La actriz es galardonada con el Premio Max de Honor 2019 por su trayectoria teatral.
Concha Velasco recibirá el Premio Max de Honor 2019
el próximo 20 de mayo en el Teatro Calderón de Valladolid, ciudad en la
que nació hace 79 años.
El comité organizador de los Premios Max de las Artes Escénicas, que concede la Fundación SGAE, ha dado a conocer hoy el galardón, otorgado por unanimidad, y ha resaltado su trayectoria como intérprete y su lucha por los derechos de la mujer.
No es Concha Velasco una persona dada a la queja y eso que algunos motivos arrastra.
Sabedora de su magnetismo en la calle y en los escenarios, la actriz reconoce que el teatro y su familia han conformado su vida. “Yo creo que la gente me quiere porque soy sincera.
Me trata como si me conocieran de toda la vida, incluso los jóvenes.
Creo más en la lealtad que en la fidelidad, y yo me considero una persona leal”, asegura Velasco tras conocer la concesión del premio Max, un galardón que siempre, dice, se le había resistido y que por fin se une a esa larga lista que guarda en su nueva casa de alquiler, tras verse obligada a vender su vivienda para terminar de pagar las deudas a Hacienda.
Premio Nacional de Teatro dos veces (1978 y 2016) y Goya de honor de la Academia de Cine en 2013, la intérprete es una mujer peleona y comprometida en la vida y en la escena.
“Siempre he sido una mujer libre.
A mí nunca nadie me ha obligado a hacer nada que no quisiera, hasta eso que algunos llaman peliculitas.
Yo no he hecho peliculitas. He hecho películas estupendas, unas mejores que otras, otras con mejores directores que otros, también mejores compañeros que otros, pero gracias a ellas no solamente he vivido de mi trabajo vocacional, sino también mi familia”, proclama con pasión.
Concha Velasco no solo sigue dominando cada tarde los escenarios teatrales con El funeral, la obra escrita y dirigida por su hijo Manuel, sino que el próximo mes de julio regresará al Festival de Mérida –la última vez fue en 2012 con Hécuba- como protagonista, junto a Pepe Viyuela, de Metamorfosis, dirigida por David Serrano. “Mis sueños profesionales se han cumplido todos.
Los privados... hija mía”, le dice a la periodista, “yo he sido una mujer enamorada y por amor, a veces, me he equivocado, pero como tampoco me ha obligado nadie a ello.
No siempre he tenido la respuesta que yo creía que iba a tener. Sin embargo, el teatro es el único amante que no me ha decepcionado y me ha dejado envejecer con dignidad, cosa que no permiten los novios ni los maridos”.
“El teatro es un lugar ejemplar”, continúa Velasco, “aquí nadie pregunta si eres de izquierdas o de derechas, si eres homosexual o no.
¿Por qué ahora se ve la gente obligada a salir del armario? El que no quiera salir, que no salga”
El comité organizador de los Premios Max de las Artes Escénicas, que concede la Fundación SGAE, ha dado a conocer hoy el galardón, otorgado por unanimidad, y ha resaltado su trayectoria como intérprete y su lucha por los derechos de la mujer.
No es Concha Velasco una persona dada a la queja y eso que algunos motivos arrastra.
Sabedora de su magnetismo en la calle y en los escenarios, la actriz reconoce que el teatro y su familia han conformado su vida. “Yo creo que la gente me quiere porque soy sincera.
Me trata como si me conocieran de toda la vida, incluso los jóvenes.
Creo más en la lealtad que en la fidelidad, y yo me considero una persona leal”, asegura Velasco tras conocer la concesión del premio Max, un galardón que siempre, dice, se le había resistido y que por fin se une a esa larga lista que guarda en su nueva casa de alquiler, tras verse obligada a vender su vivienda para terminar de pagar las deudas a Hacienda.
Premio Nacional de Teatro dos veces (1978 y 2016) y Goya de honor de la Academia de Cine en 2013, la intérprete es una mujer peleona y comprometida en la vida y en la escena.
“Siempre he sido una mujer libre.
A mí nunca nadie me ha obligado a hacer nada que no quisiera, hasta eso que algunos llaman peliculitas.
Yo no he hecho peliculitas. He hecho películas estupendas, unas mejores que otras, otras con mejores directores que otros, también mejores compañeros que otros, pero gracias a ellas no solamente he vivido de mi trabajo vocacional, sino también mi familia”, proclama con pasión.
Concha Velasco no solo sigue dominando cada tarde los escenarios teatrales con El funeral, la obra escrita y dirigida por su hijo Manuel, sino que el próximo mes de julio regresará al Festival de Mérida –la última vez fue en 2012 con Hécuba- como protagonista, junto a Pepe Viyuela, de Metamorfosis, dirigida por David Serrano. “Mis sueños profesionales se han cumplido todos.
Los privados... hija mía”, le dice a la periodista, “yo he sido una mujer enamorada y por amor, a veces, me he equivocado, pero como tampoco me ha obligado nadie a ello.
No siempre he tenido la respuesta que yo creía que iba a tener. Sin embargo, el teatro es el único amante que no me ha decepcionado y me ha dejado envejecer con dignidad, cosa que no permiten los novios ni los maridos”.
“El teatro es un lugar ejemplar”, continúa Velasco, “aquí nadie pregunta si eres de izquierdas o de derechas, si eres homosexual o no.
¿Por qué ahora se ve la gente obligada a salir del armario? El que no quiera salir, que no salga”
Una de las grandes damas del teatro y leyendas en activo, junto a Núria Espert, Julia Gutiérrez Caba o Lola Herrera, Concha Velasco se levanta todos los días a las cuatro de la madrugada para estudiar. Su habitación se inunda de libros y textos para preparar sus personajes.
“La gente joven de ahora quiere ser famosa de golpe, pero para llegar a ser alguien en la escena hay que trabajar mucho.
Yo tuve la gran suerte de encontrarme con Don Luis Escobar, que me ofreció mi primer protagonista en el teatro Eslava con 19 años”. Y desde entonces a acá toda una carrera plagada de musicales, cine, televisión y teatro.
Más de ochenta películas y una treintena de montajes dramatúrgicos han hecho de esta actriz uno de los rostros más conocidos y queridos de la escena española.
Es Concha Velasco una mujer que dice las cosas bien claras.
“El movimiento feminista actual me parece frívolo. Parece como si ahora tocara ser feminista.
El movimiento Me Too me parece una obviedad. Por supuesto que hay mujeres a las que hay que apoyar, pero a veces se puede dar una patada y decir no.
Yo he sabido decir no muchas veces a lo largo de mi vida y no me ha resultado fácil porque me quedaba en la calle, pero lo hice”. Socialista “por vocación”, católica, miembro de una familia conservadora de Valladolid, hija de una maestra republicana –“mi madre es mi ejemplo de vida”- y un asesor del dictador Franco, Concha Velasco nunca ha dejado de votar en las elecciones.
El próximo 28 de abril estará en A Coruña, por ello ya ha pedido el voto por correo.
“Pero hoy no quiero hablar de política”.
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