Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

5 abr 2018

Reina y nuera.............................................. Luz Sánchez-Mellado

La tensa escena entre doña Letizia y doña Sofía es el mejor retrato de cámara desde 'Las Meninas'.

Doña Letizia y doña Sofia justo después del incidente en la Catedral de Palma.
Me gustan las fotos de familia porque ahí se nos huelen las propias esencias por muchos afeites que usemos. 
Se nos ve todo, uno a uno y en conjunto. 
El amor y el rencor. La soberbia y los complejos.
 El ácido úrico y el hialurónico.
 Los ascensos y caídas.
 La vida, que es muy perra y muy sublime. 
Entre todos los retratos de grupo, me pirra el posado anual de la familia real en Palma.
 En esa estampa hemos visto la historia de esa saga y este país en cada píxel.
 No es una instantánea, sino una imagen de cara a la galería. 
Su fin es escenificar la unidad de la Corona en las caras de sus protagonistas
. Este año era el de la restauración tras una era convulsa.
 Cuatro años después de su abdicación, el Rey emérito volvía a posar con los suyos. 
Todo ideal de la vida, pero tras el posado oficial, ha emergido la verdadera imagen del día.
 La tensa escena entre doña Letizia y doña Sofía es el mejor retrato de cámara desde Las Meninas.
Extraña y no extraña la pérdida de papeles de la reina nuera.
 Una siempre hiperproducida profesional de los focos echando a perder un trienio largo de impecable ejercicio del cargo por un desplante gratuito a su suegra.
 No hace falta ser perfecta, pero quizá sí más empática.
 Ya sabemos que todo es mentira, o que no todo es cierto.
 Que los reyes ancianos son una pareja rota que se junta por compromiso.
 Que en toda familia se cuecen habas, o brócoli orgánico.
 Ya sabemos que llevarse regular con los suegros no es noticia. 
Pero sí lo es hacerle un feo a la madre de tu marido y abuela de tus hijas y reina de España antes de que tú fueras esposa y madre y reina consorte a tu debido tiempo.
 Si todas las familias del cónyuge son políticas, la suya es la más política del mapa.
 Y la política es teatro para adultos.
 Hace tiempo que se rompió el hechizo y nadie se cree el cuento. 
Ya se sabe que los reyes, no solo de los naipes, están desnudos.
 La incógnita es si algún día se romperá la baraja.

 

 

4 abr 2018

Así ha reaccionado Paloma Rocasolano, la madre de Letizia, al polémico vídeo del enfrentamiento con Sofía

Los familiares de la reina tampoco han podido escapar el enorme revuelo motivado por el encontronazo entre Letizia y la reina emérita...


Paloma Rocasolano

 

Estilo Calabasas: cómo un suburbio convirtió en lujo ir en chándal y zapatillas


De zona residencial desconocida hace una década a cumbre de famosos que ya trasciende a la moda. 

Una estética propia y líneas de ropa o zapatillas que llevan su nombre confirman el fenómeno.

Estilo Calabasas: cómo un suburbio convirtió en lujo ir en chándal y zapatillas
Clones de Kim Kardashian en la campaña de Yeezy Season 6. Foto: Yeezy
 
¿Cómo una ciudad en la que apenas existen aceras por las que pasear ha llegado a convertirse en la meca del streetwear?
 La respuesta tiene nombres y apellidos: Kim Kardashian y Kanye West
Abanderados del nuevo lujo que viste con chándal y zapatillas, han hecho de ello su propia marca (Yeezy) con la ayuda de visionarios de la moda como Virgil Abloh – Off-White-, el reciente fichaje de Louis Vuitton que viene a confirmar que las grandes casas también les siguen de cerca.
 Así se ha forjado su identidad.
Está a 48 kilómetros de Los Ángeles y su extensión es de apenas 34 kilómetros cuadrados.
 Calabasas es en realidad un barrio residencial a lo grande.
 Calles idénticas con mansiones, centros comerciales y parkings en los que aparentemente no pasa nada pero que celebridades como los Kimye, Justin Bieber, Snoop Dogg o Drake (que incluso le ha dedicado una canción), han elegido para quedarse a vivir.
 El día a día transcurre en coches de lujo y a base de mucha comida take away.
El reality Keeping Up With The Kardashians, en emisión desde 2007, ha situado a la ciudad y a su exclusivo barrio en el que viven las hermanas, Hidden Hills, en el imaginario colectivo haciendo de ese estilo de vida simplón pero lujoso una máxima.
 Y lo ha trasladado a la forma de vestir de sus habitantes. 
Ropa deportiva –porque hace falta poco más para desplazarse en coche de casa a la tienda o al gimnasio– con estilismos estudiados y prendas exclusivas junto a un maquillaje siempre a punto (el contouring es marca de la casa). 
Precisamente sobre esos dos pilares han construido parte de su imperio comercial los Kardashian Jenner:
 Yeezy, la línea de ropa urbana de Kanye y KKW Beauty, de Kim, o la firma de cosmética de la pequeña del clan, Kylie Cosmetics.
Su identidad también son colores.
 La gama de tonos beige, caqui o grises y los neutros blanco y negro (nada de estampados) inundan las colecciones del rapero West en Yeezy Supply, su línea para adultos.
 Las prendas clave son los pantalones de chándal, sudaderas, gorras y camisetas de grupos de música, a menudo vestidas por la empresaria.
 En su última colección, la sexta, las fotos promocionales son de la propia Kim Kardashian relatando su cotidianidad en Calabasas. Subiendo y bajando del coche, andando por sus asépticas calles y con una bebida en vaso de plástico en la mano.

 

 

Pensionistas y funcionarios se llevan la mitad de los Presupuestos

El Gobierno insiste en que bajará el déficit manteniendo la presión fiscal en el entorno del 38% del PIB.

Los Presupuestos están “pensados para los pensionistas, servidores públicos y para financiar mejor los servicios públicos fundamentales”, afirmó ayer el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, al presentar las cuentas de 2018 en el Congreso con seis meses de retraso. 

Nunca mejor dicho: el gasto en pensiones y funcionarios de la Administración central alcanzará por primera vez el 51% del presupuesto consolidado del Estado, incluyendo la Seguridad Social. 

167.354 millones de un total de 327.955 millones.

 Estos cálculos no contemplan la nómina de empleados de comunidades y entidades locales. 

La incorporación de más pensionistas con mejores carreras de cotización ha aumentado el gasto en pensiones mientras que todo lo demás sufría con la crisis.
 En 2018, esta partida, que representa la mayor de todos los presupuestos, subirá un 3,7% hasta 144.834 millones. 
 Del aumento de 5.188 millones, unos 1.000 se corresponden con la subida de las pensiones bajas y de viudedad.

Por otra parte, el gasto en personal de la Administración central se elevará un 2%, unos 500 millones más hasta 22.520 millones, por el alza del 1,75% de los sueldos públicos y el inicio de la equiparación salarial en los cuerpos de seguridad del Estado. 
El conjunto de estos gastos crece más que el resto, y eso hace que engorde su participación en los presupuestos hasta niveles nunca registrados: si el año pasado llegó a ser justo la mitad, este año ha superado esa cota y alcanza por primera vez el 51%.
Una interpretación es que se ayuda a aquellos que no se benefician de la mejora experimentada en el sector privado, como señaló el secretario de Estado de Presupuestos, Alberto Nadal.
 Otra es que se trata de los colectivos que más presión política pueden ejercer sobre el Ejecutivo después de haber aguantado mejor sus rentas durante la recesión.

Guiños electorales

Y los guiños electorales no quedan ahí: se rebaja el IRPF en 2.000 millones, se eleva en 800 millones la rúbrica de infraestructuras o se destinan otra vez 500 millones al complemento salarial para jóvenes, entre otros.
 Todo ello hará que el gasto consolidado crezca un 3% hasta 327.955 millones.
 Y eso se compaginará con no tocar la carga tributaria.
 Según reconoció Montoro, el objetivo es dejar la recaudación en el mismo nivel: el entorno del 38% del PIB, uno de los menores de la zona euro. 
 Sin subir la presión fiscal, el cumplimiento del déficit que exige Bruselas dependerá del incremento de los ingresos que reporte la recuperación.
 Hay que bajarlo del 3,1% al 2,2% del PIB, esto es: 10.000 millones. 
Y el Gobierno espera una mejora total de la recaudación de casi 13.000 millones, un 4,6% más hasta 293.200 millones. 
Es decir, andará muy justo si hay que restar todos los gastos prometidos.

Además, el Gobierno prevé un aumento de los ingresos exclusivamente tributarios del 6% hasta una recaudación récord de 210.015 millones, por encima incluso del pico de la burbuja. 







Sin embargo, los analistas consideran que esta cifra puede estar levemente inflada al reducir impuestos y no repuntar mucho los salarios del conjunto de la economía, como explica María Jesús Fernández de Funcas. 
También está por ver en qué ejercicio se contabilizan finalmente los 4.000 millones que se ingresaron mediante el Sistema Inmediato (SII) para recaudar el IVA y que podrían tener que sustraerse de los ingresos de este año.
Pese a todos los caramelos presupuestarios, el gasto crece por debajo del PIB incluyendo la inflación y, por tanto, caerá a mínimos de una década: el 40,5% del PIB. 
El Estado del Bienestar seguirá disminuyendo en proporción a la riqueza nacional pese al crecimiento del gasto en pensiones, que cada vez absorbe más recursos y que acentúa el sesgo del gasto público hacia los grupos de mayor edad.
Consciente de no tener el respaldo para aprobar las cuentas, el Gobierno apuntó: tres de cada cuatro jubilados se beneficiarán de las medidas; 3,5 millones de trabajadores y pensionistas que cobran entre 12.000 y 18.000 euros tendrán una rebaja media de 440 euros en el IRPF y 3,1 millones de funcionarios recibirán un alza salarial. Montoro esgrimió estas cifras para presionar a PNV y PSOE.