Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

25 mar 2012

Fallece el escritor italiano Antonio Tabucchi a los 68 años en Lisboa

El escritor italiano Antonio Tabucchi, fallecido hoy en Lisboa, en una imagen de 2010
Muchos niños italianos se acercaron a los libros de la mano de Antonio Tabucchi, así que a Italia –y también a Portugal y a España— no solo se le acaba de morir un escritor en Lisboa, a los 68 años, de cáncer, sino también una relación sentimental con la literatura.
 El escritor italiano, nacido en Pisa el 23 de septiembre de 1943, era además de un autor de obras inolvidables –Sostiene Pereira (1994), Nocturno hindú (1984) o Réquiem—, muchas cosas más. La más conocida internacionalmente era su labor como experto y traductor de Fernando Pessoa (1885-1935), pero en Italia también era notoria su actividad como apasionado de la política y brillante polemista. En los últimos años, su bestia negra –y la de Italia—era Silvio Berlusconi. Tabucchi ha muerto de un cáncer que lo venía persiguiendo desde hace tiempo.
Antonio Tabucchi -que tenía nacionalidad portuguesa desde 2004- estaba ingresado en el hospital lisboeta de La Cruz Roja y será enterrado el próximo jueves en la capital lusa, ha explicado su viuda, Maria José Lancastre, informa Efe. Fue colaborador del diario italiano Il Corriere della Sera,  el francés Le Monde y EL PAÍS. Además su labor como literato, era profesor de Lengua y Literatura Portuguesas en la Universidad italiana de Siena. En su carrera ha ganado premios literarios como el Pen Club, el Campiello y el Viareggio-Répaci en Italia; el Médicis Etranger, el Européen de la Littérature o el Méditerranée en Francia y el Francisco Cerecedo, de periodismo, en España. Traducido a más de 40 lenguas, su último libro -de cuentos-  fue Racconti con Figure, publicado en 2011. (En España se acababa de editar Viajes y otros viajes).
En un encuentro en Florencia en 1998, Tabucchi le confiaba al también escritor Manuel Rivas su desencuentro con la tecnología. "¿No se siente fuera de juego?", le preguntaba Rivas. A lo que el italiano respondía: "Bueno, ¿sabe usted?, el fuera de juego es una posición que me conviene.
 En el fondo, todos los escritores están un poco fuera de juego, y sobre todo están fuera de juego los que creen que ocupan el centro del campo…". Decía también en aquella entrevista que "la literatura es el Internet del alma".
Tabucchi publicó su primera novela en 1975, Piazza d’Italia, pero el éxito absoluto le llegó en 1994 con Sostiene Pereira, que fue llevada al cine interpretada por Marcello Mastroianni.
No serán pocos los que hoy irán a su biblioteca y abrirán con emoción el pequeño y tan grande libro amarillo de Anagrama: “Sostiene Pereira que le conoció un día de verano.
Una magnífica jornada veraniega, soleada y aireada, y Lisboa resplandecía…".
Solo leí de él "Sostiene Pereira" y tanto me gustó que aún hoy para empezar alguna frase repito:Sostiene Pereira, los que lo han leído que son muchos, siguen el hilo narrativo, Que pena que se vaya tan Joven, Sostiene Pereira.......Descanse en Paz.

Juan Cruz arremete en un libro contra el prestigio de la sinceridad

Juan Cruz (El Puerto de la Cruz, Tenerife, 1948) es uno de esos hombres sobre los que uno siempre se pregunta de dónde saca tiempo para tanto.
 Está en casi todos los saraos culturales, escribe, edita..., y otra prueba: en dos minutos le llamaron a su móvil un escritor, un cineasta y otro editor.
Dice que es porque no pierde tiempo sintiendo rencor.
 El caso es que Cruz, director de coordinación editorial de los grupos PRISA y Santillana, va por su decimosexto libro, en los que ha cultivado casi todos los géneros.
 Ha recibido el Premio Canarias de Literatura al conjunto de su obra.Ahora publica Contra la sinceridad, un libro que él define como "un tratado que pide que la gente sea más educada, generosa en sus juicios y dubitativa".
 Su teoría es que la gente, apelando a la sinceridad, se cree con derecho a decir a otro lo que piensa, "y no aceptamos que a nosotros nos digan lo mismo.
 Hay que plantearse que lo que uno dice a los demás se lo puedan decir a él, evitaría sonrojos".
Escribir este libro le ha servido al autor para reflexionar sobre lo que considera mucho más valioso que la sinceridad, la buena educación.
 "Vivimos en un mundo en que el abuso de una supuesta sinceridad ha acabado desnaturalizando la naturalidad y ésta no debe estar reñida con la frescura o la sinceridad, pero debe estar matizada por la buena educación".
 A juicio del editor, la buena educación viene de la intuición: "Hay que intuir el estado de ánimo de un alma para irrumpir en ella".
Para el autor de La foto de los suecos, evitar la sinceridad no es sinónimo de mentir ("es respetar las zonas oscuras que tiene la verdad") y se muestra partidario de seguir en la vida las buenas reglas del periodismo: "No se puede dar una información de alguien sin ser verificada".

Las crueles fantasías de Angie

María Ángeles Molina, Angie, condenada por asesinar a Ana María Páez, declara ante el tribunal el pasado enero.
Cuando Juan Antonio Álvarez regresó a Argentina de vacaciones, lo primero que hizo fue contar a su familia que había conocido a una chica estupenda en España.
Se llamaba María Ángeles Molina. Además de guapa y encantadora, resulta que provenía de una familia de rancio abolengo.
 Ocurrió en 1988. Angie, que así la llaman, le había explicado que sus padres poseían títulos nobiliarios y tierras, muchas tierras, en Aragón.
 La relación fue creciendo y pasó lo que tenía que pasar: que Juan Antonio conoció a la familia de Angie... y la mentira que esta había levantado se destapó. Juan Antonio comprobó, sorprendido, que se trataba de gente humilde, de clase trabajadora, sin ninguna huella de hidalguía. El padre, por ejemplo, era taxista.
Las fantasías aristocráticas de Angie no disuadieron a Juan Antonio, dueño de varios restaurantes en Gran Canaria, donde ambos se conocieron.
 El hombre obvió la invención, siguió el consejo que le había dado su padre —“si la quieres, no importa; uno quiere a la persona y no a lo que tiene”— y, dos años más tarde, se casó con ella. Tuvieron una hija, Carolina, y vivieron en un chalé adosado de la localidad isleña de San Bartolomé de Tirajana
. Hasta que sobrevino la desgracia. En 1996, Juan Antonio murió en circunstancias poco claras.
 Su cuerpo fue hallado desnudo junto a la cama de matrimonio.
La autopsia reveló que había fallecido por la ingesta de un tipo de fosfato que se encuentra en algunos detergentes y que las clases humildes usan en Suramérica para suicidarse.
Silvia Graciela, la hermana de Juan Antonio, recibió una llamada muy escueta de su cuñada Angie tras el suceso: “Tu hermano está muerto”, le dijo, según declaró ella misma en 2008 ante los Mossos d’Esquadra, que la interrogaron como testigo tras la detención de María Ángeles Molina como presunta autora de la muerte de Ana Páez, ocurrida el 19 de febrero de 2008. El pasado lunes, la Audiencia de Barcelona condenó a Angie a 22 años de cárcel por asesinato y estafa.
 Durante dos años suplantó la identidad de su amiga Páez para contratar préstamos bancarios y seguros de vida por más de un millón de euros.
 En febrero de aquel año la invitó a cenar a un apartamento del barrio barcelonés de Gràcia que había alquilado expresamente para cometer el crimen y, tras adormecerla con una sustancia similar al cloroformo, le enrolló una bolsa de plástico alrededor del cuello y la asfixió.
Para llevar a la policía por los derroteros del móvil sexual, Angie impregnó la boca y la vagina de su víctima con semen de dos hombres que trabajaban en el local American Gigoló y que, a cambio de 200 euros, habían eyaculado en un frasco en presencia de la propia Angie.
El dinero mueve los mundos de Angie y por ese motivo, concluye la sentencia, asesinó a Ana Páez, que había sido subordinada suya en una empresa del sector de la moda de Barcelona.
 Como jefa de recursos humanos, la asesina se apoderó de sus documentos personales y, ataviada con una peluca negra, contrató servicios bancarios en los que firmaba como Ana Páez. Quienes han tenido contacto con ella, tanto en el ámbito laboral como personal, coinciden en que se trata de una mujer fría, con una gran dificultad para expresar sentimientos.
 La condenada, que lleva cuatro años en prisión por el brutal crimen, es una bon vivant obsesionada por el dinero y las apariencias, capaz de crear mundos de fantasía que solo existen en su cabeza.
María Ángeles suplantó durante dos años la identidad de su víctima y contrató préstamos por más de un millón
Pese a que no existen informes psicológicos sobre Angie —ni defensa ni acusación lo pidieron—, el abogado de la familia, Emilio Zegrí, dijo en el juicio que los rasgos de personalidad de la acusada coinciden, punto por punto, con los que Vicente Garrido reserva para los psicópatas en su libro homónimo.
 “Es una persona ensimismada, fría, sin empatía ni sentimiento de culpa”, explicó Zegrí. El fiscal del caso también la tildó de “fría, calculadora y muy inteligente”.
Con esa frialdad de Angie topó Silvia Graciela el día que murió su hermano Juan Antonio.
 Le pidió quedarse a solas un rato con el cadáver. La respuesta de María Ángeles la dejó helada: “A mí no me hables en términos filosóficos, yo no puedo darte toda la tarde”.
La hermana de Juan Antonio ha explicado que su cuñada había sacado 10.000 dólares de la cuenta corriente de la pareja y se había llevado a Madrid a su hija Carolina.
Cuenta, además, que cuando fue hallado el cadáver faltaba el reloj de su hermano (un Rolex), una cadena de oro y tarjetas de crédito, aunque el cuerpo no presentaba signos de violencia. Silvia refiere una reunión entre varias personas en la que Angie detalló su versión de los hechos: que llegó a casa con su hija y se fue a su cuarto a ver la televisión; más tarde encontró el cadáver.
 “Sabía que estaba muerto porque tenía las uñas negras”, dijo Angie. En opinión de la testigo, la asesina “no se llevaba bien con los amigos de Juan Antonio”, al que había acabado “aislando de todos los que le rodeaban”.
“La que ahora está aislada es Angie”, señalan fuentes próximas a su defensa.
En Barcelona, la mujer rehízo su vida con un empresario catalán ligado a la industria textil.
Cuando fue detenida, pocas semanas después del crimen, el hombre la apoyó. Pero la dejó de lado al descubrir que en la cisterna de su casa había escondido el DNI y el pasaporte de Páez.
Sin pareja, viuda y huérfana de padre y madre, la condenada solo cuenta con el apoyo incondicional de su hija, una universitaria de 20 años que la defiende a capa y espada.
 Angie se ha adaptado a la vida carcelaria y, según fuentes penitenciarias, ejerce cierta ascendencia sobre sus compañeras. “Pero en ningún caso es una kie”, un término referido en argot carcelario al preso que ejerce de líder.
El paso por prisión no le ha restado un ápice de coquetería ni de gusto por la ostentación.
Dispuesta siempre a guardar las apariencias, Angie se presentó a la primera sesión del juicio enfundada en una chupa de cuero, con botas de ante y pantalones ajustados, toda ella de negro.
 En cada sesión ha lucido un look distinto —siempre con el pelo bien alisado— y ha mantenido el mismo semblante inanimado
. El día de su declaración trató de escurrir el bulto con excusas difíciles de encajar.
Por ejemplo, que había comprado cloroformo para arreglar unos candelabros. Lo explicaba todo con aparente indiferencia, como si lo que ocurría en la sala no fuera con ella.
Angie, que durante cuatro años ha negado los hechos, tampoco se derrumbó en el juicio.
El día del crimen, dijo, viajó por la mañana a Zaragoza a recoger las cenizas de su madre, muerta un año antes.
 Eso es cierto, como ratificó el dueño de la funeraria.
Por la tarde regresó a Barcelona y buscó un reloj Cartier como regalo de cumpleaños para su novio. Este, sin embargo, declaró que ese regalo se lo había hecho un año antes, al cumplir los 40.
 Después, siguió Angie, fue a un Opencor a comprar yogures.
“Yo es que sin mis yogures de dulce de leche no soy nada”, declaró ante la indignación de los familiares de la víctima.
 Respecto a la peluca hallada en el apartamento, explicó que ella la usaba para “juegos sexuales” y que Páez se la había pedido porque le parecía “mona”.
 También negó haber contratado los servicios de dos gigolós, a pesar de que el dueño del local detalló incluso que, para enmascarar su extraña petición, Angie le dijo que había hecho una apuesta con unas amigas y que necesitaba el semen para demostrar que había sido capaz de tener sexo de pago.
La acusada jugó su principal baza tratando de desacreditar el móvil económico.
 Según su abogada, tenía cuantiosos ingresos: 3.000 euros por el alquiler de una casa en Canarias, 3.000 euros de salario, una aportación anual que le venía de su padre por 100.000 euros y la herencia de su marido, de casi dos millones de euros.
 Además posee tres coches de alta gama: un Porsche 911, un Hammer y un BMW. ¿Por qué iba a querer matar a Páez por dinero? Quienes la conocen señalan que llevaba un alto tren de vida y que siempre quería más.
Como explica uno de sus conocidos, que prefiere guardar el anonimato, “cuando una persona así se cruza en tu camino y te atrapa, puede arruinarte la vida”.

El olor a crudo enturbia Canarias

Canarias ha comenzado a respirar el turbio aroma del petróleo.
 Aun años antes de que comience una eventual explotación de hidrocarburos, la decisión del ministro de Industria, el canario José Manuel Soria, de autorizar las prospecciones ha levantado a parte de las islas.
 Los principales operadores turísticos de Alemania y Reino Unidos se han opuesto —como era previsible— y el Gobierno regional y los cabildos temen que el archipiélago quede asociado al petróleo. Y sin embargo, ¿qué país renunciaría al menos a conocer cuánto petróleo tiene en su subsuelo?
El presidente del Cabildo de Lanzarote, Pedro San Ginés, de Coalición Canaria, suena indignado: “Esto es un atropello. Solo en Noruega el petróleo ha mejorado en algo la vida de la gente
. Esto son beneficios para una multinacional como Repsol que tiene en el ministro Soria a su mejor embajador”.
San Ginés cree que Industria ha acelerado el permiso porque en un año entrará en vigor una directiva europea más rigurosa para evitar vertidos como el del golfo de México.
Lo cabildos esgrimen los recelos de sus principales clientes: los operadores turísticos de Alemania y Reino Unido. El jefe de Sostenibilidad de la alemana TUI, Harald Zeiss, afirma en un correo enviado al cabildo de Fuerteventura que un vertido sería devastador:
 “Una tragedia así no dañaría la temporada turística durante un año, sino que los potenciales visitantes siempre asociarían Canarias con el petróleo (como ocurre con Nueva Orleans y el Katrina)”.
 La patronal británica de viajes, la ABTA, en una carta enviada el miércoles a Soria insistía: “Canarias representa uno de los destinos clave para el Reino Unido y la exploración petrolífera podría resultar un daño considerable al turismo”.
 La prensa alemana y británica ha comenzado a asociar a Canarias con el petróleo. El temor no es a las plataformas —los sondeos son a unos 60 kilómetros del litoral— sino al impacto de un eventual vertido sobre el monocultivo de la zona: el turismo.
Industria considera que no hay riesgo para el turismo y que el potencial del recurso bien vale una bronca. Soria ha dejado claro: “Hay dos opciones, o el petróleo de Canarias lo saca solo Marruecos o lo sacamos los dos”, en alusión a los trabajos que realiza en sus aguas frente a las islas, ya que, según el Ejecutivo, puede tratarse de la misma bolsa.
La pelea tiene mucho de política. Aún nadie sabe si hay hidrocarburos
Paulino Rivero, de Coalición Canaria, presidente autonómico gracias a un pacto con los socialistas, se ha envuelto en la bandera del medio ambiente para cargar contra Soria, antiguo vicepresidente en alianza con los nacionalistas y ganador de las elecciones autonómicas de hace un año. No ha importado el historial de CC a favor de polémicos proyectos como el puerto industrial de Granadilla, en una playa virgen.
El catedrático de Recursos Energéticos en la Universidad de Barcelona Mariano Marzo cree que la situación se ha desmadrado: “Por el momento es todo una elucubración. Nadie sabe si hay petróleo o gas ni cuánto”. Marzo ve lógica la exploración para saber cuánto hay y critica la crítica del sector turístico: “Esto es como un chiste de El Roto: Gasolina sí y petróleo no. Apuestan por un modelo intensivo en energía, basado en aviones y coches, pero luego nadie quiere una plataforma petrolífera”. Sobre las presiones desde Alemania, ironiza: “¿Vamos a dejar que Alemania dicte nuestra política energética? ¿Quieren también en eso la soberanía?”.
Aunque el permiso llega ahora, la campaña tiene un largo historial.
 La sociedad que solicitó permisos al Gobierno en 2001 para investigar la existencia de hidrocarburos en aguas próximas a Canarias se prestaba al chiste fácil (RIP SA, Repsol Investigaciones Petrolíferas SA), pero el resultado de aquella apuesta puede acabar en algo muy serio. Los estudios sísmicos que realizó la compañía entre los años 2002 y 2003, antes de que los tribunales paralizaran el plan de exploración, dejaron la probabilidad de éxito en el 20%. Para el profano, el porcentaje parece escaso. Pero duplica el que habitualmente maneja la industria petrolera. Por decirlo rápido: en Canarias existe una gran probabilidad de encontrar petróleo, gas, o las dos cosas. Así lo cree Repsol, que controla el 50% del consorcio formado para el proyecto y del que también forma parte la compañía australiana Woodside (30%) y el consorcio alemán RWE (20%).
Se trata de concretar lo que, según fuentes de Repsol, puede ser “el mayor descubrimiento de hidrocarburos de la historia de España”.
Los datos fundamentales son: existencias probables de 500 millones de barriles en el caso de petróleo y 2,8 TCF (trillones de pies cúbicos) si existe gas; ciclo de producción posible durante 20 años y 20 pozos productores si hay petróleo y 15 si se trata de gas. Esto podría ahorrar la importación de 5,2 millones de toneladas de crudo al año (un 10%), con una disminución de la factura exterior (reducción neta del déficit comercial) de 28.400 millones. Un dinero.
 A lo que habría que añadir lo que el Estado, vía impuesto de sociedades, ingresaría con la producción: otros 700 millones al año. Los promotores del proyecto estiman que solo en la fase de investigación (en la que ahora está el proyecto), la inversión rondará los 265 millones.
El tema no solo tiene implicaciones ambientales y económicas. El jefe del Mando Militar de Canarias, el teniente general César Muro Benayas, declaró a la prensa canaria en enero pasado: “El tema del petróleo, que va a saltar, va a ser un foco de inestabilidad y aumentará la tensión”.
 El ministro de Industria, Comercio y Nuevas Tecnologías de Marruecos, Abdelkader Amara, defendió el jueves “una concertación” entre España y Marruecos para iniciar las prospecciones.
El Gobierno canario está especialmente molesto porque Industria ha eliminado del borrador del decreto el apartado que le permitiría participar en la decisión. Mientras la alcaldesa de Valencia, la popular Rita Barberá, celebra que el mismo Soria haya paralizado los permisos para buscar hidrocarburos frente a la costa valenciana.
No es la primera vez que España sueña con el petróleo. El 13 de junio de 1964, el diario Abc publicaba una página con la catedral de Burgos y varias torres de perforación de petróleo superpuestas. “¿Será nuestro Tejas?”, era el enorme titular.
 Poco antes había brotado una columna de petróleo en Burgos y las crónicas bautizaron aquello como “el comienzo del más importante capítulo en la historia del desarrollo económico e industrial de España: el hallazgo de petróleo”.
 Hoy Burgos sigue igual de lejos de Tejas que entonces.