Una foto de la serie 'La vida diaria de Darth Vader', de Pawel Kadysz.
Con mucho talento, Miguel Ángel Corcobado ya nos ilustró en TLife
con un artículo en el que repasaba las decenas de versiones audiovisuales que hay sobre la saga de
Star Wars (o
La guerra de las galaxias, como se conoció inicialmente).
Pero aquellos
remakes no pretendían engañar a nadie. En cambio,
dentro y fuera de la propia saga hay más mentiras digitales y analógicas que en una película de Fumanchú.
Hemos recopilado las más curiosas para aprender a estar alerta cuando nos toque (inevitablemente) ir a ver
El despertar de la fuerza
.
Hay de todo, desde trucos de imagen o sonido, hasta sustitución
digital de personajes completos en las reediciones en DVD y Blu-ray,
pasando por burdos rumores.
Darth Vader… ¿entre bambalinas?
Por
la red ha corrido el bulo los últimos meses de que se habían filtrado
imágenes de momentos privados del rodaje de este séptimo episodio de la
saga.
Falso. Lo cierto es que alguien empezó a difundir la serie de
imágenes que un aficionado a la fotografía polaco lleva meses colgando
en
su cuenta de Instagram (y su blog), fotos en las que imagina cómo sería
La vida diaria de Darth Vader. Decidió colgar una cada poco tiempo y así lleva meses. Su nombre es
Pawel Kadysz y es un programador y diseñador de webs (que,
extrañamente, no quiso concedernos una entrevista).
El nivel de las
fotos es tan profesional y posado que da pavor pensar que alguien haya
creído que son espontáneas.
Darth Vader lavándose los dientes, según Pawel Kadysz.
Y van tres Jabba
Éste es un caso clásico de los estudiosos de las mentiras que se han ido añadiendo a las escenas de
La guerra de las galaxias, según se han ido reeditando y digitalizando las primeras tres películas.
Hay decenas de detalles, añadidos y hurtos de escenas y planos, y escenarios rehechos.
Todos esos retoques y imposturas los recopiló en tres vídeos un aficionado llamado
Marcelo Zuniga, que montó tres vídeos comparando las escenas originales con las retocadas. Uno de ellos es éste, sobre
El retorno del Jedi.
Pero el caso más escandaloso es
el de las dos sustituciones de Jabba, el Hutt, el personaje que tiene secuestrada a la princesa Leia (Carrie Fischer).
El personaje de Jabba, en 1977, 1997 y 2005.
En
1977 era un simple actor orondo cuya escena se había omitido en el
estreno de la primera película, en 1977.
Cuando se hizo un nuevo montaje
para el lanzamiento en DVD de la trilogía, en 1997, se sustituyó por un
personaje digital (CGI). Y en la reedición de 2004, de nuevo se retocó
digitalmente ese personaje.
Patatas y zapatos en el ataque del asteroide
Nadie ha conseguido distinguirlo por más que legiones de personas se han matado a jugar con el
pause de mandos a distancia y ratones; pero
los creadores de los efectos especiales
de la primera saga aseguran que, como protesta irónica contra el
perfeccionismo y los guiños que les exigía continuamente el director,
George Lucas,
incluyeron una patata y un zapato como fragmentos del asteroide de esta escena. Pero, lo dicho, nadie ha logrado capturar nada similar.
Ewan, calla un poquito
Otra
de las mentiras o retoques que sufrió la saga fue en las escenas en las
que Ewan McGregor luchaba con su espada láser.
Según contaron los
técnicos de postproducción del sonido, el actor que encarnó al joven Obi
Wan no pudo abstraerse a la costumbre universal de
manejar el sable reproduciendo el sonido con la boca. Así que
emitía ese zumbido hecho para ponerse en situación
(porque la luz de la espada se añadió después del rodaje) y ese
ronroneo se colaba en el micrófono; hubo que borrarlo de la banda sonora
original, tratando de no estropear la naturalidad del resto de la
pista.
Se oyen un Ferrari y un Porsche
En la mítica
carrera de cacharros en la que participa el aún pequeño Anakin Skywalker
(Episodio I), los ingenieros de sonido eligieron
el rugido de un motor Porsche para simular el de la nave del niño,
mientras que optaron por un Ferrari para doblar los acelerones del
artefacto de Sebulba. O sea, que donde más esperábamos las mentiras de
un efecto de sonido, resulta hay grabaciones reales.
Una foto de la serie 'La vida diaria de Darth Vader', de Pawel Kadysz.
Con mucho talento, Miguel Ángel Corcobado ya nos ilustró en TLife
con un artículo en el que repasaba las decenas de versiones audiovisuales que hay sobre la saga de
Star Wars (o
La guerra de las galaxias, como se conoció inicialmente). Pero aquellos
remakes no pretendían engañar a nadie. En cambio,
dentro y fuera de la propia saga hay más mentiras digitales y analógicas que en una película de Fumanchú.
Hemos recopilado las más curiosas para aprender a estar alerta cuando nos toque (inevitablemente) ir a ver
El despertar de la fuerza.
Hay de todo, desde trucos de imagen o sonido, hasta sustitución
digital de personajes completos en las reediciones en DVD y Blu-ray,
pasando por burdos rumores.
Darth Vader… ¿entre bambalinas?
Por
la red ha corrido el bulo los últimos meses de que se habían filtrado
imágenes de momentos privados del rodaje de este séptimo episodio de la
saga.
Falso. Lo cierto es que alguien empezó a difundir la serie de
imágenes que un aficionado a la fotografía polaco lleva meses colgando
en
su cuenta de Instagram (y su blog), fotos en las que imagina cómo sería
La vida diaria de Darth Vader. Decidió colgar una cada poco tiempo y así lleva meses. Su nombre es
Pawel Kadysz y es un programador y diseñador de webs (que,
extrañamente, no quiso concedernos una entrevista). El nivel de las
fotos es tan profesional y posado que da pavor pensar que alguien haya
creído que son espontáneas.
Darth Vader lavándose los dientes, según Pawel Kadysz.
Y van tres Jabba
Éste es un caso clásico de los estudiosos de las mentiras que se han ido añadiendo a las escenas de
La guerra de las galaxias, según se han ido reeditando y digitalizando las primeras tres películas.
Hay decenas de detalles, añadidos y hurtos de escenas y planos, y escenarios rehechos. Todos esos retoques y imposturas los recopiló en tres vídeos un aficionado llamado
Marcelo Zuniga, que montó tres vídeos comparando las escenas originales con las retocadas. Uno de ellos es éste, sobre
El retorno del Jedi.
Pero el caso más escandaloso es
el de las dos sustituciones de Jabba, el Hutt, el personaje que tiene secuestrada a la princesa Leia (Carrie Fischer).
El personaje de Jabba, en 1977, 1997 y 2005.
En
1977 era un simple actor orondo cuya escena se había omitido en el
estreno de la primera película, en 1977. Cuando se hizo un nuevo montaje
para el lanzamiento en DVD de la trilogía, en 1997, se sustituyó por un
personaje digital (CGI). Y en la reedición de 2004, de nuevo se retocó
digitalmente ese personaje.
Patatas y zapatos en el ataque del asteroide
Nadie ha conseguido distinguirlo por más que legiones de personas se han matado a jugar con el
pause de mandos a distancia y ratones; pero
los creadores de los efectos especiales
de la primera saga aseguran que, como protesta irónica contra el
perfeccionismo y los guiños que les exigía continuamente el director,
George Lucas,
incluyeron una patata y un zapato como fragmentos del asteroide de esta escena. Pero, lo dicho, nadie ha logrado capturar nada similar.
Ewan, calla un poquito
Otra
de las mentiras o retoques que sufrió la saga fue en las escenas en las
que Ewan McGregor luchaba con su espada láser. Según contaron los
técnicos de postproducción del sonido, el actor que encarnó al joven Obi
Wan no pudo abstraerse a la costumbre universal de
manejar el sable reproduciendo el sonido con la boca. Así que
emitía ese zumbido hecho para ponerse en situación
(porque la luz de la espada se añadió después del rodaje) y ese
ronroneo se colaba en el micrófono; hubo que borrarlo de la banda sonora
original, tratando de no estropear la naturalidad del resto de la
pista.
Se oyen un Ferrari y un Porsche
En la mítica
carrera de cacharros en la que participa el aún pequeño Anakin Skywalker
(Episodio I), los ingenieros de sonido eligieron
el rugido de un motor Porsche para simular el de la nave del niño,
mientras que optaron por un Ferrari para doblar los acelerones del
artefacto de Sebulba. O sea, que donde más esperábamos las mentiras de
un efecto de sonido, resulta hay grabaciones reales.
Una foto de la serie 'La vida diaria de Darth Vader', de Pawel Kadysz.
Con mucho talento, Miguel Ángel Corcobado ya nos ilustró en TLife
con un artículo en el que repasaba las decenas de versiones audiovisuales que hay sobre la saga de
Star Wars (o
La guerra de las galaxias, como se conoció inicialmente). Pero aquellos
remakes no pretendían engañar a nadie. En cambio,
dentro y fuera de la propia saga hay más mentiras digitales y analógicas que en una película de Fumanchú.
Hemos recopilado las más curiosas para aprender a estar alerta cuando nos toque (inevitablemente) ir a ver
El despertar de la fuerza.
Hay de todo, desde trucos de imagen o sonido, hasta sustitución
digital de personajes completos en las reediciones en DVD y Blu-ray,
pasando por burdos rumores.
Darth Vader… ¿entre bambalinas?
Por
la red ha corrido el bulo los últimos meses de que se habían filtrado
imágenes de momentos privados del rodaje de este séptimo episodio de la
saga. Falso. Lo cierto es que alguien empezó a difundir la serie de
imágenes que un aficionado a la fotografía polaco lleva meses colgando
en
su cuenta de Instagram (y su blog), fotos en las que imagina cómo sería
La vida diaria de Darth Vader. Decidió colgar una cada poco tiempo y así lleva meses. Su nombre es
Pawel Kadysz y es un programador y diseñador de webs (que,
extrañamente, no quiso concedernos una entrevista). El nivel de las
fotos es tan profesional y posado que da pavor pensar que alguien haya
creído que son espontáneas.
Darth Vader lavándose los dientes, según Pawel Kadysz.
Y van tres Jabba
Éste es un caso clásico de los estudiosos de las mentiras que se han ido añadiendo a las escenas de
La guerra de las galaxias, según se han ido reeditando y digitalizando las primeras tres películas.
Hay decenas de detalles, añadidos y hurtos de escenas y planos, y escenarios rehechos. Todos esos retoques y imposturas los recopiló en tres vídeos un aficionado llamado
Marcelo Zuniga, que montó tres vídeos comparando las escenas originales con las retocadas. Uno de ellos es éste, sobre
El retorno del Jedi.
Pero el caso más escandaloso es
el de las dos sustituciones de Jabba, el Hutt, el personaje que tiene secuestrada a la princesa Leia (Carrie Fischer).
El personaje de Jabba, en 1977, 1997 y 2005.
En
1977 era un simple actor orondo cuya escena se había omitido en el
estreno de la primera película, en 1977. Cuando se hizo un nuevo montaje
para el lanzamiento en DVD de la trilogía, en 1997, se sustituyó por un
personaje digital (CGI). Y en la reedición de 2004, de nuevo se retocó
digitalmente ese personaje.
Patatas y zapatos en el ataque del asteroide
Nadie ha conseguido distinguirlo por más que legiones de personas se han matado a jugar con el
pause de mandos a distancia y ratones; pero
los creadores de los efectos especiales
de la primera saga aseguran que, como protesta irónica contra el
perfeccionismo y los guiños que les exigía continuamente el director,
George Lucas,
incluyeron una patata y un zapato como fragmentos del asteroide de esta escena. Pero, lo dicho, nadie ha logrado capturar nada similar.
Ewan, calla un poquito
Otra
de las mentiras o retoques que sufrió la saga fue en las escenas en las
que Ewan McGregor luchaba con su espada láser. Según contaron los
técnicos de postproducción del sonido, el actor que encarnó al joven Obi
Wan no pudo abstraerse a la costumbre universal de
manejar el sable reproduciendo el sonido con la boca. Así que
emitía ese zumbido hecho para ponerse en situación
(porque la luz de la espada se añadió después del rodaje) y ese
ronroneo se colaba en el micrófono; hubo que borrarlo de la banda sonora
original, tratando de no estropear la naturalidad del resto de la
pista.
Se oyen un Ferrari y un Porsche
En la mítica
carrera de cacharros en la que participa el aún pequeño Anakin Skywalker
(Episodio I), los ingenieros de sonido eligieron
el rugido de un motor Porsche para simular el de la nave del niño,
mientras que optaron por un Ferrari para doblar los acelerones del
artefacto de Sebulba. O sea, que donde más esperábamos las mentiras de
un efecto de sonido, resulta hay grabaciones reales.