Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

11 sept 2016

'Algo pasa con Ana' (Obregón), el último reality de la televisión

Se habla de los Bekcham, del affair Lecquio-Hornillos, de sexo tántrico y de su ligue ‘El Empotrador’.

  

Ana obregón

“El título Algo pasa con Ana lo busqué yo por hacer un homenaje a Cameron Diaz en Algo pasa con Mary”. 
 Uno piensa en la falsa gomina del tupé. Pero no hay picardías de este tipo en el discurso de una sonriente y buenrollista Ana Obregón. 
 Ambigüedades sí, para qué engañarnos. Ana Obregón regresa a televisión tras acabar “agotada” de Ana y los siete (2002). 
Lo hace en un canal nuevo (DKiss), con un reality que coincide con los de Alaska y Mario o Las Campos. 
 De forma discreta en cuanto a la plataforma de lanzamiento; pero a todo gas cuando presenta su producto (ella misma) en el FesTVal de Vitoria ante (todo hay que decirlo) un buen puñado de periodistas que nos reímos (y mucho) con sus ocurrencias.




¿Hablarás de tu enfrentamiento con Victoria Beckham, del lío de Lecquio con Olvido Hornillos, del incidente de aquel del avión, de…? “La vida de todo el mundo merece ser contada”, intenta hacernos creer la Obregón. 
Pues mira, no. Pero la tuya, sí.
 Queremos saber cuál es tu mantra, dónde compras el pescado, cómo te relacionas con tus ex, con tu hijo Alex, quién te maquilla en casa, con quién ves la tele, si comes porras como Terelu (Ana prefiere los churros), por qué acabas por los suelos cuando menos te lo esperas… “Tengo un ensayo de persecución de 35 años de cámara”. 
Por eso mismo. Hemos visto a la actriz y presentadora de televisión más que a nuestra propia familia (“La mayoría de vosotros habéis crecido conmigo, soy como un mueble de vuestras casas”).
Pero, ¿y detrás de las cámaras? Mejor que nos lo cuente ella misma.

Sobre Anita la Fantástica 

Harta de la televisión
Después de Ana y los siete necesitaba desconectarme, acabé muy harta de la televisión. A ver quién puede decir que ha estado en televisión 35 años.
 El teatro es lo mejor que he podido hacer para desconectar. Nunca he querido presentar, pero siempre me llaman para ello. Se me ha valorado en el sector.
 He tenido audiencias altas y tengo mogollón de premios. 

"Si este reality me lo llega a ofrecer cualquiera de las otras cadenas no lo hubiera hecho. No me fío"

Así soy yo
La primera vez que me lo ofrecieron me negué en rotundo.
 Me convenció de que no sólo se viera mi vida en casa si no cómo es la vida de una actriz. 
Cómo cuido de mi hijo o voy a comprarle el pescado al súper.
 Me animó el programa de Bertín Osborne porque todo el mundo dijo que fue una maravilla.
 Llevo tantos años en la tele que ésta es una forma de verte tranquila en tu casa. Se ve la Ana de verdad, la que intento ser siempre, pero no se puede.
 Las puertas de las grandes cadenas siempre las he tenido abiertas, otra cosa es que yo quisiera. Si este reality me lo llega a ofrecer cualquiera de las otras cadenas no lo hubiera hecho. 
No me fío. Mi apuesta era por una nueva cadena. 
 
Ana, enfadada
Me váis a ver enfadada, claro, pero es verdad que me enfado muy poco. Intento tener buen rollo. El primer episodio es el más tranquilo; a partir del segundo es una verdadera locura. 
Soy positiva, me río de mí misma y quería que la gente se lo pasara bien con lo que iba a ver. No me voy a poner a llorar. 
Eso lo hago yo sola. El entretenimiento es divertirte.

Ana obregón

Los 18 generales venezolanos de la cesta básica.................................................. Alfredo Meza

Cada mando militar es el encargado de evitar que un producto, importado o producido en el país, llegue a manos de los revendedores.


Una soldado revisa un carro de la compra en Caracas REUTERS / Cordon Press
La producción y distribución de los principales alimentos e insumos básicos en Venezuela ha sido confiada a 18 altos oficiales de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. 
Se trata del más reciente esfuerzo del Gobierno de Nicolás Maduro por intentar paliar la aguda escasez y el desabastecimiento crónicos de la nación sudamericana.
A través del general en jefe Vladimir Padrino López, ministro de la Defensa y jefe de la denominada Gran Misión Abastecimiento Soberano, el régimen chavista intenta reforzar los controles manu militari
. Está convencido de que hay una confabulación en su contra para evitar que los productos lleguen a los anaqueles, y cree que los militares pondrán a funcionar toda la cadena de producción y distribución de los productos que componen la dieta de los venezolanos.

Una soldado revisa un carro de la compra en Caracas REUTERS / Cordon Press

Horas después del anuncio de Padrino López comenzaron las bromas en las redes sociales.
 La letra de una vieja guaracha de la legendaria orquesta Billo's Caracas Boys, llamada Los Cadetes, fue modificada para incluir en el estribillo las alusiones a las nuevas funciones del generalato de las fuerzas armadas venezolanas. "La marina tiene carne, la aviación tiene el arroz, los cadetes venden pollo y la guardia, papelón".
A lo largo de toda la era bolivariana, que comenzó en febrero de 1999, el Gobierno siempre ha achacado a las cadenas de distribución el elevado precio de los bienes o la desaparición de éstos de las estanterías debido a los controles de precios establecidos desde los tiempos del difunto Hugo Chávez.
 Después de declararse socialista en 2007, el régimen decidió incrementar la participación estatal en la economía e intervenir en el proceso de distribución.
 En 2008 crearon las guías de distribución, un documento que entrega la Superintendencia Nacional de Gestión Agroalimentaria, para controlar la entrega de la materia prima a las fábricas y luego el traslado del producto final desde los almacenes hasta los supermercados públicos y privados.
La caída del precio del crudo ha obligado al régimen a intentar rescatar la alicaída producción nacional 
La reducción de la producción nacional por las condiciones impuestas al sector privado, expresadas en controles de precios y márgenes máximos de ganancia en una economía inflacionaria, además de las expropiaciones de miles de hectáreas, terminó fomentando un gran mercado negro alrededor de productos escasos.
Los productos no terminan en los supermercados, sino que son desviados a redes clandestinas que los comercializan mediante la mensajería instantánea de los teléfonos inteligentes. 
Tras declararse socialista Venezuela se convirtió en una gran economía de puertos. Las cifras del Banco Central de Venezuela indican que las importaciones públicas no petroleras se incrementaron desde 5.565 millones de dólares en 2007 hasta 12.614 millones de dólares en 2014, último año con cifras disponibles. Mientras el precio del petróleo era elevado el Gobierno pudo financiar el consumo y suplir todo aquello que el sector privado no estaba produciendo.
La caída del precio del crudo ha obligado al régimen a intentar rescatar la alicaída producción nacional y a vigilar con los militares que toda la materia prima que arriba a los puertos no se desvíe hacia el mercado negro.
 Poco después de ser nombrado zar de los Alimentos, el general Padrino López afirmó el objetivo de las designaciones es tener claro un mapa de comercialización y distribución por cada productor.
 "Lo que buscamos es gobernar realmente los 18 productos primarios tanto de farmacia como de consumo", explicó.
Cada uno de los 18 generales se encargará de evitar que cada rubro, importado o producido, caiga en manos de los bachaqueros, como se les conoce a las personas que revenden alimentos básicos
. Eso es casi la guerra en Venezuela. 
Pero también tienen una misión casi tan cuesta arriba como ganar una guerra.
 Una encuesta de More Consulting en agosto pasado, poco antes del nombramiento de los oficiales, mostraba un panorama desolador: solo el 24,8% de los encuestados (una proyección de 7,4 millones de venezolanos) declaró comer tres veces al día alimentos equilibrados; un 47,9% de los consultados (14.4 millones de habitantes) respondió que hace las tres comidas a base de proteínas de segundo nivel (vísceras de carne, higaditos, patas de pollo, sardinas, mortadela o huevos) y un 24,2% de los encuestados -unos 7.3 millones de venezolanos según las proyecciones- dijeron que ingieren alimentos dos veces al día en promedio sin proteína alguna en sus raciones.
Los detractores de la militarización de la alimentación advierten desde ya niveles más elevados de corrupción
. Los antecedentes no son alentadores: todos los alimentos e insumos de la dieta básica se importan a una tasa de diez bolívares por dólar, un marcador sobrevalorado si se toma en cuenta que el cambio no oficial está por el orden de 1.000 bolívares por dólar. Los analistas han advertido allí de la posibilidad de que siga generándose actos de corrupción como las decenas denunciadas en la prensa local o la Asamblea Nacional.




 

Presten ustedes atención................................................Juan José Millás

COLUMNISTAS-REDONDOS_JUANJOSEMILLAS
CON ELLA, el grito alcanzó categoría olímpica.
 Ahora mismo está aullando, y eso que faltan 24 horas para que consiga el oro, pues la imagen corresponde a la semifinal del torneo olímpico de bádminton, donde batió a una tal Xuerui Li, que en tiempos de Mao habría sido fusilada al volver a su país y quizá ahora también.
 En China se ejecuta tanto que resulta imposible llevar la contabilidad.
 ¿Pero quién se acuerda de ella, de Xuerui Li, excepto aquellos a quienes se les haya vendido sus riñones?
 A lo que íbamos es que estaba uno pasando con pereza agosteña las páginas del periódico correspondientes a los Juegos Olímpicos de Brasil, que no nos daban tregua, cuando tropecé con esta imagen estremecedora, más estremecedora después de leer el titular de la noticia, que decía así: “El grito de Carolina Marín intimida al imperio chino”.
 Pero si atravesando el titular te aventurabas en los penetrales de la crónica, averiguabas que el garlido de Carolina Marín se parecía al del arrendajo, un pájaro del que nunca habías oído hablar, de la familia, al parecer, del cuervo.

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El grito de Carolina Marín durante la semifinal de badminton contra la china Li Xuerui, en los Juegos de Río 2016. AFP PHOTO / Ben STANSALL
Con todo, lo más curioso del asunto es que su grito, aunque no se oiga, esté ahí, en la fotografía, como está en el famoso cuadro mudo de Munch, o al modo en que, al contemplar la cabeza de un gato asomando por detrás de un árbol, suponemos el resto de su cuerpo
. ¿Más ejemplos? El de la taquillera de cine que no existiría de cintura hacia abajo de no ser por nuestra capacidad para deducir la totalidad a partir de un fragmento. He aquí el fragmento. Presten ustedes atención y escucharán el grito de Carolina Marín
 

Elogio del delirio......................................................................................Rosa Montero

Resulta vertiginoso pensar hasta qué punto nuestro cerebro puede construir una percepción falsa de la realidad sin nosotros saberlo. 

COLUMNISTAS-REDONDOS_ROSAMONTERO

EL CEREBRO es un afanoso tejedor de la realidad.
 Los humanos necesitamos que nuestro entorno sea sólido, fiable; que la vida disponga de un sentido. 
Por eso nuestra cabeza se esfuerza en darle una apariencia de orden a la caótica insensatez de la existencia. 
Por ejemplo, completamos mentalmente lo que vemos, lo traducimos a algo manejable. Hay dos insidiosas enfermedades de la vista, el glaucoma y la mácula, que suelen diagnosticarse demasiado tarde porque nuestra mente las encubre. 
Con el glaucoma uno va perdiendo la visión periférica y termina mirando solamente a través de un estrecho túnel.
La mácula sería justo al revés: la lesión está en el centro de la retina y lo que se mantiene es la visión del anillo exterior. 
Pues bien, el enfermo no suele advertir ninguna de las dos dolencias hasta que están muy avanzadas, porque nuestro diligente cerebro rellena los vacíos de la escena.
 Y así, uno descubre que tiene glaucoma cuando empieza a estrellarse contra la pared al intentar dar la vuelta a una esquina que no existe (pero que su mente le ha hecho ver) o bien cuando tira una botella al tratar de cogerla porque no está donde su cerebro se la muestra. 
Resulta vertiginoso pensar hasta qué punto nuestra cabeza nos puede construir, sin nosotros saberlo, una percepción de la realidad falsa pero totalmente creíble. De hecho, ¿quién nos dice que lo que estamos viendo ahora es algo real? El color al que yo llamo rojo, ¿es el mismo rojo que perciben los demás? Imposible saberlo.

El delirio es la defensa de una psique enferma que deja de encontrarle sentido a la realidad y que recurre a inventarse una respuesta
En Incógnito, del neurocientífico David Eagleman (Anagrama), un ensayo portentoso y deslumbrante al que ya me he referido en otros artículos, se cita un experimento de 1978 de los investigadores Gazzaniga y LeDoux con pacientes con el cerebro dividido, es decir, que tenían desconectados el hemisferio izquierdo (en donde reside el lenguaje y el único capaz de expresarse verbalmente) y el derecho (que sólo puede expresarse mediante la acción).
 El experimento es más complejo, pero podría resumirse de este modo: si le enseñas al hemisferio derecho la orden escrita “camine”, el sujeto se pone en pie y echa a andar.
Pero si en ese momento le detienes y le preguntas por qué se marcha, el hemisferio izquierdo inventa una respuesta coherente: “Me he levantado para ir a buscar un vaso de agua”. Ya lo dije antes: no soportamos el sinsentido.
Esa ansia de coherencia es lo que crea los delirios de las personas aquejadas de enfermedades mentales.
El delirio es la defensa de una psique enferma que deja de encontrarle sentido a la realidad y que recurre a inventarse una respuesta.
 Y, si nos paramos a pensarlo, esta misma necesidad de entendimiento es lo que está en la base de las creencias religiosas. Inventamos a los dioses para completar el dibujo del mundo, para domesticar su incomprensible inmensidad.
 Es una especie de desvarío colectivo. Y, de hecho, las religiones que no son la nuestra suelen parecernos delirantes.
 Pero aún hay algo más: el arte también sería un delirio de este tipo. Un intento desesperado de inventar coherencia. 
Numerosos estudios sostienen que hay una relación entre la creatividad y cierta tendencia a la enfermedad mental (véase el estupendo libro El genio y la locura, de Philippe Brenot) o a desequilibrios como el trastorno por déficit de atención.
 La universidad húngara de Semmelweis hizo en 2009 un curioso estudio en el que sometieron a una serie de sujetos a un test de creatividad y luego comprobaron si tenían una mutación de un gen del cerebro llamado neuregulin 1. 
Se calcula que el 50% de los europeos sanos tiene una copia de este gen mutante, el 15% tiene dos copias y el 35% restante ninguna. 
Pues bien, los que no tenían ninguna eran los menos creativos, y los que tenían dos, los que más.
 Con el añadido de que ese 15% también mostraban una mayor tendencia al desequilibrio mental y una chistosa hipersensibilidad a las críticas: el perfecto retrato del artista.
 Quiero decir que quizá la creatividad y la imaginación no sean sino el esfuerzo de unos cerebros algo estropeados en su intento por coser los agujeros de la realidad.
 El mundo es una ilusión de los sentidos producida por nuestras neuronas laboriosas.