Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

8 ago 2017

100 años de la estación modernista más bella de España

 

Demetrio Ribes construyó en Valencia un edificio deslumbrante en sus detalles y espacios.

Fachada de la Estación del Norte de Valencia.
Fachada de la Estación del Norte de Valencia.
Los valencianos pasaron a principios del siglo pasado más de dos décadas de agrio debate sobre dónde ubicar su nueva estación de ferrocarril; si pegada al centro neurálgico de la capital —como clamaban comerciantes y empresarios—, o en un eje urbano más alejado y todavía sin consolidar. 
Venció el emplazamiento más céntrico y desde entonces la Estación del Norte de Valencia, obra del arquitecto Demetrio Ribes, rezuma serenidad y potencia.
 Hoy, 8 de agosto, este edificio, uno de los más visitados y fotografiados de la ciudad, celebra su centenario. 
 La Compañía de Caminos del Hierro del Norte —de ahí su nombre— la puso en servicio en 1917, después de casi una década de construcción.
 Su coste ascendió a unos nueve millones de pesetas.

“Hace 100 años que funciona y aún hoy nos asombra su calidad constructiva”, afirma Inmaculada Aguilar, directora de la Cátedra Demetrio Ribes, que estudia al arquitecto valenciano.
 El edificio, declarado monumento histórico artístico en 1983, es una de las pocas estaciones modernistas de España y una de las más singulares por su ornamentación, inspirada en los movimientos regionalista y ecléctico, muy del gusto de la burguesía valenciana de la época.
Coloridos adornos cerámicos decoran la fachada y, en el interior, un magnífico vestíbulo evidencia la colaboración de importantes artistas de la época.
 En la obra de Ribes dejaron su huella el ceramista catalán Lluís Bru, también escenógrafo del Gran Teatro del Liceo, o los pintores José Mongrell y Gregorio Muñoz Dueñas, este último decorador de la Sala de los Mosaicos, uno de los lugares más frecuentados de la estación, donde madera y trencadís  (cerámica troceada) se combinan a la perfección.
Vestíbulo de la Estación del Norte de Valencia. 
Vestíbulo de la Estación del Norte de Valencia.
“No fue la primera estación con empaque porque ya estaban Atocha, Delicias o Príncipe Pio, en Madrid, pero la de Valencia está reconocida como una de las mejores estaciones europeas de ferrocarril”, subraya Aguilar.
El edificio fue declarado monumento histórico artístico
La marquesina central es otro de los rasgos llamativos de la Estación del Norte.
 “Tiene 196 metros de longitud y 45 metros de luz transversal. Técnicamente es lo más relevante de la estación, ya que las grandes luces (o huecos) eran el gran reto de la ingeniería del siglo XIX”, explica el arquitecto José María Tomás, quien está al frente de la rehabilitación del edificio administrativo de la Estación de Atocha. No solo impresionaron entonces su longitud y anchura sino la utilizacíón de unos arcos articulados que llegan hasta el suelo y se apoyan en unas rótulas que ya pudieron verse en la Exposición Universal de 1889 de París. 
Es la obra más conocida y reconocida de Ribes y uno de los monumentos más representativos de la ciudad.
Es curioso pero no hubo inauguración oficial del edificio. 
 La vieja estación que había funcionado hasta entonces dejó de hacerlo y a las doce de la noche de ese día se puso en servicio la que hoy acoge todavía a decenas de trenes y viajeros.
 Su puesta en servicio estuvo marcada por constantes huelgas y reclamaciones que retrasaron su arranque.
Un detalle de los revestimientos cerámicos de la estación.
Un detalle de los revestimientos cerámicos de la estación.
La fisonomía de la Estación del Norte, propiedad de Adif, no ha variado en exceso con el paso de casi un siglo. Se conservan la verja y las grandes farolas del exterior y el vestíbulo principal es la parte más modificada, sobre todo, la zona de equipajes y la galería comercial, en el ala este de la estación. Sin embargo, mantiene en madera las vigas, zócalos y taquillas de venta de billetes, según el diseño original. Todo un lujo.

 

 

El drama de concursar en ‘The Wall’.......................... Eneko Ruiz Jiménez

Las preguntas son lo de menos y los concursantes son elegidos por su dramatismo e inalcanzables sueños.

Telecinco vive en una realidad aumentada.
 Allí, los sentimientos están a flor de piel, las relaciones son tóxicas y la sobreactuación está a la orden del día
.
. Las reglas del reality-show impregnan el canal no solo en Gran Hermano o Supervivientes, sino también para repasar el suceso escabroso de moda o asistir a un rescate en el que Ana Rosa Quintana, cual negociadora implacable, salva en directo a un hombre de tirarse por el balcón. 
Este verano el género salpica incluso al más sempiterno espacio catódico: los concursos de conocimiento general.
"Da igual cómo lo hagas, lo importante es que nos queremos", subraya repetidamente el protagonista.
 "Lo estoy pasando mal encerrada y sin saber qué pasa. Cariño, tengo ganas de verte", dice su pareja desde un búnker. 
La conversación podría salir de un culebrón diurno, pero en realidad es parte de la tensión de The Wall, concurso presentado por Carlos Sobera, con el que la cadena vuelve a apostar por el formato en prime-time.
 Un concurso, eso sí, donde las preguntas —ni 10 en dos horas— son lo de menos y los concursantes no son elegidos por su conocimiento, sino por su dramatismo e inalcanzables sueños.
The Wall no trata de dar una lección cultural.
 Busca contar una historia dramática con pasión, impotencia y gritos, muchos gritos. 
Montar una escuela de flamenco en Barcelona. 
Saldar la deuda del piso de la suegra.
El problema es que este drama depende del azar, y la superstición. Unas bolas deben caer en abultadas sumas de dinero.
 Las besan, eligen números relacionados con su vida (la edad de su hijo, las ruedas de su bicicleta, el tercer número primo...) y gritan, sobre todo, gritan: "Vamos bolita, que te quiero, baja".
 Todo suena a forzado, como si el programa pidiera que lo vivan como si las bolas guardaran el destino de la humanidad.
Y logran llevarte al final, porque el formato engancha, pero no sabes si quieres que los concursantes triunfen, o que, por favor, se callen. 
Al fin y al cabo, el dinero da igual. Lo importante es que se quieran. 
Y todos tan felices.

Abrir un colegio para personas con discapacidad. Y ríete del mejor Aaron Sorkin. Cuanto más lacrimógeno sea el sueño, mejor.

 

7 ago 2017

Kylie Jenner: “Yo no escogí esta vida”

La hermana de Kim Kardashian estrena nuevo 'reality show' y asegura que le hubiera gustado tener una vida normal.

Kylie Jenner, en una imagen de Instagram.
Kylie Jenner, en una imagen de Instagram. Instagram
Ser perseguida por una cámara día y noche es parte de la vida de Kylie Jenner. En los últimos 10 años de su vida ha visto como cada movimiento que hace es transmitido en la televisión gracias al programa Las Kardashians.
 Pero ahora, la hermana menor de Kim Kardashian ya no quiere que nadie le robe protagonismo y ha decidido lanzar su propio reality show en la cadena E!.

Life of Kylie (La vida de Kylie) es el nombre que ha escogido para contar su vida. 
En el primer episodio, que duró una hora, la menor del clan Kardashian-Jenner habló de cómo se sentía durante su infancia: "Sentía que estaba en un segundo plano, marginada".
La también empresaria, de 19 años, asegura que aunque viva rodeada de lujos y que sabe que tiene a su alcance lo que quiera eso no la hace feliz. 
“Ese tipo de cosas no es la felicidad verdadera”. 
Además, admite que tener una legión de seguidores en Instagram le genera “demasiada presión”, pues no siempre logra la selfie perfecta.
  Y aunque está consciente de que si no fuera por la fama de su familia hoy por hoy no tendría ni su negocio de cosméticos ni de traje de baños y sobre todo el que gira en su imagen, lamenta de no haber podido tener una niñez y juventud tranquila. 
Debido al reality de su familia tuvo que estudiar en casa lo que le privó de una vida normal.
 “Kim siempre dice que ella nació para esto y yo la respeto, pero es muy difícil hacer cosas normales cuando toda la gente sabe quién eres. 
Yo no escogí esta vida, pero tampoco voy y a decir que no he alimentado seguir manteniendo esta forma de vida”, añade.

“Sé que me he hecho aún más famosa con mi cuenta de Instagram – la siguen 93,3 millones de personas- y con mis fotos, pero quiero que sepan que no soy ese tipo de personas que buscan atención todo el tiempo. 
De hecho, me vuelve loca, porque me recuerda todo el tiempo quien soy”.
La joven a la que una cámara la comenzó a seguir desde que tenía 9 años asegura que no sabe que es tener una vida normal, y que le resulta extraño que la gente la vea y actúe como si la conociera. 
 En cuanto a lidiar con la fama Jenner sabe que es una cosa efímera y admite que no sabe llevarlo con naturalidad.
 “Veo a mi hermana [Kendall], junto a Bella [Hadid] y Hailey [Baldwin] y no sé cómo hacen para siempre lucir bien.
 Parece que nacieron para ello.
 Siempre se ven estupendas.
 A veces me gustaría ser como ellas, pero simplemente no es así”.

 

Cinco cosas que debes saber sobre Meghan Markle en su 36 cumpleaños

De actriz de éxito de la serie 'Suits' a protagonizar titulares por una posible boda de princesa con Enrique de Inglaterra.

La actriz Meghan Markle, en enero de 2016 en Los Ángeles. 
La actriz Meghan Markle, en enero de 2016 en Los Ángeles.

 

Meghan Markle llevaba años haciéndose un hueco en la industria de la televisión y el cine y estaba disfrutando de su momento dorado como una de las protagonistas de la serie Suits
Pero todo saltó por los aires el 12 de noviembre de 2016. Ese día, en un movimiento insólito en las familias reales europeas, Enrique de Inglaterra emitía un comunicado en el que denunciaba una campaña de acoso contra su “novia”.
 Era la primera vez que él confirmaba una relación, y desde entonces la intérprete ha estado todavía más en el punto de mira y ya prácticamente no ha vuelto a pisar una alfombra roja.
No ha pasado ni un año desde que el hijo menor de la princesa Diana de Gales reconociera a Markle como su pareja, y aunque aún no se ha producido la presentación oficial de la pareja en público ya son muchos los que ven en la actriz una futura miembro de la familia Windsor.
 En el día en que cumple 36 años, y que todos los medios están a la espera de poder cazarla en Londres (donde está pasando el día de su aniversario con su pareja), repasamos cinco puntos a tener en cuenta sobre quien se puede convertir en la esposa del quinto en la línea de sucesión al trono británico.
 
Enrique de Inglaterra y Meghan Markle, en una boda en Jamaica el pasado marzo.
Enrique de Inglaterra y Meghan Markle, en una boda en Jamaica el pasado marzo.
Meghan Markle nació el 4 de agosto de 1981 en Los Ángeles (EE UU). Su madre es afroamericana y también tiene ascendencia neerlandesa e irlandesa por parte de su padre, el director de fotografía Thomas W. Markle (ganador de un Emmy). 
Antes de dedicarse a la interpretación, se graduó en la universidad Northwestern, donde obtuvo una doble titulación en Teatro y Relaciones Internacionales que le permitió trabajar en la Embajada estadounidense en Buenos Aires (Argentina). 
También trabajó como terapeuta e instructora de yoga. Es divorciada, se casó en 2011 con Trevor Engelson, un matrimonio que solo duró dos años.
. Conocida por su papel de Rachel Zane en la serie Suits (que interpreta desde 2011), su carrera en el mundo de la interpretación empezó de forma inesperada cuando una amiga le dio a un agente una película casera que había hecho Markle durante sus años en la universidad.
 En 2002 conseguía su primer papel en televisión en un capítulo de la serie Hospital General, a la que siguieron apariciones en La guerra en casa, CSI: NY, Fringe o Castel.
 Entre papeles, se dedicó a trabajar como calígrafa y llegó a trabajar como modelo.
 También ha tenido pequeños papeles en el cine, como en Quiero matar a mi jefe (2011), donde compartió reparto con Jennifer Aniston.
Los actores Patrick J. Adams y Meghan Markle, en un fotograma de la serie 'Suits'.
Los actores Patrick J. Adams y Meghan Markle, en un fotograma de la serie 'Suits'.
 Meghan Markle ha sido objeto de una ola de acoso y de trolls que han hecho comentarios racistas y sexistas sobre ella.
 No es correcto que, tras unos meses de relación entre él y la Sra. Markle, esta sea sometida a una tormenta", “El príncipe Enrique está preocupado por la seguridad de la señora Markle y está profundamente decepcionado de que no haya podido protegerla", decía el comunicado hecho público por el palacio de Kensington en noviembre de 2016. 
Una nota en la que Enrique de Inglaterra llamaba “novia” a Meghan Markle y confirmaba lo que era un rumor a voces.
 La actriz se convirtió de la noche al día en un personaje de interés, y no solo para los medios de comunicación británicos: en 2016 se llegó a convertir en la intérprete más buscada en Google.
 La pareja empezó su relación en mayo de 2016, él estaba promocionando los Juegos Invictus 2017 en Toronto, donde se rueda Suits, y, desde entonces, entablaron una relación, por lo que han cumplido su primer aniversario. 
Aunque ya han sido fotografiados en público y los duques de Cambridge conocen a la actriz, no hay noticias de que Enrique de Inglaterra se la haya presentado a su abuela, la reina Isabel II. Tampoco se han presentado oficialmente como pareja, aunque sí que han acudido juntos a eventos privados, como la boda en Jamaica de uno de los mejores amigos del príncipe o el enlace el pasado mayo de Pippa Middleton.
 
Meghan Markle trata de ocultar su rostro a los fotógrafos, el pasado marzo, por las calles de Toronto.
Meghan Markle trata de ocultar su rostro a los fotógrafos, el pasado marzo, por las calles de Toronto.
. Meghan Markle lleva casi un año ante el escrutinio del público, pero antes también tuvo que soportar la presión y los ataques en la Red, y se sintió víctima de racismo
Ella misma contó su experiencia el pasado diciembre con un escrito en la revista Elle.
 "Recuerdo los tuits que recibí cuando se emitió el primer episodio de la familia Zane: 
¿Por qué han hecho que su padre sea negro? Ella no es negra' o 'eh... ¿ella es negra? Siempre he pensado que está buena", relataba la intérprete, que siempre se ha definido como mestiza.
 Markle ha demostrado en más de una ocasión preocuparse de algo más que de su carrera, y se ha volcado también en proyectos humanitarios y ha colaborado en varias ocasiones con ONU Mujeres para ayudar a romper la desigualdad de género.
Desde que se reveló su relación con el príncipe Enrique, no solo se ha convertido en objetivo de los paparazis. 
También ha visto cómo su exmarido, el productor de cine y televisión Trevor Engleson, ha sido tentado y sobornado para que hable sobre ella, algo que amenaza con hacer su hermana paterna en un libro en el que dice que revelará que Meghan Markle, que tiene 1,7 millones de seguidores en su cuenta de Instagram, quiso convertirse en una princesa desde pequeña.
 Además, una cadena de televisión británica ha anunciado un reality show con testimonios de familiares y amigos para adentrarse en la vida más íntima y privada de la estrella californiana.
 Quizá por la presión creciente, el pasado mes de abril Markle decidió cerrar The Tig, un blog de estilo de vida en el que llevaba escribiendo sobre viajes, moda, belleza y gastronomía tres años.