Gianluca Vacchi, el dandi millonario que se ha hecho
famoso por sus sensuales bailes en Instagram, su culto al cuerpo y su extravagante y lujosa vida,
lleva a la máxima expresión el encanto italiano. Cuando entra en una
habitación todos se callan. Es inevitable, la gente no puede dejar de
ver su excéntrico estilo —bata de lana, botas con cadenas hechas a su
media, camisa entallada y abierta hasta el pecho y un pasador con tres
diamantes azules que unen su barba—. Camina con la seguridad que le dan
sus 50 años, pero con la energía de un chico de 20. Acaba de llegar a
España proveniente de Miami y tras poco más de 48 horas en el país
volverá a subirse a su
jet de regreso a Florida. En su
vocabulario la palabra agotamiento no existe: “Solo necesito tres horas
de sueño”, asegura. ¿Cómo es posible que un hombre que cuida tanto su
físico pase por alto la máxima de la belleza: dormir ocho horas diarias?
“Soy la excepción que confirma la regla”, lanza quien se define como un
entertainer.
Quien
no haya visto los vídeos de él junto a hermosas mujeres bailando
reguetón —el nuevo hip hop, según sus palabras— en la cubierta de un
yate o en la orilla de una enorme piscina en una de sus mansiones,
definitivamente no es un asiduo de las redes sociales. Sus contoneos al
ritmo de éxitos como La mordidita o La bicicleta
colapsan Instagram, la red que lo lanzó a la fama. Abrió su cuenta en
mayo de 2013 porque quería “acercarse al mundo de las nuevas
generaciones” y hoy tiene más seguidores —11,2 millones— que habitantes
tiene la ciudad de Nueva York —8,5 millones—.
Vacchi, que tiene como reto perfeccionar el español, se
declara íntimo amigo de J Balvin y Luis Fonsi. Y no tiene complejos, le
da igual subir a sus redes un vídeo ridículo de él que uno en el que presuma de sus famosas amistades
—Cristiano Ronaldo incluido—, o sus célebres bailes. “Se les enseña a
los jóvenes que tienen que ser serios todo el tiempo y la vida no va de
eso. Se tiene que ser serio cuando la situación lo merece”, dice. Y él
ya lo fue durante muchos años.
Nació en Bolonia, Italia, en el seno de una familia de
emprendedores. Vacchi es el heredero de los fundadores del grupo IMA,
una compañía especializada en envases industriales para productos
farmacéuticos y alimenticios. Al legado familiar se le suma la fortuna
que creó durante poco más de 25 años de trabajo cuando dirigió más de 12
empresas distintas en diferentes sectores.
“Quien crea que puede llegar
a tener el estilo de vida que yo tengo rápido sin antes haber
trabajado, sacrificado y arriesgado muchísimo es un tonto”.
Y es que no
solo se hizo famoso por sus coreografías, sino también por hacer de su
lujosa, opulenta y extravagante forma de vida una “fuente de
inspiración”.
Incluso creó la etiqueta #gvlifestyle para presumir ante el mundo de sus yates, jets
privados, mansiones, coches... “Tienes que tener un objetivo claro para
luego trabajar por él. Por ejemplo, el año pasado, con 49 años, me
propuse ser DJ.
Yo no necesito serlo, pero quería hacerlo.
Entonces
estudié una media de cinco horas al día y me empapé de todo lo necesario
para alcanzarlo y lo hice”, cuenta a EL PAÍS desde el madrileño Palacio
Fortuny, donde el pasado jueves se dio cita a la actriz Rossy de Palma
para inaugurar un club efímero de coctelería de la mano del champagne
G.H. Mumm.
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