ANOCHECER FRENTE AL MAR
Está anocheciendo. El cielo empieza a oscurecerse, y a cuajarse de estrellas, y al fondo se empieza a vislumbrar algo que empieza a tomar forma.
La Luna.
Esa Luna que embruja a quién la mira con ojos melancólicos y envolventes.
Desde mi sofá, escribiendo estas letras me hago una bonita composición mental.
Tengo esa foto archivada en mi retina y además me teletransporto al mar, a la playa.
Sentada en la arena, mirando abstraída el horizonte, escuchando frente a mí el precioso sonido del mar al anochecer, sus olas rompiendo en la playa, la brisa marina, el olor a sal, la luna reflejándose en la inmensidad del mar........... Preciosa estampa.
¿Qué tendrán esos anocheceres frente al mar que te embrujan cuerpo y mente?
Seguramente son los causantes del fín de las peleas de muchas parejas que acampan en la arena y quedan hechizados por ese embrujo, que tiene el poder de borrar de nuestra mente los pequeños problemas , preocupaciones y enfados.
Quedan prendados por su magia.
Es un entorno perfecto para hallar la paz y la serenidad que a veces se nos escapa en nuestra rutina diaria.
Entorno perfecto para meditar y valorar que a veces con estas pequeñas cosas, te puedes llenar de positividad y cargar pilas para seguir adelante.
¿Dónde se origina la fantasía? ¿En el corazón o en el cerebro?
¿O quizás está en los anocheceres frente al mar?
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