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13 nov 2018
Elena de Borbón y Jaime de Marichalar: del “cese temporal de la convivencia” a la ruptura total con Zarzuela
Cuando se
cumplen 11 años de la separación de la pareja, el distanciamiento del
que fuera duque de Lugo con la familia real es total, más aún tras
alcanzar sus hijos la mayoría de edad.
Los
duques de Lugo, la Infanta Elena y su esposo Jaime de Marichalar
durante la recepción que tuvo lugar en el Palacio Real con motivo de la
celebración del Día de la Fiesta Nacional, en 2007.EFE
A pocos pasó inadvertido el gesto frío y solo protocolario con el que
doña Sofía correspondió al saludo de Jaime de Marichalar en el palacio
de Liria durante la boda de Fernando Fitz-James Stuart con Sofía Palazuelo,
a principios del pasado mes de octubre. Fue la constatación de que el
vínculo del que un día fue duque de Lugo con el palacio de La Zarzuela
estaba totalmente roto. Cuando se cumplen este martes 11 años de lo que
se llamó "cese temporal de la convivencia", la relación con Marichalar
es inexistente, más aún cuando los dos hijos de la pareja Felipe y
Victoria han alcanzado la mayoría de edad y ya no es necesario que sus padres se comuniquen para cuestiones cotidianas, algo que en los últimos tiempos hacían incluso a través de intermediarios. De lo que inicialmente se planteó como una separación el términos
cordiales el tiempo ha dejado claro que fue una ruptura poco amistosa.
Ese día la monarquía española paso a ser más real que nunca, en el
sentido de que en aquella familia ocurría lo que en tantas otras, por
mucho que la boda se hubiese realizado en la catedral de Sevilla, con
trato de enlace de Estado y con la presencia de lo más granado de la
realeza.
Y ahí sí que su condición les facilitó el privilegio de llegar a la
sede judicial del Juzgado de Familia número 22 de Madrid a través de
dependencias que no estaban abiertas al público para evitar ser vistos
Otra peculiaridad es que el expediente de su divorcio de mutuo
acuerdo —que fue oficial el 21 de enero de 2010— se encuentra depositado
en una caja fuerte del juzgado con seguridad especial para evitar
posibles sustracciones.
La primeras fricciones tras la separación aparecieron por los
periodos de vacaciones, en los que doña Elena imponía su criterio casi
siempre por cuestiones relacionadas con las actividades de la familia
real, en las que quería que sus hijos estuvieran presentes. Luego la
relación se tensó más por el carácter rebelde de su hijo Felipe. Mientras la infanta Elena optaba por una dura disciplina con él, su padre era más permisivo. El día en que Felipe se disparó con una escopeta de caza en el pie
mientras jugaba con ella marcó un antes y un después en la relación de
la pareja. El nieto mayor de don Juan Carlos y doña Sofía sufrió el accidente, a los 13 años, mientras estaba de vacaciones con su padre en la finca familiar de Soria.
Jaime de Marichalar, el pasado mes de abril en Madrid.GTRESONLINE
Doña Sofía durante mucho tiempo ha ejercido como una figura
conciliadora entre los padres de sus nietos pero con los años se ha ido
distanciando de su yerno por su estilo de vida. Ninguno de los dos ha tenido nueva pareja al menos oficialmente. Doña
Elena continúa trabajando para la Fundación Mapfre y pasa mucho tiempo
con su padre con quien viaja y cultiva su afición por los toros. También
ha recuperado discretamente algo de presencia en actos de
representación de la Casa del Rey, tras una larga temporada relegada de
este tipo de funciones, un hecho que ocurrió en paralelo a la
desaparición de su hermana la infanta Cristina de la vida pública de la
institución tras la imputación de su esposo Iñaki Urdangarin en el caso Nóos. Desde la coronación del rey Felipe, en junio de 2014, ambas dejaron de ser Familia Real
para pasar a ser Familia del Rey, lo que implica que ninguna tiene
agenda. Elena, en este tiempo, también ha sido un apoyo para su hermana
Cristina, con la que está más unida que nunca. Marichalar, de 55 años,
trabajó durante años como asesor del director de operaciones de Credit
Suisse y presidió la Fundación Winterthur pero en 2008, cuando la
empresa cambió su nombre a Fundación AXA, fue cesado. También estuvo
sentado en el consejo del grupo Portland Valderrivas, de Esther
Koplowitz, hasta que le destituyeron para enviarle a una filial
británica de la compañía Waste Recycling Group. Formó parte del Consejo
de Administración de la Sociedad General Inmobiliaria de España, fundada
por Robert de Balkany, conocido como "El rey de los centros
comerciales" y amigo de don Juan Carlos, pero fue despedido tras el
fallecimiento del empresario. Levantaban a Marichalar de las sillas con
la misma rapidez con la que dejaba de estar protegido por la Familia
Real. Pero sigue siendo el hombre de confianza en España del gran empresario francés Bernard Arnault,
presidente del conglomerado del lujo LVMH que integra entre otras
firmas a Louis Vuitton, Kenzo, Dior, Christian Lacroix, Fendi, Donna
Karan, Marc Jacobs, así como las fragancias de Guerlain, Givenchy y
otras marcas como Moët & Chandon y Hennessy.
En el último año, Marichalar ha emprendido una nueva aventura. Ha
fundado con otros socios BCorner, una sastrería a medida con precios que
van desde los 1.800 a los tres mil euros. Y es que si en algo no ha
cambiado en estos años Marichalar ha sido su pasión por el lujo, de ahí
que desposeído del título de duque de Lugo mantenga el popular de duque de Lujo.
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