16 abr 2020
El primer rey de España fue mujer...................... Vicente G. Olaya
'Siempre estuvieron ellas' repasa los semblantes poco conocidos, maltratados u olvidados de protagonistas femeninas de la historia española, desde la Edad Media a la Segunda República.
Cuatro conceptos que el autor de Siempre estuvieron ellas, el historiador y politólogo Javier Santamarta (Madrid, 57 años), entremezcla a partes iguales en una entretenida obra que ofrece un abanico de pequeñas biografías de algunas de las mujeres más destacadas del pasado español.
Saltando de Al-Ándalus a la Segunda Guerra Mundial, el escritor recupera relatos poco conocidos u olvidados de científicas, periodistas, reinas o campesinas.
"Hispanas memorables", las llama. Santamarta deja, sin embargo, muchas preguntas en el aire, lo que lleva al lector a desear saber más sobre algunos personajes que, sin duda, merecen un estudio más profundo.
Es el caso, por ejemplo, de las mujeres que defendieron la ciudad de Palencia del ataque del duque de Lancaster en mayo de 1388. Sin hombres en la ciudad –todos habían sido reclutados por Juan I de Castilla y se encontraban a muchas leguas– las palentinas se encaramaron a murallas y campanarios listas a defender sus vidas. Risas y bromas del ejército invasor al descubrir la supuesta debilidad militar de sus enemigas.
“Aceite hirviendo convertido en cascadas que abrasan a los soldados que más se aproximan.
Escalas rechazadas por mujeres, que las empujan con las orcas que tienen.
Cuerdas, cortadas con hachas”, escribe Santamarta.
Tras la victoria, el monarca les concedió el llamado derecho de toca, “de este modo no tenían ya que inclinarse ante el rey”.
Podían lucir en sus tocados una banda de color rojo y oro. “Las mujeres de Palencia lo ostentan hasta hoy en sus trajes típicos, con lo que muestran, orgullosas, ser herederas de quienes supieron luchar.
De quienes supieron morir".
Y blande el caso, que “no es baladí, hoy en día en aquellos países que se dicen más avanzados, la envidia que crean las españolas cuando mantienen sus apellidos, cásense o no, siendo siempre ellas mismas; y nominadas todas, como los varones, con el apellido paterno, pero también con el materno.
Y en la posición que se quiera.
¿Hemos de recordar que el universal Velázquez es conocido por el apellido de su madre? ¿O que, con igual ejemplo, Luis de Argote es conocido como Góngora?”.
Santamarta escribe que “España tendría que estar tan orgullosa de su ascendencia femenina, que hasta el primer rey de España fue reina, Juana de Castilla, que habremos de considerarla no tanto como la loca que nos han querido mostrar, sino como el primer rey de la Historia Moderna de una España unificada”.
Es verdad, recuerda, que acabaría encerrada, “pero una cosa es cierta, las Cortes de Castilla jamás le quitaron el título de reina ni la inhabilitaron.
Fue la primera reina de esa España, origen de la nación actual española”.
El historiador salta de un semblante a otro y rememora a personajes tan distintos como Isabel Barreto, la primera almirante de la Armada y que capitaneó la flota del pacífico en el siglo XVI;
Clara Campoamor, diputada del Partido Republicano Radical, e impulsora del sufragio femenino en 1931; Ángela Ruiz Robles, precursora de las actuales tablets y que se negó a vender en 1971 la patente a una firma estadounidense; o Isabel Cendal Gómez, nacida en 1773, la primera enfermera de la historia en misión internacional, tal y como la considera la Organización Mundial de la Salud.
O el triste caso de Elena de Céspedes, una cirujana acusada por el Santo Oficio de sodomía y que se automutiló para poder ejercer.
“Yo no soy mujer. Nadie es perfecto”, se lee en las primeras líneas del libro, que acaba así:
“Mujeres que merecen ser recordadas, muchas de las cuales vivieron en lugares lejanos, exóticos y hasta peligrosos. Son mujeres poderosas, inteligentes, luchadoras…
Es sorprendente que las hayamos olvidado, porque a lo largo de nuestra Historia, siempre estuvieron ellas”.
'Aplaudes por mí ahora'. Texto traducido
Entonces, finalmente sucedió.
Esa cosa de la que tenías miedo.
Algo ha venido del extranjero
y tomó tus trabajos.
Hizo inseguro caminar por las calles
y te mantuvo atrapado en tu casa.
Una enfermedad sucia.
Tu orgullosa nación se fue
Pero no yo.
Ni yo.
Ni yo.
No, ahora aplaudes por mí,
me animas mientras trabajo,
llevando comida a tu familia
o trayendo comida de tu suelo.
Apuntalamos tus hospitales.
No algún invasor extranjero,
conductor de entrega,
profesor,
salvador de vidas.
No digas 'vete a casa'
No digas 'no aqui'.
Sabes cómo se siente el hogar al ser una prisión,
sabes como se siente vivir con miedo.
Entonces me aplaudes.
Todo este amor que traes.
Pero no olvides cuando ya no esté tranquilo
No olvides cuando ya no puedas escuchar a los pájaros cantando
o ver aguas más claras
que crucé por ti
para hacer las vidas llenas de paz
y traer paz a tu vida también.
Vengan todas ustedes Gretas
ustedes, Malalas,
ustedes inmigrantes.
Mira lo que hemos aprendido.
Solo hace falta lo más pequeño
para cambiar el mundo.
“Aplaudes por mí ahora”
“Aplaudes por mí ahora”, un poema que destaca el trabajo de inmigrantes en Reino Unido frente a la pandemia.
El texto cuestiona si el sentimiento de gratitud de los británicos se extenderá después de la crisis sanitaria por la covid-19.
“Algo ha venido del extranjero y tomó tu trabajo, hizo
inseguro caminar por las calles y te mantuvo atrapado en tu casa”.
Así
inicia un video protagonizado por un grupo de inmigrantes que trabajan
en el Servicio Nacional de Salud en Reino Unido
en referencia a la pandemia por la covid-19.
El material, compartido en
Twitter por el comediante británico Tez Ilyas, acumula 6,7 millones de
reproducciones en las primeras 24 horas de su publicación y ha sido
retomado por diversos medios de comunicación en Europa.
You clap for me now (Aplaudes por mí ahora),
es un poema del escritor Darren James Smith y que fue narrado en este
video por trabajadores de diversas minorías étnicas en Reino Unido que
se dedican al cuidado de la salud y la alimentación.
“Cuando salimos de
nuestros hogares a la luz del sol y, con suerte, liberados de las garras
de la covid-19, queremos recordarles a las personas que no vuelvan a
las viejas y ciegas formas de pensar.
De asumir que ciertos trabajos son
‘no calificados’ y, por lo tanto, ‘indignos’, dijo Smith, el autor del
poema, en una entrevista con The Washington Post.
Desde el inicio de la pandemia en el país, los británicos han salido a sus ventanas y balcones todos los jueves a las 8 de la noche
para aplaudir a los trabajadores sanitarios.
“Ahora aplaudes por mí.
Me
animas mientras trabajo. Llevando comida a tu familia. Trayendo comida
de tu suelo”, dice el poema, que cuestiona si el sentimiento de gratitud
de los británicos se extenderá después de la crisis sanitaria por la
covid-19.
El debate en el Reino Unido sobre los inmigrantes continúa
tras el Brexit.
Desde que se celebró el referéndum para salir de la
Unión europea, ha bajado un 90%
la entrada de personal sanitario provenientes del extranjeros en el
país.
Sin embargo, el propio primer ministro, Boris Johnson, fue atendido por un enfermero de origen portugués.
La covid-19 ha agudizado la cifra de muertos en este país en las últimas semanas.
Hay ya más de 12.000 fallecidos, según ha informado el Departamento de Sanidad británico.
Han sumado más de 5.000 casos nuevos y 778 muertos en las últimas 24
horas en Reino Unido, lo que eleva el balance a más de 93.000 personas
contagiadas.
Para realizar este video, los trabajadores se filmaron a sí
mismos y luego enviaron el material a Sachini Imbuldeniya, una
productora británica cuya madre emigró de Sri Lanka y trabajó como
enfermera.
“Nos recuerda a todos que cuando finalmente salgamos del
encierro, debemos recordar a aquellos que nos ayudaron a nosotros y a
nuestros seres queridos a superarlo”, ha dicho la creativa en su cuenta
de Instagram.
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