros, de Ronald Fraser, o El conde-duque de Olivares, de John H. Elliott) bastante sazonada de libros de historia científica o política (Historia del tiempo, de Stephen Hawking o los historiadores marxistas británicos como Eric Hobsbawm, Historia del siglo XX, o E.P. Thompson, Agenda para una Historia radical).
En el último decenio, y manteniendo siempre la combinación inicial, abordé grandes problemas de la historia universal (Ideas, de Peter Watson, o  Cultura, de Donald Sassoon, aunque también Stalingrado, Berlín y todos los libros de Antony Beevor sobre la segunda guerra mundial, o El mundo clásico, de Robin Lane Fox) con un cierto regreso a la mejor historia sobre la España contemporánea (Morir, matar, sobrevivir, de Julián Casanova,  o la imponente tetralogía sobre la República en guerra de Ángel Viñas). Vi llegado el tiempo, entonces, de las grandes machines, de obras en 10 o 12 volúmenes que reunieran a los mejores historiadores de España y sentaran el canon de toda una generación.
 Así nacieron, Historia de España, dirigida por Josep Fontana y Ramón Villares e Historia de la literatura española, dirigida por José-Carlos Mainer.                                                      
Creo que el recorrido editorial de Crítica representa cabalmente la evolución de  la mejor Historia que se ha hecho en España y en el mundo desde 1975.
Por supuesto que otras editoriales han publicado otros títulos historiográficos de extraordinario interés, pero lamentablemente en estos casi cuarenta años transcurridos desde la muerte de Franco también se ha publicado mucha bazofia con fines estrictamente comerciales cuando no de pura propaganda partidista. Pierre Vilar ya explicó que la Historia no ha de ser una ciencia fría y nos enseñó a pensar históricamente: eso quiere decir estar atentos a la evolución de las sociedades en las que vivimos,  tratar de interpretar sus metabolismos y entender a qué aspiran y por qué luchan los hombres y las mujeres que las componen.
Solo con esta actitud se puede encarar con garantías el estudio de la Historia, porque, como dejó también dicho el maestro Vilar, el mayor pecado que puede cometer un historiador es no haber comprendido.
Gonzalo Pontón, licenciado en Historia, fundó las editoriales Crítica y Pasado y presente.

“Si usted me ve, es que estoy muerto”

El documental 'Seré asesinado' rastrea el caso de Rodrigo Rosenberg

Es un rico abogado que denunció su propio asesinato 

a través de un vídeo casero.

El cuerpo sin vida del abogado guatemalteco Rodrigo Rosenberg, en 2009, poco después de ser asesinado por sicarios durante un paseo en bicicleta.

“Lamentablemente, si ustedes están viendo este mensaje es porque fui asesinado por el presidente Álvaro Colom... la razón de por qué estoy muerto se debe a que fui el abogado de Khalil Musa y su hija Marjorie, que fueron salvajemente asesinados también por el presidente Colom”.
 El vídeo en el que el propio Rodrigo Rosenberg, un rico abogado guatemalteco, anuncia su muerte y señala de manera tan directa a sus asesinos dura unos ocho minutos que parecen eternos.
 Con traje oscuro, camisa blanca y corbata azul pálido, Rosenberg va desgranando, en un tono neutro, las vicisitudes de su muerte anunciada, ocurrida un domingo de mayo de 2009 cuando salió a dar un paseo en bicicleta cerca de su casa, un barrio residencial de la ciudad de Guatemala
. El caso Rosenberg convulsionó entonces a la sociedad guatemalteca, traumatizada por una violencia en la que cada día morían asesinadas 15 personas y en la que el 98% de esos asesinatos quedaban impunes.
El documental Seré asesinado, dirigido por el periodista y cineasta británico afincado en Cataluña Justin Webster, entra de lleno en este caso y lo hace como si de un thriller político se tratara, asistiendo casi en directo a un complejo entramado de dudas, mentiras, venganzas, traiciones, violencia, enfrentamientos políticos y amor. Fue el fiscal español Carlos Castresana, entonces al frente de la Comisión Internacional Contra la Impunidad de Guatemala (CICIG, bajo los auspicios de Naciones Unidas), el encargado de dirigir la investigación del caso real. También es el narrador del documental, junto a uno de los hijos del abogado, Eduardo.
Hoy, Castresana, personaje fundamental de esta trágica historia, asistirá al estreno de la película en la Cineteca del Matadero de Madrid junto al realizador Webster. “La investigación, complicada y compleja, se desarrolló en medio de una enorme presión política, con un país al borde del caos y con un conflicto durísimo entre la derecha y la izquierda.
 Puse a disposición del caso un equipo de primer nivel compuesto por 10 civiles guatemaltecos y 20 de distintos países.
Ellos investigaban y yo lidiaba con los políticos.
 Nos jugábamos mucho.
 Solo para las detenciones finales de los diez implicados tuvimos que movilizar a 300 miembros de las fuerzas y equipos de seguridad.
 Era como entrar en la boca del lobo”, explicaba ayer Castresana, ahora en la Fiscalía del Tribunal Supremo, a este diario.
El fiscal español Carlos Castresana participa como narrador del filme
Como ejemplo de lo extremadamente delicado de aquel caso, basten las palabras que le dijo entonces un embajador occidental que se interesó por la marcha de la investigación:
“Pues ya puedes darte prisa, porque si no lo resuelves tú lo resolverán los tanques”. Una frase que el fiscal recuerda todavía con horror.
Fue la paciencia y el resultado de los trabajos del director Justin Webster, que entró de lleno en una investigación personal para la producción del documental, lo que convenció finalmente a Castresana de participar en el filme, algo que rechazó al principio.
“Yo estaba ya fuera de Guatemala, quería dejar atrás esos años y tenía mucha prevención sobre lo que supondría esa vuelta.
 Pero Webster me iba mostrando los progresos de su trabajo y no tuve más remedio que rendirme ante ello”.
Seré asesinado, disponible para los abonados de Yomvi de Canal + y que se proyectó en la última edición del Documenta Madrid, lleva al espectador por los más insólitos y secretos descubrimientos de una realidad oscura y difícil que escondía el caso Rosenberg, con una reconstrucción en tiempo real, imágenes de entonces y de ahora y sin una sola voz en off.
“Esta película demuestra que la realidad supera con creces la ficción”, asegura Webster, experiodista del diario The Independent y hoy dedicado a sacar a la luz historias en torno a la verdad y la justicia, principalmente en Latinoamérica.
 El filme, con un final inesperado y sorprendente, como la propia realidad, esconde también una pasional historia de amor: la de Rosenberg con Marjorie Musa, asesinada junto a su padre, un industrial poderoso que había aceptado un cargo político.
 También el descubrimiento de la personalidad del propio abogado, un hombre enigmático y proclive a los extremismos.
“Lo que más me interesaba de este caso es ese cruce entre la política y los temas personales que llevan la historia por unos derroteros inimaginables”, explica.
El documental, que cuenta con el aval de la BBC como uno de los coproductores, y cuya preproducción y rodaje duraron cerca de dos años, estará en la pantalla de la Cineteca los próximos meses.
 De momento, en Guatemala solo se ha visto en un festival, y está aún pendiente su estreno en salas.
Hollywood olió el aroma dramático de esta truculenta historia, y está ya preparando una incursión en ella, lo que supondrá el debú del actor Matt Damon como director. The foreigner, con guion de Oscar Chriss Terrio, ganador del Oscar por Argo, contará con el propio Matt Damon como intérprete del personaje de Castresana.

 

Erotismo en los museos.................Del Blog El Viajero Astuto


Jean_Auguste_Dominique_Ingres,_La_Grande_Odalisque,_1814
El sexo inspira. Un viaje por algunas de sus obras maestras en museos, iglesias y pinacotecas. El orden de las obras es aleatorio. Y no están todas. Sobre estas líneas, La Gran Odalisca, de Ingres (1814), en el Louvre (París).

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Dos mujeres en el baño
(hacia 1594). Una exquisita obra anónima de la Escuela de FontainebleauEn ella aparecen Gabrielle d'Estrées, cortesana y amante del rey Enrique IV de Francia, y su hermana la duquesa de Villars. Museo del Louvre (París, Francia).
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Dora y el Minotauro
  (1936), de Pablo Picasso. Uno de los retratos de Dora Maar que Picasso realizó entre 1936 y 1943. Museo Picasso de Barcelona.
Utamaro
Poema de la almohada
(1788), de  Kitagawa Utamaro. Una de las litografías de la exposición Shunga. Sexo y placer en el arte japonés, hasta el 5 de enero en el Museo Británico (Londres, Reino Unido).
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Adán y Eva expulsados del Paraíso Terrenal
(1425-1428), de  Masaccio. Capilla Brancacci de Florencia (Italia).  En 1987, la recuperación de los atributos masculinos de Adán tras la restauración del fresco provocó un pequeño escándalo. A la izquierda, antes; a la derecha, después.

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Éxtasis de Santa Teresa
(Entre 1647 y 1651), de Bernini. Capilla Cornaro en la iglesia de Santa María della Vittoria (Roma, Italia).  La santa pone los ojos en blanco al recibir el fuego divino de manos de un ángel.  La escultura, de mármol blanco,  es una pieza clave de la novela Ángeles y demonios, de Dan Brown.
Bernini extasis de la beata Ludovica
Existe otra escultura de Bernini aún más explícita: Éxtasis de la beata Ludovica Albertoni (entre 1671-1674), en la Capilla Altieri de  la iglesia de San Francesco a Ripa, en el barrio romano de Trastévere.
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Fresco de Pompeya
. En el Gabinete Secreto del Museo Arqueológico de Nápoles (Italia) se puede ver una colección de frescos, mosaicos y esculturas de carácter erótico o pornográfico hallados en las ruinas de Pompeya.
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Madonna
(1895), de Edvar Munch. Munch pintó varias versiones diferentes de la Madonna entre 1894 y 1895. La de la foto, un grabado en el que aparece enmarcada por espermatozoides y un feto, es una de las más inquietantes. Una de las copias fue subastada en Londres en 2010 por 1,5 millones de euros; otra se encuentra en el Ohara Museum of Art en Kurashiki, Japón.
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Amor Vincit Omnia
(Amor victorioso; hacia 1602), de Michelangelo Merisi ‘Caravaggio’.  Staatliche Museen / Gemäldegalerie (Berlin, Alemania).
Leda
Leda y el cisne
. Segun la leyenda, Zeus se transformó en un hermoso cisne blanco para seducir a la bella Leda, un tema escabroso que fue utilizado profusamente durante el Renacimiento. La Leda de la foto es una copia que se exhibe en la National Gallery de Londres de un cuadro desaparecido de Miguel Ángel.
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Esta otra Leda, atribuida a Francesco Melzi (hacia 1515), es una copia de una obra perdida de  Leonardo que se exhibe en la Galería Uffizi de Florencia (Italia).
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Manao tupapau
(1892), de Paul Gauguin.   Albright–Knox Art Gallery, Búfalo, Nueva York (EE UU).
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El beso (1927), de Max Ernst. Colección Peggy Guggenheim. Venecia (Italia).

Las mejores y peores frases para ligar...............Del Blog Eros

La red se ha emocionado con la historia de Paco, un joven que se quedaba sin palabras ante su amada, y que para conquistarla recurría al famoso compositor Tommy Torres, del que la chica en cuestión era muy fan, para que le compusiera una canción. Torres, en vez de ponerle poesía y palabrería al asunto, simplemente convirtió la carta de Paco en una canción, que ha causado furor en Internet.
 Tal y como nos cuenta el artista: "Cuando se trata de sentimientos no hay nada como ser directo".


Pensando en esta historia, reflexioné sobre cuáles son las frases o los métodos que solemos usar para conquistar a alguien, y no pude sino mandar un S.O.S a mis amigas, vía WhatsApp, para rememorar cuáles eran las mejores frases, o las estratagemas más cutres que habían usado los chicos para entrarnos en un bar.
"¿Sabes cuánto pesa un oso polar?", pregunta el chico, copa en mano, a una más que asombrada compañera de baile. "Pues, no", contesta ella. "¡Lo suficiente para romper el hielo! Hola, me llamo Ramón".
Aunque parezca absurdo, en realidad, todo vale con tal de pasar esa primera barrera y lanzarse a la piscina con una frase ingeniosa que, desde luego, la dejará impactada.
 Ese es el objetivo, llamar su atención.
Ligar-en-un-bar
Para los más 'techies', ya hay una 'app' para ligar en los bares, como nos cuenta Jesús Alonso en Travel Report.
Quedarse en el "¿vienes mucho por aquí?" o en el más que clásico "¿estudias o trabajas?", desde luego no te hará parecer el más moderno.
 Mucho menos si caes en otros tópicos como “déjame que adivine tu nombre” o la típica estrategia en grupo de: "¿Sabéis algún garito que esté bien por aquí? ¿Nos acompañáis?".
 Si de verdad te interesa llamar la atención de una persona, lo mejor es valerse del ingenio. A veces hay quien consigue seducir mucho más a través de su intelecto y también el que solo se vale de su físico.  Y es que, a la hora de propiciar ese primer acercamiento, la primera impresión es la que cuenta.
Hay quienes incluso, sabiendo que no tienen un gran don de palabra, salen preparados para la ocasión con su kit de magia: hoy hacer un juego de cartas en mitad del bar, se ha vuelto algo hasta casi normal. Y hay a quien el golpe de efecto le funciona.
Flores magia
A veces, a través de un buen truco, puede surgir la magia.
Otra opción es la de recurrir a tu amigo, y pedirle que rompa el hielo por ti.
Pero es una baza muy arriesgada. Si tu amigo lo hace mal, tú también quedarás en ridículo, y si lo hace demasiado bien, será él quien se quede con la que podría haber sido la chica de tus sueños.
Un tópico menos típico, y algo más seductor, es el "me tientas".
Puede tentarle tu vestido, tu cuello, tus tacones, o tu boca… La cuestión aquí no es lo que dices, sino cómo lo dices.  La clave no está en que tú te desmarques del resto de chicos del local sino en conseguir que sea ella la que se sienta única y especial. Si hay algo que nos pierde como mujeres es el sentirnos deseadas, y esa pueda ser una buena baza.
Pero, desde luego, hay maneras mucho más divertidas.
 Desde esos chicos que aseguran que "están en oferta" o el "pack de amigos 2x1", hasta los que te buscan algún parecido razonable con alguna actriz. Los hay con mucho morro que, por probar, intentan convencerte de que si tu novio se encuentra a más de 100 km, "entonces no cuenta".
Volviendo al origen del relato, no hay que perder de vista a aquellos que al menos se lo curran en plan romántico. Recuerdo la historia de un chico que pintó toda una serie de señales de tráfico para que llevasen a la susodicha hasta el portal de su casa. En la puerta, por si aún quedaba alguna duda, había dejado un "I love you".
Señales de amor
No hay nada que sea más efectivo que 'mandar señales'. 
Esto de lanzarse a la piscina ni es, ni tiene por qué ser, solamente cuestión de hombres.
 Ya habló Venus por aquí de las que no se atreven a dar el primer paso, pero cada vez empieza a haber más aventureras.
 En mi humilde opinión:  "si quieres pizza, hay que llamar al pizzero", y es que esto de quedarte en la silla para esperar a que alguien te saque a bailar, al más puro estilo Grease, deberíamos empezar a dejarlo en la prehistoria.
 Si ves que hay algo que te interesa, ¿por qué no ir a por ello? El miedo al fracaso existe, en la misma medida, en ambos sexos. 
Lo que sí es verdad es que las mujeres a veces jugamos más a las sutilezas, y  por ello el juego de miradas suele ser nuestra táctica por excelencia.
Sin embargo, también hay ideas útiles y no muy arriesgadas, como dejarle tu teléfono a un compañero de trabajo por si le surgiera alguna duda, o dejarte algo olvidado para tener una excusa para volver a encontraros
. Aunque a veces no vendría mal mandar algunas señales más obvias, para por lo menos no despistar al personal.
La cuestión es que una vez que consigamos llamar la atención de esa persona, finalmente seremos nosotros los que comprobemos si ha merecido la pena el esfuerzo.
 Y es que, en ocasiones, no merece la pena ser original por alguien que, al final, poco nos va a aportar.
Pero esa ya es otra historia.
¿Y vosotr@s? ¿Qué métodos o frases habéis dicho u os han dicho para ligar?A mi me ligan pero no me entero, esas frases manidas me las sé de memoria. Además no arriesgo con desconocidos que dicen chorradas.

Gonzalo Miró logra el amparo del Constitucional para que no se especule con la identidad de su padre

El tribunal anula una sentencia del Supremo y da la razón al hijo de la fallecida directora de cine.

Gonzalo Miró. / EUROPA PRESS

El Tribunal Constitucional ha otorgado el amparo a Gonzalo Miró Romero, hijo de la fallecida Pilar Miró,para que no se hable sobre la identidad de su padre, dato que tanto él como su madre nunca han hecho público y dado que su padrino es Felipe Gonzalez Gonzalo está a buen recaudo que no se especulará más que lo justo.
Es muy curioso los hijos de padres que nunca por razones varias, han reconocido su paternidad a medida que ese niño va creciendo es igualito a su padre biológico, les guste o no a las partes interesadas.
De Pilar Miró se dijo algún affaire con nombres de prestigio, pero al crecer Gonzalo aiunque no se especule con su padre es igualito a él solo que no fuma en Pipa. No sé sus razones tendrán pero la genética juega malas pasadas a esos padres o madres que no quieren nada más que al hijo y en este caso se repite, más delgado que su padre, pero la barbilla igualita, dirigia su padre un Programa bueno y entretenido , eran tiempos de Debates entre lo humano y lo divino la clave está en que quien lea esto lo recuerde.
. La sentencia anula la resolución dictada el 30 de junio de 2010 por el Tribunal Supremo
. La abogada Carolina Pina del despacho de Garrigues ha llevado la reclamación.
Los hechos tuvieron lugar los días 16 y 17 de agosto de 2005, fechas en las que los programas Aquí hay tomate y TNT, ambos de la cadena Telecinco, “difundieron una serie de manifestaciones relativas a la identidad del padre del recurrente mediante la emisión de una serie de reportajes con voz en off y a través de manifestaciones directas de ciertos periodistas que participaban en el debate suscitado a tal efecto”
. La resolución, de la que ha sido ponente el magistrado Luis Ignacio Ortega, rechaza la argumentación del Supremo, según la cual no se produjo la violación del derecho a la intimidad porque las informaciones no identifican al padre del recurrente sino que solamente vierten “conjeturas sobre las posibles filiaciones paternales”.
Según el Constitucional, sin embargo, en este caso el derecho a la intimidad no debe ceder frente al derecho a la información, pues la filiación paterna de Gonzalo Miró "no es un asunto de interés público”. En cualquier caso, el interés que pudiera tener ese dato para “un mayor o menor número de espectadores no justifica la invasión que tal revelación ha ocasionado en su derecho a la intimidad”.
El Tribunal Constitucional recuerda que, según su ya consolidada jurisprudencia, la condición de personaje público no implica la desaparición de la protección constitucional de la vida privada: “Si bien los personajes con notoriedad pública inevitablemente ven reducida su esfera de intimidad, no es menos cierto que, más allá de esa esfera abierta al conocimiento de los demás, su intimidad permanece y, por tanto, el derecho constitucional que la protege no se ve minorado en el ámbito que el sujeto se ha reservado y su eficacia como límite al derecho de información es igual a la de quien carece de toda notoriedad”.
El TC, por lo tanto, “declara vulnerado el derecho a la intimidad del recurrente puesto que la especulación sobre la identidad de su progenitor en distintos programas televisivos no puede estar amparada por la libertad de información ya que tal dato carece del más mínimo interés o relevancia pública”.
De acuerdo con su jurisprudencia, el Constitucional no se pronuncia sobre la indemnización, por lo que ordena al Supremo que dicte nueva sentencia para que, “partiendo de la constatación del derecho a la intimidad de la parte recurrente”, resuelva sobre la determinación de la indemnización que, en su caso, corresponda.

 

¿Será tu media naranja? Escucha a tus vísceras


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"Los recién casados conocen de forma implícita si su matrimonio será grato”, dice el responsable del estudio. / Pichi Chuang (Reuters)

Los sentimientos automáticos, viscerales y más bien inconscientes que tenemos hacia nuestras nuevas parejas tienden a ser acertados, según se puede comprobar en la vida real cuatro años después. De hecho, son siempre más acertados que esos otros sentimientos, los que albergamos con plena consciencia y admitimos abiertamente a la mínima ocasión.
 Son los resultados de una investigación de psicología experimental que tres universidades estadounidenses han estado haciendo con 135 parejas durante los últimos cuatro años, y lo bastante sólido como para presentarlo en la revista Science.
El responsable de la investigación, el psicólogo James McNulty de la Universidad Estatal de Florida, tal vez sea el primer científico que ha titulado un artículo técnico con un twit: “Aunque lo desconozcan, los recién casados conocen de forma implícita si su matrimonio será grato”.
Directo, al punto y claro como el cristal.
Una tradición de la psicología social ha sostenido durante décadas que los procesos automáticos de la mente producen efectos sociales, pero la teoría carecía hasta ahora de soporte empírico y había empezado a ser cuestionada. El experimento de McNulty y sus colegas aporta exactamente esa clase de evidencia que se echaba de menos.
Los psicólogos han estudiado a 135 parejas heterosexuales desde que estaban recién casadas hasta cuatro años después, haciéndoles un examen cada seis meses durante ese periodo. Cada vez les han preguntado —por supuesto, a cada miembro de la pareja por separado— sus sentimientos explícitos sobre el cónyuge. Pero también han medido, con los trucos enrevesados típicos de la psicología experimental, sus sensaciones viscerales sobre su pareja, la clase de sentimiento que no se revela filtrada ni metabolizada por la razón, sino que surge virgen y brutal de las capas más oscuras de nuestro cerebro profundo o reptiliano.
Por ejemplo, los investigadores muestran al sujeto una foto de su cónyuge durante solo 300 milisegundos (menos de un tercio de segundo) seguida rápidamente por una palabra como “imponente” o “genial”, o bien por una como “horrible” o “espantoso”. El sujeto tiene que decir (pulsando una tecla) si la imagen va bien con la palabra o no. Los psicólogos experimentales tienen bien documentado que, en esas condiciones, el tiempo de reacción delata las sensaciones viscerales, o sentimientos automáticos, del voluntario.
Si el sujeto realmente siente que su cónyuge es “imponente”, pulsa la tecla a la velocidad del rayo. No así en caso contrario, por más que jure y perjure. Son técnicas clásicas de los psicólogos para hurgar en nuestras entrañas más recónditas, en aquellas sensaciones que no queremos confesarnos ni a nosotros mismos.
El resultado ha pasado todos los filtros estadísticos y está más claro que el agua: si uno quiere saber qué va a ser de su vida de pareja dentro de unos años, lo mejor que puede hacer es atender a sus vísceras.
 Los sentimientos plenamente conscientes, o explícitos, fallan más que una escopeta de feria. Pueden ser un autoengaño o un engaño literal —solo para los demás—, pero en cualquier caso no dan ni una.
 Solo las tripas dicen la verdad, o predicen el futuro.
 Triste resultado para nuestros lóbulos frontales.
“No estoy seguro de que nuestros lóbulos frontales sean ajenos a nuestras actitudes automáticas”, dice McNulty a EL PAÍS, “pero lo que sí puedo decir es que, a veces, nuestros sentimientos viscerales (gut-level feelings) pueden ser más certeros que nuestros pensamientos más deliberativos”.
Sobre el rompedor título de su paper, McNulty comenta sin falsa modestia, o sin modestia de ninguna clase: “Los títulos inteligentes se están volviendo la norma en mi disciplina, la psicología social”. Ya lo saben.