A los cinco consejeros que se encontraban desde ayer lunes con Puigdemont en Bruselas se han unido el exconsejero de Cultura, Lluís Puig, y la de Educación, Clara Ponsatí.
Ahora tienen miedo ¿No decian que no lo tenían? a los dos dias de la matanza terrorista de la que ya no habla nadie, todos decian "No tinc por" y ahora escapan, huyen y dicen que tienen miedo, bueno no lo dicen pero lo demuestran.
Se juegan muchos años de cárcel y se marchan.....pues que cobardes son, montan un sainete en su "Procés" y se buscan a gente fuera de España para protegerse....
El expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha
asegurado hoy martes en Bruselas que no escapará de la acción de la
justicia, pero ha añadido que no volverá a España hasta que tenga lo que
ha calificado de forma ambivalente como unas "garantías" que de
momento, a su juicio, no se dan.
"Si tenemos la garantía inmediata de un tratamiento justo, si nos garantizan un juicio justo, independiente y con separación de poderes, como en la mayoría de los países europeos, volveríamos de forma inmediata", ha añadido.
Uno de los motivos que ha alegado para justificar su refugio en Bruselas es la decisión del Ministerio del Interior de retirar la seguridad a los exmiembros de su gobierno.
Puigdemont, que se sigue considerando presidente de la Generalitat pese a la destitución por la aplicación del artículo 155 de la Constitución, ha explicado cómo siete de los exmiembros del Govern se han desplazado a Bruselas “para hacer evidente la politización de la justicia española”.
“No estoy aquí para pedir asilo político, sino para actuar con libertad y seguridad en la capital de Europa”, ha asegurado. Puigdemont considera una "amenaza" de 30 años de cárcel por la querella presentada por la Fiscalía General del Estado ante la posible comisión de los delitos de rebelión, sedición y malversación.
“La otra parte del Gobierno, encabezada por el vicepresidente, seguirán en Cataluña como miembros legítimos del Gobierno de Cataluña.
Nunca hemos abandonado al gobierno.
Es más, vamos a seguir trabajando", ha dicho. "La justicia española no persigue delitos sino ideas. Y con mi presencia en Bruselas quiero dejar patente el grave déficit democrático que hay a día de hoy en el Estado español", ha atacado.
La querella del fiscal general del Estado "no se sustenta jurídicamente", "persigue hechos e ideas políticas, no un delito" y "puede suponer 30 años a cada miembro del Govern o fianzas abusivas como ya hemos visto durante el proceso", ha remachado.Pues a J.....tocan!!
"El Gobierno español ha reaccionado a la declaración de independencia con la máxima beligerancia", ha subrayado. Puigdemont ha confirmado que su partido concurrirá a las elecciones autonómicas del próximo 21 de diciembre.
“Son un reto que vamos a aceptar", ha dicho antes de comprometerse a respetar los resultados y pedir al Gobierno que se comprometa a lo mismo
. De esa manera, el expresidente catalán trata de convertir la convocatoria electoral en un plebiscito por la puerta de atrás: el Gobierno de Rajoy debería reconocer la declaración de independencia si los partidos soberanistas obtienen la mayoría.
"Yo y el pueblo catalán vamos a respetar los resultados del 21-D; ¿puede esperarse lo mismo del Gobierno?", se ha preguntado en un tono airado.
El expresidente ha insistido en que el Estado que ha convocado las elecciones le quiere "meter en la cárcel" por cumplir su programa electoral.
Y ha desvinculado su traslado a Bélgica de una posible petición de asilo que abriría un cisma en el Ejecutivo belga. "Aquí hemos tenido una agenda estrictamente europea", explica. "No hemos tenido ningún otro tipo de contactos".
A los cinco consejeros que se encontraban desde ayer lunes con Puigdemont en Bruselas —Joaquim Forn (PDeCAT), Meritxell Borràs (PDeCAT), Antoni Comín (independiente), Dolors Bassa (ERC) y Meritxell Serret (ERC)— se han unido el exconsejero de Cultura, Lluís Puig, y la de Educación, Clara Ponsatí.
Puigdemont ha explicado que el viernes por la tarde, después de tener una serie de datos de una "ofensiva" del Gobierno español y una querella del fiscal presentada ayer, el Govern acordó que "priorizaría la prudencia, la seguridad y la negociación".
Bélgica empieza a reaccionar a la inesperada visita del expresidente catalán, Carles Puigdemont.
Y no precisamente a su favor: el viceprimer ministro belga, Kris Peeters, no ve con buenos ojos la visita del presidente catalán a Bruselas: "No quiero prejuzgar nada.
Pero cuando uno declara la independencia, es mejor quedarse cerca de su pueblo", ha manifestado en la cadena belga Radio 1. "Tenemos que esperar su declaración y tener la cabeza fría. Las próximas horas y días aportarán luz", ha aseverado.
"Si tenemos la garantía inmediata de un tratamiento justo, si nos garantizan un juicio justo, independiente y con separación de poderes, como en la mayoría de los países europeos, volveríamos de forma inmediata", ha añadido.
Uno de los motivos que ha alegado para justificar su refugio en Bruselas es la decisión del Ministerio del Interior de retirar la seguridad a los exmiembros de su gobierno.
Puigdemont, que se sigue considerando presidente de la Generalitat pese a la destitución por la aplicación del artículo 155 de la Constitución, ha explicado cómo siete de los exmiembros del Govern se han desplazado a Bruselas “para hacer evidente la politización de la justicia española”.
“No estoy aquí para pedir asilo político, sino para actuar con libertad y seguridad en la capital de Europa”, ha asegurado. Puigdemont considera una "amenaza" de 30 años de cárcel por la querella presentada por la Fiscalía General del Estado ante la posible comisión de los delitos de rebelión, sedición y malversación.
“La otra parte del Gobierno, encabezada por el vicepresidente, seguirán en Cataluña como miembros legítimos del Gobierno de Cataluña.
Nunca hemos abandonado al gobierno.
Es más, vamos a seguir trabajando", ha dicho. "La justicia española no persigue delitos sino ideas. Y con mi presencia en Bruselas quiero dejar patente el grave déficit democrático que hay a día de hoy en el Estado español", ha atacado.
La querella del fiscal general del Estado "no se sustenta jurídicamente", "persigue hechos e ideas políticas, no un delito" y "puede suponer 30 años a cada miembro del Govern o fianzas abusivas como ya hemos visto durante el proceso", ha remachado.Pues a J.....tocan!!
"El Gobierno español ha reaccionado a la declaración de independencia con la máxima beligerancia", ha subrayado. Puigdemont ha confirmado que su partido concurrirá a las elecciones autonómicas del próximo 21 de diciembre.
“Son un reto que vamos a aceptar", ha dicho antes de comprometerse a respetar los resultados y pedir al Gobierno que se comprometa a lo mismo
. De esa manera, el expresidente catalán trata de convertir la convocatoria electoral en un plebiscito por la puerta de atrás: el Gobierno de Rajoy debería reconocer la declaración de independencia si los partidos soberanistas obtienen la mayoría.
"Yo y el pueblo catalán vamos a respetar los resultados del 21-D; ¿puede esperarse lo mismo del Gobierno?", se ha preguntado en un tono airado.
El expresidente ha insistido en que el Estado que ha convocado las elecciones le quiere "meter en la cárcel" por cumplir su programa electoral.
Y ha desvinculado su traslado a Bélgica de una posible petición de asilo que abriría un cisma en el Ejecutivo belga. "Aquí hemos tenido una agenda estrictamente europea", explica. "No hemos tenido ningún otro tipo de contactos".
A los cinco consejeros que se encontraban desde ayer lunes con Puigdemont en Bruselas —Joaquim Forn (PDeCAT), Meritxell Borràs (PDeCAT), Antoni Comín (independiente), Dolors Bassa (ERC) y Meritxell Serret (ERC)— se han unido el exconsejero de Cultura, Lluís Puig, y la de Educación, Clara Ponsatí.
Puigdemont ha explicado que el viernes por la tarde, después de tener una serie de datos de una "ofensiva" del Gobierno español y una querella del fiscal presentada ayer, el Govern acordó que "priorizaría la prudencia, la seguridad y la negociación".
Bélgica empieza a reaccionar a la inesperada visita del expresidente catalán, Carles Puigdemont.
Y no precisamente a su favor: el viceprimer ministro belga, Kris Peeters, no ve con buenos ojos la visita del presidente catalán a Bruselas: "No quiero prejuzgar nada.
Pero cuando uno declara la independencia, es mejor quedarse cerca de su pueblo", ha manifestado en la cadena belga Radio 1. "Tenemos que esperar su declaración y tener la cabeza fría. Las próximas horas y días aportarán luz", ha aseverado.
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