Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

12 ene 2020

Los premios que (no) otorgáis .......................... Leila Guerriero

Los premios que (no) otorgáis 

¿Qué se premia cuando se premia a un escritor? ¿Su obra, su capacidad de hablar en público, su buena salud?.

PRÓLOGO: DESDE EL punto de vista periodístico, lo relevante no es que un perro muerda a un hombre, sino que un hombre muerda a un perro. 
Siguiendo esa lógica, un premio que pocos días después de otorgarse queda en suspenso es la excepción a la regla que transforma una circunstancia normal en extraordinaria. 
Sin embargo, la noticia de que el premio se otorgó fue publicada en todas partes, y la de que su entrega quedaba suspendida, en muy pocas.

Los hechos: El 28 de octubre de 2019 un jurado decidió dar el Premio de Literatura Sor Juana Inés de la Cruz, un reconocimiento a la obra escrita por mujeres que otorga la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, a la argentina María Gainza por su novela La luz negra (Anagrama, 2018). 
El jurado destacó su “prosa lúcida e impecable”.

El jurado destacó su “prosa lúcida e impecable”. Las virtudes de la obra permanecen, pero es posible que María Gainza no reciba los 10.000 dólares con los que está dotado el premio.

La cronología: María Gainza iba a recibir el galardón en una ceremonia que se realizaría el 4 de diciembre de 2019 en la Feria de Guadalajara.
 Se habían organizado entrevistas y encuentros con lectores. Cuatro días antes del viaje, la hija de Gainza, de 12 años, tuvo fiebre alta. Se le diagnosticó gripe.
 La mañana en que Gainza debía partir desde Buenos Aires hacia México, la niña amaneció bien, pero a mediodía la fiebre superó los 39,5 grados y su madre la llevó a una clínica, donde la dejaron internada por una neumonía con derrame pleural. 
Gainza suspendió el viaje. Se dio aviso a los organizadores. Se le sugirió que viajara sola y que su “marido” se quedara cuidando a la niña. 
No hay marido.
 El padre de la niña falleció hace cuatro años. María Gainza la cría y la cuida sola.
La consecuencia: Al cancelarse el viaje y la ceremonia, los organizadores decidieron suspender la entrega del premio. 

Un comité decidirá —a fines de enero— si Gainza puede conservarlo.
La versión oficial: No hay comunicado oficial porque la Feria asegura estar ante una situación “no prevista en la convocatoria”. Se presume, entonces, que la entrega quedó suspendida porque la autora fue anoticiada, telefónicamente, de que su presencia era indispensable para hacerse con el galardón.
 La presencia del autor es un requisito que figura en la base de muchos premios.
 Sin embargo, no aparece en las del Sor Juana Inés de la Cruz publicadas en la web.

El veredicto: Más allá de lo que resuelva el comité, la suspensión funciona como reprobación pública y transforma un símbolo de reconocimiento en castigo a una conducta, además de reafirmar al escritor como figura performática antes que como sujeto que escribe.
Las preguntas: ¿Qué se premia cuando se premia a un escritor? ¿Su obra, su capacidad de hablar en público, su disposición para socializar con los lectores, su buena salud? Si su presencia es condición indispensable, los premios que la requieren sólo son aptos para escritores con un ecosistema familiar perfecto que al momento de recibirlos no estén sometidos a diálisis, ni cursando embarazos complicados, ni en crisis bipolar.
Los antecedentes: Hay abundancia. Se cita uno: en 2004, la escritora austriaca Elfriede Jelinek ganó el Premio Nobel y no lo recogió personalmente. 
Adujo problemas de salud psíquica. Lo recibió sin dificultades.
Adenda (no necesariamente relacionada con lo anterior): María Gainza es reservada y casi no realiza presentaciones públicas. Muchos colegas varones hacen lo mismo, pero en las mujeres esto no suele percibirse como autopreservación, sino como síntoma de fobia o divismo inverso.
 Esa postura vital puede hacer que muchos comportamientos no necesariamente derivados de ella se juzguen como la confirmación de que la autora es “difícil” y, por tanto, capaz de usar excusas para evadir compromisos públicos.
El concepto: Al premiar una singularidad —libros escritos por mujeres—, el galardón da por sentado que existe algo específicamente femenino en alguna literatura y, por tanto, asume también que la vida de las mujeres está dotada de dificultades y/o facilidades características del género (aplicables, por ejemplo, a criar un hijo sola).
La denominación: 
El premio lleva el nombre de una monja del siglo XVII que tenía ciertas ideas acerca de las mujeres.
 Escribía poemas. Uno de ellos dice: “Queréis, con presunción necia, / hallar a la que buscáis, / para pretendida, Thais, / y en la posesión, Lucrecia”. 
Es un poema sobre la hipocresía.

 

Una propuesta para 2020 Una propuesta para 2020 Rosa Montero

Una propuesta para 2020

Sobre los límites del engaño .....................................Javier Marías

Sobre los límites del engaño

11 ene 2020

Carolina Darias, la mujer que se sabe todos los mapas

La nueva ministra de Política Territorial tendrá la obligación de acercar Madrid a Canarias, viaje que siempre es tan difícil para los que se sientan en los sillones de la administración de los territorios.

 


Su energía es formidable.



 Aunque esté sentada, almorzando o cenando, Carolina Darias, la nueva ministra de Política Territorial y Función Pública (Las Palmas de Gran Canaria, 54 años), tiene mecanismos, cibernéticos o intuitivos, para saber qué ocurre en el mapa de España. Desmiente con una audacia inigualable el tópico que asocia al canario al aplatanamiento.
 Además, el plátano no nació en Canarias, al contrario que Darias, que salta del Gobierno de las islas al Gobierno de la nación.
La futura ministra de Política Territorial, Carolina Darias, en Las Palmas de Gran Canaria, este sábado. En vídeo, Darias y Rodríguez Uribes, los nuevos ministros de Política Territorial y Cultura.

Como presidenta del Parlamento de Canarias estableció la sensatez y el sentido común como guía de su actuación. 

Y también como ciudadana común, que no ha dejado de ser en ninguna de las funciones oficiales que ha mantenido, entre ellas la de delegada del Gobierno en el archipiélago. 

Darias es una mujer cuyos atributos no pasan por el ejercicio sobreactuado de la autoridad, sino por el respeto a los que no sientan u opinen lo que ella mantiene y defiende. 

Pero lo más sobresaliente es la energía, envuelta en una ternura que no casa con el tópico de indiferencia que se atribuye a los políticos. Como aconsejaba el Che Guevara, hay que endurecerse, pero nunca perder la ternura.
 Y aunque no parece que sean tiempos para el Che, sí lo son para poner esa frase en el marco que corresponde a los valores de Carolina Darias.

En la actualidad, era consejera de Economía, Conocimiento y Empleo del Gobierno de Canarias. 
Antes fue concejal del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, donde también fue directora de gobierno de Ordenación del Territorio, Urbanismo y Vivienda y portavoz de su partido, el PSOE, en el Cabildo grancanario.
 Cada vez que en estos tiempos pasaba algo en las islas, se tenía la impresión de que aquella mujer que parecía tener su tierra (¡y el Estado entero!) en la cabeza estaba en los mimbres de las decisiones sensatas, tanto políticas como humanas.
 Puede decirse que se ganó en sus distintos escalones políticos el afecto y el respeto de los canarios. 
Quien más se alegrará será también el que más la eche de menos, el presidente autonómico Ángel Víctor Torres. 
Ahora, de todos modos, Carolina Darias tendrá la obligación de acercar Madrid a las islas, viaje que siempre es tan difícil para los que se sientan en los sillones de la administración de los territorios.
Tiene tres hijas adoptivas.
 Saber su historia de madre, oírsela contar, es un mapa de su corazón.
 Quien conoce ese mapa ya conoce todos los mapas, entre ellos el mapa de España.
La futura ministra de Política Territorial tiene el valor de la memoria para reconocer las lecciones que dejaron sus antecesores para la historia de su país canario y del país de todos, al que ahora se va a dedicar también.
 Cuando se iba a producir el importante cambio político en el archipiélago y se celebraba en Gran Canaria el Día de Canarias, en medio de los rumores que la situaban en el Ejecutivo canario, halló tiempo para cenar con Jerónimo Saavedra, el primer presidente socialista que tuvieron las islas.
 Allí se pudo observar la intensidad con que los dos no solo vivían el hecho político, sino la importancia que le daban a lo que cada uno había ido aprendiendo por su lado.
En la actualidad, era consejera de Economía, Conocimiento y Empleo del Gobierno de Canarias.
 Antes fue concejal del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, donde también fue directora de gobierno de Ordenación del Territorio, Urbanismo y Vivienda y portavoz de su partido, el PSOE, en el Cabildo grancanario. 
Cada vez que en estos tiempos pasaba algo en las islas, se tenía la impresión de que aquella mujer que parecía tener su tierra (¡y el Estado entero!) en la cabeza estaba en los mimbres de las decisiones sensatas, tanto políticas como humanas.
 Puede decirse que se ganó en sus distintos escalones políticos el afecto y el respeto de los canarios.
 Quien más se alegrará será también el que más la eche de menos, el presidente autonómico Ángel Víctor Torres. 
Ahora, de todos modos, Carolina Darias tendrá la obligación de acercar Madrid a las islas, viaje que siempre es tan difícil para los que se sientan en los sillones de la administración de los territorios.

Tiene tres hijas adoptivas. Saber su historia de madre, oírsela contar, es un mapa de su corazón. Quien conoce ese mapa ya conoce todos los mapas, entre ellos el mapa de España.