Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

4 nov 2010

Benítez Reyes y Molina Foix, Premios del Tren 2010

Los escritores Felipe Benítez Reyes y Vicente Molina Foix han ganado los Premios del Tren 2010 Antonio Machado de Poesía y Cuento que otorga la Fundación de los Ferrocarriles Españoles. Los galardones se entregarán esta tarde en la sede de la fundació. Ambos tienen una dotación de 15.000 euros en cada modalidad, informa esta institución cultural en un comunicado.




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Benítez Reyes ha obtenido el premio de poesía con la obra Ciudades del sueño. Poeta gaditano, novelista y articulista de prensa. Su obra está recopilada en los volúmenes Trama de niebla y Libros de poemas. Entre sus novelas se cuentan El novio del mundo, El pensamiento de los monstruos y Mercado de espejismos. Sus relatos están recogidos en el libro Oficios estelares. Ha dirigido las revistas Fin de Siglo, El Libro Andaluz y Renacimiento. Ha sido galardonado con el Premio de la Crítica, Ateneo de Sevilla de Novela, Fundación Loewe de Poesía, Hucha de Oro de Relatos, Julio Camba de Periodismo, Nadal de Novela y Nacional de Literatura, entre otros. En los Premios del Tren 2003 obtuvo el segundo premio de Poesía y en 1994 un accésit en el Premio de Narraciones Breves Antonio Machado. El segundo premio, dotado con 5.000 euros, ha sido para Daniel Rodríguez Moya por su poesía La bestia



Vicente Molina Foix por su parte ha logrado el primer premio en la categoría de cuento, con su obra La ciudad dormitorio. Nació en Elche y estudió Filosofía en Madrid e Historia del Arte en Londres. Autor dramático, poeta y director de cine (Sagitario, 2001 y El dios de madera, 2010), ha publicado, entre otras novelas, Busto (Premio Barral 1973), La comunión de los atletas, Los padres viudos (Premio Azorín 1983), La Quincena Soviética (Premio Herralde 1988), La misa de Baroja, La mujer sin cabeza, El abrecartas (Premio Salambó y Premio Nacional de Literatura 2007), y los libros de ensayo El novio del cine, El cine estilográfico, Tintoretto y los escritores. Es también traductor de Shakespeare: Hamlet, El rey Lear y El mercader de Venecia. El Segundo Premio, dotado con 5.000 euros, ha sido para Marta Sanz con su cuento Sevérine y el conejo blanco.



Más de 1.400 obras



El número de autores presentados ha sido de 1.201, procedentes de 31 países, con un total de 1.441 obras (519 poesías y 922 cuentos), según datos de la fundación. El número de participantes se ha incrementado un 10% respecto a la convocatoria de 2009. Los organizadores recuerdan que Los Premios del Tren están abiertos a todos los escritores que presenten trabajos literarios de corta extensión y que incluyan de alguna forma el ferrocarril en su obra.



Las poesías y cuentos finalistas se editarán en el mes de diciembre en un libro que pasará formar parte de la Colección Premios del Tren, con el título de las dos obras ganadoras. Coincidiendo con el fallo del jurado, informa la Fundación, se ha renovado la página web de los galardones: www.premiosdeltren.es.



Han formado parte del Jurado de esta edición: José Manuel Caballero Bonald (escritor); Luis García Montero y Jesús García Sánchez (Comité de Lectura); Manuel Núñez Encabo (Director de la Fundación Española Antonio Machado); Jorge Galán y Luisgé Martín (Ganadores Premios del Tren 2009), Juan Miguel Sánchez (Vocal del Patronato de la Fundación de los Ferrocarriles Españoles) y Juan Altares (Director de Actividades Culturales de la Fundación de los Ferrocarriles Españoles) que actuó como Secretario.

Siempren ganan conocidos, siempre el jurado son los mismos, es decir que si yo presento una obra jamás tendré la oportunidad de ganar un premio.

EL MAL



 El mal. Cyrulnik, Grossman, Semprún, Levi, Tillion, Némirovsky, Veil… Tanta gente que ha conocido y el mal en primera persona. Estoy seguro de que el Bien no existe. Se han cometido los mayores crímenes en su nombre. Debemos huir del Bien, o de hacer el Bien, porque probablemente hagamos entonces el peor de los Males.



¿De dónde surge el Mal? ¿De lo más oscuro de nuestros corazones? ¿Del corazón de nuestras tinieblas? ¿Del instinto de muerte? ¿Del ánimo de crueldad, manipulación y cosificación de los otros que nos surge natural e inconscientemente, y que se puede ver mejor que en ninguna etapa de nuestra vida en la infancia? Cuidado, no estoy diciendo que esos locos bajitos de Serrat sean unos locos asesinos. No. El niño, o la niña, es la esencia del ser humano en sentido puro, todavía no domesticado por la sociedad. El estado natural, por dar la vuelta a la teoría de Rousseau. No es que nazcamos siendo malos, es que de niños todavía estamos abiertos a todo y lo abrimos todo a nuestro ser auténtico. La mayor de las inocencias con la mayor de las crueldades. Los niños son así. Se les enseña a comportarse como seres humanos, a recordar que no están solos en este mundo, que no son pequeños tiranos, sino uno más (no un pequeño tirano más, sino un ser humano más; aunque tal vez…). Así, los nazis serían, como dijo Camus, unos niños hechos hombres que caminaban al suicidio desde el primer día, buscando sentido en la destrucción y la sumisión, tentaciones infantiles. Otro punto de vista: el Mal es un artificio político, social, cultural, filosófico, largamente elaborado, desviado de nuestra Naturaleza, buena, generosa y humanitaria por naturaleza, valga la redundancia. Es una opción deliberada, enmarcada en un proyecto global sin piedad y sin humanidad, supeditado al interés supremo y racional del poder sobrehumano.



Sea como sea, el Mal está entre nosotros. El Mal existe, es muy humano. Mario Vargas Llosa lo estudia en El sueño del celta, que he terminado antes de ponerme a escribir este post. Nos lleva, inevitablemente, a Joseph Conrad. Vargas Llosa pone en boca de uno de los protagonistas la idea de que El corazón de las tinieblas es una parábola que pretende demostrar que el continente negro sacaba lo peor del ser humano, mientras que en realidad mucha gente vivió en esa época en esos lugares sin convertirse en monstruos. Aunque las mejores líneas de la novela, demasiado estilizada como crónica periodística, se encuentra, según lo veo yo así, en este párrafo1:



-La maldad la llevamos en el alma, mi amigo -decía, medio en broma, medio en serio-. No nos libraremos de ella tan fácilmente. En los países europeos y en el mío está más disimulada, sólo se manifiesta a plena luz cuando hay una guerra, una revolución, un motín. Necesita pretextos para hacerse pública y colectiva. En la Amazonía, en cambio, puede mostrarse a cara descubierta y perpetrar las peores monstruosidades sin las justificaciones del patriotismo o la religión. Sólo la codicia pura y dura. La maldad que nos emponzoña está en todas partes donde hay seres humanos, con las raíces bien hundidas en nuestros corazones.



La codicia y el patriotismo-nacionalismo afloran en las páginas de El sueño del celta constantemente, identificando una y otra, asociándolas. El Mal siempre presente, o acechando. Esta mañana escuchaba a Vargas Llosa, entrevistado por Francino en Hoy por hoy, respondido a la pregunta de si él es un “optimista antropológico” (famosa y feliz invención retórica de Zapatero hace unos años), o un pesimista bien informado. (La segunda opción no la transcribo, porque no estoy seguro de que fueran exactamente esas palabras, “pesimista bien informado”, las empleadas por Francino). Vargas Llosa se desvía en la respuesta y afirma que las cosas han mejorado desde que él nació. Cierto. Pero el Mal sigue existiendo.



Otras dos obras escritas salidas estos días, una en España (Después del Reich, Giles MacDonogh, Galaxia Gutenberg) y otra en Francia (Einsatzgruppen, Michäel Prazan, Seuil), nos retrotraen a la Segunda Guerra Mundial. Es inevitable. El horror de aquellos años quedará grabado en nuestra memoria. Después del Reich cuenta los crímenes que las tropas aliadas y soviéticas cometieron contra la población civil alemana y los prisioneros de guerra militares. Michäel Prazan se detiene, con todo detalle, en los horrores que cometieron los grupos especiales nazis en el espacio vital germano, el Este de Europa, repetido años después durante el avance del vengativo Ejército Rojo por Polonia camino de Berlín. El Mal que gente sofisticada, como los intelectuales de los Einsatzgruppen, y menos sofisticada, como los rubicundos y achispados rusos, cometieron en forma de asesinato de niños, violaciones masivas, destrucciones de aldeas, incendios, saqueos, exacciones y un largo y horrendo etcétera. El Mal, ¿inexplicable?, cometido en nombre de ideales del Bien, teñidos de nacionalismo; alemán o ruso, porque en su famoso discurso del 7 de noviembre del 41 en la Plaza Roja, conmemorando el aniversario de la Revolución de Octubre, Stalin, que en los 20 años precedentes se había encargado de fulminar a media patria como Ser Supremo se rebajó a un simple “hermanos, camaradas”, “sigamos la heroica lista” de coroneles, tenientes y soldados de raso que lucharon por la Madre Patria Rusia bajo las órdenes de los zares, y entre ellos cita a Kutuzov, el hombre paciente que esperó a que Napoleón se retirara por miedo de Moscú. La apelación a la gloria nacional, a responder al golpe del vecino enemigo, que tan bien sirvió en el loco mes de agosto de 1914, cuando los obreros y los burgueses, confundidos, se lanzaron a las carnicerías de las trincheras de Flandes, es una explicación cómoda del Mal. Nacionalismo es igual al Mal. Vargas Llosa se detiene en ese punto, y en la codicia, de carácter más económico que el político del nacionalismo.



Pero, ¿es eso todo? ¿Codicia y nacionalismo, algunas veces el nacionalismo como coartada de la codicia del sistema, otras la locura nacionalista perjudicando los intereses geoestratégicos de la codicia? Creo que hay algo más profundo, más humano, que nos devuelve al niño encolerizado, al instinto de muerte, que todo lo sobrepasa, porque las barreras de la civilización y la socialización no han sido aún enseñadas a los niños o los adultos las han saltado alegre, deliberada o inconscientemente. Un Mal tan oscuro como la tiniebla, a la pesadilla de nuestros sueños más ocultos, a las perversiones más tenebrosas del sadismo gratuito -gratuito porque no cuesta nada, salvo nuestra humanidad, y porque no sirve para nada, es afuncional- y de la manipulación, manufactura e intercambio del otro como si fuera un juguete.



De El corazón de las tinieblas siempre me quedará grabada una escena -escena, digo, casi cinematográfica, porque todas las grandes obras nos arrastran al escenario del diálogo o de la descripción, mientras leemos construimos el ambiente en que se desarrolla la narración, a partir de nuestros sentimientos, impresiones y sensaciones, más que en los recorridos historiográficos y ensayísticos, en los que partimos de una documentación verídica que limita más nuestro espacio de invención e identificación con el suceso establecido; por eso el poder de la ficción que tantos evocan, como Semprún, por ejemplo-, en la que el personaje escucha, escondido, la conspiración de unos malvados a la orilla del río del Congo. De algún ensayo sobre las barbaridades nazis, me quedaré siempre con la imagen de unos soldados -o paramilitares- alemanes que arrebatan de los brazos de su madre a un pequeño o una pequeña, en medio de un campo de altas hierbas de algún lugar de Bielorrusia o Ucrania, al que le revientan el cráneo contra un poste eléctrico. El poder de las imágenes, símbolos del Mal, que nos hacen retroceder por horror, que nos introducen en una pesadilla casi irreal, que nos trastornan al punto de impedir que recordemos el género de la víctima -niño o niña- y el lugar -Bielorrusia, Ucrania-, incluso la obra en que hemos leído semejante atrocidad, ese poder que caía sobre las víctimas de los nazis, o de los colonizadores-esbirros de las compañías europeas del caucho, en la novela de Vargas Llosa, como una plaga infernal, que atonta y paraliza, tenebrosa y maligna. En algún punto de esa fuerza oscura reside la naturaleza auténtica del Mal humano.







1 Mario Vargas Llosa, El sueño del celta, Alfaguara, p. 298.

Sacado del Blog de Gaspard

.Las españolas y el maquillaje

Yves Rocher presenta 'Yves Rocher Mujer y Belleza', una exhaustiva radiografía de los hábitos y actitudes de la mujer española ante el maquillaje, y revela cómo los principales objetivos de la mujer al maquillarse son gustarse a sí misma, estar elegante y tener un aspecto saludable.




La edad de las mujeres, según desvela el estudio elaborado por la firma francesa, determina claramente su actitud ante el maquillaje. Las más jóvenes buscan la elegancia y disimular los defectos principalmente, mientras que, conforme avanza la edad, va ganando relevancia la búsqueda del aspecto saludable y juvenil.



La española considera en cualquier caso el maquillaje como un hábito diario de higiene, de manera que la mayoría no concibe salir de casa sin maquillarse. En este sentido, cerca del 60% de las mujeres se maquillan como mínimo una vez al día, porcentaje que disminuye al 52% conforme avanza la edad. Un 17% de las mujeres se maquilla aunque no tenga intención de salir de casa.



La búsqueda de la sencillez y naturalidad en el día a día es común a todas las mujeres, con un 72% que se manifiesta en este sentido. El tipo de maquillaje se sofistica en las ocasiones especiales, sobre todo entre las menores de 35 años, con un 29% de las encuestadas que se decanta por un maquillaje muy moderno y sofisticado.



Estado de ánimo y maquillaje están estrechamente relacionados en el universo femenino. Así, la mitad de las mujeres encuestadas (51%) afirma que presta menor atención a su cuidado personal cuando se sienten desanimadas, y 6 de cada 10 reconocen que verse bien maquillada tiene una influencia positiva sobre su estado de ánimo.



El contexto social parece influir poco en los hábitos de maquillaje: la gran mayoría de las mujeres -8 de cada 10- declaran que se maquilla de manera similar cuando salen sólo con su pareja que con sus amigos, así como cuando van de compras solas o acompañadas. De hecho, la mayoría de las encuestadas declaran maquillarse siempre igual, independientemente de tener pareja estable.



Los productos imprescindibles son la barra de labios y el lápiz de ojos, a los que siguen el brillo de labios, la máscara de pestañas y el colorete. Así, un 48% de las mujeres utiliza al menos una vez al día la barra de labios y un 45% el lápiz de ojos.



Los hábitos de maquillaje difieren sustancialmente entre mujeres jóvenes y adultas. Según pone de manifiesto el estudio, conforme avanza la edad se va abandonando el lápiz de ojos, la máscara y el rizador de pestañas y cobra importancia la barra de labios. Las jóvenes españolas, por su parte, muestran gran fidelidad al fondo de maquillaje, los polvos bronceadores y el eye liner. La barra de labios se convierte así en el producto estrella para mayores de 35 años, mientras que el lápiz de ojos lo es para menores de 25.



Para las barras de labios el color rosa, que tiene gran aceptación entre las más jóvenes, es el color favorito entre un mayor porcentaje de mujeres, con un 31% de encuestadas que se decantan por este color. Le siguen el marrón con un 24%, que tiene su público más fiel entre las mujeres de entre 25 y 44 años, y el rojo con un 11%, elegido tanto por las más jóvenes como para las mayores.



Un 97% de las mujeres se maquilla en su domicilio y 6 de cada 10 lo hacen a primera hora de la mañana. Sólo el 17% se retoca a lo largo del día y lo más frecuente es el repaso de los labios seguido de los ojos. La barra de labios y el lápiz de labios son también aquí los protagonistas.



La inclinación masculina hacia los maquillajes sencillos y naturales es más acusada de lo que creen las mujeres. Así, un 47% de los hombres se decanta por un maquillaje muy natural y sencillo, y sólo un 11% lo hace por un maquillaje moderno y sofisticado.



Los labios, frente a lo que piensa la mayoría de las encuestadas, no es la primera ni segunda parte del rostro en que primero se fijan los hombres, sino la cuarta con el 9%. La mayoría de los hombres, un 53%, se fijan primero en los ojos. El 23% lo hace en la forma de la cara en general y el 13% en el pelo.



Los productos preferidos por los hombres coinciden con los más utilizados por la mujer española. Las sombras y el lápiz de ojos son, según el 33% de los encuestados, el producto de maquillaje que más favorece. Le sigue la barra de labios, con un 30%, y la máscara de pestañas, con un 25%.



La investigación, realizada por Alter Análisis y The Room para Yves Rocher España, se ha planteado mediante un enfoque mixto que integra información obtenida mediante técnicas cualitativas y cuantitativas. Para ella se han realizado entrevistas a 700 mujeres y 100 hombres con edades comprendidas de 16 a 65 años, entre el 23 de julio y el 6 de agosto de este año.



Yves Rocher ha aprovechado además la presentación del estudio para señalar la apuesta de la firma por destacar la belleza de todas las mujeres, sin excepción. Para ello puso en marcha hace unos meses 'Todas somos estrellas', una iniciativa mediante la que ha escogido a diez clientas para convertirlas en sus modelos, reflejo de la voluntad de la firma por dar el máximo protagonismo a las mujeres españolas.

Algo Inaudito.¿Se puede ir contra la Naturaleza?

Dice aparentar 25 años y tener 65si si,  si 65 con formúlas hechas por ella, Readilidad o Ficción? Miedo me da a mi.
Yo a los 12 años empecé mi dieta y hasta hoy. Me propuse que mis caderas no fueran nunca más anchas que las que tenía en ese momento. Seguía una estricta disciplina todos los días, dormía siempre con una faja de ballenas que me compró mi madre que oprimía las caderas para detener el ensanchamiento, ademas hay que evitar la postura fetal al dormir (cuanto mas estirada mejor), el cochón tambien lo mas duro posible, al levantarme hacía estiramientos y una tabla de ejercicios durante hora y media antes de ir al colegio. Mi desayuno era un zumo de zanahoria y tres almendras. La comida del colegio la tenia prohibida, asi estaban todas mis compañeras de gordas y llenas de granos. Nunca he probado el pan y mucho menos la leche que es lo que comen las vacas, os aconsejo evitar siempre este alimento que es casi un veneno.