Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

7 feb 2018

Las pantoja no dan miedo, producen cierta lástima


Las pantoja no dan miedo, producen cierta lástima









Chabelita balbucea en los platós dejando historias a medias que le permitirán seguir en el negocio.
 Madre e hija me producen un gran tedio, pero reconozco que me ponen cuando señalan y amenazan. 
No solo no dan miedo, producen cierta lástima. 
Isabel madre ha perdido el brillo que tuvo y ahora solo interesa para narraciones de subsuelo.

Anacrónicas y pedantes


No hay duda de que es una artista, pero jamás llegará a ser una estrella, algo que esta ha llegado a creerse a fuerza de lametazos de sus palmeros.

 Chabelita no es ni una cosa ni otra. 
Pero sigue la tradición familiar de rodearse de inferiores para dirigirlos como leales vasallos.
 Ambas son anacrónicas y pedantes, sin el menor bagaje educacional. 
Los Pantoja se han convertido en una estirpe enlutada de fallecimientos y escándalos encerrados en los intramuros de Cantora. 
 Sabemos muchos de ellos, pero estoy convencida de que lo peor está encerrado en algún cuarto con ventanas selladas. 
Ellos solo abren puertas a golpes de talonario.
 Viven de las rentas de sus fracasos y saben como nadie elegir las prendas vendibles de sus miserias para tenderlas al sol.

Atrapada en la cutrez


Pantoja madre piensa que todo el mundo está pendiente de su vida. Lo que ella no entiende es que solo da audiencia cuando la ponen a parir, incluso sus propios familiares. 

Pero bueno, cuando la Panto agoniza, su niña Chabelita siempre la rescata y la pone de nuevo en la ruta de los paparazzi.
 La verdad es que, a medida que sigo escribiendo, me grita más esta incoherencia mía. 
Tenía que estar escribiendo sobre los Goya.
 Detesto dejarme llevar por esa cutrez que impregna mi atención a veces. 
La semana que viene intentaré bucear en charcas más limpias.


Isabel Pantoja

“Soy poeta y vivo de esto”............................... Jesús Ruiz Mantilla

Elvira Sastre, segoviana de 25 años, es una autora con éxito de ventas en el género lírico y multidifusión de su obra por Internet.

La poeta Elvira Sastre, en una librería de Madrid, el pasado 26 de enero.
La poeta Elvira Sastre, en una librería de Madrid, el pasado 26 de enero.

 Al entrar en la librería La Central de Callao, en Madrid, con su abrigo verde y su cara de pedir permiso, nadie pensaría que esta chica llena auditorios por todo el mundo.

 Pero no a base de canciones o exhibiciones gastronómicas: leyendo poemas.

 Elvira Sastre despide esa humildad machadiana que suele contagiarse a los habitantes de Segovia, la ciudad de la que fue vecino. 

Allí nació ella hace 25 años. 

Hoy vive en Madrid. 

Se dedica a escribir y a traducir. 

Poesía, sobre todo. Y vende. 

Tanto que pese a que la tienten con novelas y otros géneros, aunque los vaya a probar incluso, no olvida la esencia de lo que ella siente sobre todas las cosas: "Soy poeta y vivo de esto", afirma.

Lo dice sin sombra de duda.
 Recia, cabal y consciente de una heroicidad poco común en un país azotado por el paro juvenil. 
Elvira Sastre destaca como creadora en una generación multitarea: es decir, que baila constantemente en las redes (tiene casi 290.000 seguidores en Facebook, más de 90.000 en Twitter y 153.000 en Instagram), pisa la calle y sabe indagarse a sí misma encerrada en sus habitaciones.
 Y que conforma una voz para la que ponen a su servicio herramientas de impacto global.
Ella acaba de llegar de México, donde ha llenado varios teatros leyendo versos en una gira y se ha traído una maleta llena con lo que ha encontrado en mercadillos.
 Por Puebla, Guadalajara, Monterrey o Ciudad de México, ha dejado sembradas piezas de poemarios como La soledad de un cuerpo acostumbrado a la herida (Visor), Baluarte (Valparaíso) o Cuarenta y tres maneras de soltarse el pelo (Lapsus Calami)…
 Así lo lleva en este encuentro madrileño, caído como un hilo frágil y vertiginoso sobre los hombros.
Aparece bendecida por las palabras que de ella han dicho algunos mentores de generaciones precedentes:
 “Es la poeta que desde hace mucho estaba pidiendo la poesía española”, cree Benjamín Prado
 “No puedo saber lo que hará Elvira Sastre con su vida, pero sí sé que ahora es una espléndida poeta joven que despliega con fuerza su personalidad", ha comentado Joan Margarit.
 También, el maestro avisa a propósito de los jóvenes talentos: “Siempre son una incógnita”.
“Compartir con los lectores en internet ha sido parte del proceso”, comenta.

“En nuestro caso, el éxito no se debe tanto a nosotros, los autores. Viene más del canal”
Ella trabaja ahora duro para merecer esos elogios. 
“¿Yo? Lo que digan ellos…”. No se va a poner a discutir.
 Pero sí a ganárselo. De niña, despuntaba:
 “Cuando con una amiga teníamos que decidir qué hacíamos por turnos cada día, yo siempre escogía ir a la biblioteca. Sé que sorprende mi juventud, pero es que yo he vivido dos vidas. La real y la de mis lecturas”.
Se enganchó al Jabato y al Capitán Trueno por un lado y a Bécquer y la Generación del 27 por otro. 
Apenas le distraían de pasar páginas las quedadas para jugar al fútbol y al baloncesto. 
Lo primero, lo ha ido apartando. “Me dejaba la vida en ello. Echaba hasta la quiniela.
 Me ha dado muchos quebraderos de cabeza”. Además, su ídolo vive cierto declive: “Yo era sobre todo de Casillas, aunque también un poco de Messi”.
 En eso, ambivalente. O sabia amante de lo bueno.
Eligió escribir.
 Primero un blog donde iba desgranando emociones. 
Lo que le pedía el cuerpo. Lo que se le pasaba por la cabeza.
 Ahí está, activado con el nombre Relocos y recuerdos, como la canción de Luis Ramiro.
 O también como Blueparaplui. A lo largo del mismo, Sastre ha ido conformando un modo de expresión muy generacional, a medio camino entre el exhibicionismo natural y los palos de ciego que contagian.
 Logró un batallón de adeptos. “Compartir con ellos ha sido parte del proceso”, comenta.
 “En nuestro caso, el éxito no se debe tanto a nosotros, los autores. Viene más del canal”.
Pero la poesía, ha ido comprendiendo, no es un vómito. Muy al contrario. 
Más bien, alimento bien condimentado. 
Y ella, que es feliz cocinándose un plato de garbanzos, lo sabe. O un riego. Otro aspecto que conoce por el amor a sus plantas. “Algunas se me mueren, pero no me rindo”.
Aquella pura espontaneidad adolescente es hoy voz y discurso. “Todavía me cuesta autoconsiderarme algo”, asegura.
 Sí tiene claro el método: “El poema surge siempre de un primer fogonazo.
 No dura nada. Un minuto. Dos... Luego lo dejo enfriar y lo corrijo. Escribo lo que me incomoda o me duele”.

Cree —todavía— que la poesía es un rapto y no una disciplina: “Nunca me he sentado a escribir un poema. 
Es él quien viene a mí. Y si no aparece, no me empecino”. Aun así, ya ha logrado obras de coherencia en las obsesiones, como La soledad de un cuerpo acostumbrado a la herida. 
Un manual sobre el abandono donde las puertas cerradas de los cuartos en penumbra enlazan con el mar.
 “Es mi libro monotemático. La historia de una ruptura”.
Lo exorcizó así. “Ahora soy feliz. Vivo sola, con mi perro. Se llama Tango.
 Soy un poco señora mayor. Viejoven, sí…”. Pero, aunque como dice Margarit, un poeta a su edad es una incógnita, en el caso de Elvira Sastre ese interrogante está lleno de futuro.



SpaceX lanza el cohete más potente del mundo

La compañía de Elon Musk prueba con éxito el Falcon Heavy, con capacidad para poner en órbita 64 toneladas de carga.

El Falcon Heavy despegando esta tarde en Cabo Cañaveral.
  • La compañía privada estadounidense SpaceX, dirigida por el magnate de Silicon Valley Elon Musk, ha dado otro paso enorme en su estrategia de conquista del mercado aeroespacial. Este martes a las cuatro menos cuatro de la tarde hora local ha lanzado con éxito desde Cabo Cañaveral (Florida) el cohete Falcon Heavy, el más poderoso en activo del mundo, con una capacidad de carga de 64 toneladas. 
  • En este primer vuelo de ensayo el Falcon Heavy ha transportado hacia una órbita cercana a Marte un material meramente simbólico: un descapotable color rojo de Tesla, la firma fabricante de coches eléctricos del extravagante Musk.
  •  Al volante iba un maniquí vestido de astronauta.
La nave ha despegado del Centro Espacial Kennedy entre un ruido ensordecedor, una descomunal nube de humo y vítores en la sala de control y entre los cientos de curiosos que se acercaron a puntos de observación en varios kilómetros a la redonda. 
Se empleó la plataforma de eyección 39 A, la misma infraestructura de la que salieron los cohetes del programa Apolo 11 camino a la Luna (1961-1972) y el primer transbordador espacial de la NASA en 1981.
 El Falcon Heavy es la nave con más capacidad de carga desde el cohete Saturno V, que se usó precisamente para viajes del Apolo y que podía cargar el doble que el nuevo cohete de SpaceX.
 El récord histórico, por tanto, permanece sin batir.
El Falcon Heavy consiste en tres cohetes Falcon –el modelo que venía usando SpaceX– ensamblados.
 Los dos laterales sirven como aceleradores y durante el trayecto se despegan para que el central siga con su impulso hasta dejar la carga en el espacio.
 En el ensayo de este martes los laterales se separaron a los dos minutos y medio del despegue y medio minuto más tarde la cápsula con el vehículo dentro se liberó del cohete central con su muñeco –apodado Starman, por la canción de David Bowie–. 
Los cohetes impulsores regresaron a una plataforma en Cabo Cañaveral en un aterrizaje prodigioso, vertical, milimétricamente calculado y retransmitido en vivo.
 Ya desde el año pasado SpaceX viene ejecutando sin problemas esa maniobra de recuperación.
 También se logró, más tarde, hacer volver el cohete central, que aterrizó en el océano Atlántico en un plataforma marina teledirigida.
El Falcon Heavy mide 70 metros de alto –como un edificio de 23 plantas– y tiene 27 motores con una fuerza de empuje de más de 2.500 toneladas, equiparable a la de 18 aviones Boeing 747. 
Su capacidad de carga dobla la del cohete más poderoso que había hasta ahora en activo, el Delta IV Heavy de la United Launch Alliance (ULA, una empresa conjunta de las poderosas casas Lockheed Martin y Boeing). 
El coste de un viaje del Falcon Heavy según SpaceX es de 90 millones de dólares, una cuarta parte de lo que hay que pagar por uno del Delta IV Heavy.
Con este avance tecnológico la empresa de Musk da un golpe en la mesa en el mercado aeroespacial mostrándose como la firma capaz de transportar más carga a menor coste para clientes tan poderosos como la NASA, las empresas de satélites de telecomunicaciones o el Ejército de EE UU. 
El sueño de Musk es convertir el negocio del transporte aeroespacial en algo tan lucrativo que permita costear su proyecto más ambicioso y costoso: llevar al ser humano a Marte y colonizar el planeta rojo.

 
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Woody Allen y Polanski nos recuerdan con su arte que no somos unos santos

El artista peca por todos porque peca en público. En esa debilidad reside también su poder.

 Woody Allen y Roman Polanski hablan en sus películas de lo que ven.

 

El director de cine Roman Polanski y la actriz Nastassja Kinski, en una rueda de prensa en Ámsterdam en 1979, con motivo del lanzamiento de la película Tess. 
El director de cine Roman Polanski y la actriz Nastassja Kinski, en una rueda de prensa en Ámsterdam en 1979, con motivo del lanzamiento de la película Tess.  (Redferns)