Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

20 jun 2019

‘Pasapalabra’ y ‘¡Boom!’: concursantes de 10 para enganchar a la audiencia

Jero y Orestes llevan más de 40 enfrentamientos en ‘Pasapalabra’ y Los Lobos superan los dos años en ‘¡Boom!’.

Orestes Barbero y Jero Hernández llevan 45 programas enfrentándose en 'Pasapalabra'.
Orestes Barbero y Jero Hernández llevan 45 programas enfrentándose en 'Pasapalabra'.

 

Desde mediados de abril, dos concursantes acaparan Pasapalabra. Jerónimo Hernández y Orestes Barbero son los protagonistas de los enfrentamientos más seguidos de la televisión española: los que se desarrollan en torno al Rosco. 
Ambos llevan 45 programas en un duelo que ha hecho de ellos ya los participantes que en más ocasiones se han enfrentado en el espacio de Telecinco, superando a Antonio Ruiz y Jaime Conde y los 38 cara a cara que mantuvieron entre octubre y noviembre de 2017.
 Mientras, en la cadena de la competencia, el equipo de Los Lobos ha sobrepasado en Antena 3 los dos años de participación en ¡Boom! 
 Esas largas permanencias se han convertido en un filón para estos programas, que logran así fidelizar a una audiencia que permanece enganchada a la espera del esperado final feliz: la obtención del premio.
La igualdad en sus enfrentamientos es máxima, tanto que en muchas ocasiones han preferido empatar y asegurar así el regreso de ambos en el siguiente programa sin tener que pasar por la prueba que, al principio de cada programa, decide quién es el concursante que se enfrenta al ganador de la anterior entrega.
Tanto ¡Boom! como Pasapalabra, los dos concursos diarios que más audiencia reúnen actualmente en España (rondan los dos millones de espectadores), están abonados a participantes de larga duración.
 En ¡Boom!, Los Lobos dejaron atrás hace casi un año el récord Guinness de más victorias consecutivas en un concurso televisivo y ya llevan más de dos años asomándose a la pequeña pantalla de lunes a viernes.
 En Pasapalabra, y tras los 168 programas que estuvo Fran González hasta que logró llevarse el premio del bote, el concurso repescó a Jero en febrero tras unos programas especiales a los que regresaron algunos de los concursantes más populares del espacio. Así, siempre hay una cara familiar para los espectadores optando por llevarse el ansiado bote.


Tanto Jero como Orestes ya eran conocidos por los seguidores de Pasapalabra por anteriores participaciones.
 Jero (Salamanca, 54 años) es licenciado en Ciencias de la Educación y trabaja como funcionario de la Universidad de Salamanca.
 En una anterior participación en el concurso acumuló 133.800 euros tras 121 programas, aunque cayó eliminado sin lograr el bote acumulado.
 Orestes (Burgos, 22 años) estudia también en la Universidad de Salamanca. Es graduado en Filología y estudia un Máster en Literatura Española e Hispanoamericana, Teoría de la Literatura y Literatura Comparada.
 Ya había probado suerte en Pasapalabra cuando tenía 19 años, pero su participación fue breve.
La igualdad en sus enfrentamientos es máxima, tanto que en muchas ocasiones han preferido empatar y asegurar así el regreso de ambos en el siguiente programa sin tener que pasar por la prueba que, al principio de cada programa, decide quién es el concursante que se enfrenta al ganador de la anterior entrega.
Tanto ¡Boom! como Pasapalabra, los dos concursos diarios que más audiencia reúnen actualmente en España (rondan los dos millones de espectadores), están abonados a participantes de larga duración. 
En ¡Boom!, Los Lobos dejaron atrás hace casi un año el récord Guinness de más victorias consecutivas en un concurso televisivo y ya llevan más de dos años asomándose a la pequeña pantalla de lunes a viernes.
 En Pasapalabra, y tras los 168 programas que estuvo Fran González hasta que logró llevarse el premio del bote, el concurso repescó a Jero en febrero tras unos programas especiales a los que regresaron algunos de los concursantes más populares del espacio. Así, siempre hay una cara familiar para los espectadores optando por llevarse el ansiado bote.

19 jun 2019

Barcelona sigue amando a Woody Allen...................... Miquel Jurado.

La gente que abarrotaba los jardines del Palacio Real de Pedralbes estaba allí por simpatía, para demostrar su amor por un personaje querido y admirado en la ciudad.

Woody Allen
Woody Allen el martes en el festival Jardins de Pedralbes.
En Estados Unidos a Woody Allen ya lo han echado a la hoguera y han prendido la pira sin esperar resultados judiciales.
 Hasta la poderosa Amazon se ha cebado con el cineasta.
 Por aquí, en cambio, los juicios mediáticos paralelos y las habituales difamaciones en redes sociales han intentado hacer su trabajo con maléfica precisión, pero no parecen haber conseguido gran cosa. 
 Como mínimo no en Barcelona.


Woody Allen
Woody Allen el martes en el festival Jardins de Pedralbes.

Woody Allen fue el primero en agotar las entradas del festival Jardins de Pedralbes y se pusieron a la venta en un momento de ebullición mediática a su alrededor.
 Las más de tres mil personas que ayer asistieron a su actuación no parecieron en ningún momento arrastradas por el morbo de ver al monstruo depredador en vivo, ni mucho menos.
 La gente que abarrotaba los jardines del Palacio Real de Pedralbes estaba allí por simpatía, para demostrar su amor por un personaje querido y admirado en la ciudad. 
Y lo hizo calurosamente aunque en el aspecto musical, y siendo generosos, la cosa no pasara de mediocre.

A la entrada de los jardines muchos se hicieron la foto de rigor con su enorme figurón de cartón a tamaño natural; una empleada del festival te podía hacer la foto con tu propio móvil para que no fuera necesario recurrir a selfies excesivamente forzados.
Es sabido que el público no va a un concierto de Woody Allen por la música.
 Mientras paseaban por el sumamente agradable entorno de los jardines, con sus bares, tumbonas, estanques animados por el croar de alguna rana y un par de escenarios alternativos, muchos se preguntaban qué iba a tocar el cineasta asustados por el programa de mano en el que se especificaba que "volvía a Barcelona sin un repertorio predeterminado". 
No, lo importante no es lo que vaya a tocar, ni siquiera cómo lo toque, lo importante es que esté allí, verle en carne y hueso y, sin duda, después poder explicarlo a las amistades que se quedaron sin entrada.
Y Woody Allen volvió a escenificar su papel. 
El de clarinetista aficionado, él siempre se ha tildado a sí mismo de aficionado, pasando el rato en algún tugurio de Nueva Orleans antes de que la marina estadounidense cerrara el barrio de Storyville, donde estaban los garitos, y expulsara de la ciudad a putas y músicos de jazz.
 Y hace muy bien su papel de aficionado: en ningún momento da muestras de saber tocar el clarinete, ni se esfuerza por conseguir sacarle algún sonido que no sea molesto para el oído y desentone con el resto de la banda.
Rodeado del solvente sexteto de su amigo Eddy Davis, Allen recorrió viejos estándares de dixieland.
 Música sencilla y efervescente que hasta consiguió que el público marcara el ritmo con sus pies contra las gradas. 
Davis hasta cantó alguna entrañable cancioncilla mientras Allen parecía dormitar en su silla. 
Lo parecía , pero no estaba dormido, llegado el momento saltaba como un resorte y se incorporaba a la banda y hasta tomaba con total naturalidad algún solo.
Setenta y cinco minutos exactos, despedida y, tras la insistencia del público que no había tenido suficiente, regreso para la obligatoria tanda de bises.
 Misión cumplida. Ahora Allen ya puede seguir buscando localizaciones para rodar su siguiente película en España.
 Aquí, vista la reacción del público, no va a tener el menor problema. 

 

Nada es eterno en Italia salvo Raffaella Carrà, que vuelve a la televisión a los 76 años

La cantante, actriz y presentadora, que hizo un amago de retirarse hace dos años, regresa con un exitoso programa de entrevistas por el que han pasado Sofia Loren o Paolo Sorrentino.

cumpleaños Raffaella Carra
Raffaella Carrà, en 2017 en Madrid. GTRESONLINE

 

Dakota Johnson, la ‘hija de’ que busca ser mucho más que eso

La actriz, descendiente de Melanie Griffith, Don Johnson y Tippi Hedren, intenta asentarse en la industria del cine y aparca de momento su relación con el cantante Chris Martin.

Dakota Johnson, en la gala del Met de Nueva York, el 6 de mayo de 2019. 

Dakota Johnson, en la gala del Met de Nueva York, el 6 de mayo de 2019. Getty Images
Cuesta creer que Dakota Johnson no tenga ni siquiera 30 años. Quizá sea por la costumbre de verla, casi desde siempre, en alfombras rojas y glamurosos reportajes fotográficos.
 Quizá porque un hit como el de la trilogía erótica de Cincuenta sombras de Grey no iba a pasar desapercibido en su carrera, por muy incipiente que fuera. 
Quizá porque lleva varios años convertida en actriz de cine, pero también en protagonista de la prensa del corazón.
 Quizá porque ha logrado colocarse como una de las más estilosas y fotografiadas invitadas de los eventos más carismáticos.
 O, quizá, porque ella misma se ha encargado de unir todos esos ingredientes y agitarlos para convertirse en la estrella que siempre ha querido ser. 
Con una sólida base para el lanzamiento, sí, pero con la suficiente agilidad para saber tomar carrerilla y emprender el vuelo en solitario.
Johnson ha nacido en el seno de la realeza de Hollywood. 
Tiene padres (los actores Melanie Griffith y Don Johnson), abuelos (la actriz Tippi Hedren y el productor Peter Griffith) y hasta padrastros (Antonio Banderas) en la meca de la industria, así que este parecía el camino natural. 
 Ella no ha dudado en posar con los suyos, ya sea de vacaciones o en producidos reportajes, pero después ha querido hacerlo sola. Incluso su forma de arrancar su carrera es un sinónimo de lo que ha sido su vida: fue precisamente Banderas quien le dio su primera oportunidad en Locos en Alabama (1999), en un papel pequeño.
 A partir de ahí, no le quedó más remedio que machacarse los castings y sobrevivir a los papeles de secundaria.
 "No he crecido como una privilegiada. 
Aunque es verdad que mi familia era muy conocida, desde niña he tenido un estilo de vida muy normal", explicaba en EL PAÍS hace cuatro años.

Hasta que la buena de Anastasia Steele, la protagonista de la saga de Cincuenta Sombras de Grey, se cruzó en su camino. "Siempre tuve claro que quería hacer de Anastasia. 
Y mis padres tuvieron que aceptarlo.
 No les quedó otra", contaba a este diario hace un par de años sobre su papel en la trilogía que la lanzó a la fama. 
El rodaje no fue fácil, había escenas incómodas, estaba muy expuesta, sabía que su familia no estaría a gusto.
 "Pero sé que mis padres me juzgan como persona, no como actriz", aseguraba.
Melanie Griffith y Dakota Johnson en una gala benéfica en Los Ángeles (California), en noviembre de 2017
Melanie Griffith y Dakota Johnson en una gala benéfica en Los Ángeles (California), en noviembre de 2017 CORDON PRESS
Que su mayor fama la haya alcanzado con una película comercial solo le ha servido para dar el salto a proyectos más independientes y escogidos, como Suspiria, del italiano Luca Guadagnino. 
 Le ha dado lo que quería: la justa exposición para que su nombre sea parte del sistema, pero para quedarse con cierta holgura en la frontera del estrellato y la consiguiente persecución mediática.
Sin embargo, es su vida personal lo que la expone con más frecuencia.
 En noviembre de 2017 se dio a conocer su romance con el cantante Chris Martin, vocalista de Coldplay.
 Algo que la introdujo en otro exclusivo círculo, pero no lejano para ella: el de otra royal de Hollywood, la exesposa de su novio, la actriz Gwyneth Paltrow. 
Empezaron a pasar juntos, con todas sus familias a la vez, celebraciones familiares y vacaciones.
 De hecho, es habitual ver a Paltrow y Johnson juntas, sin Martin de por medio.

Dakota Johnson y Don Johnson en un estreno en 2016 en Nueva York.
Dakota Johnson y Don Johnson en un estreno en 2016 en Nueva York. CORDON PRESS
Algo que será aún más habitual a partir de ahora, si se confirma que la pareja ha roto tras casi 20 meses de relación. 
Así lo asegura la prensa británica, que afirma que aunque "se habló de compromiso, ahora él dice entre sus amigos que han decidido tomar caminos separados, lo que ha sido una sorpresa". 
Según el diario Daily Mail, el motivo del adiós habría sido que ella se ve demasiado joven para tener hijos, que "no está preparada". "Llevan discutiendo meses sobre si comenzar ya a formar una familia", aseguran fuentes cercanas, que añaden:
 "Chris siempre dijo que quería tener hijos lo antes posible, pero la carrera de Dakota ha despegado y es lo último en lo que quiere pensar". 
Estos meses la actriz prepara la cinta Covers, junto a Tracee Ellis Ross, Kelvin Harrison y Zoë Chao.
Ellos no han abierto la boca la respecto, como es habitual. Johnson sabe medir su exposición. 
No le gustan las redes sociales.
 De hecho, en 2015 entró en Instagram, pero solo ha posteado una imagen en esa red, en la que acumula 2,7 millones de seguidores. No era una bonita foto de alfombra roja:
 "Para mí, la belleza es [...] como das y recibes amor y respeto.
 Así que eso es algo que deberías poner en Instagram, no importa lo famoso que seas ni tu físico.
 Eso es lo que es importante", decía en Elle el pasado enero.
 De hecho, hace un par de años renegaba de esa tiranía "absurda y feroz" sobre la edad y el físico de las mujeres. 
"¿Por qué mi madre no está en el cine? Es una actriz extraordinaria. ¿Por qué mi abuela no está en el cine? Esta industria es jodidamente brutal".

Tras casi tres años con Instagram abierto e inactivo, la oportunidad llegó en octubre de 2018.
 Entonces, publicó lo que jamás publicaría una estrella de cine: su número de teléfono.
 Ahí sigue, para quien lo quiera: (+1) (212) 653-8806. 
Tiene medio millón de Me gusta.
"En todas partes del mundo mujeres y niñas se enfrentan a la violencia extrema y al acoso sexual a diario. 800 mujeres y chicas adolescentes mueren cada día porque no tienen acceso a anticonceptivos de calidad y servicios de maternidad básicos.
 No quiero hablar por ti, quiero escucharte. Este es mi número de teléfono.
 Cuéntame tu historia en mi buzón de voz, y te voy a escuchar. Junto con Global Citizen voy a recopilar todas las historias y vamos a hacer que vuestras voces sean escuchadas", decía entonces. Utilizando su voz para el mensaje en una simple libreta de rayas y a bolígrado. 
Estaba claro que no iba a ser esa simple niña buena criada entre los algodones de las colinas de Hollywood. 

"En todas partes del mundo mujeres y niñas se enfrentan a la violencia extrema y al acoso sexual a diario.
 800 mujeres y chicas adolescentes mueren cada día porque no tienen acceso a anticonceptivos de calidad y servicios de maternidad básicos. 
No quiero hablar por ti, quiero escucharte. Este es mi número de teléfono.
 Cuéntame tu historia en mi buzón de voz, y te voy a escuchar. Junto con Global Citizen voy a recopilar todas las historias y vamos a hacer que vuestras voces sean escuchadas", decía entonces. Utilizando su voz para el mensaje en una simple libreta de rayas y a bolígrado. 
Estaba claro que no iba a ser esa simple niña buena criada entre los algodones de las colinas de Hollywood.