13 jun 2010
Natalie Wood
Natalie nunca, absolutamente nunca dejó de amar a Warren Beatty, siempre en toda su vida estuvo presente el actor, y en los momentos mas críticos como fueron varias crisis, Warren siempre acudía a su lado. Partiendo de esa base fundamental para comprender el complejo interior de Natalie, se nos abren dos caminos: uno nos conduce a su dificultad en olvidar el amor perdido y el otro a dos matrimonios: uno con el productor teatral Richard Gregson y el otro Wagner. En las dos relaciones, y frutos de ambas tiene dos hijos, pero su vida sigue siendo un duro camino y su carrera profesional recibe las consecuencias de ello. Divorciada de Gregson, vuelve a casarse con Wagner, se marcha a vivir a Londres, y es cruelmente castigada por los estudios al rechazar un papel en el film "El discípulo del diablo", al lado de Kirk Douglas, Burt Lancaster y Laurence Olivier, dejándola prácticamente apartada del cine durante algún tiempo.
La desaparición de la actriz el 21 de Noviembre de 1981 en aguas del Pacifico, concretamente en Isla Catalina, donde el matrimonio poseía una mansión, es uno de los muchos enigmas relacionados con otra personalidad del cine que, todavía al cabo de los años sigue siendo una incógnita, con unas connotaciones no muy claras o excesivamente evidentes para dejarlo como punto final a la vida de esta mujer. Yo no puedo conformarme con esto, puesto que tengo información de primera mano y mi intención es rendirle un homenaje a NATALIE WOOD en todas las dimensiones en que estos homenajes se deben realizar, marcando fuertemente los puntos sobre las ies, aunque algunos no deseen que mis escritos salgan a la luz. Pero la mentira no forma parte de mis muchos pecados capitales y quiero que al menos el alma de esta extraordinaria actriz descanse en paz.
" Aunque mis ojos ya no puedan ver ese puro destello, que me deslumbraba.
Aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor en la hierba de la
gloria en las flores, no hay que afligirse, porque la belleza siempre
subsiste en el recuerdo ".
NATALIE WOOD
El paso al teatro
Su debut era el día 12 de Febrero de 1982 en el Ahmanson Theatre de Los Ángeles con la obra "Anastasia". Cuentan que la preparación que llevaba desde hacia meses para este importante papel era auténticamente caótica, llevándole a situaciones de ansiedad, stress, insomnio y abuso constante de drogas para mantener despierta su mente, pero hay un dato importante que, muchos de sus biógrafos han omitido y es que Natalie Wood poseía un tesón y una sensibilidad poco común. Era constante y cuando se proponía realizar algo, nada y nadie podía interponerse en su camino. Estas cualidades las conservó a pesar del alcohol y las muchas sustancias que ingería. Basta con observarla, basta con estudiar su mirada para analizar todo un fascinante mundo de ambición, de amor, también de inteligencia y clase. Con solo 43 años nos dejó un mosaico de films que muchas actrices envidiarían y eso solo lo podía conseguir una mujer con sus cualidades, sus defectos, pero ante todo, con su fuerza y garra. Robert Redford dijo de su compañera en "Esta propiedad está condenada":
"Natalie no está hecha para vivir en este mundo, Natalie está hecha para crearlo"
De su relación de Warren es historia en el mundo de Hollywood, la prensa ya se encargó en su época de marcar con fuego el corazón de una joven actriz, por el simple hecho de irse a vivir con su compañero de rodaje. Pero ese tipo de prensa, no profundizó en lo realmente dramático de aquella relación, porque lo diabólico de aquellos jóvenes actores era la adicción a la heroína. ¿Se la trasmitió Warren?, es de suponer, debido a la fama que ya arrastraba el actor y por las declaraciones de sus parejas, pero Natalie que fué su fiel compañera, amiga y amante, desde el momento en que se conocieron y hasta el final de sus días, fué una autentica victima de los estimulantes, de los cuales no podía prescindir. De todo esto último, la prensa sensacionalista de Hollywood no pudo hacerse eco, la política brutal de los estudios tenía mucho mas poder para ocultar cualquier desliz de sus estrellas, que la misma CIA. y entre sus mismos compañeros el eco crecía cada día mas. Si no era noticia de primera plana en prensa, sí que era caldo de cultivo para el mundillo en que respiraba con dificultad una bella muchacha llamada Natasha.
La pequeña cortesana como la llamaban entre ellos solo deseaba ser feliz, amar y vivír con el hombre del cual se había enamorado... Esa fué la cruel realidad que envolvía la vida de Natalie y aunque después vinieron otros hombres y otros amores, siempre vivió marcada por su relación con Warren y aunque el actor siguió viviendo una vida digna del mismísimo Casanova, nunca dejaron de amarse, ni de estar en contacto. Estaba claro que aquella hierba había humedecido con sangre sus corazones, dotándoles de un esplendor que subsistió en el recuerdo de ambos.
La Muerte de Natalie Wood
Natasha abrió los ojos bajo los focos de unos estudios de cine, soportando valientemente la brillantez férrea de su diabólico voltaje, sabiendo sonreír abiertamente, porque si para la mayoría la luz significa el comienzo o el ocaso del túnel final, para Natasha era el principio de una vida a través de un valle de colorido inigualable, con solo cuatro años, bajo la amenaza de un futuro teñido de luces y sombras.
Estoy refiriéndome a NATALIE WOOD, actriz influenciada por la leyenda que cayó sobre todos los que protagonizaron REBELDE SIN CAUSA y aunque a veces las leyendas son hipótesis, ésta cobra retazos de realidad, ya que tanto James Deán, Sal Mineo y Nick Adams, al igual que "Nuestra Natasha", fallecieron en circunstancias muy extrañas. Este film marcó su futuro profesional y privado a lo largo de su corta vida.
Creo razonable detallar antes, los premios que NATALIE WOOD cosechó, para hacernos una idea del calibre de actriz que existía tras ese rostro trazado por los mismos angeles y cuya sonrisa siempre me ha recordado "La Gioconda" de Leonardo Da Vinci.
Nominada mejor actriz por Esplendor en la Hierba
Nominada mejor actriz por Amores con un extraño
Nominada mejor actriz por Rebelde sin causa
Globo de oro a la actriz promesa
Globo de oro World Film Favorite
Globo de oro a la mejor actriz de serie de Tv por "De aquí a la eternidad"
Globo de oro mejor actriz musical por La Reina del Vodevil y La Rebelde.
"Era una pequeña mariposa de alas azules, atrapada en una tela de araña de la que no podía escapar...!Fué espantoso!"
Sus interpretaciones para el cine son ya clásicos de culto y mirándola en pantalla parece como si el maestro Leonardo no quisiera concluir una obra que le proporcionaba el mas exquisito de los placeres. La forma geométrica de sus ángulos faciales son tan perfectos que el pulso tiembla ante la posibilidad de plasmarlo en lienzo...... Creo, sin abusar de mi incondicional admiración hacia esta actriz, que poseía la boca, los dientes y la sonrisa mas bellos que yo he contemplado y nada, ni nadie me puede impedir que recuerde a esa niña vestida de blanco, en compañía de sus mas fieles amigas, en busca del amor perdido, en el magistral final de ESPLENDOR EN LA HIERBA, es viendo esta secuencia cuando uno se remonta al tiempo pasado, tira con fuerza la cuerda infernal del paso de los años y se deja envolver por unas simples líneas escritas por el poeta William Wordsworth, tan bellas como éstas:
Aunque mis ojos ya no puedan ver ese puro destello, que me deslumbraba.
Aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor en la hierba, de la
gloria en las flores, no hay que afligirse, porque la belleza siempre
subsiste en el recuerdo.
No sé que pasaba.
Ayer a media tarde se volvieron locos los vencejos. Iba al frente el jefe de raids tocando el silbato, y se lanzaban contra los aleros rebotándose y excitándose con los golpes. Así una vez y otra, si no subían al pecho del aire y se quedaban en los columpios riendo como infantes por fin de vacaciones.
Yo no sé qué pasaba en la atmósfera, porque también se añadieron al júbilo las golondrinas, que son más discretas. Venían las nubes directamente del sur. Venían en caravana, y se deshacían y se recreaban a una velocidad que causaba dolor al ojo.
Qué nada la de las nubes, y cuánta intensidad en sus metamorfosis, en su misma nada repetida, en sus pasajes.
Las nubes bajas, los grandes cúmulos teñidos de sal y azur, yo creo que toda esa aparatosidad fue la que sacó de quicio a los vencejos con sus primas las golondrinas, pasando en formación vocinglera las cotorras, y las gaviotas, repletas de desdén, maniobrando con sus grandes alas para humedecer el pico en las nubes.
Era como una jornada de final de curso. En cierta medida, como una canción de despedida alrededor de la hoguera, aunque me pongo en guardia contra mí mismo porque anuncio la partida de los vencejos lo menos desde hace un mes y no ocurre que sigan al norte.
La luz en el aire era intensa y mudable también, la lucha entre el cúmulo blanco y el nimbo de grafito. Luego se abría un claro en las alturas, se iluminaban las grúas amarillas, se intensificaba el verdor en las copas de los palorrosas, y se enrojecían las fachadas de ladrillo por espacio de cuatro o cinco minutos.
Todo será porque estamos a punto de tocar la víspera del día más extenso, el pasaje a Los Asules en los bolsillos, las maletas ya cargadas de faena que concluir frente al horizonte atlántico.
J.C. Cataño
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