Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

1 may 2019

Así sonaba Goya........................................ L. C. Liébana


Aitor Hevia (violín), Cibrán Sierra (violín), Josep Puchades (viola) y Helena Poggio (violonchelo) presentarán 'Heritage' el próximo 2 de mayo. En vídeo, el Quarteto Quiroga interpreta una pieza inédita de Boccherini.
Luigi Boccherini (1974–1805) "honró a Italia fuera de Italia", reza la inscripción del panteón de Hijos ilustres de Lucca, en la Toscana. 
Por contra, en España la leyenda palidece. 
A pesar de ser uno de los compositores más prolíficos de su tiempo, la obra del toscano es conocida de manera anecdótica y por una pequeña pieza, el famoso minueto del Quinteto Op 11 nº 5, que el cine inmortalizaría en El Quinteto de la muerte, aquella comedia de 1955 protagonizada por un Alec Guinness con ojeras delictivas y de perfil de Nosferatu. 
Sin embargo, la influencia del compositor italiano fue vital para el resto de músicos asociados a Madrid a partir del último tercio de siglo XVIII, donde ejerció de violonchelista para la corte española en tiempos en que Goya era pintor de cámara.
 Al rescate de esta y otras figuras esenciales para el patrimonio musical, el Cuarteto Quiroga lanza su último disco Heritage (Cobra Records) el próximo 2 de mayo. 
Un trabajo que recoge de manera inédita —ya que jamás se había sometido a grabación—, el Cuarteto de cuerda en Mi bemol Mayor, Op 24, nº3, G.191 de Boccherini, así como el Cuarteto en Si bemol Mayor L.185 de su contemporáneo Gaetano Brunetti.

Durante los casi treinta años en los que vivió en España, Boccherini compuso innumerables obras de cámara para el infante don Luis de Borbón —mecenas de Luis Paret, Corrado Giaquinto, Rafael Mengs o José Madrazo, además de Goya—, entre las que se encuentran numerosos cuartetos y dos quintetos de cuerda que hacia el final de su vida arreglaría para guitarra: Fandango y La Ritirata de Madrid.
 No obstante, en la actualidad no suele ser habitual que la musicología tradicional mencione la capital como una de las más activas en la consolidación del cuarteto de cuerda.
 De hecho, el imaginario cultural sitúa su nacimiento como un fenómeno centroeuropeo, asociado a su contemporáneo el compositor austriaco Haydn, y cultivado al calor de la escena musical de ciudades como Viena, el norte de Italia o las tierras bohemias.
 Pero Madrid fue punto de ebullición de la música de cámara europea.
Heritage, el sexto trabajo del cuarteto que en 2018 obtuvo un el Premio Nacional de Música, busca eso que dice su título, poner en valor el legado, la herencia, "el patrimonio", recalca Cibrán Sierra, violinista del cuarteto. "Queremos reivindicar que las instituciones culturales, sobre todo las responsables de custodias y difundir nuestro Patrimonio, deberían involucrarse más en la recuperación de la memoria musical de ese tiempo", en el que se sitúa al cuarteto de cuerda como una más de las muchas artes que florecieron alrededor de la Corte real madrileña. 
Artistas como Boccherini o Brunetti, entre muchos otros, transmitieron un extenso y creativo catálogo que, "hasta hoy en día, desafortunada e injustificadamente ha permanecido en el olvido y ha sido tratado con cierto desdén por intérpretes, programadores, críticos y musicólogos", pone en relevancia Sierra; 
"Sin Boccherini o Brunetti no existiríamos".
Portada de 'Heritage'
Portada de 'Heritage'
Para Helena Poggio, violonchelista del grupo, interpretar el primer movimiento del Cuarteto de cuerda en Mi bemol Mayor, Op 24, nº3, G.191 de Boccherini de frente al cuadro de La familia de Carlos IV en el Museo del Prado es "una experiencia extraordinaria para un músico de cámara, porque nos situamos al mismo nivel de importancia social que el que gozaban nuestros antepasados".
 "Aunque cada uno somos de un punto de España", interviene Aitor Hevia, al violín, "residimos en Madrid desde hace muchos años, y por ello hemos ideado esta antología madrileña, basada en criterios de interpretación históricos".
Para ilustrar la portada de Heritage se ha manipulado la imagen de La familia del infante don Luis de Borbón. Apunta Josep Puchades que se ha eliminado la figura de cuatro caballeros que se agolpaban en la zona derecha de la obra; en su lugar, se han colocado ellos mismos de manera simbólica, ya que "igual que sabemos que Goya se inmortalizó a sí mismo en la pintura, creemos que alguno de estos acompañantes pudo ser Boccherini".

Según explica el musicólogo de la Universidad de la Rioja Miguel Ángel Marín en la introducción al disco, 
"Goya y Boccherini [entre otros] coincidieron entre los años 1783 y 1784 al servicio del infante don Luis". 
Bajo su mecenazgo, Boccherini compondría el Cuarteto de cuerda en Mi bemol Mayor G.191 incluido en Heritage.
 Acompañan a este estreno discográfico, obras escasamente grabadas como el Cuarteto de cuerda en Sol Mayor Op 3, nº5 de Manuel Canales y el Cuarteto de cuerda en Re Menor Op 6 nº2 de Joao Pedro de Almeida.
 "Las carreras de Goya, Boccherini, Brunetti, Almeida y Canales, todos nacidos entre 1743 y 1747, se acabaron entretejiendo", sostiene Marín.
 "Eran artesanos de cámara: en la privacidad del espacio familiar, Goya retrataba a sus mecenas mientras los compositores les divertían".
 Entre ellos podría haber estado presente Boccherini, ya que, según el profesor, "el retrato era a la pintura lo que el cuarteto a la música, géneros gestados en la intimidad que dotaban de una posición exclusiva a quien los encargaba". No podemos afirmarlo a ciencia cierta, pero Cibrán Sierra suena convincente cuando completa sus palabras: 
"Es muy probable que Goya y Boccherini mantuvieran una relación artística: quizá, mientras uno pintaba, el otro interpretaba".

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