Las Casas
son muy importantes para todos y más para los niños, no fue un capricho de guionista que E:T: siempre señalando el cielo dijera "Mi casa" por mucho cariño que le tuvieran los niños y al final lo llevan a su hogar, pensando en los cuentos, se describen las casas donde los prptagonistas lo van a pasar muy mal o muy bien, pero siempre están, o casi siempre.
Blancanieves comparte una casita en el Bosque con los enanitos.
Cenicienta tiene una casa donde su espacio es un rincón.
Hansel y Gretel y su casita de Chocolate que utiliza una bruja para comerse a los niños perdidos, Caperucita Roja y la Casa de su abuelita, todas en medio de un bosque espeso, y con gente buena y mala, Pulgarcito, pobrecito con sus migas de pan para volver a su casa.
Es un refugio que por muchas hadas, duendes y brujas , siempre quieren volver.
La Bella durmiente, de su casa sabemos el cuarto donde va a ser pinchada por una rueca de un Hada envidiosa y va a dormir hasta que la despierte un príncipe.
Todos los niños sueñan con tener una casa en un árbol, para quue sea su refugio y juegos.
El cuento de los tres cerditos y el lobo, sus tres casitas. huyen del Lobo en sus casas, que poco les vale salvo al que la construye de forma sólida.
La casita del caracol,
La Casa de la Cigarra, que no tiene y la casa de la hormiga, afanada todo el verano en llenarla de comida.
Y dejamos para otro dia los Palacios, los Castillos y Las Cabañas, dónde tb habitan niños. ya lo veremos. Y como se dibuja una casa por fuera dice mucho del autor, por eso los niños pintan casas para que los niños que dibujan o los animalitos tengan ese refugio.
21 mar 2012
20 mar 2012
El dilema del pijama: estilos de noche y de día para comprar online
Hace poco os quisimos incitar a todas a probar un sari y sentiros una diva, qué digo, una diosa de Bollywood. Pero esos magníficos ropajes en delicadas sedas y exquisitos bordados no son precisamente el colmo de la comodidad. ¿Con qué prenda identificaríais esta sensación?
Exactamente: con el no siempre valorado pijama.
Y resulta que el pijama es un invento hindú: al menos, ellos fueron quienes introdujeron la palabra -de origen persa- a través del inglés y su uso en la cultura occidental en tiempos de la colonización británica de la India, en los siglos XVIII y XIX; su independencia llegó en 1947.
Originalmente, pues, el paijama, -traducción fonética del vocablo hindú-, designaba un pantalón ancho y cómodo atado con un cordón a la cintura que llevaban tanto los hombres como las mujeres, aunque no necesariamente para dormir. Costumbre que no han olvidado en China, donde muy a menudo se sigue utilizando para salir a hacer unas compras o cualquier actividad que no exija un determinado dress code.
Hace unas temporadas Dolce & Gabbana creyeron en su capacidad de convicción y fueron los primeros en mucho tiempo en sacar el pijama sobre la pasarela. Alguna famosa se lanzó al ruedo, pero el pueblo llano prefirió continuar usando el pijama de ositos en la seguridad del hogar.
Para este verano las grandes casas de moda han decidido volver a intentarlo y, ya que estamos en crisis, ¿porqué no llevar lo mismo todo el día y ahorrar?
Así que puedes recurrir a un pijama floreado estilo “papel pintado de bed & breakfast inglés”, que podrás comprar en Primark por 8 € -¿para cuándo el desembarco del gigante irlandés en el comercio online?-, en Oysho (15,99 € el pantalón), Women’Secret (27,95 € las dos piezas), o si lo prefieres más exclusivo, prueba con éste del color del verano, verde agua, de Vive Maria para Kolibri (rebajado a 54,90 €).
Para gustos menos clásicos, la tienda online Lucicris te surtirá de pijamas con estampaciones de personajes como Betty Boop, Trancas y Barrancas o Los Simpson, con precios a partir de 19,90 €, aunque no creo que sean éstos el tipo de pijama que también te atreverías a llevar en la calle.
¿Quieres tomarte en serio esta tendencia? Ficha estos fluidos y favorecedores pantalones con estampado de bandana de la firma australiana Minkpink, a la venta en Asos por 118,75 €, o estos árabes de doble tendencia -estampado de serpiente y tie-dye- de Sugarhill Boutique para Coutie (muy rebajados: de 59,90 € a 24,90 €). Atrévete con un total look, luciendo un mono de print de flores y volantes en los hombros de Coosy (59 €). Las inversoras harán bien en gastarse el sueldo en este pijama negro de seda, completo con batín y cinto, de Agent Provocateur (360 € el batín y 160 € el pantalón), que promete ser compañero fiel de noches dentro y fuera de casa.
Ya te has decidido, este verano vas a darle un toque pijama a tus looks.
Pero, vigila donde vas de vacaciones: en Dublín, Irlanda, el departamento de Protección Social ha declarado el pijama prenda non grata en sus oficinas, y el supermercado Tesco de Cardiff, Reino Unido, ha prohibido su uso para los clientes. Que no digas que no te hemos avisado.
Exactamente: con el no siempre valorado pijama.
Y resulta que el pijama es un invento hindú: al menos, ellos fueron quienes introdujeron la palabra -de origen persa- a través del inglés y su uso en la cultura occidental en tiempos de la colonización británica de la India, en los siglos XVIII y XIX; su independencia llegó en 1947.
Originalmente, pues, el paijama, -traducción fonética del vocablo hindú-, designaba un pantalón ancho y cómodo atado con un cordón a la cintura que llevaban tanto los hombres como las mujeres, aunque no necesariamente para dormir. Costumbre que no han olvidado en China, donde muy a menudo se sigue utilizando para salir a hacer unas compras o cualquier actividad que no exija un determinado dress code.
Hace unas temporadas Dolce & Gabbana creyeron en su capacidad de convicción y fueron los primeros en mucho tiempo en sacar el pijama sobre la pasarela. Alguna famosa se lanzó al ruedo, pero el pueblo llano prefirió continuar usando el pijama de ositos en la seguridad del hogar.
Para este verano las grandes casas de moda han decidido volver a intentarlo y, ya que estamos en crisis, ¿porqué no llevar lo mismo todo el día y ahorrar?
Así que puedes recurrir a un pijama floreado estilo “papel pintado de bed & breakfast inglés”, que podrás comprar en Primark por 8 € -¿para cuándo el desembarco del gigante irlandés en el comercio online?-, en Oysho (15,99 € el pantalón), Women’Secret (27,95 € las dos piezas), o si lo prefieres más exclusivo, prueba con éste del color del verano, verde agua, de Vive Maria para Kolibri (rebajado a 54,90 €).
Para gustos menos clásicos, la tienda online Lucicris te surtirá de pijamas con estampaciones de personajes como Betty Boop, Trancas y Barrancas o Los Simpson, con precios a partir de 19,90 €, aunque no creo que sean éstos el tipo de pijama que también te atreverías a llevar en la calle.
¿Quieres tomarte en serio esta tendencia? Ficha estos fluidos y favorecedores pantalones con estampado de bandana de la firma australiana Minkpink, a la venta en Asos por 118,75 €, o estos árabes de doble tendencia -estampado de serpiente y tie-dye- de Sugarhill Boutique para Coutie (muy rebajados: de 59,90 € a 24,90 €). Atrévete con un total look, luciendo un mono de print de flores y volantes en los hombros de Coosy (59 €). Las inversoras harán bien en gastarse el sueldo en este pijama negro de seda, completo con batín y cinto, de Agent Provocateur (360 € el batín y 160 € el pantalón), que promete ser compañero fiel de noches dentro y fuera de casa.
Ya te has decidido, este verano vas a darle un toque pijama a tus looks.
Pero, vigila donde vas de vacaciones: en Dublín, Irlanda, el departamento de Protección Social ha declarado el pijama prenda non grata en sus oficinas, y el supermercado Tesco de Cardiff, Reino Unido, ha prohibido su uso para los clientes. Que no digas que no te hemos avisado.
Mirada de Pantera
Sol en falso
¿Qué tienen en común la sacarina, la circonita y los polvos bronceadores? Los tres son grandes sustitutos del original. Ya no hace falta jugarse la piel bajo el sol para lograr un buen bronceado.
Cómo convertir anuncios antiguos en bolsos con estilo
¿Qué se puede hacer con un periódico cuando ya te lo has leído?
Pulir los cristales de las ventanas después de limpiarlos con agua y jabón, usarlo como mullido suelo para que tu gato haga sus necesidades, absorber el mal olor de las deportivas de la noche a la mañana…
Por supuesto, también es material adecuado para realizar manualidades como gorros para una fiesta infantil o incluso patrones para tus prendas. Con sólo teclear la palabra “newspaper” en Etsy, aparecen cerca de 3000 artículos.
¿Y qué hacer con él si ese periódico o revista no sólo está ya pasado, sino pasadísimo, y contiene preciosos anuncios de décadas anteriores de productos quizá inimaginables ahora, ilustraciones a todo color de lo más retro y fotos de moda vintage? Julie Marchand, una parisina inquieta y llena de ideas, se planteó la misma pregunta, y su formación artística y su imaginación le dieron una respuesta que llevó a cabo sin titubear. Así, empezó a buscar entre montañas de papel en chatarreros, encantes y altillos, hasta hallar aquellos tesoros escondidos de los años 20, 30, 40 y 50 y crear la colección “La feuille de chou” (La hoja de col) bajo el nombre Papup -saludo y beso, en rumano
Producciones. Instalada en Barcelona desde 2004, donde ha participado en diversas exposiciones colectivas, Julie encierra en plástico transparente recuerdos en papel de un consumismo pretérito pero elegantemente diseñado para dar forma a carteras, bolsos, neceseres, portafotos y otros accesorios útiles.
Porque ahí radica parte del encanto de los complementos que realiza Julie; no son sólo atractivos por recuperar estéticas añoradas y por el estilo y buen gusto que ella les imprime, sino también por su practicidad. Los bolsos de Julie son bonitos, baratos y buenos: llevan velcros como cierres, pequeños neceseres adheridos al interior también por velcros -por lo que los puedes usar por sí solos- y cadenas portallaveros para no ir buceando en busca de la llave mientras las bolsas de la compra amenazan con cercenarte el anular, el maletín del portátil pende de tu meñique y llevas la bufanda agarrada del pendiente.
Papup vende en el mercadillo de artesanos de la plaza Allada Vermell en el barrio barcelonés de El Born y por email a través de su web. Los precios oscilan entre 30 y 45 euros por un bolso y entre 10 y 20 euros por un neceser, dependiendo del tamaño y los compartimentos.
No hay ni habrá dos iguales por que cada objeto es único e irrepetible y están rigurosamente hechos a mano: para encargarlos a Julie se recomienda mandar las preferencias de estilo y tonalidades en el email -blanco y negro o color, década, bies liso o a cuadritos vichy…- .
Una vez confeccionada la pieza, Julie te enviará una foto para que le des el visto bueno y ¡voilà!, un auténtico Papup será tuyo.
Pulir los cristales de las ventanas después de limpiarlos con agua y jabón, usarlo como mullido suelo para que tu gato haga sus necesidades, absorber el mal olor de las deportivas de la noche a la mañana…
Por supuesto, también es material adecuado para realizar manualidades como gorros para una fiesta infantil o incluso patrones para tus prendas. Con sólo teclear la palabra “newspaper” en Etsy, aparecen cerca de 3000 artículos.
¿Y qué hacer con él si ese periódico o revista no sólo está ya pasado, sino pasadísimo, y contiene preciosos anuncios de décadas anteriores de productos quizá inimaginables ahora, ilustraciones a todo color de lo más retro y fotos de moda vintage? Julie Marchand, una parisina inquieta y llena de ideas, se planteó la misma pregunta, y su formación artística y su imaginación le dieron una respuesta que llevó a cabo sin titubear. Así, empezó a buscar entre montañas de papel en chatarreros, encantes y altillos, hasta hallar aquellos tesoros escondidos de los años 20, 30, 40 y 50 y crear la colección “La feuille de chou” (La hoja de col) bajo el nombre Papup -saludo y beso, en rumano
Producciones. Instalada en Barcelona desde 2004, donde ha participado en diversas exposiciones colectivas, Julie encierra en plástico transparente recuerdos en papel de un consumismo pretérito pero elegantemente diseñado para dar forma a carteras, bolsos, neceseres, portafotos y otros accesorios útiles.
Porque ahí radica parte del encanto de los complementos que realiza Julie; no son sólo atractivos por recuperar estéticas añoradas y por el estilo y buen gusto que ella les imprime, sino también por su practicidad. Los bolsos de Julie son bonitos, baratos y buenos: llevan velcros como cierres, pequeños neceseres adheridos al interior también por velcros -por lo que los puedes usar por sí solos- y cadenas portallaveros para no ir buceando en busca de la llave mientras las bolsas de la compra amenazan con cercenarte el anular, el maletín del portátil pende de tu meñique y llevas la bufanda agarrada del pendiente.
Papup vende en el mercadillo de artesanos de la plaza Allada Vermell en el barrio barcelonés de El Born y por email a través de su web. Los precios oscilan entre 30 y 45 euros por un bolso y entre 10 y 20 euros por un neceser, dependiendo del tamaño y los compartimentos.
No hay ni habrá dos iguales por que cada objeto es único e irrepetible y están rigurosamente hechos a mano: para encargarlos a Julie se recomienda mandar las preferencias de estilo y tonalidades en el email -blanco y negro o color, década, bies liso o a cuadritos vichy…- .
Una vez confeccionada la pieza, Julie te enviará una foto para que le des el visto bueno y ¡voilà!, un auténtico Papup será tuyo.
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