Los últimos minutos de la serie han sido poesía. Con esa música épica, esos paisajes, ese encadenado de imágenes. Este artículo incluye 'spoilers'.
"Esto no va de quiénes queremos ser, sino de quiénes somos".
Los últimos minutos de Sé quién eres son poesía.
Con esa música épica, esos paisajes, ese encadenado de imágenes. Y, como ocurre en la vida, los malos ganan.
La serie de Telecinco planteó un juego a los espectadores.
De su mano, hemos ido resolviendo acertijos, conociendo personajes, adentrándonos en sus silencios, en sus palabras, en sus acciones, en sus secretos.
Un juego que empezó con una gran pregunta y terminó contestando otra.
Y que comenzó con los personajes en un punto y concluye con ellos en otro muy diferente
. Quien entrara en ese juego, se lo habrá pasado muy bien.
Ha sido una partida reposada, tranquila, un oasis en un mundo de supervivientes y grandes hermanos, de gritos.
Sé quién eres exigía pensar y tener voluntad de entrar en el juego y participar activamente en él.
Terminar cada episodio con un puñado de preguntas que invitaban a otras tantas suposiciones.
A quienes han llegado hasta el final, el tablero de ajedrez les ha regalado un jaque mate inesperado y valiente que ha dado la victoria a las fichas negras.
Negras negrísimas.
Los últimos minutos de Sé quién eres son poesía.
Con esa música épica, esos paisajes, ese encadenado de imágenes. Y, como ocurre en la vida, los malos ganan.
La serie de Telecinco planteó un juego a los espectadores.
De su mano, hemos ido resolviendo acertijos, conociendo personajes, adentrándonos en sus silencios, en sus palabras, en sus acciones, en sus secretos.
Un juego que empezó con una gran pregunta y terminó contestando otra.
Y que comenzó con los personajes en un punto y concluye con ellos en otro muy diferente
. Quien entrara en ese juego, se lo habrá pasado muy bien.
Ha sido una partida reposada, tranquila, un oasis en un mundo de supervivientes y grandes hermanos, de gritos.
Sé quién eres exigía pensar y tener voluntad de entrar en el juego y participar activamente en él.
Terminar cada episodio con un puñado de preguntas que invitaban a otras tantas suposiciones.
A quienes han llegado hasta el final, el tablero de ajedrez les ha regalado un jaque mate inesperado y valiente que ha dado la victoria a las fichas negras.
Negras negrísimas.
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