Siempre entre las nubes hay esos huequitos de Sol que te dan valor.
Un Blues
Del material conque están hechos los sueños
17 ene 2020
Brad Pitt: “La vida puede ser jodidamente complicada”
Michael Muller
Su papel en
la última película de Tarantino
lo proyecta en las quinielas para el Oscar.
Es el enésimo renacimiento de un actor con media vida en el cine que vuelve a reinventarse a los 55 años.
Ahora estrena
Ad Astra
, un título futurista que compagina con la faceta de productor.
Tras superar escándalos y adicciones, pasar un día con él es lo más parecido a estar con un tipo encantado de hacer lo que le da la gana.
Hubo un tiempo en que
Brad Pitt
era un pollo. Literalmente.
Nada que ver con el cine: más bien, la vida real de un joven recién desembarcado en Los Ángeles (California, EE UU). Llegaba a la agencia, miraba la pizarra y escogía uno de los extraños trabajos que se ofertaban esa semana.
“Hice de chófer, de estríper; entregué neveras portables a estudiantes de la universidad…”, relata
el actor
.
Y también se convirtió en el hombre imagen de El Pollo Loco, un establecimiento de comida en
el Sunset Boulevard
.
Su labor era sencilla, aunque quizá no muy gratificante: se introducía en un disfraz plumado, se colocaba en la acera y empezaba a bailar.
A saber cuántos transeúntes huyeron de aquel pájaro. Bromas y revanchas del destino: hoy día, muchos firmarían un cheque por pasar 30 segundos en compañía del mismo tipo.
“Ya. Fui el pringado dentro de ese disfraz.
Pero me permitía pagarme las clases de actuación”. Pitt se ríe ahora de aquello en un encuentro durante el pasado
festival de cine de Venecia
.
De alguna manera, aquellos trabajos a lo Bukowski fueron precisamente el primer paso de su camino triunfal.
Hay muchas estrellas en
la galaxia de Hollywood
, pero pocas brillan con su intensidad.
Y desde hace tanto. Actor, productor, filántropo, activista; sabe pilotar avionetas, toca la guitarra y ha sido elegido hasta dos veces por la revista
People
como el hombre más sexi del año
.
Ahora que tiene 55 años, su atractivo no cesa, sino que parece multiplicarse.
Y su carrera ha vuelto por enésima vez a subirse a la cresta de la ola.
Primero, ha encarnado al doble de riesgo Cliff Booth en
el último filme de Quentin Tarantino,
Érase una vez… en Hollywood
. “Su plató es el paraíso, él es Dios y a los herejes no está permitido el ingreso”, resume sobre la experiencia.
Y ahora llega a las salas españolas
Ad Astra
, de James Gray, un viaje al espacio y a la soledad de un hombre, donde el personaje de Pitt (Roy McBride) ocupa casi cada plano.
“Puede que sea mi película más potente. Me obligaba a ser dolorosamente honesto en mi actuación”.
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