Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

11 abr 2019

Concha Velasco: “El movimiento feminista actual me parece frívolo”



La actriz es galardonada con el Premio Max de Honor 2019 por su trayectoria teatral.

Concha Velasco, el pasado martes en el teatro La Latina de Madrid. En vídeo, declaraciones de la actriz.
Concha Velasco recibirá el Premio Max de Honor 2019 el próximo 20 de mayo en el Teatro Calderón de Valladolid, ciudad en la que nació hace 79 años. 
El comité organizador de los Premios Max de las Artes Escénicas, que concede la Fundación SGAE, ha dado a conocer hoy el galardón, otorgado por unanimidad, y ha resaltado su trayectoria como intérprete y su lucha por los derechos de la mujer.
No es Concha Velasco una persona dada a la queja y eso que algunos motivos arrastra. 
 Sabedora de su magnetismo en la calle y en los escenarios, la actriz reconoce que el teatro y su familia han conformado su vida. “Yo creo que la gente me quiere porque soy sincera. 
 Me trata como si me conocieran de toda la vida, incluso los jóvenes. 
 Creo más en la lealtad que en la fidelidad, y yo me considero una persona leal”, asegura Velasco tras conocer la concesión del premio Max, un galardón que siempre, dice, se le había resistido y que por fin se une a esa larga lista que guarda en su nueva casa de alquiler, tras verse obligada a vender su vivienda para terminar de pagar las deudas a Hacienda.
Premio Nacional de Teatro dos veces (1978 y 2016) y Goya de honor de la Academia de Cine en 2013, la intérprete es una mujer peleona y comprometida en la vida y en la escena. 
“Siempre he sido una mujer libre. 
A mí nunca nadie me ha obligado a hacer nada que no quisiera, hasta eso que algunos llaman peliculitas. 
Yo no he hecho peliculitas. He hecho películas estupendas, unas mejores que otras, otras con mejores directores que otros, también mejores compañeros que otros, pero gracias a ellas no solamente he vivido de mi trabajo vocacional, sino también mi familia”, proclama con pasión.
Concha Velasco no solo sigue dominando cada tarde los escenarios teatrales con El funeral, la obra escrita y dirigida por su hijo Manuel, sino que el próximo mes de julio regresará al Festival de Mérida –la última vez fue en 2012 con Hécuba- como protagonista, junto a Pepe Viyuela, de Metamorfosis, dirigida por David Serrano. “Mis sueños profesionales se han cumplido todos.
 Los privados... hija mía”, le dice a la periodista, “yo he sido una mujer enamorada y por amor, a veces, me he equivocado, pero como tampoco me ha obligado nadie a ello. 
No siempre he tenido la respuesta que yo creía que iba a tener. Sin embargo, el teatro es el único amante que no me ha decepcionado y me ha dejado envejecer con dignidad, cosa que no permiten los novios ni los maridos”. 
“El teatro es un lugar ejemplar”, continúa Velasco, “aquí nadie pregunta si eres de izquierdas o de derechas, si eres homosexual o no.
 ¿Por qué ahora se ve la gente obligada a salir del armario? El que no quiera salir, que no salga”

 

Una de las grandes damas del teatro y leyendas en activo, junto a Núria Espert, Julia Gutiérrez Caba o Lola Herrera, Concha Velasco se levanta todos los días a las cuatro de la madrugada para estudiar. Su habitación se inunda de libros y textos para preparar sus personajes.
 “La gente joven de ahora quiere ser famosa de golpe, pero para llegar a ser alguien en la escena hay que trabajar mucho.
 Yo tuve la gran suerte de encontrarme con Don Luis Escobar, que me ofreció mi primer protagonista en el teatro Eslava con 19 años”. Y desde entonces a acá toda una carrera plagada de musicales, cine, televisión y teatro. 
Más de ochenta películas y una treintena de montajes dramatúrgicos han hecho de esta actriz uno de los rostros más conocidos y queridos de la escena española.
Es Concha Velasco una mujer que dice las cosas bien claras. 
“El movimiento feminista actual me parece frívolo. Parece como si ahora tocara ser feminista. 
El movimiento Me Too me parece una obviedad. Por supuesto que hay mujeres a las que hay que apoyar, pero a veces se puede dar una patada y decir no.
 Yo he sabido decir no muchas veces a lo largo de mi vida y no me ha resultado fácil porque me quedaba en la calle, pero lo hice”. Socialista “por vocación”, católica, miembro de una familia conservadora de Valladolid, hija de una maestra republicana –“mi madre es mi ejemplo de vida”- y un asesor del dictador Franco, Concha Velasco nunca ha dejado de votar en las elecciones. 
El próximo 28 de abril estará en A Coruña, por ello ya ha pedido el voto por correo. 
 “Pero hoy no quiero hablar de política”.
 

Imanol Arias: “He ido de fracaso en fracaso”............... Carlos Marcos

Las dos ruinas, los 70 kilos y las cuatro veces que el actor casi deja 'Cuéntame', la serie que protagoniza y que emite su 20ª temporada.

imanol arias
El actor Imanol Arias posa en exclusiva para ICON con jersey de punto y pantalón CH Carolina Herrera.
Setenta kilos. Es lo único que permanece inalterable en Imanol Arias desde que en 2001, hace 18 años, se emitiese el primer episodio de Cuéntame cómo pasó.
 El actor pesa lo mismo con 62 años, su edad actual, que con 44, cuando arrancó la serie.
 Lo demás ha cambiado mucho. En este tiempo, Imanol Arias se ha separado, ha visto crecer a un hijo y ha tenido otro, su Athletic de Bilbao ha perdido cinco finales, se ha vuelto a casar, ha tenido un problema importante con Hacienda, su figura como actor se ha agrandado… ¿Más cosas? 
Cuando comenzó Cuéntame, dice, estaba arruinado. 
“No tuve suerte con una inversión empresarial que realicé.
 Así que económicamente me vino muy bien Cuéntame: un papel protagonista, 20 capítulos al año…”, explica sobre un negocio fallido.

Arias está sentado en un sofá, con las piernas cruzadas.
 Se mueve con una elegancia que no se aprende: se tiene y punto. Su voz suena profunda, acerada por muchos años de nicotina que sigue consumiendo, “con discreción”, dice.
 Su discurso es elaborado, algunas veces lindando el circunloquio en temas en los que el periodista desearía que fuera más al grano. No evita, sin embargo, su publicitado conflicto con Hacienda: “Nunca pensé que las cosas se estaban haciendo mal. Y acepto que, al hacerlas mal, tenga que reponer.
 Esa es la lección aprendida: no tienes que descuidar las cosas. 
Es verdad que todo viene de posiciones ingenuas.
 Es un caso que se ha dado en muchos compañeros: en un momento determinado nos recomendaron tener sociedades”. 
Tuvo que pagar unos cinco millones de euros. 
Por eso lleva tres años sin parar de trabajar: 
“Y cuando digo sin parar es sin parar. Espero bajar el ritmo este verano”.
Hablamos de la sorprendente longevidad de Cuéntame (se está emitiendo la temporada 20ª en 18 años) y de los que la abandonaron voluntariamente. 
El último, una de las figuras básicas, Ricardo Gómez, el intérprete de su hijo en la ficción, Carlos Alcántara.
 Y él, ¿cuántas veces se ha planteado dejar la serie? “Por diferentes motivos, al menos cuatro. 
Siempre con la sensación de que cuando me lo planteaba rompía un compromiso. Es que han pasado muchas vicisitudes.
 Por ejemplo, cuando TVE abandonó la publicidad. Pensé que eso iba a afectarnos. 
  Y otras veces me he preguntado si hacía falta tener un trabajo continuado durante tanto tiempo
. Después de 18 años de éxito me pregunto dónde está el siguiente escalón del fracaso para un fracasador como yo”.
Sobre su problema con Hacienda, por el que tuvo que pagar cinco millones:
 “Nunca pensé que las cosas se estaban haciendo mal. 
Y acepto que, al hacerlas mal, tenga que reponer. Esa es la lección aprendida: no tienes que descuidar las cosas"
El actor propone un trayecto vital que, visto desde fuera con esa imagen de hombre de éxito que tiene, resulta extraña.
 Pero él lo defiende: “Mi vida ha ido de fracaso en fracaso, que es no llegar a la puntuación media mínima.
 Lo que hay que hacer es digerir el fracaso muy rápido, no ir de tragedia en tragedia, ser exigente, pero no de una manera doliente”.
Habla de política, claro, de la desunión de la izquierda, "un clásico". 
Le pregunto si prefiere vivir en un régimen como el de Venezuela o en un país gobernado por un partido de ultraderecha. 
Y responde: "Yo con un tipo de régimen como el de Venezuela tendría muchos problemas para vivir porque es muy intervencionista.
 Con un régimen fascista estoy más acostumbrado a esconderme y sé qué hacer.
 Ni me detectarían. Pero con un aparato estatal enorme me sería muy difícil".

Imanol llegó a Madrid desde el País Vasco (donde se crio, aunque nació en Riaño, León) a mediados de los setenta. 
Los excitantes ochenta madrileños le pillaron con juventud, fama, dinero y atractivo físico. 
Estudió, trabajó y se lo pasó en grande.
 En los noventa tuvo que parar.
 El peso de la fama era insostenible y asomaba el efecto de determinadas sustancias.
 Confiesa que tuvo un problema de adicciones. “Pero no fue el más mortífero. Era muy profesional. Estaba bien visto.
 Mis adicciones no eran las adicciones de la muerte. Yo no soy excesivo, pero soy constante”, explica.

Sobre su posible salida de 'Cuéntame': "Me lo he planteado al menos cuatro veces"
Antes de comenzar esta vorágine se había casado, cuando apenas empezaba su carrera, con la actriz Socorro Anadón.
 Ambos tenían veintipocos años:
 “Es que no teníamos donde vivir y si nos casábamos teníamos un sitio donde meternos.
 Estábamos empezando a hacer teatro. 
Y los padres de Socorro tenían un sitio... Venía todo implícito. Me acuerdo que fue una de las primeras bodas civiles en España. 
Hubo gente que llegó tarde porque no estaban acostumbrados a estas bodas tan rápidas”.
Al poco el actor se marchó a Cuba a rodar una película.
 Y allí estuvo casi dos años. Al regresar, se divorció. Su periplo en La Habana deja una relación con una de las hijas de Fidel Castro: “Fuimos muy amigos. Muy, muy amigos. Alina es muy inteligente.

 Ella tenía una hija recién nacida cuando yo la conozco. Y hacía vida familiar”. ¿Conoció personalmente a Fidel Castro? "Sí, sí le conocí. Es un personaje que te impacta mucho. Fidel no tenía casa oficial. En casa de la madre de Alina tenía una oficina a la que solía ir. Yo le conocí en un hospital, un día que Alina tuvo un problema de intoxicación. Fidel fue a verla. Imponía mucho. Era muy hablador. Alina no se llevaba mucho con él".

Sobre su coqueteo con las sustancias, que le obligó a parar: “Era muy profesional. Estaba bien visto.
 Mis adicciones no eran las adicciones de la muerte. Yo no soy excesivo, pero soy constante”
Más tarde llegó su larga relación (no se casaron) con la actriz Pastora Vega y recientemente su segunda boda, con la fotógrafa y diseñadora sevillana Irene Meritxell.
 El actor mira ahora con orgullo la carrera de sus dos hijos (los dos con Pastora Vega). Jon, de 31, es actor (será uno de los protagonistas de una de las series más esperadas, Instinto, con Mario Casas); Daniel, de 17 es… 
“Está estudiando bachillerato, y se pregunta para qué narices lo hace si él es un artista que actúa, monta cortos, escribe… 
Ha salido un poco a mí.
 El mayor más a la estela de su madre y el pequeño, pobrecito, se parece mucho a mí [risas]. 
Lo que sí le cuento es que yo durante toda mi vida he tenido la necesidad de formarme”.
La entrevista ha terminado.
 El actor se levanta. Parece incluso que pesa menos de 70 kilos.
 “Es posible, porque he estado unos días en cama con ciática y he adelgazado. Soy así por genética.
 Voy a tener que comer mucho estos días para no escuchimizarme”.

Martín Nájera: “La muerte de María José Carrasco no es violencia de género”

La fiscal especializada argumenta que en este suicidio asistido no había "dominación". La ministra de Justicia dice que "habrá que estudiar la interpretación de la norma".

 

 

María José Carrasco, con su marido en casa, en octubre de 2018
María José Carrasco, con su marido en casa, en octubre de 2018
La Fiscalía no ha recibido aún notificación oficial sobre la inhibición del juzgado que instruye el suicidio asistido de María José Carrasco, en favor de otro específico de Violencia sobre la Mujer. 
La pareja dejó grabado un vídeo en el que se pone de manifiesto la voluntad inequívoca de ella para que su marido la ayudase a morir. Por tanto, tratar este asunto como un caso de violencia de género ha levantado no pocas dudas y críticas.
 Pilar Martín Nájera, la fiscal delegada de Violencia de Género, ha comparecido este jueves para explicar la decisión de la Fiscalía de recurrir la decisión de dicho juzgado de instrucción: 
"Aunque en principio el juzgado que debe instruirlo es el de Violencia sobre la Mujer, creemos que se ha hecho una valoración sesgada de la situación, ya que desde el primer momento concurren circunstancias y elementos que excluyen la violencia de género".
La sentencia en la que se ha basado la jueza de instrucción para derivar su competencia a un juzgado de violencia machista es la del Tribunal Supremo del pasado 20 de diciembre, un acuerdo del pleno que fijó doctrina y unificó criterios en torno a la violencia de género.
 El fallo, a raíz de una agresión recíproca entre un hombre y una mujer que eran pareja, estableció que, desde entonces, 
"la intención de dominación o machismo no es un requisito que tenga que probarse en el juicio. 
El mero hecho de una agresión de un hombre contra una mujer que sea su pareja o expareja ya constituye un acto de violencia machista".

A pesar de este fallo, Martín Nájera apunta que para que exista violencia machista no basta solo con que se produzca la agresión de un hombre a una mujer, sino que ha de existir un contexto de "humillación, dominación y violencia". 
Algo que en el caso de Carrasco "no sucedía". 
 Recuerda la fiscal que Carrasco contó públicamente su historia y pidió morir y ayuda para hacerlo, como, finalmente, sucedió:
 "Pero la muerte de María José Carrasco no es violencia de género".
La ministra de Justicia, Dolores Delgado, también ha considerado este jueves más que cuestionable que este caso deba ser derivado a un juzgado de violencia machista.
 En su opinión, el caso que la juez ha tomado como referencia para darle traslado es "diferente" al de Carrasco, por lo que considera que "habrá que estudiar la interpretación de la norma" y si esta jurisprudencia "es aplicable". 
"Hay muchos factores que se pueden tener en cuenta para determinar si no es competencia del juzgado de violencia de género", ha añadido, informa Pedro Gorospe.
Fuentes de la Sala Segunda del Tribunal Supremo también se desmarcan de la inhibición del juzgado de instrucción:
 "Esa decisión no tiene nada que ver con la sentencia del pasado diciembre del Tribunal Supremo".

Carrasco no estará en la estadística de víctimas del machismo

Martín Nájera no ha precisado cuál va a ser el recorrido de su recurso: "Lo estamos valorando, aunque creo que iremos directamente a la Audiencia Provincial".
 Por el momento, el Juzgado de Violencia sobre la Mujer tendrá que decidir si acepta o rechaza el caso y, en caso de rechazarlo, será la Audiencia Provincial quien decida a quién otorga la competencia.

La Delegación del Gobierno para la Violencia de Género no contempla incluir la muerte de María José Carrasco en la estadística oficial de víctimas mortales por violencia de género
 Además, ha recalcado que el Juzgado de Violencia sobre la Mujer al que ha sido derivado el caso puede rechazar la inhibición del anterior.
 Así que, al menos hasta que este juzgado decida si se queda o no con la instrucción del caso, no se retocará la estadística.
 "La jurisprudencia considera que cualquier asesinato de pareja o expareja se considera violencia de género", pero el caso de Ángel "no es un asesinato", ha afirmado Nani Hidalgo, vicepresidenta de la Asociación Derecho a Morir Dignamente de Cataluña en declaraciones a Efe.
   "Si tuviéramos una ley que contemplara a las personas que deciden dejan de sufrir, que no morir, y no penalizaran a aquellos que las ayudan, no tendríamos caso".
"Lo único que merece Ángel es nuestro reconocimiento por su valentía y amor hacía su mujer, que era perfectamente consciente de la decisión que estaba tomando y las repercusiones que tendría", ha asegurado Hidalgo, que también ha resaltado que "si no se hubiera acabado la legislatura antes de verano, probablemente tendríamos una ley de eutanasia".

 

Asuntos sucios........................................ Luz Sánchez-Mellado

Marlaska ha optado por retirar discretamente el lodo ajeno y dejar el baño presuntamente limpio para el próximo.

El exministro Jorge Fernández Díaz en un acto de presentación del programa electoral del PP.
El exministro Jorge Fernández Díaz en un acto de presentación del programa electoral del PP.
Hay cuestiones que afectan íntimamente a la vida de los españoles y las españolas de las que no se habla en campaña. 
Un poner: ¿cuántas veces vas entre prisa y prisa al baño del trabajo, haces lo tuyo a ciegas y, al levantarte a tirar de la cadena, te encuentras los detritus de otro u otros incrustados en las paredes del inodoro?
 Es entonces cuando se apodera de ti la duda metódica. Fuera hay gente esperando, así que tienes que pensar rápido. 
Si dejas el pastel tal cual, van a pensar que es tuyo por mucho que digas que tú no has sido. 
Si lo limpias y les refieres tu hazaña, además de quedar poco elegante, vas a darles el desayuno.
 Si lo limpias y te callas, te conviertes en cómplice del autor de los hechos al blanquear su conducta, pero al menos salvas el culo de cara a la galería. 
Total, que 99 de cada 100 veces eliminas las pruebas del delito cagándote en todos los muertos del delincuente y sales del excusado con el estómago en la boca del asco pero con cara de aquí no ha pasado nada.
Limpiar las cloacas del Estado debe de ser pelín más peliagudo que resolver esos contratiempos cotidianos, pero, mal comparado, viene a ser lo mismo. 
Si llegas a un ministerio con el tiempo tasado y, al ir a dejar tu huella, te encuentras con las heces de tus antecesores en el cargo, puedes hacer dos cosas.
 Hacer la vista gorda y obrar tú encima contribuyendo a engrosar la capa de inmundicia; o retirar discretamente el lodo ajeno, relegar a galeras a los sospechosos de la cagada hasta que se depuren responsabilidades judiciales y dejar el baño presuntamente limpio para el próximo.
 Parece que el ministro Marlaska ha optado por la segunda en el hediondo asunto de la llamada “policía patriótica” de su exhomólogo Fernández Díaz. 
Es un trabajo sucio, pero alguien tiene que hacerlo. Solo el tiempo dirá, si lo dice, si se ha manchado con la escobilla.