ANOCHECER FRENTE AL MAR
Está anocheciendo. El cielo empieza a oscurecerse, y a cuajarse de estrellas, y al fondo se empieza a vislumbrar algo que empieza a tomar forma.
La Luna.
Esa Luna que embruja a quién la mira con ojos melancólicos y envolventes.
Desde mi sofá, escribiendo estas letras me hago una bonita composición mental.
Tengo esa foto archivada en mi retina y además me teletransporto al mar, a la playa.
Sentada en la arena, mirando abstraída el horizonte, escuchando frente a mí el precioso sonido del mar al anochecer, sus olas rompiendo en la playa, la brisa marina, el olor a sal, la luna reflejándose en la inmensidad del mar........... Preciosa estampa.
¿Qué tendrán esos anocheceres frente al mar que te embrujan cuerpo y mente?
Seguramente son los causantes del fín de las peleas de muchas parejas que acampan en la arena y quedan hechizados por ese embrujo, que tiene el poder de borrar de nuestra mente los pequeños problemas , preocupaciones y enfados.
Quedan prendados por su magia.
Es un entorno perfecto para hallar la paz y la serenidad que a veces se nos escapa en nuestra rutina diaria.
Entorno perfecto para meditar y valorar que a veces con estas pequeñas cosas, te puedes llenar de positividad y cargar pilas para seguir adelante.
¿Dónde se origina la fantasía? ¿En el corazón o en el cerebro?
¿O quizás está en los anocheceres frente al mar?
4 ago 2009
La noche de los tiempos
La noche de los tiempos
Utilizo el hermoso título que Antonio Muñoz Molina le pone a su última y próxima novela para calificar la sensación que producen en mí los detalles que rodean el auto que elimina al presidente valenciano Camps del banquillo. Decide un juez que es más que amigo suyo, el que más sabe del auto se opone al mismo, pero aún así el auto sale adelante; se sabe que una jerarquía del partido al que pertenece Camps ha influido en la decisión, como en la noche de los tiempos. En la noche de los tiempos esto se llamaba caciquismo. Sí, tiene razón el presidente del partido al que pertenece el presidente valenciano: ganan los vendedores de tila, porque para aguantar esta desvergüenza hay que tomar mucha tila. Pero yo en este momento estoy bebiendo té; es mi primer día en la playa, anoche tuve insomnio, pero seguro que hoy dormiré mejor. Se está dominando ya el incendio de La Palma. Ayer vi imágenes tremendas del suceso; mi primera lectura de periódico, cuando no era aún sino un chiquillo, fue de un suceso en La Palma. Mi madre tenía en casa un recorte de periódico de una barranquera terrible que hubo allí en 1956, tenía yo ocho años, y ella cada día me leía un poco de esa página. Ahora este nuevo suceso, tan tremendo, me ha traído inevitablemente aquel recuerdo dramático y cálido en el que aparece mi madre leyéndome. Lo que más me perturbó de aquella lectura, o de aquella visión, fue la imagen de un hombre muerto. Nunca he querido ver un cadáver directamente; siempre me he preguntado si eso ocurre por la impresión que me produjo aquella visión. En fin. Recuperé la Y griega; mi amigo Miguel García Morales, a quien los amigos llamamos Orson por su destreza cinematográfica (lo bautizó el pintor Pedro González), averiguó dónde podía arreglar el ordenador, y un chico muy amable restituyó esa letra copulativa que ayer fue descrita con mucha precisión por Marisol, me parece. Por cierto, un amable comunicante entró para decir que no fuera tan pedante. Repasé mi escrito anterior y la verdad es que no encontré mucha pedantería. Alguna habría, pero la pedantería es como las caras: a lo mejor tú te ves feo y otro te ve guapo, y allí donde tú ves sencillez el otro ve pedantería. Así que sí sería bueno que cuando uno describe (o califica) describa o califique con detalles, sobre todo para ir aprendiendo.
Utilizo el hermoso título que Antonio Muñoz Molina le pone a su última y próxima novela para calificar la sensación que producen en mí los detalles que rodean el auto que elimina al presidente valenciano Camps del banquillo. Decide un juez que es más que amigo suyo, el que más sabe del auto se opone al mismo, pero aún así el auto sale adelante; se sabe que una jerarquía del partido al que pertenece Camps ha influido en la decisión, como en la noche de los tiempos. En la noche de los tiempos esto se llamaba caciquismo. Sí, tiene razón el presidente del partido al que pertenece el presidente valenciano: ganan los vendedores de tila, porque para aguantar esta desvergüenza hay que tomar mucha tila. Pero yo en este momento estoy bebiendo té; es mi primer día en la playa, anoche tuve insomnio, pero seguro que hoy dormiré mejor. Se está dominando ya el incendio de La Palma. Ayer vi imágenes tremendas del suceso; mi primera lectura de periódico, cuando no era aún sino un chiquillo, fue de un suceso en La Palma. Mi madre tenía en casa un recorte de periódico de una barranquera terrible que hubo allí en 1956, tenía yo ocho años, y ella cada día me leía un poco de esa página. Ahora este nuevo suceso, tan tremendo, me ha traído inevitablemente aquel recuerdo dramático y cálido en el que aparece mi madre leyéndome. Lo que más me perturbó de aquella lectura, o de aquella visión, fue la imagen de un hombre muerto. Nunca he querido ver un cadáver directamente; siempre me he preguntado si eso ocurre por la impresión que me produjo aquella visión. En fin. Recuperé la Y griega; mi amigo Miguel García Morales, a quien los amigos llamamos Orson por su destreza cinematográfica (lo bautizó el pintor Pedro González), averiguó dónde podía arreglar el ordenador, y un chico muy amable restituyó esa letra copulativa que ayer fue descrita con mucha precisión por Marisol, me parece. Por cierto, un amable comunicante entró para decir que no fuera tan pedante. Repasé mi escrito anterior y la verdad es que no encontré mucha pedantería. Alguna habría, pero la pedantería es como las caras: a lo mejor tú te ves feo y otro te ve guapo, y allí donde tú ves sencillez el otro ve pedantería. Así que sí sería bueno que cuando uno describe (o califica) describa o califique con detalles, sobre todo para ir aprendiendo.
ISLAS DE CINE. ISLAS CON HISTORIA, ISLAS MARAVILLOSAS
La isla de Zorba el Griego
Entre las islas, Eduardo Almansa escoge Creta como el mejor destino para amantes de la arqueología, ya que en Knossos se encuentran las ruinas de uno de los palacios más importantes, construido en el año 2000 a. C. Después, aconseja pasear y disfrutar del clima mediterráneo en Agia Pelagia, pueblo "donde los cretenses veranean e ideal para relajarse y disfrutar de increíbles vistas". Este lector retoma la vertiente cultural aconsejando una visita a "Myrtia, un pueblo del interior, donde se halla el museo de Nikos Kazanzakys (el de Zorba el Griego)", uno de los escritores y filósofos griegos más importantes del siglo XX.
Aquí se conocieron los padres de Alejandro Magno
Carlota Marañón recomienda viajar a Samothraki, "una de las islas más verdes de Grecia, con una montaña de más de 1700 metros, aguas termales y cataratas. El lugar en el que se celebraban los Misterios Cabeirios en la antigüedad, donde se conocieron los padres de Alejandro Magno, y de donde procede la famosa Victoria de Samotracia, la estatua alada que se encuentra en el Louvre de París". Esta isla se conoce también por ser el primer lugar de Europa que pisó San Pablo en su peregrinación. Asimismo, cuenta Carlota, esta isla "conserva los restos arqueológicos del Templo de los Dioses y algunas fortificaciones venecianas del siglo XIII".
Pero no todo es historia. La isla esconde en un pequeño pueblo, Therma , un reducto perfecto para la diversión nocturna, con bares como el Saoki donde "además de refrescarte con unos mojitos, podrás disfrutar de los conciertos que organizan". Aunque lo que más destaca es la posibilidad de observar a los delfines que nadan en sus aguas. Para llegar a la isla, indica Carlota, "es necesario coger un barco desde Alexandroupoli o desde Kabala. También salen desde Lavrio (cerca de Atenas) una vez por semana".
En burro, a pie o en bicicleta
Por su parte, Almudena Cruz aconseja ir a Hydra, un lugar "lleno de encanto y poco explotado por el turismo en cuyos acantilados se puede admirar un vertiginoso paisaje". Esta lectora advierte que en la isla sólo es posible moverse en burro, bicicleta o a pie, ya que se prohíbe la circulación de vehículos.
Para disfrutar más días de sol y playa, Gabriel Manzaneda propone pasar a Mykonos, donde "el olor a tomillo y sal de mar invitan a pasear por sus pequeñas iglesias y a bañarse en sus aguas azul turquesa". También sugiere una jornada de compras con una cena y copas en la capital, Chora, "a la cual puedes ir alquilando una moto".
Playas negras, casas blancas
Bellas playas y animada vida nocturna aguardan en Santorini, donde Andreas Karenav recomienda una de las mejores playas de este archipiélago, Kamari: "aunque su arena negra puede resultar incómoda en principio, hay tumbonas a las que los bares de alrededor te llevan lo que pidas". Además, añade, es una de "las más seguras y limpias de la isla". Cristina Rozas se queda con "las puestas de sol más bellas en la zona de Oia, donde hay varios restaurantes para cenar en los que degustar la gastronomía griega".
Micro y Megaro Seitani, en Samos, son dos calas de difícil acceso muy bien conservadas que Andrés Álvarez recomienda por ser "dos de los lugares más sorprendentes del Egeo, con un entorno natural inigualable".
Para tocar el cielo
De regreso al continente, una incursión algo más espiritual y de "altura" aguarda en Metheora, situado en la llanura de Tessalia, en el norte de Grecia. Plagada de monasterios construidos en esbeltas masas rocosas, "alcanzando incluso los 600 metros de altura", comenta Nathalie Rompillón, "y declarada Patrimonio de la Humanidad, es un lugar único que impresiona al ver la distribución de las iglesias en las que aún habitan los monjes".
Aqui si, si me pierdo busquenme por aquí.
Entre las islas, Eduardo Almansa escoge Creta como el mejor destino para amantes de la arqueología, ya que en Knossos se encuentran las ruinas de uno de los palacios más importantes, construido en el año 2000 a. C. Después, aconseja pasear y disfrutar del clima mediterráneo en Agia Pelagia, pueblo "donde los cretenses veranean e ideal para relajarse y disfrutar de increíbles vistas". Este lector retoma la vertiente cultural aconsejando una visita a "Myrtia, un pueblo del interior, donde se halla el museo de Nikos Kazanzakys (el de Zorba el Griego)", uno de los escritores y filósofos griegos más importantes del siglo XX.
Aquí se conocieron los padres de Alejandro Magno
Carlota Marañón recomienda viajar a Samothraki, "una de las islas más verdes de Grecia, con una montaña de más de 1700 metros, aguas termales y cataratas. El lugar en el que se celebraban los Misterios Cabeirios en la antigüedad, donde se conocieron los padres de Alejandro Magno, y de donde procede la famosa Victoria de Samotracia, la estatua alada que se encuentra en el Louvre de París". Esta isla se conoce también por ser el primer lugar de Europa que pisó San Pablo en su peregrinación. Asimismo, cuenta Carlota, esta isla "conserva los restos arqueológicos del Templo de los Dioses y algunas fortificaciones venecianas del siglo XIII".
Pero no todo es historia. La isla esconde en un pequeño pueblo, Therma , un reducto perfecto para la diversión nocturna, con bares como el Saoki donde "además de refrescarte con unos mojitos, podrás disfrutar de los conciertos que organizan". Aunque lo que más destaca es la posibilidad de observar a los delfines que nadan en sus aguas. Para llegar a la isla, indica Carlota, "es necesario coger un barco desde Alexandroupoli o desde Kabala. También salen desde Lavrio (cerca de Atenas) una vez por semana".
En burro, a pie o en bicicleta
Por su parte, Almudena Cruz aconseja ir a Hydra, un lugar "lleno de encanto y poco explotado por el turismo en cuyos acantilados se puede admirar un vertiginoso paisaje". Esta lectora advierte que en la isla sólo es posible moverse en burro, bicicleta o a pie, ya que se prohíbe la circulación de vehículos.
Para disfrutar más días de sol y playa, Gabriel Manzaneda propone pasar a Mykonos, donde "el olor a tomillo y sal de mar invitan a pasear por sus pequeñas iglesias y a bañarse en sus aguas azul turquesa". También sugiere una jornada de compras con una cena y copas en la capital, Chora, "a la cual puedes ir alquilando una moto".
Playas negras, casas blancas
Bellas playas y animada vida nocturna aguardan en Santorini, donde Andreas Karenav recomienda una de las mejores playas de este archipiélago, Kamari: "aunque su arena negra puede resultar incómoda en principio, hay tumbonas a las que los bares de alrededor te llevan lo que pidas". Además, añade, es una de "las más seguras y limpias de la isla". Cristina Rozas se queda con "las puestas de sol más bellas en la zona de Oia, donde hay varios restaurantes para cenar en los que degustar la gastronomía griega".
Micro y Megaro Seitani, en Samos, son dos calas de difícil acceso muy bien conservadas que Andrés Álvarez recomienda por ser "dos de los lugares más sorprendentes del Egeo, con un entorno natural inigualable".
Para tocar el cielo
De regreso al continente, una incursión algo más espiritual y de "altura" aguarda en Metheora, situado en la llanura de Tessalia, en el norte de Grecia. Plagada de monasterios construidos en esbeltas masas rocosas, "alcanzando incluso los 600 metros de altura", comenta Nathalie Rompillón, "y declarada Patrimonio de la Humanidad, es un lugar único que impresiona al ver la distribución de las iglesias en las que aún habitan los monjes".
Aqui si, si me pierdo busquenme por aquí.
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