La isla de Zorba el Griego
Entre las islas, Eduardo Almansa escoge Creta como el mejor destino para amantes de la arqueología, ya que en Knossos se encuentran las ruinas de uno de los palacios más importantes, construido en el año 2000 a. C. Después, aconseja pasear y disfrutar del clima mediterráneo en Agia Pelagia, pueblo "donde los cretenses veranean e ideal para relajarse y disfrutar de increíbles vistas". Este lector retoma la vertiente cultural aconsejando una visita a "Myrtia, un pueblo del interior, donde se halla el museo de Nikos Kazanzakys (el de Zorba el Griego)", uno de los escritores y filósofos griegos más importantes del siglo XX.
Aquí se conocieron los padres de Alejandro Magno
Carlota Marañón recomienda viajar a Samothraki, "una de las islas más verdes de Grecia, con una montaña de más de 1700 metros, aguas termales y cataratas. El lugar en el que se celebraban los Misterios Cabeirios en la antigüedad, donde se conocieron los padres de Alejandro Magno, y de donde procede la famosa Victoria de Samotracia, la estatua alada que se encuentra en el Louvre de París". Esta isla se conoce también por ser el primer lugar de Europa que pisó San Pablo en su peregrinación. Asimismo, cuenta Carlota, esta isla "conserva los restos arqueológicos del Templo de los Dioses y algunas fortificaciones venecianas del siglo XIII".
Pero no todo es historia. La isla esconde en un pequeño pueblo, Therma , un reducto perfecto para la diversión nocturna, con bares como el Saoki donde "además de refrescarte con unos mojitos, podrás disfrutar de los conciertos que organizan". Aunque lo que más destaca es la posibilidad de observar a los delfines que nadan en sus aguas. Para llegar a la isla, indica Carlota, "es necesario coger un barco desde Alexandroupoli o desde Kabala. También salen desde Lavrio (cerca de Atenas) una vez por semana".
En burro, a pie o en bicicleta
Por su parte, Almudena Cruz aconseja ir a Hydra, un lugar "lleno de encanto y poco explotado por el turismo en cuyos acantilados se puede admirar un vertiginoso paisaje". Esta lectora advierte que en la isla sólo es posible moverse en burro, bicicleta o a pie, ya que se prohíbe la circulación de vehículos.
Para disfrutar más días de sol y playa, Gabriel Manzaneda propone pasar a Mykonos, donde "el olor a tomillo y sal de mar invitan a pasear por sus pequeñas iglesias y a bañarse en sus aguas azul turquesa". También sugiere una jornada de compras con una cena y copas en la capital, Chora, "a la cual puedes ir alquilando una moto".
Playas negras, casas blancas
Bellas playas y animada vida nocturna aguardan en Santorini, donde Andreas Karenav recomienda una de las mejores playas de este archipiélago, Kamari: "aunque su arena negra puede resultar incómoda en principio, hay tumbonas a las que los bares de alrededor te llevan lo que pidas". Además, añade, es una de "las más seguras y limpias de la isla". Cristina Rozas se queda con "las puestas de sol más bellas en la zona de Oia, donde hay varios restaurantes para cenar en los que degustar la gastronomía griega".
Micro y Megaro Seitani, en Samos, son dos calas de difícil acceso muy bien conservadas que Andrés Álvarez recomienda por ser "dos de los lugares más sorprendentes del Egeo, con un entorno natural inigualable".
Para tocar el cielo
De regreso al continente, una incursión algo más espiritual y de "altura" aguarda en Metheora, situado en la llanura de Tessalia, en el norte de Grecia. Plagada de monasterios construidos en esbeltas masas rocosas, "alcanzando incluso los 600 metros de altura", comenta Nathalie Rompillón, "y declarada Patrimonio de la Humanidad, es un lugar único que impresiona al ver la distribución de las iglesias en las que aún habitan los monjes".
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