Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

8 ene 2017

España: una, grande ¡y cine!........................... Manuel Morales

Un pormenorizado estudio analiza la producción de películas al servicio de la nación en el franquismo.

Secuencia de 'Sor Citroën' (1967), con Rafael Alonso y Gracita Morales. EPV
El cine, “ese invento del demonio”, según Antonio Machado, fue, en manos del franquismo, una herramienta de control para que las productoras forjaran la idea de España que le interesaba a la dictadura, una visión nacionalista. 
Esa tesis sostiene la doctora en Historia Gabriela Viadero Carral en su libro El cine al servicio de la nación (1939-1975), de la editorial Marcial Pons, un pormenorizado recorrido por la filmografía en el régimen de Franco.
 Para este ensayo, prologado por José Álvarez Junco, Viadero Carral (Santander, 1983) ha visto en tres años 450 películas "de las aproximadamente 2.500", apunta, que se produjeron en las casi cuatro décadas de régimen.

Secuencia de 'Sor Citroën' (1967), con Rafael Alonso y Gracita Morales. EPV

 Esa tesis sostiene la doctora en Historia Gabriela Viadero Carral en su libro El cine al servicio de la nación (1939-1975), de la editorial Marcial Pons, un pormenorizado recorrido por la filmografía en el régimen de Franco.

“La construcción de la nación española, desde un punto de vista moderno, es anterior al franquismo, surge en el XIX.
 Sin embargo, con Franco se renegocia esa idea de España a través de medios como el cine, que llegaba a mucha gente y es persuasivo”, explica la historiadora.
 Las productoras "sabían que recibirían permisos para rodar y ayudas económicas si elegían los temas y enfoque que gustaban al poder".
Al comienzo del régimen se creó un intrincado proceso, de ventanilla en ventanilla, para poder filmar.
 El objetivo de los productores era conseguir un permiso de importación, "que permitía traer películas extranjeras, las que quería ver el público, y aseguraban ganancias". Para conseguirlo, antes había que producir películas españolas". 
El primer requisito, poder rodar, dependía del Servicio de Cinematografía, que vigilaba que el filme respondiese a las directrices de propaganda, si no, podía censurarlo. 
Después, la Subcomisión Reguladora de Cinematografía avalaba la viabilidad económica del proyecto y decidía sobre los permisos de importación, y el Sindicato Nacional del Espectáculo determinaba si se concedía el crédito.
 La razón de tanta burocracia era satisfacer a las familias del poder (falangistas, iglesia, militares…) que habían ganado la Guerra Civil.
-¿Cómo podemos ayudar a la reina?
-¡Conspirando en su favor como conspiran los partidarios del rey!
-Eso sería provocar una guerra civil.

 

Revolución en la alfombra roja................................. Irene Crespo...

El #AskHerMore cumple dos años y cada vez más actores se unen a él para combatir la desigualdad en las fiestas del cine.

Invitadas a Cannes 2015.

Hace dos años Julianne Moore, Reese Witherspoon y Jennifer Aniston se plantaron ante la famosa Mani-Cam, la minicámara que grababa la manicura y joyas de las actrices en las alfombras rojas de Hollywood.
 Fue el mismo año que The Representation Project lanzó en Twitter la campaña #AskHerMore justo a tiempo para los Oscar.
 Y el mismo en el que Patricia Arquette llevó a su discurso de agradecimiento del Oscar la denuncia de la brecha salarial en la industria.

Dos años después, las actrices siguen en la misma lucha, pero con la esperanza de que en las próximas galas haya cambios reales. Como parece que los ha habido, aunque lentamente, fuera de estos eventos —Jennifer Lawrence cobrando más que sus compañeros masculinos, Emmy Rossum alcanzando el mismo sueldo que su coprotagonista—.
 Por lo pronto, la Mani-Cam desapareció, después de captar alto y claro el no de algunas protagonistas y el dedo corazón de Elisabeth Moss
 Y en los últimos premios la pregunta sobre qué diseñador las vestía ha ido desapareciendo o al menos no es la única cuestión dirigida a las actrices.
Tampoco los cámaras apostados en la alfombra escanean ya de arriba abajo a las actrices, después de que uno se llevara el justo enfado de Cate Blanchett: “¿Le haces también eso a los hombres?”.

 

Hace dos años Julianne Moore, Reese Witherspoon y Jennifer Aniston se plantaron ante la famosa Mani-Cam, la minicámara que grababa la manicura y joyas de las actrices en las alfombras rojas de Hollywood.
 Fue el mismo año que The Representation Project lanzó en Twitter la campaña #AskHerMore justo a tiempo para los Oscar.
 Y el mismo en el que Patricia Arquette llevó a su discurso de agradecimiento del Oscar la denuncia de la brecha salarial en la industria.

Dos años después, las actrices siguen en la misma lucha, pero con la esperanza de que en las próximas galas haya cambios reales. Como parece que los ha habido, aunque lentamente, fuera de estos eventos —Jennifer Lawrence cobrando más que sus compañeros masculinos, Emmy Rossum alcanzando el mismo sueldo que su coprotagonista—.
 Por lo pronto, la Mani-Cam desapareció, después de captar alto y claro el no de algunas protagonistas y el dedo corazón de Elisabeth Moss 
. Y en los últimos premios la pregunta sobre qué diseñador las vestía ha ido desapareciendo o al menos no es la única cuestión dirigida a las actrices.
En la moda, Ashley Graham está consiguiendo que las tallas grandes se normalicen en pasarelas y revistas.
 En el cine, Leslie Jones lanzó en Twitter la queja de que ningún diseñador quería vestirla para la alfombra de Cazafantasmas. Christian Siriano salió en su ayuda y ya no ha vuelto a tener problemas.
 
Tampoco los cámaras apostados en la alfombra escanean ya de arriba abajo a las actrices, después de que uno se llevara el justo enfado de Cate Blanchett: “¿Le haces también eso a los hombres?”.
“Este es un extraño caso del mundo occidental en el que aún se considera totalmente aceptable reducir a mujeres listas y exitosas a participantes de un concurso de belleza”, dijo la periodista de The Guardian, Hadley Freeman, convirtiéndose en una de las frases más repetidas esta temporada.
"Este es un extraño caso del mundo occidental en el que aún se considera totalmente aceptable reducir a mujeres listas y exitosas a participantes de un concurso de belleza"
Las alfombras rojas son, en parte, concursos de belleza, nadie lo niega, pero lo que exigen es que no lo sea solo para ellas. Que los medios no las juzguen solo por sus vestidos y que se acabe esta rueda en la que llegan a un evento en el que están siendo alabadas por su trabajo, mientras fuera están siendo criticadas por la elección de su maquillaje.
Actrices y estilistas de Hollywood han anunciado ya su participación en la gran marcha de las mujeres el 21 de enero en Washington. El activismo feminista ha pasado de ser un nicho a un movimiento generalizado. Y el debate sobre la diversidad en la industria también se ha sumado a la lucha. Diversidad de razas, pero también de género, edades y tallas.

Moda de extremos para escapar de lo común...................... Estel Vilaseca......

Los complementos veraniegos serán antagónicos: o minúsculos o talla XXL.


Bolso de Balenciaga en el desfile primavera/verano 2017.

 

La próxima temporada no entiende de términos medios, sino todo lo contrario.
 Los adjetivos máximo y mínimo luchan desde su carácter de polos opuestos para definir los complementos —bolsos y calzado— para la próxima temporada de primavera y verano.
 “Los extremos son más atrayentes y permiten escapar de lo común. Si optas por ellos demuestras más personalidad, con un producto diferenciador que te hace escapar de la monotonía de la gran masa”, explica el experto en moda Gabriel Torres, director de proyectos y docente de la escuela de moda y diseño LCI de Barcelona.




Modelo con un mini bolso durante el desfile de Valentino de primavera-verano 2017.

Los bolsos representan actualmente casi el 30% de las ventas del mercado del lujo. 
Por ello las firmas invierten tiempo y esfuerzo en crear productos que generen deseo.
 Se encuentran pequeñísimos en la firma italiana Valentino. Su director creativo, Pierpaolo Piccioli, tras la marcha de Maria Luisa Chiuri a Dior el pasado julio, hilvana referencias renacentistas y punk en una colección inspirada en la libertad que otorgan los cambios.
 En la presentación de su línea de primavera-verano 2017, celebrada en septiembre en París, las modelos de Valentino caminaron ligeras sobre la pasarela con bolsitos de piel cruzados en los que apenas cabe un móvil, un pasaporte y un billete de avión a algún palacio decadente en el que disfrutar de una fiesta privada.

La próxima temporada no entiende de términos medios, sino todo lo contrario. Los adjetivos máximo y mínimo luchan desde su carácter de polos opuestos para definir los complementos —bolsos y calzado— para la próxima temporada de primavera y verano. “Los extremos son más atrayentes y permiten escapar de lo común. Si optas por ellos demuestras más personalidad, con un producto diferenciador que te hace escapar de la monotonía de la gran masa”, explica el experto en moda Gabriel Torres, director de proyectos y docente de la escuela de moda y diseño LCI de Barcelona.


Modelo con un mini bolso durante el desfile de Valentino de primavera-verano 2017.

Los bolsos representan actualmente casi el 30% de las ventas del mercado del lujo.
 Por ello las firmas invierten tiempo y esfuerzo en crear productos que generen deseo.
 Se encuentran pequeñísimos en la firma italiana Valentino. Su director creativo, Pierpaolo Piccioli, tras la marcha de Maria Luisa Chiuri a Dior el pasado julio, hilvana referencias renacentistas y punk en una colección inspirada en la libertad que otorgan los cambios.
 En la presentación de su línea de primavera-verano 2017, celebrada en septiembre en París, las modelos de Valentino caminaron ligeras sobre la pasarela con bolsitos de piel cruzados en los que apenas cabe un móvil, un pasaporte y un billete de avión a algún palacio decadente en el que disfrutar de una fiesta privada.

Minúsculos son también algunos de los bolsos que imagina Nadège Vanhee-Cybulski para Hermès.
 En una de las salidas de la pasarela de la maison, una de las modelos lució a modo de collar una miniatura azul inspirada en el famoso modelo Kelly.
 Otras lucieron en la mano un par de nano-bolsos cada una, uno redondo y otro cuadrado. La lectura de estos complementos es simple: las dueñas de ellos están obligadas a llevar lo esencial y prescindir de lo superfluo.


Detalle de uno de los bolsos de Valentino. PIXELFORMULA/ SIPA / Cordon Press

En el otro extremo se encuentra Cèline.
 Entre las propuestas de la casa parisina destacan unos triunfantes sacos de piel para las Mary Poppins del siglo XXI; piezas talla XXL de color blanco que se cuelgan del hombro o se llevan bajo el brazo, pensadas para la vida nómada y lujosa.
Phoebe Philo, directora creativa de Cèline, es toda una maestra en el arte de dar vida a exclusivos sacos en los que, ahora sí, cabe de todo: 
 “Para el día me pone de los nervios si un bolso no es úti”, explicaba la diseñadora a la revista especializada en moda WWD, en una de las pocas declaraciones que Philo ha dado a la prensa.
 La británica llegó a Céline en 2008 y, desde entonces, ha materializado sus manías en bolsos cómodos, versátiles y, sobre todo, prácticos.
 Algo más excesivo ha sido Demna Gvaslia para Balenciaga, quien presentó para la próxima temporada bolsos que recuerdan a los asientos puf. 
O los de Loewe y Prada, de tamaño maxi y asa corta, ideados para lucir como carteras de mano.
 

Hay que ser muy osado......................................Juan José Millás

COLUMNISTAS-REDONDOS_JUANJOSEMILLAS
PARECÍA UNA PELÍCULA”, exclamó un testigo en el telediario. Sin embargo era cierto como la vida misma.
 O como la muerte misma, puesto que el hombre que yace en el suelo acaba de expirar.
 Igual que en el cine, de acuerdo, sí, con los brazos abiertos en cruz y las piernas ligeramente separadas, pero también igual que en la realidad.
 El difunto, embajador ruso en Turquía, fue abatido a tiros por el hombre de la pistola, un joven de 22 años que pretendía vengar de este modo a las víctimas de Putin en Alepo.
 El cuerpo del difunto se encuentra cerca del atril porque fue sorprendido por la espalda, en medio del discurso inaugural de una exposición de fotografía, ya lo deducirán ustedes de los cuadros que cuelgan de las paredes del recinto.
 Una vez más, la vida (pero también la muerte) imita al arte.
 La escena posee la carga retórica de un fotograma.
 Observen la actitud del pistolero, sorprendido con el pie derecho ligeramente despegado del suelo, sobre el que se proyecta una tenue sombra, y atiendan luego al desconcierto que los disparos producen en el fondo de la sala, donde los asistentes tratan de ponerse a salvo. 
La falsificación del arte (o de la vida) ha llegado a unos límites que a veces no hay manera de distinguir si fue primero aquel o aquella. Se diría que en ocasiones la realidad y su copia nacen al unísono. El efecto de ficción aumenta cuando uno repara en el punto de vista desde el que se tomó la imagen.
 Hay que ser muy osado para disparar la máquina a una distancia tan escasa del oído del pistolero, que afortunadamente no se dio la vuelta.

TURKEY-RUSSIA-SYRIA-AMBASSADOR-CONFLICT
Yavuz Alatan (AFP)