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28 jul 2017

Los padres de Charlie Gard afirman que el hospital les niega su “último deseo”

La madre del pequeño, que debe ser desconectado, reclama más tiempo con su hijo.

Connie Yates, madre de Charlie Gard, este viernes en Londres. Dan Kitwood Getty Images
Los padres de Charlie Gard, el bebé británico de 11 meses que sufre una enfermedad terminal, aseguran que el hospital pediátrico donde el niño está ingresado les ha negado su "último deseo", poder pasar más tiempo con su hijo antes de que muera. 
 Tras una desgarradora batalla legal que ha originado un debate internacional acerca de quién tiene el derecho moral para decidir sobre el futuro de un niño enfermo, este jueves un juez ordenó que Charlie sea trasladado a un hospital de enfermos terminales donde el ventilador que le mantiene con vida será desconectado.
 Sus padres, que querían mantener al pequeño con vida y se han enfrentado al hospital porque querían trasladar al bebé a Estados Unidos, desistieron el pasado lunes, cuando les comunicaron que sufre daños musculares irreversibles que hacen que el tratamiento experimental al que querían someterlo sea inviable. 

El caso de Charlie ha despertado gran controversia en Reino Unido. Los doctores que trataron al bebé desde su nacimiento aconsejaron a los padres que dejaran morir al niño, que padece síndrome de agotamiento mitocondrial, un extraño desorden que inhabilita la capacidad del cuerpo de dar energía a los músculos. 
La justicia dio razón a los médicos, lo que llevó a los padres a presentar el caso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
Esta semana, una vez que los médicos de EE UU les comunicaron que el pequeño no podía ser sometido al tratamiento experimental, sus padres, Connie Yates y Chris Gard, quisieron trasladarlo a casa para que muriera allí, pero el Great Ormond Street Hospital, donde el niño está ingresado, dijo que esto era imposible debido a que el bebé necesita un sistema de ventilación. 
Después, los padres solicitaron pasar varios días en el hospital de cuidados paliativos para poder despedirse de él. 
Pero no encontraron médicos que pudieran supervisar al niño durante un periodo tan prolongado, por lo que un juez dictaminó que sea trasladado a este centro para ser desconectado al poco tiempo de su llegada.
"El Great Ormond Street Hospital nos ha negado nuestro último deseo", ha dicho la madre, Connie Yates, según informa la cadena británica BBC.
 "A pesar de que nosotros y nuestro equipo legal ha estado trabajando sin descanso para preparar esta casi imposible tarea, el dictamen del juez va en contra de lo que nosotros preparamos y acordamos y atiende la petición del hospital", ha añadido. 
"Esto nos deja muy poco tiempo con nuestro hijo". 
El Great Ormond Street Hospital, un centro pediátrico pionero, ha afirmado que lamenta profundamente el fracaso en las relaciones con los padres de Charlie. 
El caso se ha prolongado durante meses de batalla legal, e incluso el presidente de EE UU, Donald Trump, y el papa Francisco se han pronunciado al respecto.
"La mayoría de la gente nunca tendrá que pasar por lo que nosotros hemos pasado, no hemos tenido control sobre la vida de nuestro hijo ni hemos tenido control sobre su muerte", ha dicho la madre de Charlie. 
"Solo queremos algo de paz con nuestro hijo, sin hospital, sin abogados, sin tribunales, sin medios de comunicación, solo tiempo de calidad con Charlie lejos de todo, para poder decirle adiós de la manera más cariñosa posible". 
 

 

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