Son un aburrimiento, otra vez la comida , las amigas de Doña Teresa Campos, no creo que interese a nadie. Comer comprar y volver a comer...espero que no dure.
A la presentadora no le gusta nada que sus hijas lleguen tarde y está dispuesta a dejárselo bien clarito...
'Las Campos'
¿Quién iba a pensar que viajar con la
familia podría traer tantos quebraderos de cabeza? Pues cualquier que
lo haya experimentado en carne propia...
María Teresa Campos
A nadie le gusta que la gente llegue
tarde a las citas y, desde luego, menos a María Teresa Campos.
La presentadora se puso muy nerviosa viendo que sus hijas no aparecían nunca en una de las comidas en Buenos aires.
La presentadora se puso muy nerviosa viendo que sus hijas no aparecían nunca en una de las comidas en Buenos aires.
Terelu y Carmen
Agotadas de tanto turismo, las colaboradoras hacían acto de presencia un pelín más tarde de lo que se las esperaba.
Enfado máximo
Con esta cara de pocos amigos recibía María Teresa a sus hijas... ¿Quién dijo TENSIÓN?
Puntualidad
Carmen explicaba que a su madre le
gusta que todo el mundo sea puntual y claro, cuando llegan tarde se
muestra visiblemente molesta.
Carmen y su madre, ni caso. Ellas continuaban con la tensión que había explotado en la mesa.
“No quiere comer, no quiere andar, no quiere ir...”, le reprochaba Terelu a su madre.
“Pues a lo mejor no tengo que venir”, remataba María Teresa con una sonrisa. Por suerte, decidieron firmar la paz antes de que llegase la comida y tomárselo todo con mejor humor.
¡Si es que viajar con la familia es un peligro! Aunque sea tan estupenda como la de las Campos.
Que viaje y salga solo con el chulo que tiene en su casa a cuerpo de Rey.
Ni una sonrisaEstá acostumbrada a que le obedezcan y luego si se pone mala son las hijas las que corren en suayuda.
'Yo hoy la monto'
“Será que cuando nos ve a nosotros se
revuelve. ¡No nos ha mirado a la cara! Yo hoy la monto, que me
conozco”. Carmen se refugiaba en el baño para tratar de relajarse.
“Todos los días igual”, expresaba Carmen ante la cara seria de su madre. “No hay ni un día con una sonrisa”.
¿Paz familiar?
"Se ve que le caemos mal", bromeaba Terelu con su hermana mientras María Teresa continuaba con cara de pocos amigos.
¡Todo son malos tragos!
Encima, Terelu pensaba que lo que tenía en la mesa era mantequilla pero NO.
La presentadora, además de encontrarse mal del estómago, no acabó de entender que sus hijas tardasen tanto en llegar a comer y claro, ¡tensión máxima!
Tampoco Terelu y Carmen se lo pusieron fácil. Ay, madre mía, si es que saltaban chispas en el restaurante... ¡Lo que no les pase a Las Campos!
“Todos los días igual”, expresaba Carmen ante la cara seria de su madre. “No hay ni un día con una sonrisa”. Terelu y su hermana corrían al baño para tratar de relajarse. “¡Yo me voy a Madrid como siga así!”.
El enfado iba subiendo de tono. “Será que cuando nos ve a nosotros se revuelve. ¡No nos ha mirado a la cara!
Deberían irse y que no se hiciese ese "No sé que nombre ponerle, no he visto nadaasí y que encima les paguen
María Teresa continuaba con cara de pocos amigos mientras Edmundo
explicaba qué era cada cosa de la carta y le ofrecía a Terelu una
mantequilla que resultó no ser mantequilla y provocó que la pobre Terelu casi se quedase desmayada en el asiento.
“Ofú, y no tenemos ni agua...”, decía algo apurada. Reconciliación
Menos mal que, tras la tempestad, llegó la calma y todas decidieron disfrutar de la comida con un poquito más de armonía.
Tantas horas de viaje junto a la familia tiene que salir por algún lado.
¿Quién aguantaría este ritmo sin un pequeño enfado? Aunque el de María Teresa Campos
tampoco es que fue tan mínimo.La presentadora, además de encontrarse mal del estómago, no acabó de entender que sus hijas tardasen tanto en llegar a comer y claro, ¡tensión máxima!
Tampoco Terelu y Carmen se lo pusieron fácil. Ay, madre mía, si es que saltaban chispas en el restaurante... ¡Lo que no les pase a Las Campos!
“Todos los días igual”, expresaba Carmen ante la cara seria de su madre. “No hay ni un día con una sonrisa”. Terelu y su hermana corrían al baño para tratar de relajarse. “¡Yo me voy a Madrid como siga así!”.
El enfado iba subiendo de tono. “Será que cuando nos ve a nosotros se revuelve. ¡No nos ha mirado a la cara!
Deberían irse y que no se hiciese ese "No sé que nombre ponerle, no he visto nadaasí y que encima les paguen
Carmen y su madre, ni caso. Ellas continuaban con la tensión que había explotado en la mesa.
“No quiere comer, no quiere andar, no quiere ir...”, le reprochaba Terelu a su madre.
“Pues a lo mejor no tengo que venir”, remataba María Teresa con una sonrisa. Por suerte, decidieron firmar la paz antes de que llegase la comida y tomárselo todo con mejor humor.
¡Si es que viajar con la familia es un peligro! Aunque sea tan estupenda como la de las Campos.
Que viaje y salga solo con el chulo que tiene en su casa a cuerpo de Rey.
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