Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

21 ago 2016

""Por los cerros de Úbeda como excusa"" Dichos populares

Una leyenda cuenta que así respondió Alvar Fáñez «El mozo» al Rey cuando éste le preguntó dónde había estado en lugar de acudir a rendir la ciudad.

Juan de la Cruz Moreno Balboa/Turismo de úbeda
 

 

¿Por qué de todos los parajes en los que uno puede perderse son los cerros de Úbeda los escogidos para divagar o extraviarse?
 Quizá porque, como decía Antonio Machado, «cerca de Úbeda la grande, cuyos cerros nadie verá, me va siguiendo la luna, sobre el olivar».
No hay quien visite esta ciudad de Jaén declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco en 2003 sin preguntar por sus famosos «cerros», cuando éstos no son más que una «engañosa ironía andaluza que hace "picar" al más docto», según aseguraba Manuel Barrios
El autor de «Modismos y coplas de ida y vuelta» (1982) aclaraba que «Úbeda no tiene cerros».
Fuentes de Turismo del Ayuntamiento de la ciudad replican que «Úbeda está en un cerro y hay cerros en sus alrededores
. Lo de los cerros es verdad», aunque desde el Archivo Histórico Municipal precisan que «es imposible perderse en ellos porque es una zona muy alomada y Úbeda se ve desde 60 kilómetros de distancia».
Imposible o no, a estos cerros cuentan que se refirió Alvar Fáñez, «el Mozo» cuando hubo que responder ante Alfonso VIII. 
El rey castellano se disponía a apoderarse de Úbeda, animado por la victoria lograda en las Navas de Tolosa
 Había cercado la ciudad y encomendado a este caballero la vigilancia del flanco sur. Alvar Fáñez, que quizá fuera descendiente del famoso compañero de El Cid, se distrajo de sus funciones con una bella mora faltando a su deber.
 Cuando el Rey le reprochó su ausencia y le preguntó dónde había estado, la respuesta del caballero fue: «Por esos cerros, señor». «Sin dar en la cuenta de que ellos no existían», añadía el historiador Rafael Gallego Díaz en 1959.

Refranes y dichos " Salga el sol por Antequera"............................................mónica arrizabalaga

La leyenda de Santa Eufemia ha acompañado desde 1410 a este dicho cuyo origen hay quien data en la posterior toma de Granada.

Salga el sol por Antequera -«y póngase por donde quiera», como se completa el dicho- es tanto como decir que a uno le da igual una cosa que otra, o que uno está determinado a llevar a cabo su plan, aunque suceda lo imposible, como que el sol aparezca por el oeste. Porque Antequera se encuentra al poniente de Granada, donde acampaban las tropas de los Reyes Católicos en los últimos meses de 1491.
En este momento de la Reconquista, durante la toma de Granada, ubica el origen de la expresión Luis de Granada en la revista «Alrededor del mundo» en 1899 y recoge José María Iribarren en «El porqué de los dichos». «La frase es, pues, irónica, y equivale a: 'Salga el sol por donde quiera'», concluía el académico de la RAE y de la Real Academia de la Historia.
Una leyenda se remonta aún más en la Reconquista, hasta el 16 de septiembre de 1410, fecha en la que don Fernando «el de Antequera» conquistó la ciudad a los musulmanes. Antonio J. Guerrero Clavijo contaba en un artículo que recoge la web de la Diócesis de Málaga cómo era costumbre cristiana celebrar una Eucaristía al conquistar una localidad y, dentro de ella, elegir al patrón, al alcaide y su escudo de armas.
 «Se invocó al Espíritu Santo y se introdujeron en una urna los nombres de los santos que la Iglesia celebra el día 16 de septiembre» y «salió por designio divino, por tres veces consecutivas, el nombre de Santa Eufemia», relata Guerrero Clavijo. 

Fue entonces cuando Don Fernando desveló que se trataba de la joven que «se me apareció el 10 de abril de 1410 en mi campamento en Córdoba, cuando no sabía qué tierra conquistar, y se me apareció ella, rodeada de leones y ángeles y me dijo: "No temáis que nos salga el sol por Antequera y sea lo que Dios quiera"», según recogen las crónicas de Juan II.
Don Fernando dudaba desde su campamento en Córdoba sobre si conquistar Gibraltar, con lo que cerraría su entrada a posibles refuerzos procedentes de África; Xébar, una importante fortaleza en el camino a Málaga; o Antequera, centro neurálgico de las vías que llevaban de Sevilla a Granada, de Córdoba a Málaga, explica Ángel Guerrero en El Sol de Antequera.
Tras la aparición de la virgen y mártir de Calcedonia, el monarca castellano dirigió sus tropas al alba contra la ciudad, que conquistó antes de que se pusiera el sol el 16 de septiembre de 1410.
Fuera por esta leyenda o por la ironía posterior durante la toma de Granada, lo cierto es que Antequera figura desde la Reconquista en el mapa de los refranes.
 En el geográfico se encuentra a 45 kilómetros de Málaga por carretera y a sólo 13 kilómetros del singular paraje del Torcal, un impresionante fenómeno de erosión de roca caliza.

 

Pequeña preocupación estética........................................................................ Boris Izaguirre


Ben Affleck en el estreno de 'Escuadrón Suicida' en Londres. Cordon press
 
Estoy casi más preocupado por la operación estética de Ben Affleck que por la fecha del debate de investidura. Creo que no va a resultar bien.
 En política no hay nada fácil, en una operación estética masculina, tampoco.
 Al parecer, la barba contribuye a esa dificultad porque es como una segunda piel.
 Cuando estiras, el vello facial es como una posidonia (ese alga que crece en Baleares y le da ese color tan especial al mar) que entorpece la acción del bisturí. 
Por ello, a los caballeros los tensan más por los pómulos que por el lateral. Es sorprendente porque, generalmente, a los varones-varones, como Affleck o Matt McConaughey, no siempre les queda bien: la barba no coopera.
La testosterona tampoco colabora, como Rajoy que ninguneó el ofertón de Rivera pero terminó aceptándolo. ¿Estuvo bien pensárselo tanto, Mariano?
 Más vale pájaro en mano que ciento volando. Ahora bien, no hay que gritar catástrofe porque eso es de pésima educación y falta de deportividad ante una mala operación. Porque lo que puede salvar eso es otra intervención más adelante.
 Yo, como todo el mundo estos días, apelo al patriotismo y le digo a Affleck que tiene que venir a España a operarse, donde hay estilo, experiencia y en este momento buenas ofertas.

Era niño cuando Elvis Presley, a sus cuarenta años, dio un buen estirón. 
Elvis nunca se recuperó del abandono de Priscilla por su entrenador de kárate, de hecho en sus últimas actuaciones podía estar 15 minutos haciendo confusos movimientos marciales mientras su orquesta seguía y seguía tocando. En tal estado se convenció en la década de los setenta que tenía que estirarse para recuperar su imagen de los años cincuenta, uno de los errores más comunes a la hora de cambiarte el rostro.
 Hay que aprender que la cirugía no te va a hacer joven sino que va a aportar el rostro que tendrás hasta la próxima cirugía.
El hombre es difícil de educar.
 También se nota que el Marqués de Griñón podría haberse sometido a una intervención.
 Como la ha hecho en España, ha salido mejor parado que Affleck.
 Aparte de aristócrata, es una persona más prudente que el astro hollywoodense.
 Cada vez compruebo más que los tratamientos e intervenciones estéticas funcionan mejor en la gente con más sentido del humor.
 A algunos les ocurre eso que Bibiana Fernández explicó: “La cirugía plástica puede sacar a relucir la persona que realmente eres”.
Los Juegos Olímpicos de Río intentaron ser un lifting para Brasil y al final han sido una revalidación para EE UU como potencia olímpica y televisiva.
 La NBC, encargada de retransmitir los Juegos en el país campeón, jamás coloca sus cámaras delante de deportistas de otras delegaciones, las entregas de medallas solo existen en el momento que los atletas estadunidenses reciben su oro y crees que el único himno que existe en el mundo es el suyo.
 Tanto es el protagonismo de los americanos, que una mala borrachera de sus nadadores, que hicieran pasar por asalto, puede convertirse en una crisis internacional.
 
Río es muy inseguro.
 Pero un atleta olímpico convertido en estrella, también. Y quizás más. Sino miren cómo Bruce Jenner terminó siendo Caitlyn. La NBC ha convertido los Juegos en un reality como la vida de las Campos en Tele 5. 
Todos los atletas tienen una historia personal intensa, que a los realities es lo mismo que sangre para los vampiros.
 En cada disciplina, todos aportan su historia repleta de sufrimientos, padres alcoholizados, madres maltratadoras, paso por las drogas, vida en las calles.
 ¡No sabes qué hace llorar más, lo que se cuenta del atleta o su triunfo olímpico! 
 Mi primer ídolo olímpico, Nadia Comanecci, tuvo una historia personal aparte de sus triunfos olímpicos, presuntamente obligada a ser "novia" del hijo del dictador Ceacescu y luego escapar a pie de Rumanía.
 No podíamos imaginar nada de eso cuando, de niños, la veíamos, niña también, dar vueltas y vueltas en las pruebas de gimnasia. 
Nadia se dio una vuelta por Caracas y fui a entregarle un oso de peluche en nombre de mi colegio. 
Decían que los amaba. Fui emocionado y ella recogió el peluche sin verlo, pasándoselo a una persona con olor a ensalada de patatas.
 En su biografía contó que esos regalos eran incinerados u olvidados en hoteles. Siempre que la veo pienso: "Nadia, devuélveme mi oso de peluche". 
En estos Juegos Olímpicos, que ya me pillan mayor, me tranquiliza verla en las gradas, convertida en una mujer rica, con un leve gesto de horror marcado en su rostro, la huella de todo lo que le costó ser niña prodigio y campeona olímpica pero con su toquecito de bótox bien administrado en los Estados Unidos.
 Por un momento entendí a Ben Affleck.

Inés Figaredo: “Está bien asumir que uno es excesivo. Tiendo a la exageración”.........................................Ana Fernández Abad

Sus bolsos los lucen desde la realeza hasta Lady Gaga; la primera muestra de un original universo creativo que busca abarcar también moda, joyería y arte, y en el que cada objeto esconde una reflexión. 

 

Inés Figaredo: “Está bien asumir que uno es excesivo. Tiendo a la exageración”
Inés Figaredo, en su salón, con el vestido Matrix, diseño propio
. Detrás, un retrato de su abuela realizado por Ricardo Summers Ysern, Serny, y cuadros de Aurelio Suárez, Eduardo Úrculo y Díaz de Orosia.
Foto: Mirta Rojo
 
Vive rodeada de objetos que cuentan una historia, le gusta evocar la de cada uno, recordar que ese mantel fue de su abuela o que el diván de los años 20 con un cisne en el lateral –una de sus obsesiones– perteneció a su madre cuando era niña.
 La narrativa es importante para Inés Figaredo (Madrid, 1976). Antes de empezar a diseñar bolsos, se dedicaba al derecho marítimo.
 Ahora navega otras aguas. «Somos como Ulises en su camino a Ítaca, atado al mástil mientras oye los cantos de las sirenas.
  Los escuchamos, pero nos mantenemos firmes en el rumbo fijado», reza el Manifesto de su firma.
 Porque, como los surrealistas o los dadaístas, Figaredo ha plasmado sus principios por escrito, busca la reflexión tras lo que se muestra a simple vista.
 «Todo parte del inconsciente
. Es tener los ojos invertidos hacia dentro, mirar muy bien lo que pensamos, lo que sentimos, las emociones. 
Petrificarlas, perpetuarlas.
 Son todo pensamientos», explica, el pelo rosa, la piel blanquísima, los ojos azules e inquietos. 
Está sentada –con su vestido Menina, aparatoso por la estructura del guardainfantes– en un sofá del luminoso ático de su casa. 
Por fuera parece otro chalé de tres plantas de La Moraleja (Madrid), pero por dentro, con sus siete alturas y un salón cuyo ventanal enmarca el jardín trasero, también es mucho más de lo que se ve a primera vista.
 
 
 
 
Vestido de la madre de Carlos Arniches y sus zapatos de cordones
Foto: Mirta Rojo
  Vestido de la madre de Carlos Arniches y sus zapatos de cordones 
 
«Nos mudamos hace siete años. 
Es un espacio para criar a cuatro niños –de 3, 6, 11 y 12 años–. Probablemente, la vida me lleve a un lugar más sofisticado, pero ahora es necesario este entorno para que ellos crezcan con un montón de referencias.
  Se están moldeando, tanto intelectual como estéticamente, y me parece fundamental que sepan que detrás de cada objeto hay una justificación.
 Quiero que no den nunca nada por sentado con respecto a un lugar, a un objeto, a un hogar», enfatiza.
 Le fascina el concepto del continente, del espacio que define y delimita.
 «Tengo hambre de definición por defecto; si no, tiendo a la dispersión. Soy una persona muy abstracta, y he de hacer un esfuerzo por definirme en todos los aspectos», sostiene.
 De ahí la importancia del continente. Por eso empezó a diseñar unos bolsos delirantes –con ojos, formas disparatadas, e inspiración artística, como la barra de labios que remite a Claes Oldenburg– que ahora lucen la reina Letizia, Lady Gaga o Rihanna.
 Decidió empezar a fabricarlos tras superar un coma en el que entró después de dar a luz a su segundo hijo, León.
 «Fue un parón forzoso, un punto de inflexión, pero lo veo sin ningún dramatismo.
 Solamente me ha aportado cosas positivas, entre otras, la urgencia de vivir, y de no fingir».
 Inés con el mono Duality 
Inés con el mono Duality
Tenía 27 años y dio un giro de timón. Ella, la única chica de cuatro hermanos, una buena estudiante que había seguido los pasos de su padre –quien incorporó Figaredo & Asociados al despacho de abogados Uría Menéndez–, decidió «mudar la piel». 
«Si hubiese estudiado una carrera más creativa, como Historia del Arte, creo que habría entrado mucho antes en lo que ahora es mi profesión.
Pero lo importante es el viaje y lo que encuentras por el camino.
 Es el efecto péndulo: probablemente esté haciendo lo que hago porque tuve una vida encorsetada. Soy poco convencional y me sentía muy forzada».
 Analiza cada etapa sin nostalgias, se centra en el presente. «Me inspira tanto lo bueno como lo malo, lo feo como lo bonito, la luz y la oscuridad».
  Y exporta esa filosofía a su día a día, en una casa fuera de lo convencional en la que conviven surrealismo y referencias clásicas.
 Un biombo encargado por su abuela a un pintor francés y dos de sus bolsos, Wheel Gold Pinkines y +34 Nude Lace (en la silla industrial).
Un biombo encargado por su abuela a un pintor francés y dos de sus bolsos, Wheel Gold Pinkines y +34 Nude Lace (en la silla industrial).
La chimenea del salón

En su estudio con el vestido Menina. 
 

EL ARTE IMPORTA

Para Inés, el proceso artístico es esencial. Camille Claudel, Louise Bourgeois, Frida Khalo, Rebecca Horn, Cornelia Parker, Mona Hatoum, Yoko Ono, Yayoi Kusama o Marina Abramović son algunos de sus referentes.
 Por eso –«Poco a poco, porque si hay algo que se necesita en estos tiempos es parar, pensar, y darles a las cosas la importancia que merecen antes de empezar», advierte– su universo tiende a expandirse
. Fabrica ya algunas piezas de joyería con ojos y labios como protagonistas. Contempla realizar colaboraciones con mobiliario. Y ya ha configurado Inés Figaredo Estudio, que desarrollará la vertiente artística de su firma, «para tratar de explorar el concepto existente, pero de una manera mucho más profunda; la voluntad de expresión aquí es un fin en sí mismo».

El salón, con cuadros de Alexander Pavlovich Bubnov.
El salón, con cuadros de Alexander Pavlovich Bubnov.
Foto: Mirta Rojo