Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

16 dic 2015

"Me despreciaste con 15 años, el 20D no cuentes con mi voto", la venganza de un joven valenciano a Rajoy

Hace cuatro años, el presidente no quiso "debatir" con Rubén en Twitter por ser demasiado joven.

 

El autor de la respuesta que se ha ganado los aplausos de Twitter es Rubén Aranguren, un joven de 19 años de Catarroja, en Valencia. "Me acordaba del tuit de hace cuatro años más que porque me molestara la respuesta de Rajoy porque me hizo gracia que el Presidente me contestara", explica vía telefónica a Verne.
 "Y hace poco me empezaron a llegar retuits y menciones del mensaje y me dije pues ahora te voy a contestar".
Su respuesta ha superado los 1500 retuits y las decenas de menciones en menos de un día.
 "No me esperaba para nada la repercusión", reconoce el valenciano.
 "Lo cierto es que utilizo Twitter poquísimo, así que abrirlo y encontrar 500 menciones me ha alucinado".

La rutina de Darth Vader y otras mentiras de ‘Star Wars


Los efectos, trucos y mentiras digitales de 'Star Wars'
Una foto de la serie 'La vida diaria de Darth Vader', de Pawel Kadysz.
Con mucho talento, Miguel Ángel Corcobado ya nos ilustró en TLife con un artículo en el que repasaba las decenas de versiones audiovisuales que hay sobre la saga de Star Wars (o La guerra de las galaxias, como se conoció inicialmente).
Pero aquellos remakes no pretendían engañar a nadie. En cambio, dentro y fuera de la propia saga hay más mentiras digitales y analógicas que en una película de Fumanchú.
Hemos recopilado las más curiosas para aprender a estar alerta cuando nos toque (inevitablemente) ir a ver El despertar de la fuerza
. Hay de todo, desde trucos de imagen o sonido, hasta sustitución digital de personajes completos en las reediciones en DVD y Blu-ray, pasando por burdos rumores. 

Darth Vader… ¿entre bambalinas?

Por la red ha corrido el bulo los últimos meses de que se habían filtrado imágenes de momentos privados del rodaje de este séptimo episodio de la saga.
 Falso. Lo cierto es que alguien empezó a difundir la serie de imágenes que un aficionado a la fotografía polaco lleva meses colgando en su cuenta de Instagram (y su blog), fotos en las que imagina cómo sería La vida diaria de Darth Vader. Decidió colgar una cada poco tiempo y así lleva meses. Su nombre es Pawel Kadysz y es un programador y diseñador de webs (que, extrañamente, no quiso concedernos una entrevista).
 El nivel de las fotos es tan profesional y posado que da pavor pensar que alguien haya creído que son espontáneas.
Darth Vader lavándose los dientes, según Pawel Kadysz.
Darth Vader lavándose los dientes, según Pawel Kadysz.

Y van tres Jabba

Éste es un caso clásico de los estudiosos de las mentiras que se han ido añadiendo a las escenas de La guerra de las galaxias, según se han ido reeditando y digitalizando las primeras tres películas.
 Hay decenas de detalles, añadidos y hurtos de escenas y planos, y escenarios rehechos.
  Todos esos retoques y imposturas los recopiló en tres vídeos un aficionado llamado Marcelo Zuniga, que montó tres vídeos comparando las escenas originales con las retocadas. Uno de ellos es éste, sobre El retorno del Jedi.
Pero el caso más escandaloso es el de las dos sustituciones de Jabba, el Hutt, el personaje que tiene secuestrada a la princesa Leia (Carrie Fischer). 
 El personaje de Jabba, en 1977, 1997 y 2005.
El personaje de Jabba, en 1977, 1997 y 2005.
En 1977 era un simple actor orondo cuya escena se había omitido en el estreno de la primera película, en 1977.
 Cuando se hizo un nuevo montaje para el lanzamiento en DVD de la trilogía, en 1997, se sustituyó por un personaje digital (CGI). Y en la reedición de 2004, de nuevo se retocó digitalmente ese personaje.

Patatas y zapatos en el ataque del asteroide

Nadie ha conseguido distinguirlo por más que legiones de personas se han matado a jugar con el pause de mandos a distancia y ratones; pero los creadores de los efectos especiales de la primera saga aseguran que, como protesta irónica contra el perfeccionismo y los guiños que les exigía continuamente el director, George Lucas, incluyeron una patata y un zapato como fragmentos del asteroide de esta escena. Pero, lo dicho, nadie ha logrado capturar nada similar.


Ewan, calla un poquito

Otra de las mentiras o retoques que sufrió la saga fue en las escenas en las que Ewan McGregor luchaba con su espada láser.
 Según contaron los técnicos de postproducción del sonido, el actor que encarnó al joven Obi Wan no pudo abstraerse a la costumbre universal de manejar el sable reproduciendo el sonido con la boca. Así que emitía ese zumbido hecho para ponerse en situación (porque la luz de la espada se añadió después del rodaje) y ese ronroneo se colaba en el micrófono; hubo que borrarlo de la banda sonora original, tratando de no estropear la naturalidad del resto de la pista.

Se oyen un Ferrari y un Porsche

En la mítica carrera de cacharros en la que participa el aún pequeño Anakin Skywalker (Episodio I), los ingenieros de sonido eligieron el rugido de un motor Porsche para simular el de la nave del niño, mientras que optaron por un Ferrari para doblar los acelerones del artefacto de Sebulba. O sea, que donde más esperábamos las mentiras de un efecto de sonido, resulta hay grabaciones reales.
Los efectos, trucos y mentiras digitales de 'Star Wars'
Una foto de la serie 'La vida diaria de Darth Vader', de Pawel Kadysz.
Con mucho talento, Miguel Ángel Corcobado ya nos ilustró en TLife con un artículo en el que repasaba las decenas de versiones audiovisuales que hay sobre la saga de Star Wars (o La guerra de las galaxias, como se conoció inicialmente). Pero aquellos remakes no pretendían engañar a nadie. En cambio, dentro y fuera de la propia saga hay más mentiras digitales y analógicas que en una película de Fumanchú.
Hemos recopilado las más curiosas para aprender a estar alerta cuando nos toque (inevitablemente) ir a ver El despertar de la fuerza. Hay de todo, desde trucos de imagen o sonido, hasta sustitución digital de personajes completos en las reediciones en DVD y Blu-ray, pasando por burdos rumores. 

Darth Vader… ¿entre bambalinas?

Por la red ha corrido el bulo los últimos meses de que se habían filtrado imágenes de momentos privados del rodaje de este séptimo episodio de la saga.
 Falso. Lo cierto es que alguien empezó a difundir la serie de imágenes que un aficionado a la fotografía polaco lleva meses colgando en su cuenta de Instagram (y su blog), fotos en las que imagina cómo sería La vida diaria de Darth Vader. Decidió colgar una cada poco tiempo y así lleva meses. Su nombre es Pawel Kadysz y es un programador y diseñador de webs (que, extrañamente, no quiso concedernos una entrevista). El nivel de las fotos es tan profesional y posado que da pavor pensar que alguien haya creído que son espontáneas.
Darth Vader lavándose los dientes, según Pawel Kadysz.
Darth Vader lavándose los dientes, según Pawel Kadysz.

Y van tres Jabba

Éste es un caso clásico de los estudiosos de las mentiras que se han ido añadiendo a las escenas de La guerra de las galaxias, según se han ido reeditando y digitalizando las primeras tres películas. Hay decenas de detalles, añadidos y hurtos de escenas y planos, y escenarios rehechos. Todos esos retoques y imposturas los recopiló en tres vídeos un aficionado llamado Marcelo Zuniga, que montó tres vídeos comparando las escenas originales con las retocadas. Uno de ellos es éste, sobre El retorno del Jedi.
Pero el caso más escandaloso es el de las dos sustituciones de Jabba, el Hutt, el personaje que tiene secuestrada a la princesa Leia (Carrie Fischer). 
 El personaje de Jabba, en 1977, 1997 y 2005.
El personaje de Jabba, en 1977, 1997 y 2005.
En 1977 era un simple actor orondo cuya escena se había omitido en el estreno de la primera película, en 1977. Cuando se hizo un nuevo montaje para el lanzamiento en DVD de la trilogía, en 1997, se sustituyó por un personaje digital (CGI). Y en la reedición de 2004, de nuevo se retocó digitalmente ese personaje.

Patatas y zapatos en el ataque del asteroide

Nadie ha conseguido distinguirlo por más que legiones de personas se han matado a jugar con el pause de mandos a distancia y ratones; pero los creadores de los efectos especiales de la primera saga aseguran que, como protesta irónica contra el perfeccionismo y los guiños que les exigía continuamente el director, George Lucas, incluyeron una patata y un zapato como fragmentos del asteroide de esta escena. Pero, lo dicho, nadie ha logrado capturar nada similar.


Ewan, calla un poquito

Otra de las mentiras o retoques que sufrió la saga fue en las escenas en las que Ewan McGregor luchaba con su espada láser. Según contaron los técnicos de postproducción del sonido, el actor que encarnó al joven Obi Wan no pudo abstraerse a la costumbre universal de manejar el sable reproduciendo el sonido con la boca. Así que emitía ese zumbido hecho para ponerse en situación (porque la luz de la espada se añadió después del rodaje) y ese ronroneo se colaba en el micrófono; hubo que borrarlo de la banda sonora original, tratando de no estropear la naturalidad del resto de la pista.

Se oyen un Ferrari y un Porsche

En la mítica carrera de cacharros en la que participa el aún pequeño Anakin Skywalker (Episodio I), los ingenieros de sonido eligieron el rugido de un motor Porsche para simular el de la nave del niño, mientras que optaron por un Ferrari para doblar los acelerones del artefacto de Sebulba. O sea, que donde más esperábamos las mentiras de un efecto de sonido, resulta hay grabaciones reales.
Los efectos, trucos y mentiras digitales de 'Star Wars'
Una foto de la serie 'La vida diaria de Darth Vader', de Pawel Kadysz.
Con mucho talento, Miguel Ángel Corcobado ya nos ilustró en TLife con un artículo en el que repasaba las decenas de versiones audiovisuales que hay sobre la saga de Star Wars (o La guerra de las galaxias, como se conoció inicialmente). Pero aquellos remakes no pretendían engañar a nadie. En cambio, dentro y fuera de la propia saga hay más mentiras digitales y analógicas que en una película de Fumanchú.
Hemos recopilado las más curiosas para aprender a estar alerta cuando nos toque (inevitablemente) ir a ver El despertar de la fuerza. Hay de todo, desde trucos de imagen o sonido, hasta sustitución digital de personajes completos en las reediciones en DVD y Blu-ray, pasando por burdos rumores. 

Darth Vader… ¿entre bambalinas?

Por la red ha corrido el bulo los últimos meses de que se habían filtrado imágenes de momentos privados del rodaje de este séptimo episodio de la saga. Falso. Lo cierto es que alguien empezó a difundir la serie de imágenes que un aficionado a la fotografía polaco lleva meses colgando en su cuenta de Instagram (y su blog), fotos en las que imagina cómo sería La vida diaria de Darth Vader. Decidió colgar una cada poco tiempo y así lleva meses. Su nombre es Pawel Kadysz y es un programador y diseñador de webs (que, extrañamente, no quiso concedernos una entrevista). El nivel de las fotos es tan profesional y posado que da pavor pensar que alguien haya creído que son espontáneas.
Darth Vader lavándose los dientes, según Pawel Kadysz.
Darth Vader lavándose los dientes, según Pawel Kadysz.

Y van tres Jabba

Éste es un caso clásico de los estudiosos de las mentiras que se han ido añadiendo a las escenas de La guerra de las galaxias, según se han ido reeditando y digitalizando las primeras tres películas. Hay decenas de detalles, añadidos y hurtos de escenas y planos, y escenarios rehechos. Todos esos retoques y imposturas los recopiló en tres vídeos un aficionado llamado Marcelo Zuniga, que montó tres vídeos comparando las escenas originales con las retocadas. Uno de ellos es éste, sobre El retorno del Jedi.
Pero el caso más escandaloso es el de las dos sustituciones de Jabba, el Hutt, el personaje que tiene secuestrada a la princesa Leia (Carrie Fischer). 
 El personaje de Jabba, en 1977, 1997 y 2005.
El personaje de Jabba, en 1977, 1997 y 2005.
En 1977 era un simple actor orondo cuya escena se había omitido en el estreno de la primera película, en 1977. Cuando se hizo un nuevo montaje para el lanzamiento en DVD de la trilogía, en 1997, se sustituyó por un personaje digital (CGI). Y en la reedición de 2004, de nuevo se retocó digitalmente ese personaje.

Patatas y zapatos en el ataque del asteroide

Nadie ha conseguido distinguirlo por más que legiones de personas se han matado a jugar con el pause de mandos a distancia y ratones; pero los creadores de los efectos especiales de la primera saga aseguran que, como protesta irónica contra el perfeccionismo y los guiños que les exigía continuamente el director, George Lucas, incluyeron una patata y un zapato como fragmentos del asteroide de esta escena. Pero, lo dicho, nadie ha logrado capturar nada similar.


Ewan, calla un poquito

Otra de las mentiras o retoques que sufrió la saga fue en las escenas en las que Ewan McGregor luchaba con su espada láser. Según contaron los técnicos de postproducción del sonido, el actor que encarnó al joven Obi Wan no pudo abstraerse a la costumbre universal de manejar el sable reproduciendo el sonido con la boca. Así que emitía ese zumbido hecho para ponerse en situación (porque la luz de la espada se añadió después del rodaje) y ese ronroneo se colaba en el micrófono; hubo que borrarlo de la banda sonora original, tratando de no estropear la naturalidad del resto de la pista.

Se oyen un Ferrari y un Porsche

En la mítica carrera de cacharros en la que participa el aún pequeño Anakin Skywalker (Episodio I), los ingenieros de sonido eligieron el rugido de un motor Porsche para simular el de la nave del niño, mientras que optaron por un Ferrari para doblar los acelerones del artefacto de Sebulba. O sea, que donde más esperábamos las mentiras de un efecto de sonido, resulta hay grabaciones reales.

Y los fans seguirán amándola, yo menos........................................................... Carlos Boyero

Me he entretenido moderadamente con este circo anfetamínico. Deseando que durara un poquito menos. Son mis gustos.

 

Fotograma del trailer de Star Wars: El despertar de la Fuerza. / Realización: L.M. Rivas

Tengo la ingrata y agobiante sensación de que me encuentro en un aeropuerto pasando exhaustivos controles o cruzando fronteras que ponen un celo especial y lógico en la identificación de los visitantes cuando solo estoy accediendo a algo tan presuntamente inocuo como ver una película en el pase de prensa
. Agradeciendo, eso sí, que la gente que registra tus bolsillos y tu anatomía, te hace firmar papeles en los que te comprometes a respetar el embargo de la supuesta joya y no hacer pública tu opinión sobre ella hasta que los dueños den la orden, me requisan durante su proyección mi antediluviano teléfono móvil, son personas educadas y muy profesionales
. Pero también te planteas si estás entrando en la sede de la CIA o en el Pentágono, o simplemente pretendes ir al cine.
 Y deduces que lo que vas a ver es algo más que una película, es un acontecimiento sociológico y un negocio con grandiosas pretensiones de recaudación.
Por lo tanto, no puede exponerse ni mínimamente al pirateo, a que los desaprensivos cuelguen su monumental inversión en Internet y que esa taquilla calculada milimétricamente pueda perder ni una entrada.
 Y si sumas la recaudación a merchandising, videojuegos, cómics y banda sonora, la cifra debe ser de mareo.

Lo han adivinado. Es el séptimo episodio de Star Wars, el primero de la tercera trilogía de la saga, pero que en la realidad es la continuación de la primera, ya que la segunda contaba lo que había ocurrido antes de la primera.
 En fin, un poco de lío. Se titula El despertar de la Fuerza.
 Y todo mi respeto hacia los millones de fans que podrían resumir lo que significa el cine para ellos con cinco palabras: "La guerra de las galaxias”.
 Y más que el cine, para muchos también es una religión o el mito más amado.
No es mi caso.
 Me divertí bastante con ella al principio. Aquello era un western muy ingenioso, exaltante, imaginativo, respetando los viejos códigos, utilizando virtuosamente las nuevas tecnologías. Y también aprecié la primera aparición en El imperio contraataca del inquietante Yoda.
Pero me fui deshinchando progresivamente, me aburría el más de lo mismo y me resultó francamente pesarosa la segunda parte de la saga.
El muy prestigioso J.J. Abrams (creador de Perdidos, de la que me desentendí en la segunda temporada) dirige El despertar de la Fuerza.
  Y lo hace sin dar un momento de respiro a los personajes ni al espectador, con una estética deslumbrante y sin permitir el descanso en casi ningún plano de la extraordinaria música de John Williams.
 Ha tenido la ayuda en el guion de Lawrence Kasdan, aquel director cuyo talento lamentablemente se secó muy pronto, después de haber firmado las excelentes Fuego en el cuerpo, Reencuentro y El turista accidental.
 Y sospecho que no han pedido un esfuerzo notable a sus neuronas
. Abusan de la repetición de una imaginería que no falla (ay, esa taberna poblada de bichos raros o el descarado parecido entre Yoda y Maz Kanata, o la inclusión del robot enano) e introducen a Rey, una chatarrera que lo hace bien, que va a dar mucho juego en la continuación, y a Finn, un personaje sin el menor interés al que interpreta horrorosamente un actor negro.
 Y cómo no, ahí está Han Solo, que ha envejecido muy bien, la princesa Leia, tan sosa como castigada y Luke Skywalker, que jamás despertó pasiones.
 Y dos villanos que no me convencen, que te hacen añorar la tenebrosa presencia de Darth Vader.
Me he entretenido moderadamente con este circo anfetamínico.
Deseando que durara un poquito menos.
 Son mis gustos.
 Pero entiendo que para infinidad de espectadores esta película les regale el éxtasis.
 Y es fantástico que el cine, en la gran pantalla, a oscuras, en tres dimensiones espectaculares, siga disfrutando de un público masivo y entusiasmado en épocas que auguran su definitiva agonía.

¿Te vuelven loco las ofertas o miras por cada euro? Así gastas, así eres

Un estudio de la escuela de negocios ESADE divide en cuatro grupos a los compradores surgidos tras la crisis. ¿A qué tribu perteneces?

Mercadillo navideño en la Plaza Mayor de Madrid / Sergio Barrenechea (EFE)

La crisis trajo nuevos hábitos de compra a España y aunque la economía mejora, muchas de las tendencias llegaron para quedarse
. Los descuentos van a marcar esta Navidad. Ha crecido la confianza, pero los consumidores siguen comprando con lupa: comparan precios y son racionales
. Pese al interés generalizado por las promociones, los compradores reaccionan de forma diferente a las promociones: hay atrevidos y conservadores
. Unos prefieren un solo artículo de calidad aunque sea caro; otros quieren muchas cosas baratas, aunque luego les duren menos.
 La escuela de negocios ESADE ha elaborado un estudio en el que divide en cuatro grupos a los consumidores surgidos tras siete años del estallido de la crisis. ¿Tú qué clase de compradores eres?
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Compradores de valor, una especie en extinción

Son los consumidores más fieles a la marcas de alta gama. Los que se informan sobre precios y ofertas, pero eligen lo conocido, aunque suponga comprar menos cantidades
. Desconfían de las promociones y mucho más aún de los productos baratos.
 Son clientes fieles, una tipología que, señala el estudio, podría convertirse en una especie en peligro de extinción. En mayoría son hombres (54,8%), de entre 35 y 44 años, que prefieren las tiendas especializadas a los grandes almacenes.
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Compradores híbridos, planifican pero gastan

Son consumidores que buscan calidad pero a un precio adecuado. Intentan ser fieles a sus marcas tradicionales, pero no tuercen el gesto a las promociones y a las rebajas.
 Se trata de clientes menos conservadores pero tampoco llegan a ser atrevidos, a los que las marcas deberán cuidar si no quieren perderles. Los compradores híbridos son en mayoría hombres (52,6%) de entre 25 y 34 años. Un colectivo en aumento desde 2009 que prefiere planificar antes de comprar. Les gustan als grandes superficies y los outlets.
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Compradores racionales, los analíticos

Son los consumidores que buscan buena calidad, pero solo si es a precio ajustado. Es el bloque mayoritario de consumidores, fieles a las marcas pero no inmunes a la tentación del precio barato. Comparan y estudian con cuidado las ofertas; y eligen sobre todo por conveniencia. En mayoría son hombres (53%) de entre 35 y 44 años.
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Compradores de precio, los impulsivos

Son los clientes más atrevidos, los que hacen del precio su indicador preferente para una transacción; que les gusta experimentar y no tienen miedo al cambio. Los más impulsivos y amantes de las ofertas, son sobre todo mujeres (58,9%) de entre 25 y 44 años. Planifican sus compras, pero un porcentaje elevado adquiere un producto por impulso (75%). En el 42% de los casos, las rebajas tendrán un efecto positivo en este tipo de consumidor.

Compras de Navidad

Los expertos prevén un crecimiento del consumo en Navidad de entre un 4% y 5%, pero advierten de que el consumidor comprará sobre todo cosas útiles
. En general, el consumidor español de esta Navidad está más interesado en la experiencia de ir de compras que en gastar dinero.
 Es exigente, pero a la vez "hipersensible" al precio. Un consumidor que le cuesta decidirse y que no desprecia alquilar y reutilizar productos.
 "La animación y el espíritu de las tiendas y las calles van a resultar definitivas para el impulso de las ventas", concluye el estudio de