Los infartos matan casi un lustro antes en Canarias, donde la desigualdad, la diabetes y la obesidad han causado estragos entre la población.
El mes pasado, en Santa Cruz de Tenerife se celebró un festival
infantil rebosante de juegos y actividades al que acudieron 40.000
personas, según el Ayuntamiento, que lo celebró como "el mayor festival
de ocio familiar de Canarias".
Este evento, que duró todo un fin de semana, giraba en torno a su patrocinador, una galleta de chocolate que daba nombre al festejo y que inundó esos 5.000 metros cuadrados cedidos por el consistorio con reclamos propagandísticos.
La pega es que Canarias es una comunidad con un problema terrible de obesidad infantil y diabetes.
La mortalidad asociada a esta enfermedad está muy por encima del resto de las autonomías; además, es la región en la que se tienen que hacer más amputaciones y más diálisis renales por su culpa, siete veces más que en el País Vasco.
"Las autoridades no parecen tener presentes los estragos que causa. Cuando presento datos sobre la epidemia de obesidad o la mortalidad por diabetes, me dicen que la población se alarma.
Y yo les digo: 'Mire, es que se tiene que alarmar'. Multiplicamos por siete a Madrid en mortalidad por diabetes, la situación es muy mala",
explica el epidemiólogo Antonio Cabrera de León.
Hace tres años, publicó con su equipo un estudio que mostraba cómo la tasa de muertes por diabetes es muy superior en Canarias que en otras comunidades: en la década de 1980 esa tasa era un 20% mayor que en Andalucía y se había disparado hasta un 400%.
"Pero nadie se muere de un diabetazo, te mueres de un infarto, a veces de problemas vasculares a nivel cerebral, de complicaciones renales...", explica Cabrera, director del área de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de La Laguna. Y se puso a estudiar el problema.
Ahora, Cabrera acaba de publicar un estudio sobre infartos que trae otra conclusión de las que deben alarmar a la población: los corazones en Canarias se rompen casi un lustro antes que en el resto de España.
Tras estudiar los 415.000 pacientes ingresados con infarto agudo de miocardio en un periodo de ocho años, se observó que los hombres canarios ingresaban por este motivo una edad media de 61,7 años, frente a los 65,3 de la media española.
La segunda región con una edad más baja para hombres con infarto es Navarra, con 64,6, tres años más que en Canarias.
La edad media de ingreso con infarto para mujeres canarias es de 68,4 años, frente a los 73,9 de la media del país.
La segunda región en este apartado es Baleares, con 72,5 años, cuatro mayores que en Canarias.
Los infartos llegan mucho antes en Canarias, pero no solo mucho antes que la media, sino incluso mucho antes que la segunda comunidad con peor dato.
Lo mismo sucede con las muertes por infarto: la media para España es de 78,4 años; en Canarias, 74.
Y casi tres años antes que en la siguiente autonomía con la cifra más baja, Andalucía (76,7 años). Además, los números de Canarias no mejoraron en los ocho años que analiza el estudio.
La diabetes explica buena parte de estos infartos, como cabía esperar en una región que lidera los afectados por esta enfermedad, y sacarla de la ecuación salvaría numerosas vidas, según el estudio. Pero resulta más llamativa la incidencia del tabaquismo en los infartos canarios, sobre todo en mujeres, ya que fumaban el 22,5% de las ingresadas con infarto, frente 12% de la media española.
"Es una diferencia muy grande, está claro de que debemos ir a por el tabaco", resume Cabrera.
Este especialista culpa a la tardía implantación del código infarto, un protocolo para atender con eficacia estos ataques, que no se ha firmado en Canarias hasta la semana pasada:
"Estoy seguro de que a partir de ahora bajará la mortalidad".
Desde la Consejería de Sanidad defienden que los datos de obesidad general e infantil se han reducido en los últimos años y que "no existe una gran diferencia en la prevalencia de diabetes" con el resto de España, aunque es en la mortalidad por esa enfermedad donde el problema es verdaderamente grave. Además, afirman que se ha ayudado a implantar pautas de alimentación saludable para los escolares.
Detrás de todos estos problemas está la epidemia de obesidad que ha
arrasado Canarias en las últimas décadas, por distintos motivos
interrelacionados.
Y una causa que los atraviesa a todos: la pobreza. "La obesidad, cuando te coge una población pobre, te la destroza", sentencia Cabrera
. "No comemos todos mal, comen mal los pobres. Y donde va la obesidad, va la diabetes: entra por la boca, respirando no es", asegura este especialista, que critica la inacción de las autoridades y la "política económica que favorece la desigualdad, que es lo que provoca todo esto".
El 30,5% de los canarios está en riesgo de pobreza y el porcentaje de hogares que llega con dificultades a finales de mes es, con diferencia, el mayor de toda España (20,9%).
En Canarias, el porcentaje de adultos con síndrome metabólico está 10 puntos por encima de la media española a partir de los 45 años y hasta 5 puntos por encima en porcentaje de diabéticos.
La mortalidad por diabetes, que multiplica la de otras regiones, no deja de crecer desde el año 2000.
Y es posible que empeore cuando los obesos adultos de hoy comiencen a alcanzar edades por encima de los 65 años.
Hoy, el 44,2% de escolares canarios presenta obesidad o sobrepeso, tres puntos por encima de la media del país.
"La situación es síntoma de la desigualdad, es un hecho que la
obesidad y la diabetes tienen un componente socioeconómico
importantísimo.
Pobreza social, educativa y de renta", explica Beatriz González López-Valcárcel, experta en salud pública de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC).
"Y la enorme desigualdad social de Canarias afecta mucho más a las mujeres", asegura.
Coincide en este diagnóstico uno de los mayores conocedores de la nutrición canaria, Lluis Serra:
"En obesidad mórbida infantil claramente Canarias está a la cabeza, pero sobre todo en niñas.
En varones las cifras están en torno a la media, pero en niñas doblan las cifras de otras comunidades".
Serra, que dirige el Instituto Universitario de Investigaciones Biomédicas y Sanitarias, considera que este es "un ejemplo de fracaso de políticas por no tener perspectiva de género".
La educación de las madres y su obesidad es determinante para el peso de sus hijos y la alimentación de las futuras generaciones, y los patrones que se aprenden en casa son decisivos.
Tanto González como Serra señalan que en Canarias se consumen
demasiados hidratos de carbono, productos insanos y obesogénicos, como
bollería y dulces.
Serra pone como ejemplo la tradición de que se obsequie con una ambrosía recubierta de chocolate al pasaje del avión cuando vuela entre las islas.
Y el abuso de zumos y refrescos "que al final es beber azúcar", señala Serra, que indica que la costumbre (a veces obligada) de consumir agua embotellada incita a comprar esas bebidas.
Además, cree que el turismo ha afectado con una alimentación mala que ha impregnado los hábitos de la población y reclama una soberanía alimentaria, consumir productos de la tierra para mejorar la salud de los canarios.
Serra, de la ULPGC, insiste en la influencia de la desigualdad: "Desde principios de siglo, el sobrepeso en el nivel socioeconómico más alto empieza a disminuir claramente, mientras en los más bajos seguía creciendo y solo empieza a moderarse un poco ahora".
"Los pobres no preocupan tanto.
Hay sectores productivos muy interesados en que sigan consumiendo estos productos. ", asegura.
Hay motivos para la esperanza.
Esta semana el especialista Javier Aranceta presentó los datos pormenorizados del sobrepeso en España y Canarias ha bajado del primer al quinto puesto.
Y la obesidad en mujeres ha bajado del 22% al 20%, aunque las que tienen sobrepeso han pasado del 34% al 40%.
"Las mujeres se han puesto las pilas, seguramente por motivos de sensibilidad con la salud y el perfil estético, y los hombres se han relajado: un mayor impacto de la crisis económica con conductas compensatorias y consumo de alimentos más energéticos, cómodos y baratos", asegura Aranceta.
La obesidad masculina ha crecido del 14,2% al 20,3%.
"La obesidad tiene que ser política de Estado prioritaria en Canarias, que el Gobierno canario y los cabildos y los ayuntamientos deben tomárselo muy en serio", reclama Serra.
Sanidad asegura que se encuentra en la "etapa de implementación" de una estrategia europea para implicar a las administraciones locales en la "creación de ambientes favorables, promocionando hábitos de vida saludable, especialmente en cuanto a alimentación y deporte".
El próximo fin de semana, Las Palmas de Gran Canaria, la otra capital provincial de Canarias, celebrará también el mismo festival infantil que en Santa Cruz de Tenerife, patrocinado por la misma galleta de chocolate.
Este evento, que duró todo un fin de semana, giraba en torno a su patrocinador, una galleta de chocolate que daba nombre al festejo y que inundó esos 5.000 metros cuadrados cedidos por el consistorio con reclamos propagandísticos.
La pega es que Canarias es una comunidad con un problema terrible de obesidad infantil y diabetes.
La mortalidad asociada a esta enfermedad está muy por encima del resto de las autonomías; además, es la región en la que se tienen que hacer más amputaciones y más diálisis renales por su culpa, siete veces más que en el País Vasco.
"Las autoridades no parecen tener presentes los estragos que causa. Cuando presento datos sobre la epidemia de obesidad o la mortalidad por diabetes, me dicen que la población se alarma.
Y yo les digo: 'Mire, es que se tiene que alarmar'. Multiplicamos por siete a Madrid en mortalidad por diabetes, la situación es muy mala",
explica el epidemiólogo Antonio Cabrera de León.
Hace tres años, publicó con su equipo un estudio que mostraba cómo la tasa de muertes por diabetes es muy superior en Canarias que en otras comunidades: en la década de 1980 esa tasa era un 20% mayor que en Andalucía y se había disparado hasta un 400%.
"Pero nadie se muere de un diabetazo, te mueres de un infarto, a veces de problemas vasculares a nivel cerebral, de complicaciones renales...", explica Cabrera, director del área de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de La Laguna. Y se puso a estudiar el problema.
Ahora, Cabrera acaba de publicar un estudio sobre infartos que trae otra conclusión de las que deben alarmar a la población: los corazones en Canarias se rompen casi un lustro antes que en el resto de España.
Tras estudiar los 415.000 pacientes ingresados con infarto agudo de miocardio en un periodo de ocho años, se observó que los hombres canarios ingresaban por este motivo una edad media de 61,7 años, frente a los 65,3 de la media española.
La segunda región con una edad más baja para hombres con infarto es Navarra, con 64,6, tres años más que en Canarias.
La edad media de ingreso con infarto para mujeres canarias es de 68,4 años, frente a los 73,9 de la media del país.
La segunda región en este apartado es Baleares, con 72,5 años, cuatro mayores que en Canarias.
Los infartos llegan mucho antes en Canarias, pero no solo mucho antes que la media, sino incluso mucho antes que la segunda comunidad con peor dato.
Lo mismo sucede con las muertes por infarto: la media para España es de 78,4 años; en Canarias, 74.
Y casi tres años antes que en la siguiente autonomía con la cifra más baja, Andalucía (76,7 años). Además, los números de Canarias no mejoraron en los ocho años que analiza el estudio.
La diabetes explica buena parte de estos infartos, como cabía esperar en una región que lidera los afectados por esta enfermedad, y sacarla de la ecuación salvaría numerosas vidas, según el estudio. Pero resulta más llamativa la incidencia del tabaquismo en los infartos canarios, sobre todo en mujeres, ya que fumaban el 22,5% de las ingresadas con infarto, frente 12% de la media española.
"Es una diferencia muy grande, está claro de que debemos ir a por el tabaco", resume Cabrera.
Este especialista culpa a la tardía implantación del código infarto, un protocolo para atender con eficacia estos ataques, que no se ha firmado en Canarias hasta la semana pasada:
"Estoy seguro de que a partir de ahora bajará la mortalidad".
Desde la Consejería de Sanidad defienden que los datos de obesidad general e infantil se han reducido en los últimos años y que "no existe una gran diferencia en la prevalencia de diabetes" con el resto de España, aunque es en la mortalidad por esa enfermedad donde el problema es verdaderamente grave. Además, afirman que se ha ayudado a implantar pautas de alimentación saludable para los escolares.
En Canarias, fumaba el 22,5% de las mujeres ingresadas con infarto, frente 12% de la media española
Y una causa que los atraviesa a todos: la pobreza. "La obesidad, cuando te coge una población pobre, te la destroza", sentencia Cabrera
. "No comemos todos mal, comen mal los pobres. Y donde va la obesidad, va la diabetes: entra por la boca, respirando no es", asegura este especialista, que critica la inacción de las autoridades y la "política económica que favorece la desigualdad, que es lo que provoca todo esto".
El 30,5% de los canarios está en riesgo de pobreza y el porcentaje de hogares que llega con dificultades a finales de mes es, con diferencia, el mayor de toda España (20,9%).
En Canarias, el porcentaje de adultos con síndrome metabólico está 10 puntos por encima de la media española a partir de los 45 años y hasta 5 puntos por encima en porcentaje de diabéticos.
La mortalidad por diabetes, que multiplica la de otras regiones, no deja de crecer desde el año 2000.
Y es posible que empeore cuando los obesos adultos de hoy comiencen a alcanzar edades por encima de los 65 años.
Hoy, el 44,2% de escolares canarios presenta obesidad o sobrepeso, tres puntos por encima de la media del país.
Pobreza social, educativa y de renta", explica Beatriz González López-Valcárcel, experta en salud pública de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC).
"Y la enorme desigualdad social de Canarias afecta mucho más a las mujeres", asegura.
Coincide en este diagnóstico uno de los mayores conocedores de la nutrición canaria, Lluis Serra:
"En obesidad mórbida infantil claramente Canarias está a la cabeza, pero sobre todo en niñas.
En varones las cifras están en torno a la media, pero en niñas doblan las cifras de otras comunidades".
Serra, que dirige el Instituto Universitario de Investigaciones Biomédicas y Sanitarias, considera que este es "un ejemplo de fracaso de políticas por no tener perspectiva de género".
La educación de las madres y su obesidad es determinante para el peso de sus hijos y la alimentación de las futuras generaciones, y los patrones que se aprenden en casa son decisivos.
Serra pone como ejemplo la tradición de que se obsequie con una ambrosía recubierta de chocolate al pasaje del avión cuando vuela entre las islas.
Y el abuso de zumos y refrescos "que al final es beber azúcar", señala Serra, que indica que la costumbre (a veces obligada) de consumir agua embotellada incita a comprar esas bebidas.
Además, cree que el turismo ha afectado con una alimentación mala que ha impregnado los hábitos de la población y reclama una soberanía alimentaria, consumir productos de la tierra para mejorar la salud de los canarios.
Serra, de la ULPGC, insiste en la influencia de la desigualdad: "Desde principios de siglo, el sobrepeso en el nivel socioeconómico más alto empieza a disminuir claramente, mientras en los más bajos seguía creciendo y solo empieza a moderarse un poco ahora".
"Los pobres no preocupan tanto.
Hay sectores productivos muy interesados en que sigan consumiendo estos productos. ", asegura.
Esta semana el especialista Javier Aranceta presentó los datos pormenorizados del sobrepeso en España y Canarias ha bajado del primer al quinto puesto.
Y la obesidad en mujeres ha bajado del 22% al 20%, aunque las que tienen sobrepeso han pasado del 34% al 40%.
"Las mujeres se han puesto las pilas, seguramente por motivos de sensibilidad con la salud y el perfil estético, y los hombres se han relajado: un mayor impacto de la crisis económica con conductas compensatorias y consumo de alimentos más energéticos, cómodos y baratos", asegura Aranceta.
La obesidad masculina ha crecido del 14,2% al 20,3%.
"La obesidad tiene que ser política de Estado prioritaria en Canarias, que el Gobierno canario y los cabildos y los ayuntamientos deben tomárselo muy en serio", reclama Serra.
Sanidad asegura que se encuentra en la "etapa de implementación" de una estrategia europea para implicar a las administraciones locales en la "creación de ambientes favorables, promocionando hábitos de vida saludable, especialmente en cuanto a alimentación y deporte".
El próximo fin de semana, Las Palmas de Gran Canaria, la otra capital provincial de Canarias, celebrará también el mismo festival infantil que en Santa Cruz de Tenerife, patrocinado por la misma galleta de chocolate.
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