Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

4 jun 2012

“Humillante, pero no queda otra”

La clase media, azotada por la crisis, se convierte en el nuevo cliente de los repartos de alimentos

El paro y los bajos salarios la empujan a los servicios de Cruz Roja

Un grupo de ciudadanos de Tres Cantos, Madrid, hace cola para recoger alimentos en la Cruz Roja. / GORKA LEJARCE
“Papá, te ayudo”. “Y yo”. Cuatro manitas toman los paquetes.
 Macarrones, arroz, botes de tomate... Los críos dejan los envases en la bolsa del supermercado.
 Pero esto, con su gran fila a ratos, no es un supermercado: es el reparto de alimentos gratuitos para quienes no llegan a fin —o a mediados— de mes.
 Aunque puede recordarlo.
 Las cajeras que entregan las provisiones son voluntarias de la Cruz Roja. El escenario, una caseta prefabricada de un suburbio bien de Madrid, Tres Cantos.
 Los clientes, sobre todo españoles de clase media arrastrados por el paro y los bajos salarios, salen con el carro lleno rumbo a casa. Como si volvieran del supermercado. Como cualquier otro vecino.
“Es humillante, pero no queda más remedio”, asegura Nieves, de 55 años, con la bolsa llena de provisiones. Acaba de estrenar el servicio de la ONG, que reparte alimentos una vez al mes a los residentes en este municipio —41.147 habitantes—. Tres Cantos reluce en las estadísticas: 8% de paro, renta media entre las más altas de Madrid y un 60% de universitarios. Pero ilustra la caída de la clase media.

Deterioro en alza

El 21,8% de la población española está en riesgo de pobreza, según los datos del INE de 2011.
 La crisis se deja sentir: en 2009 era el 19,5%.
Los menores de 16 años son los más afectados: el 26,5% son pobres ahora (viven en hogares cuya renta es inferior a 15.820 euros al año para cuatro personas). En 2010, la mitad padecía pobreza extrema por vivir en familias con menos de 11.000 euros al año (13,7% frente al 9% en 2008).
En 1.728.400 hogares todos están en paro.El 41,2% de los españoles ha  cambiado de hábitos para ahorrar en alimentación y el 70% intenta rebajar los gastos de casa, según el CIS.
“Estoy separada y tengo un hijo de 18 años. Mi marido me pasaba 1.200 euros mensuales para el chico y para mí hasta hace un año, pero ahora le va fatal, no puede.
 He llegado a una situación en la que no tengo qué comer”, explica esta manchega menuda que pide silenciar su nombre real. Un ama de casa —“nunca trabajé fuera porque no me hacía falta”— que no había pisado “nunca” un servicio social.
 Hasta el mes pasado, cuando Nieves puso los pies por primera vez en el barracón supermercado a medio camino de chalés adosados, oficinas vistosas y bloques de pisos a menudo con piscina.
“Me siento mal por tener que venir aquí, como un pobre que se pone a pedir. Pero por mi hijo mato, como dice Belén Esteban”.
 Ese hijo estudiante que, a decir de su madre, “no lleva mal la situación”. “Tiene su ordenador con algún juego. Se entretiene con los amigos... Desde pequeño le enseñé a ser austero”, afirma la mujer con cierto alivio.
 A Nieves, para quien los ahorros son solo un recuerdo lejano, le da tranquilidad tener piso propio. Aunque deba “mucho” de comunidad.
 “Los vecinos me conocen de toda la vida. Saben cómo estoy y no me empujan”. Pero los gastos fijos de la casa se encaraman a los 400 euros mensuales. Y, encima, hoy no hay leche en el reparto.
“Mis hijos están con su padre. Yo no puedo mantenerlos”, afirma una madre
Se ha acabado para las 19 de las familias que recogen su lote este martes por la tarde.
Son una pequeña parte de las 200 —agrupan a unos 600 tricantinos, calcula el presidente de la Cruz Roja local, José Chai— que se benefician del avituallamiento gratuito. “El 60% son españoles.
 Son los únicos que aumentan, y mucho, en los últimos tiempos. Buena parte de los inmigrantes parten en busca de vivienda más barata”, detalla Chai.
“Clase media, muchos con estudios universitarios”, describe.
“Gente que ingresaba hasta 3.000 euros al mes en dos sueldos, que se ha quedado sin ingresos y con hipoteca o alquiler que pagar e hijos que mantener”, añade Yolanda Cagigal, trabajadora social del centro. Gente que con frecuencia “esconde los alimentos en las bolsas del Carrefour para fingir que ha hecho la compra”, que agota los ahorros antes de dar un paso que desconocen, recurrir a la asistencia social, afirma Chai. “No saben cómo pedir ayuda, no están acostumbrados. Llegan cuando ya no pueden más”.
El 60% de los que reciben comida en una zona bien de Madrid son españoles
Como Juan Carlos y su mujer, Jafi. Cargan el suministro en el coche, el sello de los tiempos mejores cuya letra han logrado renegociar con el banco hasta los 100 euros al mes. “Solo le pongo 20 de gasóleo, y cuando puedo”, aclara el joven.
 Él sí tiene un trabajo, pero peor que el anterior. Ella agota el subsidio tras el paro. Las cosas empezaron a torcerse hace cuatro años: el declive hasta juntar, entre ambos, “menos de 1.000 euros”. Y con dos hijos que mantener, de siete y cinco años.
“Salgo a buscar trabajo cada mañana y vuelvo con las manos vacías”, asegura Jafi. Con “ocho euros” en el monedero, tiene los cálculos más que hechos.
“En junio quito a los niños del comedor, porque ya no hay beca y el servicio cuesta 162 euros para los dos”. El próximo recorte será acabar con el fútbol del chico: 325 euros al año.
 Pero lo entenderá: “Ellos saben lo que hay, que no tenemos mucho dinero”.
 “Hay que salir adelante por tus hijos”, zanja Jafi con una sonrisa.
 Aunque el ánimo decaiga a veces.
La pareja española arranca el monovolumen mientras Eva —nombre supuesto— carga con su bolsa. Pesa menos de la media —situada en 16,5 kilos—, porque vive sola. A su pesar. Divorciada, 45 años, tres hijos. “Están con el padre, que tiene un buen sueldo, porque yo no puedo mantenerlos”. Esta madrileña que dejó el empleo tras tener a su último hijo, que “siempre había vivido sin apuros”, trabaja ahora de asistenta a dos horas de distancia.
Cuatro horas de tarea por día, 450 euros al mes. Vive en una habitación alquilada por 300. Cuentas que no salen y que, hace seis semanas, le llevaron a pedir ayuda —“ya estaba en las últimas”— y, de paso, a convertirse en voluntaria de Cruz Roja.
“Me gusta ayudar a la gente. No puedo estar en casa parada”
. Así que echa una mano con el ordenador. Y se siente útil “al devolver algo que de lo que recibo”. Un bálsamo para “el dolor y la humillación” que siente a diario.
El camino inverso hizo Beto, de 55 años.
 Cuando se quedó en paro como auxiliar de seguridad, este peruano se acercó a echar una mano en el barracón de Cruz Roja.
 Conduce el transporte adaptado que traslada a personas con discapacidad a las consultas médicas.
“Vine a ayudar y cuando la cosa se ajustó y los ahorrillos se acabaron, pedí ayuda”, relata este universitario que agota el subsidio y desconfía de volver a encontrar empleo “por culpa de la edad”.
“No paro de meter currículos, y nada
. Las empresas no quieren a gente de más de 45 años y el político quiere pagarnos la pensión a los 80”. En su casa, tres chicos y dos adultos, solo la mujer —española— trabaja: 900 euros para todos. “Menos mal que el piso es suyo”, suspira Beto.
En la cola de los alimentos también hay empresarios que han quebrado. Como Liliana y su marido, cuya firma de construcción “fue a pique por los impagos”.
 Esta colombiana en la cuarentena es la única que trabaja en casa, de camarera.
“Pero mi sueldo no alcanza”. Una nómina de 800 euros para un alquiler de 1.000 en un piso donde realquila una habitación.
“La renta es lo primero que se paga y luego, lo que se puede.
Si es la luz, no es el agua, ni el gas...”. “Yo estoy acostumbrada a luchar la vida, pero mis hijos están aterrados y buscan trabajo”.
Ese trabajo que ralea tanto.
 Ese trabajo cuya escasez multiplica las colas para recibir alimentos.
También en las zonas acomodadas. En Tres Cantos ya no la monopoliza una quincena de familias —desestructuradas, inmigrantes en apuros o de etnia gitana—, como una década atrás.
 La clase media también está en la fila. Como si volvieran del supermercado. Como siempre.
 Casi.

Un misil de precisión contra el cáncer

La quimioterapia y los tratamientos biológicos se unen

La combinación de fármacos permite abordar tumores difíciles

Las resistencias obligan a cambiar los protocolos

  • El 70% de los cánceres de ovario se hace resistente al tratamiento de primera línea 
  • Lo que prefiera el paciente

    Es un estudio pequeño, pero su novedad le ha merecido el honor de ser uno de los cuatro seleccionados cada día por la organización del congreso de la Asociación Americana de Oncología Médica en Chicago.
     Como explica Bernard Escudier, jefe de Asistencia Clínica de los hospitales de París, en “los últimos cinco años han aparecido siete fármacos para el cáncer de riñón, y ninguno parece mejor que los otros”.
     ¿La solución? Que decidan los pacientes.
     Para ello se diseñó un ingenioso ensayo. A un grupo se le dio uno de ellos durante 10 semanas, y al otro, el rival. Pasado ese tiempo, se cambiaron los tratamientos.
     Ni los médicos ni los pacientes sabían qué estaba tomando cada uno. Y, al final, se les preguntó qué preferían. “De una manera muy sorprendente”, un 70% se decantó por uno de ellos.
     Y, contra a lo que los expertos esperaban, en todos los aspectos sobre los que se preguntó a los pacientes (calidad de vida, fatiga) elegían mayoritariamente el mismo.
    El trabajo tiene un problema, como se puso de manifiesto durante su presentación. El ensayo estaba financiado por uno de los fabricantes, que fue el que obtuvo el mejor resultado, pero lo que importa es que gana espacio la idea de preguntar a los pacientes.
    En la misma línea se presentó otro trabajo para ver por qué las personas con menos ingresos eran más reacias a participar en ensayos clínicos.
     Solo el 9% de los enfermos de cáncer se prestan a esta colaboración, fundamental para el avance de la ciencia.
     Y cuanto más amplia sea la representación, más extrapolables serán los resultados.
     Pero la falta de tiempo y de posibilidad para ir al trabajo, el precio de los desplazamientos y el miedo a tener que pagar parte del ensayo se demostraron determinantes.
     

Rato, Florete o espada?

Y no se pierdan la fachada de La Gaceta de ayer, que a toda página titulaba así: “19 años después de la intervención del banco que presidía, Mario Conde interpela a Rodrigo Rato: '¿Tendría la honradez de contar por qué hicieron lo que hicieron con Banesto?'”. Que ya tiene tela darle apertura de un periódico, o similar, a Mario Conde en estas circunstancias.
 Claro que ya se sabe que el ilustre ex banquero y ex presidiario es presencia habitual en la pantalla de Intereconomía.
 A lo mejor, quién sabe, es que es algo más que un buen amigo de la casa…
En torno a la situación de angustia en la que nos encontramos, intervención sí, intervención, no, gira el editorial de El Mundo, que se titula “Alemania trata de llevarse al huerto a España”.
 Basta el último párrafo: “El presidente del Gobierno, como es su obligación, se está resistiendo tan siquiera a considerar la posibilidad del rescate, pero hay indicios que podrían ser interpretados como una forma de preparar a los españoles para un escenario de intervención. 
El portavoz de Exteriores del PP aseguró ayer que ‘no se puede excluir’ un rescate y que de producirse no sería ‘el Apocalipsis’, sólo ‘un cierto varapalo’.
 Es la primera vez que un dirigente del PP acepta la posibilidad de un rescate y además restándole trascendencia.
 Sin embargo, la tendría y mucha.
 La eventual intervención de la economía española haría muy difícil de entender la continuidad de Rajoy al frente del Gobierno. Porque los españoles le eligieron, precisamente, para evitar un rescate que con Zapatero se daba casi por seguro”.
Este desdén hacia Mariano Rajoy ya recomenzó ayer, con la homilía dominical de Pedro José, que ahora, a principios de junio de 2012, y tras varios meses de aplaudir hasta con las orejas a este simpar gobierno que nos tocó en la rifa del 20 de noviembre de 2011, hizo el bonito ejercicio de elaborar un decálogo de errores y decisiones desastrosas tomadas por el Gobierno de Mariano Rajoy: “Es una desdicha que…”; “Es una rémora que…”; “Fue un inmenso error; es un desastre que ….”.
 Para culminar con un desprecio muy propio de Ramírez Codina: “Es una lástima, una desventaja y un problema adicional que España tenga que lidiar una situación-límite como ésta con un jefe del Gobierno tan poco dotado para los aspectos representativos del ejercicio del liderazgo; y véase si no la desangelada rueda de prensa del lunes”.
¿Y alguna conclusión aparte de que tenemos a un zote por presidente del Gobierno y a unos incompetentes como ministros, además de que van a seguir apoyándoles porque son los suyos, mientras los cornetas le meten caña a Rajoy, ahora que le van mal dadas, con esa gallardía que siempre han mostrado? Más información pueden obtenerla en el librito de aquí al lado, el del “Fuego amigo”.
La verdad es que todo se dirige a un punto de difícil retorno: menos competencias para el Gobierno español y mayores y más importantes, hasta prácticamente dirigir el país, para un ignoto Gobierno europeo.
  Algo así pareció pedir Mariano Rajoy el sábado pasado para salir de este atolladero.
Traducción libre: “Hagan lo que les dé la gana con este país, que nosotros no conseguimos cuadrar las cuentas”. ¿Excesivo? No sé
. Lean el editorial de Abc: “Después de los rumores de esta semana sobre las posibles presiones de Alemania para que España acuda al fondo de rescate para sus bancos, lo único que ha quedado claro es que en este campo —el de la transferencia de la soberanía fiscal y el gobierno europeo del sector financiero— los dos países están de acuerdo y están, a su vez, en la misma longitud de onda que la Comisión Europea. 
Por desgracia, las especulaciones sobre el futuro de Grecia y las reticencias de algunos de los países más importantes sobre la cuestión de la soberanía van a mantener la tensión elevada durante las próximas semanas”
. ¿Ya está de acuerdo el Gobierno de Rajoy en ceder “la soberanía fiscal” a Alemania? ¿Y cuándo piensa contárselo a los españoles? ¿Y ya no estamos entre esos “países importantes” que se preocupan por tonterías como la cuestión de la soberanía? Pues nada, a mandar, que para eso estamos, doña Angela.
LAS FACHADAS
Va¡Qué bonito, un tanque! Dice Abc que “El País Vasco vuelve a vivir el Día de las Fuerzas Armadas”. Sumario: "Tras diez años sin celebración, más de 600 personas visitaron el cuartel de Araca para confraternizar con los militares”. 
 También que la Audiencia Nacional quiere más competencias y que “Berlín muestra de nuevo su confianza en España”. ¿Pero llega la pasta o no llega? Porque así es como se demuestra la confianza…  
El Mundo nos dice que “Merkel propuso dos veces a Zapatero rescatar a  España”.
Sumarios: “Se lo recomendó ‘de la manera más educada’ en mayo de 2010 y en otra ocasión; Alemania no desmiente que Schaüble le planteara lo mismo a Luis de Guindos”. Sin comentarios.
 Ustedes mismos. ¿"De la manera más educada”? En fin… En La Razón afirman que "Cuatro años de cárcel como mínimo para Urdangarin".
 Luego aclaran que es la petición fiscal. Y una tontuna: "Otegi quiere infiltrar a Batasuna en el 15-M". Sumario: "Propone asaltar sedes bancarias con la fotografía de Gandhi". Ya ven. En La Gaceta se adelantan: “Los socialistas del Constitucional quieren legalizar Sortu esta semana”.
 ¡Qué finura en el trazo: "los socialistas del Constitucional"!

Rato: ¿espada o pistola? Por: José María Izquierdo

Mientras Europa duda de si nos intervienen mañana o pasado, aquí tenemos a Rato dispuesto a dar no se sabe qué batalla ni contra quién -¿va a disparar ahora fuego graneado don Rodrigo Rato, ahí es nadie, contra el Gobierno del PP?-, y a Mafo agazapado a la espera de empezar a largar. Luis de Guindos -y Mariano Rajoy- tienen un saco de problemas. El de Rato, que no es solo el de Bankia, es de difícil solución, que el de Europa, más complejo, habrá que esperar un poco. Así que a ver qué hacemos, porque Rajoy ya ha dicho que nada de comisión de investigación, lo que daría un espacio abierto para que hablaran todos, como también se negó, y a lo mejor ya se está arrepintiendo, a las comparecencias que pidió Rubalcaba, un método bastante más limpio que el que ahora propone Rato: a golpe de declaración pública y sin control. Así que o Rajoy o Luis de Guindos hacen de Tony Soprano y se obliga al ex de Bankia a que practique la omertá voluntariamente, previo chantaje de lo que tengamos a mano –robó, mató, violó o practicó la pederastia- o se le encierra en el maletero de un coche con varios metros de cinta adhesiva rodeándole la boca para que se calle. Y mientras, a vigilar a Mafo, no fuera a ser. Porque ya me contarán: ¿Alguien va a responder públicamente a Rato? ¿Quizá Goirigolzarri se va a calzar los guantes y a meterse en una discusión a calzón quitado frente a accionistas, clientes, ojeadores europeos, etcétera, etcétera, sobre las miserias de Bankia? ¿O lo hará el ministro de Economía? ¿Quizá el presidente del Gobierno? Lo dicho: las comparecencias en sede parlamentaria. El resto, un horror.
¿Toman ustedes menos de 70 pastillas diarias? Pues estarán hechos un asco. Se lo dice Sánchez Dragó.
  Pero no parece que vaya a prosperar lo de las comparecencias en el Congreso, no. Lo entiende muy bien Victoria Prego, en El Mundo: “Por eso, lo que pueda ser delictivo debe ir ya a los tribunales, pero la comisión parlamentaria debe esperar a que hayamos salido de la tormenta”. O el editorial de Abc: “Ahora no sirve de nada arrojar reproches más o menos documentados sobre la catastrófica trayectoria de Caja Madrid y Bankia en los últimos años, lo que no impedirá que en el futuro se saquen las consecuencias adecuadas para que algo así no pueda volver a suceder y para que cada cual afronte sus responsabilidades”. Que viene a ser la misma tesis que defiende Ignacio Camacho –nada de comisiones de investigación, ni se les ocurra- después de intentar convencer al respetable de que los responsables de la actual situación de Bankia son los socialistas.
De Rato habla también Isabel San Sebastián. Aunque empieza raro: “Ignoro si el plan de Rodrigo Rato para salvar Bankia era más o menos eficaz que el anunciado por Goirigolzarri. Nunca lo sabremos, toda vez que Mariano Rajoy ha optado por el vasco frente al asturiano con todas las consecuencias”. Se supone que se trata de un lapsus, y que San Sebastián se refiere a Rato, al que ha debido confundir, o eso creo, con Cascos. Simple error, que todos los cometemos. De Rato dice que “hoy [está] tocado de muerte por una rabieta más propia de un niño chico que de un dirigente curtido”.  Pero nos cuenta la limpieza de la elección de Rato, por ejemplo, y nos demuestra la absoluta inocencia del PP en este caso. Vean: “Rato nunca aceptó ser postergado por su hasta entonces amigo ‘Jose’ en beneficio de un Rajoy quien, a su modo de ver, no ofrecía méritos superiores a los suyos, sino todo lo contrario. No ocultó su malestar ni embridó su resentimiento, aunque lo disimulara momentáneamente con el fin de tomar las riendas de Caja Madrid, después de que el líder del PP accediese a dar el ‘nihil obstat’ a su nombre, sin otra finalidad que la de frustrar los planes de Esperanza Aguirre, cuyo candidato, como es sabido, era otro. Y así fue como dos enemigos jurados se dieron la mano ante los fotógrafos en un despacho de la calle Génova, aunque ninguno de ellos sintiese en su corazón otra cosa que una inquina sorda”. Como se ve, todo profesional. ¿A quién creen que apoya doña Isabel? A ver si lo adivinan: “En esta coyuntura, la pataleta del ex ministro cesado es de una irresponsabilidad flagrante y traduce un infantilismo patológico (…)Rodrigo, está ya marcado a fuego como un dirigente político y empresarial que no aguantó la presión, antepuso sus cuitas personales al interés de su compañía y renegó públicamente de sus antiguos compañeros. Errores que en su mundo no se perdonan”. ¿Tienen ya la respuesta a la pregunta?
También escribe sobre Rato Casimiro García Abadillo en El Mundo: “El Gobierno, molesto por el escrito entregado al consejo de Caja Madrid. Habrá consecuencias”. Veremos.
Y no se pierdan la fachada de La Gaceta de ayer, que a toda página titulaba así: “19 años después de la intervención del banco que presidía, Mario Conde interpela a Rodrigo Rato: '¿Tendría la honradez de contar por qué hicieron lo que hicieron con Banesto?'”. Que ya tiene tela darle apertura de un periódico, o similar, a Mario Conde en estas circunstancias. Claro que ya se sabe que el ilustre ex banquero y ex presidiario es presencia habitual en la pantalla de Intereconomía. A lo mejor, quién sabe, es que es algo más que un buen amigo de la casa…