Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

31 oct 2010

The Beatles - When I'm sixty four (Subtitulada en Español)

Joaquin Sabina Nos Sobran Los Motivos

Billie Holiday - My Man

Janis Joplin - Piece of my heart

Nos sobran los motivos - Joaquin Sabina

Cancion al Partido Comunista

La Internacional Comunista - Español

Adiós a Marcelino Camacho

. .Han pasado solo dos años. "Sesenta y seis escalones" no dejaba de repetir, una y otra vez, Marcelino Camacho junto a su inseparable compañera, Josefina. La salud de Marcelino comenzaba a renquear no solo por la edad sino por tantos años de cárcel y huelgas de hambre.
El mero hecho de bajar a la calle le suponía un gran esfuerzo. Aquella fue mi última visita. Era su 90 cumpleaños.






A Camacho y a Josefina no les faltaron reconocimientos en vida. Homenajes, institucionales o no, que también se constituyeron en reconocimientos a otros tantos militantes de Comisiones Obreras, para quienes Marcelino ha sido y es el símbolo por antonomasia del movimiento obrero en su conjunto.



Su casa de Carabanchel es y será siempre parte de la historia del movimiento obrero. Con enorme orgullo Josefina y Marcelino te internaban por un viaje al pasado y al presente de una parte fundamental de la historia reciente del país. Siempre con una amabilidad, humildad y una cercanía incomparables.



Su historia, la del movimiento obrero antifranquista y la de tantos militantes anónimos está todavía por escribir. El jueves por la noche a escasas dos horas de su fallecimiento entregaba yo a la editorial una obra colectiva, Delincuentes políticos, para cuya cubierta habíamos elegido una fotografía del propio Marcelino dirigiéndose a una reunión de delegados de CC OO en Madrid, un 6 de junio de 1979. Sabíamos que desde hacía tiempo estaba enfermo, pero queríamos llegar a tiempo para entregárselo. No pudo ser.



Ahora reviso aquella imagen cargada de simbolismo y fuerza, y estoy seguro de que su legado estará siempre presente. A Marcelino, a quien el régimen franquista vilipendió, juzgó y encarceló como si fuese un delincuente político, no lograron someterle ni humillarle.



No renunció jamás a su proyecto sindical y político. En nuestra memoria colectiva siempre quedará grabada aquella frase suya: "Ni nos domaron, ni nos doblaron, ni nos van a domesticar", llena de coraje de un humilde fresador que cambió la historia de la mano de CC OO.

Hollywood se queda sin Godard

El próximo 13 de noviembre, la Academia de Hollywood otorgará cuatro oscars de honor a cuatro personalidades del cine. Una de ellas, el genial y controvertido director franco-suizo Jean-Luc Godard, emblema de la nouvelle vague y paradigma de una época, ha declinado la invitación y se quedará tranquilamente en su casa suiza de Rolle, a 70 kilómetros de Ginebra. Por primera vez, Hollywood homenajea a esa corriente, la nouvelle vague, compuesta en su tiempo de unos desconocidos cinéfilos treintañeros franceses que a base de valentía, innovación, inteligencia y determinación revolucionaron el cine en los años sesenta. Solo François Truffaut había conseguido, ya en 1974, el Oscar a la mejor película extranjera con La noche americana, considerada por la crítica como un filme alejado ya de las audacias formales de los primeros años. La Academia, ahora, dice de Godard: "Ha escrito y dirigido durante cincuenta años películas valientes, a veces controvertidas, que le han convertido en un maestro de la vanguardia".




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Tampoco quiso ir al festival de cine de Cannes, aludiendo a misteriosos problemas "de tipo griego"



La esposa del director ha deslizado una razón: "No son los Oscar de verdad". Se entregan en un acto descafeinado

Pero el viejo Godard no piensa ir a Hollywood.



Ya en septiembre avisó de que solo viajaría si "se lo permitía" su agenda. Ahora, la Academia, mediante un comunicado, ha explicado que tras un nutrido intercambio de cartas durante meses entre Godard y el presidente de la institución, Tom Sherak, el realizador franco-suizo "aseguró que no podría asistir personalmente a la ceremonia", sin precisar los motivos. La mujer de Godard (y productora), Anne-Marie Miéville (a la que el director cita con obsesión en las entrevistas que hace), se encargó de explicarlo un poco más hace unos días. A un reportero del diario The Australian le adujo la edad de Godard, que cumplirá 80 años en diciembre, para excusarle. Pero luego deslizó otra razón: "No son los Oscar de verdad".



Es cierto: la Academia de Hollywood desgajó hace dos años la ceremonia de los Oscar de honor, confinándolos a una cena algo descafeinada (y no televisada) que se ofrece meses antes de los otros, los de verdad, como diría Godard. Los otros tres homenajeados, a los que el veterano realizador llama "los tres mosqueteros" son el director Francis Ford Coppola, el actor Eli Walach y el historiador Kevin Brownlow. Hasta ahora ninguno ha renunciado a la ceremonia, descafeinada o no.



No es esta la única espantada sonada de Godard en este año. En la última edición del festival de Cannes, en mayo, a pesar de que tenía prevista, anunciada y confirmada su asistencia a fin de presentar y promocionar su última película Film socialisme, también prefirió quedarse en su casa dando la espalda a la prensa, a los espectadores y a los organizadores. Para disculparse (o explicarse), envió una enigmática nota manuscrita al director del festival imposible de descifrar: "Debido a mis problemas de tipo griego, no podré acudir a Cannes. Con el festival, yo voy hasta la muerte, pero ni un paso más allá. Con afecto, Jean-Luc Godard"



¿Cuáles son los problemas de tipo griego de Godard? ¿Asuntos de dinero? ¿Deudas? ¿O se trata de una protesta por el trato que Europa daba por entonces a Grecia, ahogada por su déficit? Es cierto que Godard ha asegurado recientemente que Grecia debería cobrar derechos de autor por su aportación a la cultura europea. Pero esta explicación cojea un poco.



A la vez, por si no hubiera sido poco desprecio el desplante personal al festival, Godard colgó su nueva película en Internet el mismo día que se presentaba en Cannes. Un experimento cinematográfico, especie de collage personal sin argumento claro, en el que mezcla, entre otras cosas, vídeos, cine y escenas extraídas de YouTube, que fascina a algunos y horripila y mata de aburrimiento a otros.



Con su eterna chaqueta marrón y sus jerséis de pico que parecen sacados de un catálogo de moda de los setenta, su pinta verdaderamente descuidada, su puro apagado o no, sus enormes gafas de pasta, sus cuatro pelos despeinados y su barba de cuatro o cinco días, el viejo Godard ha vivido este año no solo su reconocimiento en Hollywood y las iras de los organizadores de Cannes por su críptico desplante; no solo el desconcierto, la repulsa, el hartazgo o la fascinación de la crítica por su última película, experimental como todo su cine, aun con 80 años, sino también cierta gloria retrospectiva y algo nostálgica por el 50º aniversario de su primer largometraje, Al final de la escapada (À bout de souffle), uno de los más famosos, una de sus muchas obras maestras, con un irresistible Jean-Paul Belmondo disfrazado de macarra encantador y una adorable Jean Seberg de pelo corto.



Así, se han recordado algunas leyendas ciertas de esa película mítica: que se rodó sin guión, o que el argumento-resumen fue escrito a cuatro manos en los bancos de un andén de la estación de metro parisiense de Richelieu-Drouot por dos amigos de entonces enfermos de cinefilia que se separarían para siempre años después: François Truffaut y Jean-Luc Godard.



También este año, poco antes de que se estrenara en Cannes (y en Internet) su última película, apareció la primera biografía escrita en francés sobre él. Titulada simplemente Godard, el periodista, crítico y especialista Antoine de Baecque relata su infancia suiza, la adolescencia parisiense, sus discusiones con su familia, la nouvelle vague, su politización en mayo de 1968, la aventura malograda del grupo marxista revolucionario Dziga Vértov, su casi reclusión desde 2000, su vertiginoso ritmo de rodaje, sus incesantes obras maestras: Banda aparte, Alphaville, Pierrot el loco...



Ya no juega al tenis, dice, porque le duele una rodilla, pero aún adora el fútbol ofensivo del Barcelona. Le gustan los documentales de animales y los episodios de la serie norteamericana House. Vive en Suiza pero paga religiosamente sus impuestos en Francia -al revés que todos sus vecinos-, se confiesa amigo de las descargas de Internet, enemigo tanto de los derechos de autor como de las herencias inmobiliarias. Todo esto lo dice en una larga entrevista concedida hace algunos meses a la revista francesa Inrockuptibles. También se acordó en ella de su viejo compañero, de su amigo-enemigo Truffaut: "Nunca me perdonó que yo pensara que sus películas eran pésimas. O por lo menos no se perdonó no pensar de mis películas que eran también igual de pésimas".



El director de cine entregado a una obra que le sobrevivirá y que acaba de despreciar el hecho de recibir un Oscar a toda su carrera asegura también que la posteridad no le importa nada y que tampoco le obsesiona mucho desaparecer.

Miles Davis Bitches Brew

El neogaldosianismo y otras sandeces

El neogaldosianismo y otras sandeces







Anunciaba en un trabajo anterior la moda que se está imponiendo de atribuirse cierto galdosianismo en algunos autores y autoras de la actualidad narrativa. Galdós es un gigante, uno de esos novelistas supremos como sólo hay media docena en toda la historia de la literatura universal. Solemos decir que es el mejor novelista español después de Cervantes, pero eso no es exacto; yo diría que Cervantes y Galdós forman parte de ese ramillete de media docena de autores incuestionables y que son fuente en la que beben todas las literaturas de Occidente.






Ya he dicho muchas veces que quienes etiquetan a Galdós de realista a secas es que no han leído su obra. Es verdad que la mayor parte de sus novelas son realistas, pero tamizadas por una imaginación y una capacidad de contar pocas veces igualada. Galdós es también otras cosas: rupturista de los viejos esquemas (últimos cinco títulos de los Episodios Nacionales), renovador del teatro y autor de literatura fantástica cuando se lo propone. Pero él lo que quiere es mostrar la realidad sobre todo; en ese sentido es realista, y al mismo tiempo imprime a sus descripciones, sus diálogos y sus enumeraciones una profundidad tremenda, en la que se filtran de rondón la filosofía, la política, la ética, la religión o las reivindicaciones feministas mucho antes del feminismo. No es Galdós un contador de historia desnudo, es un novelista que funda espacios en los que podemos mirarnos cien años después de haber sido creados.






Sin embargo, cuando un novelista se acerca a la historia, enseguida sale el adjetivo galdosiano, sobre todo si se trata de la historia de España. Ya empiezan a colgarle ese rótulo a Pérez-Reverte porque hizo un remake de Trafalgar, o porque hace poco rememoró el Cádiz atacado por los franceses en la Guerra de Independencia.






También dicen lo mismo de las últimas entregas de Muñoz Molina, porque trata de reconstruir una época de la reciente historia española, y seguramente se lo colgarán -o quién sabe si él lo reivindica- a Eduardo Mendoza, porque en su novela del Planeta recrea un tiempo madrileño inmediatamente anterior a la guerra civil y salen personajes reales como Franco o José Antonio Primo de Rivera.






Hablé anteriormente de Almudena Grandes en este espacio, y ella misma se reivindica heredera de Galdós al tratar de escribir en seis novelas otros tantos episodios acaecidos durante la dictadura franquista. Ser heredero de un autor tiene más que ver con el estilo que con lo que se cuenta, y ni Pérez-Reverte, ni Muñoz Molina, ni Almudena Grandes (mucho menos Eduardo Mendoza) tienen la menor concomitancia con el estilo galdosiano. Ahora va a resultar que todas las novelas alrededor de la historia de España son galdosianas, y leía hace unos días hablar del neogaldosianismo, puesto al servicio de los novelistas que escriben sobre la guerra civil y la dictadura franquista. Por lo tanto, al final todos vamos a ser neogaldosianos, un palabro que simplemente no significa nada.






Y escribo este artículo porque con estas etiquetas se vuelve a enmarcar a Galdós en un espacio muy reducido, el realismo historicista, cuando Don Benito se valía de él para crear mundos de una forma tan magistral que todavía no ha sido igualado en la vertiente realista (insisto en lo de realista porque seguro que alguien me saca a Juan Rulfo o a García Márquez, pero ese es otro palo). Tendríamos que llamar entonces neogaldosiano a Alexis Ravelo por sus novelas de la serie La Iniquidad, a Juancho Armas Marcelo porque novela en su próxima obra a un personaje histórico de la talla de Francisco de Miranda, o a quien esto escribe porque ha escrito alguna novela apegada a la historia, ha contado a salto de mata el siglo XX canario en los relatos de Crónicas del salitre y reivindica el mito de Juan García El Corredera en La Mitad de un Credo. Y nada de eso es cierto, porque los novelistas citados beben de Galdós como todos (para eso fue un maestro), pero no son neogaldosianos y está bien que así sea. Porque ¿qué es esa majadería del neogaldosianismo?






Quienes así se hacen llamar -o pretenden que otros lo hagan- responden más a dictados del márketing, y como ahora decir que se hereda de Galdós queda bien, pues vale. Y ya que estamos hablando de Don Benito recomiendo la lectura de sus obras, cualquiera de ellas, y encontrarán actualidad, reflexión que sirve para este tiempo, situaciones que parece que sucedieron ayer y un placer tremendo al degustar cada secuencia. Maravíllense con ese don de contar muchas cosas a la vez sin que se estorben, sin agobiar al lector con datos y datos (aunque los cuela, de eso sabía mucho nuestro paisano). Por lo que me toca, admiro tanto la obra de Galdós que me parece una insolencia sentirse heredero suyo, y hoy se llaman así quienes ayer procuraban que no los relacionaran con Galdós. Qué fauna literaria, Don Benito.
Sacado de http://www.canarias7.es/blogs/bardinia/Emilio González Déniz
Y no creo que esos escritores se hayan leído toda la Obra de Galdós, ni mucho menos, y Reverte en el Asedio y en el 2 de Mayo ni lo menciona, y ahora resulta que todos ellos son galdosianos, si y yo tb.

Miles Davis - Bitches Brew 1969 Live Performance

La fiesta de los “finaos”

Esteban Santana







Este fin de semana se celebra en muchos lugares de nuestras islas la Fiesta de Los Finaos, popularmente como se conoce a los difuntos, y palabra que hoy en día está en desuso.
 Las familias y los amigos se reunían para recordar a sus difuntos, contando anécdotas de los mismos a la vez que se comían castañas, nueces o piñas asadas. Después venían las taifas y las parrandas, culminando así este día de los finaos, eso sí, sin que faltara la misa de los difuntos.






Antiguamente los chiquillos también participaban en este día de los Finaos, ya que iban de casa en casa, la víspera, el Día de Todos Los Santos, tocando por las casas con unas talegas de tela. Cuando les abrían las puertas, los chiquillos preguntaban “¿hay santos?“, a lo que habitualmente les respondían afirmativamente, y entonces les ponían en las talegas castañas, almendras, nueces o higos pasados, y algún que otro dulce, si había. Al final, los chiquillos los compartían con su familia cuando se reunían para la celebración.




Una pena que se pierdan tradiciones como éstas y se consoliden otras de fuera como la de Hallowen, donde se demuestra que en los últimos tiempos muchas de nuestras tradiciones dependen de la publicidad y de los centros comerciales que van ahogando tradiciones populares como la de los finaos por sacar adelante otras venidas de fuera que dejan más dinerito en caja.



30 oct 2010

Copia certificada

Ficha técnicaTítulo: Copia certificada


 

Título original: Certified Copy



Año: 2010



Duración: 106 minutos



País: Francia



Género: Drama



Estudio: MK2 Productions, Wanda Films


















Duración: 106 minutos





















País: Francia





















Género: Drama





















Estudio: MK2 Productions, Wanda Films

EL NIÑO DE LA NOCHE



Poema El Niño De La Noche de Miguel Hernandez







Riéndose, burlándose con claridad del día,

se hundió en la noche el niño que quise ser dos veces.

No quise más la luz. ¿Para qué? No saldría

más de aquellos silencios y aquellas lobregueces.



Quise ser… ¿Para qué?… Quise llegar gozoso

al centro de la esfera de todo lo que existe.

Quise llevar la risa como lo más hermoso.

He muerto sonriendo serenamente triste.



Niño dos veces niño: tres veces venidero.

Vuelve a rodar por ese mundo opaco del vientre.

Atrás, amor. Atrás, niño, porque no quiero

salir donde la luz su gran tristeza encuentre.



Regreso al aire plástico que alentó mi inconsciencia.

Vuelvo a rodar, consciente del sueño que me cubre.

En una sensitiva sombra de transparencia,

en un íntimo espacio rodar de octubre a octubre.



Vientre: carne central de todo lo existente.

Bóveda eternamente si azul, si roja, oscura.

Noche final en cuya profundidad se siente

la voz de las raíces y el soplo de la altura.



Bajo tu piel avanzo, y es sangre la distancia.

Mi cuerpo en una densa constelación gravita.

El universo agolpa su errante resonancia

allí, donde la historia del hombre ha sido escrita.



Mirar, y ver en torno la soledad, el monte,

el mar, por la ventana de un corazón entero

que ayer se acongojaba de no ser horizonte

abierto a un mundo menos mudable y pasajero.



Acumular la piedra y el niño para nada:

para vivir sin alas y oscuramente un día.

Pirámide de sal temible y limitada,

sin fuego ni frescura. No. Vuelve, vida mía.



Mas, algo me ha empujado desesperadamente.

Caigo en la madrugada del tiempo, del pasado.

Me arrojan de la noche. Y ante la luz hiriente

vuelvo a llorar desnudo, como siempre he llorado.


Poema Canción Del Esposo Soldado de Miguel Hernandez



Poema Canción Del Esposo Soldado de Miguel Hernandez







He poblado tu vientre de amor y sementera,

he prolongado el eco de sangre a que respondo

y espero sobre el surco como el arado espera:

he llegado hasta el fondo.



Morena de altas torres, alta luz y ojos altos,

esposa de mi piel, gran trago de mi vida,

tus pechos locos crecen hacia mí dando saltos

de cierva concebida.



Ya me parece que eres un cristal delicado,

temo que te me rompas al más leve tropiezo,

y a reforzar tus venas con mi piel de soldado

fuera como el cerezo.



Espejo de mi carne, sustento de mis alas,

te doy vida en la muerte que me dan y no tomo.

Mujer, mujer, te quiero cercado por las balas,

ansiado por el plomo.



Sobre los ataúdes feroces en acecho,

sobre los mismos muertos sin remedio y sin fosa

te quiero, y te quisiera besar con todo el pecho

hasta en el polvo, esposa.



Cuando junto a los campos de combate te piensa

mi frente que no enfría ni aplaca tu figura,

te acercas hacia mí como una boca inmensa

de hambrienta dentadura.



Escríbeme a la lucha, siénteme en la trinchera:

aquí con el fusil tu nombre evoco y fijo,

y defiendo tu vientre de pobre que me espera,

y defiendo tu hijo.



Nacerá nuestro hijo con el puño cerrado

envuelto en un clamor de victoria y guitarras,

y dejaré a tu puerta mi vida de soldado

sin colmillos ni garras.



Es preciso matar para seguir viviendo.

Un día iré a la sombra de tu pelo lejano,

y dormiré en la sábana de almidón y de estruendo

cosida por tu mano.



Tus piernas implacables al parto van derechas,

y tu implacable boca de labios indomables,

y ante mi soledad de explosiones y brechas

recorres un camino de besos implacables.



Para el hijo será la paz que estoy forjando.

Y al fin en un océano de irremediables huesos

tu corazón y el mío naufragarán, quedando

una mujer y un hombre gastados por los besos.




El poeta Miguel Hernández

 Miguel Hernández, viento del pueblo



Vientos del pueblo me llevan,

vientos del pueblo me arrastran,

me esparcen el corazón

y me aventan la garganta.



Los bueyes doblan la frente,

impotentemente mansa,

delante de los castigos:

los leones la levantan

y al mismo tiempo castigan

con su clamorosa zarpa.

...

...

Los bueyes mueren vestidos

de humildad y olor de cuadra:

las águilas, los leones

y los toros de arrogancia,

y detrás de ellos, el cielo

ni se enturbia ni se acaba.

La agonía de los bueyes

tiene pequeña la cara,

la del animal varón

toda la creación agranda.



Si me muero, que me muera

con la cabeza muy alta.

Muerto y veinte veces muerto,

la boca contra la grama,

tendré apretados los dientes

y decidida la barba.



Cantando espero a la muerte,

que hay ruiseñores que cantan

encima de los fusiles

y en medio de las batallas.

El poeta Miguel Hernández



(1910-1942) nació en Orihuela hoy hace cien años.

29 oct 2010

MAXIME LE FORESTIER / SAN FRANCISCO

A las barricadas (Versión original)

Segundas oportunidades

Gonzalo Vargas Llosa y Genoveva Casanova, Belén Esteban y Fran, Ernesto de Hannover rehacen su vida .
Las noticias más curiosas de esta semana, en las revistas de los miércoles, no están a toda página en las portadas, si no en el interior. Allí vemos, por ejemplo a Gonzalo Vargas Llosa, hijo del reciente premio Nobel de Literatura, con Genoveva Casanova, como una pareja que se consolida.
La imagen que ofrecen no puede ser más idílica: un día de sol, una terraza y un libro de Julio Cortázar (Deshoras).
 La exclusiva la da ¡Hola!, cuyo tema de portada es por enésima vez la familia Thyssen, que en esta ocasión se ha ido de bautizo, el de Eric, el hijo pequeño de Borja y Blanca. La noticia no fue la ceremonia, sino la ausencia de la abuela





Ernest de Hannover sigue haciendo su vida, esta vez junto una italiana llamada Simona con la que ha pasado unos días de vacaciones, él que en realidad hace años que está siempre de vacaciones.
 De su separación de Carolina de Mónaco nada se dice. Es más, el palacio monegasco asegura que no hay trámites legales en marcha, aunque las imágenes hace más de un año hablan por sí solas. Las fotos están en Semana y Diez Minutos.



La que sí ocupa portada es Belén Esteban, que celebra reconciliación con Fran en Londres, adonde la pareja viajó acompañada de los hijos de ambos. La exclusiva la da Lecturas, su revista de cabecera.



Quien también cree en las segundas oportunidades es el torero Morante de la Puebla, que con 30 años anuncia su segundo matrimonio con una joven llamada Elisabeth Garrido.



A punto de rehacer su vida está la actriz Lydia Bosch que ha logrado el divorcio del arquitecto Alberto Martín, que deberá pasar a su ex 6.000 euros mensuales y indemnizarla con 300.000 euros.



"Grabé al Rey en mi móvil y comencé a hablar y caminar como él". Así cuenta Juanjo Puigcorbé cómo preparó el personaje que interpreta en la serie sobre Felipe y Letizia. Me temo que la serie será argumento de la semana próxima, como si esta no tuviéramos suficiente con el empaño real.
Siempre se llama "Rehacer su vida" cuando al separarte de tu pareja , encuentras a un amigo que empieza a ir contigo a todas partes. Es como si vas tu sola a todas partes, incluso a las mismas, pero sin ese amigo , tu vida hubiera estado deshecha y el dia que vas con acompañante se rehace, zas! como el cuento de la Cenicienta. Pues no, uno tiene derecho a su vida hecha o deshecha es lo que vives, no es necesario acompañante para pasear por ella.
Pero según estas noticias ellas y ellos han rehecho otra vez sus vidas hasta que se les vuelvan a romper.
A Carolina de Mónaco se la ve con amigos nuevos o sola, no sé si ella después de vivir con un borracho de la Casa de Hannover necesitara otro para rehacerse, cuando ya demostró muy bien ir sola a la boda de Letizia y Felipe porque su marido se quedó durmiendo la mona. Creo que fue la única mujer que paso entre la lluvia y la alfombra sola, y creo que estaba muy guapa.

Cuando Marilyn Monroe encontró a los Karamazov

Los textos de Marilyn Monroe han demostrado de manera fehaciente la sensibilidad intelectual y la cultura de la actriz.
Ahora, un espectáculo de teatro dirigido por el polaco Krystian Lupa, lleva a escena el interés, incluso la obsesión, de la protagonista de Con faldas y a lo loco por Dostoievski, nada menos.
El montaje especula con dos días en la vida de Marilyn de los que nadie sabe e imagina que la actriz los pasó en un escondite, un antiguo estudio abandonado en el que había rodado Chaplin, entregada a su gran sueño: encarnar e interpretar el personaje de Grushenka, la prostituta a lo Jezabel de Los hermanos Karamazov, que provoca la lujuria de Fiodor, el padre, y Dimitri, uno de sus hijos.
La pieza, con texto del propio Lupa, dura tres horas y la protagoniza Sandra Korzeniak.




Marilyn Monroe



A FONDO

Nacimiento: 01-06-1926Lugar:Los AngelesLa noticia en otros webs

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Persona. Marilyn, a cargo del Teatr Dramatyczny m.st. Warszawy, arriba al festival Temporada Alta de Girona (Teatre de Salt, el domingo y el lunes) en medio de una gran expectación, como suele provocar todo lo relacionado con la legendaria actriz pero también con Lupa, y con todas las entradas vendidas.



"El deseo de Marilyn de encarnar a Grushenka era una obsesión que rozaba la locura, las ganas de no ser lo que los productores querían que fuera y de no ser ella misma incluso", reflexiona Lupa. El director subraya que es un hecho ese arrebatado interés de Marilyn por el personaje de la novela.
 "Nunca pudo cumplir ese sueño; en Nueva York, Strasberg quería llevar a escena Los hermanos Karamazov con ella en ese papel, pero nunca se realizó el proyecto. Arthur Miller intentó escribir una adaptación al cine para ella pero tampoco le salió". Lupa opina que el interés por interpretar a Grushenka le llegó a Marilyn vía su amistad con Michael Chéjov, el maestro teatral sobrino de Anton Chéjov y discípulo de Stanislavski. "Ella buscaba papeles más satisfactorios que los que le daban, leía vorazmente intentando acceder a una esfera superior no solo como actriz sino como persona.
Leyó mucho sobre Rusia, cuya cultura le apasionaba. Puede que su obsesión con Los hermanos Karamazov tuviera que ver con la medida del sufrimiento en Dostoievski".



El montaje de Lupa, "lleva a regiones inesperadas, no tocadas por el mito y que descubren aspectos sorprendentes de Marilyn, una realidad íntima". En la pieza, varios personajes visitan a Monroe en su escondite, entre ellos un personaje medio lunático con el que hay "un acto erótico"; su psiquiatra, Ralph Greenson, "el responsable más directo", dice Lupa, de su muerte con barbitúricos y la mujer de Strasberg.



Korzeniak no trata de mimetizar a la estrella, "pero el resultado es una sorprendente y muy sugestiva asimilación". Lupa explica que cuando conoció por primera vez a la actriz, hace años, pensó automáticamente en ella como Marilyn "no porque se pareciera sino porque vi un impulso parecido en su cuerpo".

Fallece Marcelino Camacho, el padre del sindicalismo moderno español

El fundador de Comisiones Obreras, de 92 años, llevaba tiempo enfermo .
Cerca de 6.000 trabajadores se agolpaban a las puertas del Ministerio de Trabajo en el verano de 1966.
Querían entregar un manifiesto firmado por 25.000 personas. Su título era Ante el futuro del sindicalismo, un documento que se considera la génesis de Comisiones Obreras.
 La policía franquista disolvió la concentración a golpes y detuvo a cuatro hombres.
 Uno de ellos era el que luego se convertiría en el primer secretario general de CC OO, Marcelino Camacho, el padre del sindicalismo moderno español, el nacido tras la Guerra Civil. Volvía así a la cárcel un hombre que en su lucha por los derechos de los trabajadores estuvo en prisión varias veces y pasó 13 años en el exilio. A la una y media de la madrugada de este jueves, Marcelino Camacho murió.
Su capilla ardiente se ha instalado en el edificio de Comisiones Obreras en la calle de Lope de Vega de Madrid, donde permanece abierta desde las diez de esta mañana. Cerrará a las once y media del sábado. Ese día a las doce el féretro se trasladará a la Puerta de Alcalá para una despedida. A las dos de la tarde comenzará el entierro en el Cementerio Civil.
Siento una pena inmensa por su fallecimiento, tantos años de cárcel por ser un sindicalista de Comisiones Obreras, tanta penuria y al volver la democracía el , siempre con su jersey de cuello vuelto, estuvo en la linea fuerte del Sindicato, que pensaría al ver en lo que se convirtió, CC. OO, pero Usted Marcelino siempre dio ejemplo de luchador, descanse en paz, muchos les lloramos.




"Me quisieron hacer cura, pero yo quería ser ferroviario"

El eterno luchador cambia Carabanchel por Majadahonda

"Hacen falta muchos Marcelinos"

La bandera del héroe

La dignidad del preso más célebre

España

A FONDO

Capital: Madrid.Gobierno:Monarquía Constitucional.Población:46.157.822 (est. 2008)La noticia en otros webs

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Apenas hace ahora un año que Marcelino Camacho había dejado su casa, la de siempre en Carabanchel, para irse a vivir cerca de uno de sus dos hijos, su hija Yenia, en Majadahonda. Su piso de toda la vida, en donde vivió más de medio siglo, no tenía ascensor y el líder histórico del sindicalismo español necesitaba vivir en un piso sin barreras arquitectónicas. Iba en silla de ruedas y estaba enfermo.



La vida de Marcelino Camacho, fundador de las Comisiones Obreras -como gustan de llamar al sindicato sus afiliados- comenzó un 21 de enero de 1918 en Osma La Rasa (Soria). Hijo de un ferroviario afiliado a UGT, llevaba inscrito en el ADN su carácter sindicalista. Un maestro y sacerdote, Feliciano Oliva Cobos, nombre que, pasados los 90 años, aún recitaba de carrerilla, estuvo a punto de truncar la carrera que el destino le había preparado. "El cura me quiso llevar al seminario, pero yo quería ser ferroviario como mi padre", y lo rechazó.



Le esperaba su tarea de sindicalista. A los 16 años ya comenzó a organizar un sindicato, y el Partido Comunista de España, al que se afilió con 17 años. Y un año después llegó la Guerra Civil, en la que entró, junto a su padre y otros ferroviarios, ayudando a descarrilar en su pueblo la locomotora 531 para bloquear la comunicación de las tropas franquistas. Finalizado el conflicto fue detenido en Madrid y comenzó un peregrinaje por la cárcel y grupos de trabajo forzados hasta que escapó en 1943 al Marruecos francéss; y un año después, a Argelia.



No volvió a España hasta 1957, ya casado con Josefina, su compañera de toda la vida. El mismo año comenzó a trabajar de oficial fresador en Perkins Hispania y retomó su trabajo sindicalista desde el primer momento.



La historia es difusa. No se sabe si el embrión de lo que hoy es Comisiones Obreras se fundó el mismo 1957 en la mina La Camocha o un poco antes en la siderurgia vizcaína. Pero Camacho está en esa historia desde el principio. Y como no podía ser de otra forma, en un país sin libertades como la España franquista, la lucha sindicalista volvió a llevar a Camacho a la cárcel, en 1966. Salió pronto, aunque volvió a ser detenido al año siguiente. Fue el tiempo justo para recoger el apabullante triunfo de CC OO en las elecciones sindicales de ese año. En la Perkins, Camacho recibió el respaldo casi unánime de sus compañeros.



De nuevo, volvió a prisión en 1972, víctima del famoso proceso 1.001 que lo llevó a la cárcel junto al resto de la cúpula de CC OO (Nicolás Sartorius, Miguel Ángel Zamora, Pedro Santiesteban, Eduardo Saborido, Francisco García Salve, Luis Fernández, Francisco Acosta, Juan Muñiz Zapico y Fernando Soto).



Para hacer menos frías y duras esas estancias en la cárcel, su mujer tejía sus famosos jerseys de cuello vuelto, los marcelinos, que crearon un estilo en la transición.



La democracia le devolvió la libertad y sacó de la clandestinidad a su sindicato, del que fue elegido secretario general en 1977. La pujanza de la socialdemocracia le llevó a pelear con UGT para hacerse con la hegemonía del movimiento obrero. En esa lucha, durante un debate televisivo, escuchó la frase célebre del otro líder histórico del sindicalismo moderno español y antiguo secretario general de UGT, Nicolás Redondo: "Mientes Marcelino y tú lo sabes". También en 1977 fue elegido diputado de las cortes constituyentes por el PCE. Repitió en 1979.



La enfermedad de Camacho le impidió participar en la última huelga general de la democracia, la del pasado 29 de septiembre. En cambio, fue el principal artífice de la primera, la de 1985, la que convocó CC OO solo por la reforma de pensiones contra el primer Gobierno socialista de Felipe González. Dos años después dejó el liderazgo del sindicato en manos de Antonio Gutiérrez y se convirtió en su presidente de honor.



No fue ajeno a las disputas internas que llegaron al sindicato con su marcha. Tampoco lo había sido antes.
Se alineó con el sector crítico de CC OO, el más cercano al Partido Comunista. Esto le llevó a perder su cargo honorífico. Volvió a comprometerse en la última batalla pese a su deterioro físico. En la pelea entre Ignacio Fernández Toxo y José María Fidalgo apostó por el primero, y esta vez venció.
Pese a ello, el respeto y la admiración que le profesan los afiliados al sindicato son unánimes. Los aplausos a su entrada al auditorio, del brazo de Josefina, en el último congreso del sindicato se situaron por encima de la tensión que reinó en un cónclave decidido por un puñado de votos.

28 oct 2010

Joaquin Sabina Cristales de Bohemia Vinagre y Rosas 2009 con letra

Nacha Guevara - No llores por mi Argentina

MARUJA TORRES Capataces

Se han creado en los últimos años suficientes cargos de capataces -el único sector en auge en el mercado- como para que cualquier reforma laboral, por despiadada que nos parezca, resulte aplicable.
Antes, el capataz era uno de esos que obligaban a los esclavos o a los trabajadores ultra explotados a rendir hasta la última gota de sangre: tenía el látigo en una mano y, cubriéndole la espalda, la confianza del amo.
En el caso de fallar el primero, la segunda se desplazaba de individuo, pero el sistema continuaba en pie. Así fue cómo mantuvieron los Estados europeos su hegemonía en las colonias de ultramar, y así se edificó el capitalismo.
Recuerden al tipo brutal que hacía trabajar a los presos que convirtieron en un gran negocio la empresa maderera de Scarlett O'Hara (fuente: Lo que el viento se llevó). O, si nos ponemos más sublimes, a algunos personajes de Conrad (el tremendo malo de Victoria, por ejemplo). Dan ganas de escupirles.
 Hoy en día, sin embargo, los capataces se sientan a nuestra mesa o, al menos, se nos acercan, campechanos, en el sitio de trabajo. "Oye, tú, tío, que vamos a tener que estrecharnos aún más el cinturón. Más horas, menos pasta, colega. Lo siento, pero las cosas están como están: muy mal".
 Lo hacen bien, tienen la confianza del amo (en el caso de que alguien sepa, en estos momentos, quién es el amo) y una gran experiencia en propagar Desconcierto y Temor, operación pronto sustituida por la de Acojone y Resignación. Son, además, inteligentes pero no demasiado. Elegantillos, pero extremadamente lameculos.
Fueron, muchos de ellos, compañeros e incluso aprendices nuestros a quienes un golpe de suerte o una brillantez de carácter, exhibida en el momento oportuno, convirtió en los nuevos negreros.
 Jóvenes sobradamente preparados y muy dispuestos que recibieron cursillos de motivación. Y aquí les tenemos. Recortando derechos. Con un Rólex en la muñeca y un más que excelente porvenir.

Cortaron el pastel, se acabó el pastelón

Cortaron el pastel, se acabó el pastelón





Bueno pues al final se casaron. Como en los cuentos de príncipes, Felipe de Borbón y Letizia Ortiz fueron felices y comieron perdices, en la serie de dos capítulos que ha emitido Telecinco.

He de confesar que después de ver las dos sesiones, lo único que me ha divertido ha sido la actuación de Juanjo Puigcorbé. No por su parecido con el Rey de verdad y sí por la imitación que hace de él, más contenida en la segunda parte que en la primera. O ¿es que me he habituado? En medio de tanto aburrimiento, ha sido una nota de humor que no sé como le habrá sentado al verdadero Rey.

El interés de esta segunda parte estaba en ver cómo contaban el enfrentamiento de Felipe con sus padres cuando estos se opusieron a la boda. Pero Joaquín Oristrell, el director, lo resuelve rápido. Pasa por alto, por ejemplo y nada menos, cuando el Príncipe "desaparece" tres días y se va a Nueva York. Fue su manera de dejar claro que si los Reyes no aceptaban a Letizia, él estaba dispuesto a dejarlo todo.

Pero, claro, si se trata de una novela de amor los obstáculos se salvan fácilmente. Así de plana ha sido para Telecinco esta historia.

Me quedo con algunas frases para el recuerdo y la carcajada.

El mejor piropo posible de una reina a alguien: "Te has portado como una reina". Eso le dice doña Sofía Letizia en la serie.

"Ser princesa debe ser como ser periodista pero con muchos confidenciales". Palabras de Urdaci a Letizia antes de un telediario.

"A tu madre es fácil meterle goles". El Rey a su hijo.



Cuando éramos intelectuales

Una ambiciosa obra recorre el siglo XX a través de los pensadores (de Zola a Gide, de Sartre a Camus) involucrados en política - Su autor da por extinta a aquella raza.
 El intelectual, los intelectuales. Ese oráculo que interpretaba la realidad para el común de los mortales ya no existe. Al menos, tal y como se conoció durante el siglo pasado y, más concretamente, en Francia, verdadera patria del término. Jean-Paul Sartre los definía como alguien que se ocupaba de lo que no le importaba. La aparente boutade la suscribe el historiador Michel Winock (París, 1937), autor de la monumental El siglo de los intelectuales (Edhasa). Para él, el intelectual "es alguien que ha adquirido una cierta reputación por sus obras -casi siempre un escritor o filó-sofo- y la utiliza para intervenir en el campo político, que originalmente no es el suyo".






Malraux pasa a la acción; en 1936 se suma al bando republicano






"Antes estaba en manos de pocos; ahora hay un intelectual colectivo"






El historiador Michel Winock divide la centuria en tres grandes épocas






La figura nace a finales del XIX, en el 'caso Dreyfus', con Zola y su 'Yo acuso'

En sentido estricto, la figura del intelectual nace a finales del XIX en Francia en torno al caso Dreyfus, aquel militar judío falsamente acusado de traición. Su caso lo denunció en la prensa el escritor Émile Zola con su famoso Yo acuso, detonante de una división en la sociedad francesa que marcaría el pensamiento político del siglo XX. Para Winock ya está en Voltaire y los filósofos de la Ilustración, pero es con el caso Dreyfus cuando nace el término que hasta entonces solo era un adjetivo. "Es Clemenceau, en enero de 1898, el primero que se refiere a 'esos intelectuales'. El concepto entra así en el lenguaje común".






Desde el primer momento los intelectuales toman partido. A Zola se le enfrenta el brillante Maurice Barrès, que parte del término para burlarse de él, aunque él mismo sea un intelectual... de derechas. "El caso Drey-fus es un caso de antisemitismo", explica Winock. "Pero el antisemitismo es accesorio. En realidad es la oposición entre quienes reivindican la verdad y la justicia -los valores universales- y los que dicen que lo que cuenta es la defensa de nuestra patria, del particularismo, los nacionalistas".






Winock divide su trabajo en tres grandes épocas. Al protagonizado por Zola y Barrès, sigue el inquietante periodo de entreguerras, con la gran figura carismática de André Gide. Es un momento en el que el intelectual se ve obligado a comprometerse más allá del papel. "Gide es un hombre de gran coraje, que se enfrenta al tabú de la homosexualidad -él mismo es homosexual-, que se atreve a criticar a la URSS pese a sus simpatías por el comunismo y que denuncia el colonialismo, hasta el punto que su libro Viaje al Chad y al Congo, acaba forzando al ministro de las Colonias a retirar las concesiones". A Gide "le piden que no publique estas denuncias con todo tipo de argumentos, el poeta Ilia Ehrenburg llega a decirle que, incluso si es verdad su denuncia del estalinismo, no puede hacerlo público para no desmoralizar a quienes luchan contra los fascistas en la Guerra Civil española. Pero es valiente y lo hace".






Aunque quien realmente resuelve el dilema sobre si el intelectual debe pasar a la acción es André Malraux, que en 1936 se une al bando republicano en España como piloto de avión en la defensa de Madrid. "La mayoría de los intelectuales no son gente de acción, Malraux es todo lo contrario. Su papel en la Guerra Civil tal vez se haya exagerado, pero lo cierto es que hizo llegar aviones a la República pese a la política de no intervención que ataba las manos del Frente Popular en Francia y, aunque no sabía ni pilotar ni navegar, se comprometió en la operación que cerró el paso a la columna del general Asensio, asegurando la defensa de Madrid. Fue un gran propagandista que recogió fondos para la República, especialmente en una gira por Estados Unidos. Hay otros intelectuales que pasan a la acción, como el poeta René Char, muerto en la resistencia contra los nazis. Son figuras heroicas, pero no abundan, porque tampoco hay tantas oportunidades como la Guerra Civil española".






La tercera parte de El siglo de los intelectuales tiene a Sartre como protagonista. "Sartre, tal vez esté sobrevalorado, pero sigue siendo una referencia", explica. "Su desgracia, en lo que a la posteridad se refiere, es que acabó en el campo de los vencidos, porque fue filocomunista en los cincuenta e izquierdista en el 68; desarrolló la idea revolucionaria y la caída del comunismo lo puso en evidencia. Albert Camus hizo el camino contrario; desacreditado en vida, marginado por la izquierda y sus compañeros de viaje, reaparece ahora brillante porque él no se equivocó". Pero Winock defiende a Sartre. "No era solo un intelectual comprometido, también era un escritor y su prosa sigue siendo muy potente, magnífica, inteligente".






Sartre murió en 1980. Camus había muerto 20 años antes. Raymond Aron, en 1983. Michel Fou-cault, en 1984. Bourdieu, en 2002. ¿Qué es lo que queda entonces de los intelectuales? "Mi tesis es que el intelectual clásico se ha acabado", responde Winock, "era una especie de guía, de profeta, como esos que hemos citado, maîtres à penser, y esto se ha acabado, de entrada porque hay una elevación del nivel de cultural de la sociedad. La historia de los intelectuales empieza en un periodo en el que muy pocos van a la universidad y la gente tiene necesidad de referencias superiores. Además hemos pasado por la revolución de la comunicación y ahora Internet permite a todo el mundo expresarse. La conclusión es que ya no son necesarios los intelectuales. Y en cuanto a defender grandes causas, ahora hay asociaciones de todo tipo que defienden causas precisas, parciales". "Si compara un periodico de la década de 1950", sugiere, "con uno actual, verá que ahora hay muchísimos debates y tribunas sobre temas muy diversos, con nombres que rápidamente se nos olvidan; son intelectuales anónimos. Antes la palabra estaba monopolizada por unos pocos, ahora hay un intelectual colectivo que puede expresarse cada día y lo hace por muchos medios".



"Queda el intelectual mediatico, como sería en caso de Bernard-Henri Lévy", admite, "y el intelectual específico, que en palabras de Foucault, es alguien que no habla de todo, sino que tiene una competencia sobre algo, e interviene sobre su competencia".

Los hombres sí lloran. Y qué

Lo raro ya no es que un líder derrame lágrimas de tristeza o alegría en público sino la reacción machista e hiriente - Ellos exhiben cada vez más sus emociones pero aún existen límitesEl reto es "que los chavales se liberen del miedo a sentir", dice un sociólogo .
."La gente me observa. Aun así lloro. Tengo el hombro de Dios para llorar. Y lloro mucho. Lloro mucho en mi trabajo. Apuesto a que he derramado más lágrimas de las que usted puede contar". Con esta naturalidad contaba en una biografía el entonces político más poderoso del mundo, George W. Bush, su facilidad para el llanto. Miguel Ángel Moratinos no está solo. Ni mucho menos. Pero el escritor Arturo Pérez-Reverte le zahirió por llorar al despedirse como ministro de Exteriores, un cese inesperado: "Por cierto, que no se me olvide. Vi llorar a Moratinos. Ni para irse tuvo huevos", escribió el novelista en su Twitter el sábado a las 20.25.




Los deportistas gritan cuando ganan y lloran después

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La llantina de Bustamante en 'OT' "fue un cambio cósmico"



"Casi todos estamos hartos de gente tan procaz y zafia", recalca un activista

Y claro, los internautas reaccionaron. Noventa y tantos lo rebotaron de inmediato. Y él respondió a las dos horas con una retahíla de perlas : "No se es menos hombre (hablamos del ministro Moratinos) por llorar. Nadie habla de eso" (a las 22.49), "A la política y a los ministerios se va llorado de casa" (22.52) o "Moratinos, gimoteando en público, se fue como un perfecto mierda" (22.53). Y el tema se convirtió en la sensación del momento en la red de microblogs. ¿Cómo gestionan los hombres sus sentimientos? ¿Cada vez se acepta mejor el llanto masculino en público? ¿Y la expresión de otras emociones? ¿El cambio ha llegado a la política?



La tradición pesa. Ya lo decían The Cure en Boys don't cry o Miguel Bosé en Los chicos no lloran . Y mucho antes, según una leyenda, se lo dijo a Boabdil su madre cuando abandonaban Granada tras la derrota: "No llores como una mujer por lo que no has sabido defender como un hombre". La tradición pesa, ahí está Pérez-Reverte, pero las actitudes cambian.



Erick Pescador Albiach, sociólogo experto en cuestiones de género, da un ejemplo de anteayer, de un grupo de discusión con adolescentes varones de 13 a 16 años en Sagunto (Valencia). El llanto fue uno de los asuntos tratados. "Reconocen que lloran, que lo hacen en presencia de amigos, por ejemplo. Y que lo admitan, que lo digan ante otros chavales... era impensable hace 10 años", asegura este especialista que da talleres en escuelas desde hace una década.



"Lloran pero con límites ¿eh? El límite anteayer era que los demás les consideren blandengues, mariquitas", cuenta. Persiste el miedo a parecer menos hombre. David Bustamante, con sus frecuentes llantinas en la primera edición de OT, "fue un cambio cósmico para los adolescentes", recalca este experto. Lo solía poner como ejemplo ante los estudiantes. Ahí estaba Bustamante, un hombre, un albañil, que se permitía el lujo de llorar en aquel programa que le descubrió como cantante. "Dejé de ponerlo como ejemplo cuando empezó a pegarse", explica.



El reto para Pescador es "conseguir que los chavales se liberen del miedo a sentir, porque así serán más libres, porque las emociones no debilitan a los hombres sino que les fortalecen". Este experto opina que el que un varón exprese en público ciertos sentimientos está mejor visto hoy, siempre y cuando la gente que representa el modelo de poder tradicional masculino -"como Pérez-Reverte", dice- no se sienta amenazada.



Moratinos es solo el ejemplo más reciente. "Es que los hombres también lloran", les dijo a sus compañeros socialistas el sábado pasado sobre sus lágrimas en el Congreso de los Diputados.
Y tanto que lloran. Ahí van unos cuantos ejemplos que han dado la vuelta al mundo: el brasileño Lula da Silva lloró sin consuelo cuando Río de Janeiro ganó los Juegos Olímpicos de 2016 . Y no pudo contener el llanto por dos veces en una entrevista televisiva este verano. "Creo que estoy mayor", comentó al final. Un lagrimón sobre la mejilla de Bush hijo, en el homenaje póstumo a un héroe de una guerra, la de Irak, que él empezó -un uniformado que se echó sobre una granada para salvar a sus compañeros- fue portada en 2007.
Barack Obama lo hizo al recordar a su abuela Madelyn, muerta horas antes, justo la víspera de ganar las elecciones.
 El príncipe Federico de Dinamarca no paró de llorar el día de su boda; por fin se casaba con Mary Donaldson, que, por cierto, no derramó una lágrima. El llanto, en la victoria y también en la derrota (y esto es menos frecuente en el deporte), es una seña de identidad del tenista Roger Federer .
La Copa del Mundo convirtió a Iker Casillas en un mar de lágrimas. El presidente afgano, Hamid Karzai, lloró hace menos de un mes en un discurso televisado al explicar que si el país se pone aún más peligroso quizá tenga que enviar a su hijo Mirwais, de tres años, a vivir al extranjero. O el entonces primer ministro libanés, Fouad Siniora, en una reunión de ministros árabes en Beirut en plena guerra contra Israel. Suma y sigue.



"Debemos normalizar y no montar el espectáculo cuando un ministro llora al irse", argumenta Gaspar Hernández, periodista, escritor y presentador del programa Bricolaje emocional de la catalana TV3. Y explica por qué: "Porque cuando se está triste se llora. Y si se está alegre se ríe". Puede sonar a obviedad pero se ve que no lo es. Explica que contener el llanto "es cultural". "Es reprimir una emoción. Y para tener salud emocional es necesario gestionar y canalizar las emociones de modo adecuada".
Sostiene que los españoles tienen mucho que mejorar. E Insiste: "No somos menos hombres por llorar ni somos más hombres por insultar o usar violencia verbal". Frente al ejemplo de Federer, quien a ojos de muchos es un tipo entrañable gracias a su llantina, este periodista recuerda el ejemplo de John McEnroe, que hacía exhibicionismo de su ira mal canalizada al destrozar raquetas. Advierte que una cosa es llorar cuando te lo pide el cuerpo y otra muy distinta es "exhibir las emociones sin sentido". Pone de ejemplo al casi eterno presidente del Barça Josep Lluís Núñez, "que convirtió el llanto en una marca de la casa, que lloraba para hacerse querer más. Y esa ya no es una gestión correcta de las emociones".



Ejemplos españoles también hay, por supuesto: Manuel Fraga lloró a lágrima viva al visitar Manatí, Cuba, donde se conocieron sus padres y él vivió de crío. El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, no pudo evitar las lágrimas (y mira que se esforzó) al elogiar al veterano Fraga en 2007. El recién fallecido Manuel Alexandre lloraba a menudo. Javier Bardem también lo hizo, y a raudales, en la puerta de la sala donde se leyó el fallo que le dio la Concha de Plata en el festival de San Sebastián en 1994, o Alfredo Landa al recibir el Goya honorífico en 2008.



"Pérez-Reverte es una mina de comentarios machistas y misóginos, de defensa del hombre de siempre, del energúmeno de siempre", dice de entrada Hilario Sáez, miembro del movimiento Hombres por la Igualdad. No es, para nada, el único que lo opina. Sostiene que tiene "tirón en el sector masculino tradicional". "Pero el resto de la sociedad estamos hartos de gente tan procaz y zafia empeñada en los estereotipos". Para Hernández, uno de los promotores de la primera manifestación de hombres contra la violencia machista, en 2006, "lo que no nos permiten enseñar a los hombres es la vulnerabilidad". "El mundo masculino es un mundo de depredadores. Se pueden mostrar sentimientos pero en la dirección socialmente aceptada".



Eso nos lleva al terreno del deporte, a los futbolistas. "Puedes tocar a otro, tirarte encima de los compañeros cuando ganas. Pero no puedes llorar si pierdes. Si muestras vulnerabilidad, la gente te señalará como perdedor". Al sociólogo Pescador le parece que considerar los achuchones entre deportistas como reflejo del cambio es contraproducente. "Me parece contradictorio porque son cariñosos [en las celebraciones] tras ser extremadamente violentos [en el terreno de juego]".



Hernández, de Hombres por la Igualdad, define así al escritor: "No es ni neomachista. Este es machista de toda la vida. Un cartagenero chulo. Lo digo yo, que soy de Cartagena".



Pérez-Reverte no respondió ayer las llamadas de este periódico. El lunes escribió (a las 12.18) en su Twitter. "No esperaba este éxito. 2.000 seguidores nuevos en 24 horas, gracias al extinto ministro". Un minuto después añadió: "Si lo llego a saber, lo insulto mucho antes". Se despidió con una frase que es un guiño a los más fieles a Twitter: "Cualquier comparación con Chuck Norris es insultante. Chuck Norris no tiene ni media hostia".
 Y se fue a Italia a promocionar uno de sus libros.
A estas alturas ya nadie duda de lo chulo que es Reverte, y de paso se hace publicidad gratuita a costa de una burla insana, el que seguramente no ha escrito nada nuevo pero tiene que estar en el candelero de idiotas.
No me gustabn los insultos y menos destrozando un lenguaje uno que es de la RAE.
Usted directamente le diría a boabdil cuando llora, jodete por mariquita no?