El arranque del año es el mejor momento para reconducir el presupuesto familiar.
Noviembre ya lo anticipaba: en previsión de la campaña navideña las familias españolas aumentaron su endeudamiento en préstamos al consumo y personales en 10.000 millones de euros.
Fue la mayor alza desde que estalló la crisis, según los datos del Banco de España.
Pasadas las fiestas, la cuesta de enero toma cuerpo y recuerda los excesos cometidos.
Para afrontarlos, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) recuerda que lo fundamental es revisar el presupuesto: “Conviene hacer un listado con todos los gastos a los que tenemos que hacer frente, y dividirlos entre fijos e inevitables, y superfluos. De estos últimos haremos una revisión estricta y eliminaremos lo máximo posible”.
Para conseguirlo basta papel y lápiz, aunque también está la opción de hacerlo a través de una de las muchas aplicaciones móviles que pueblan la Red.
Otro de los riesgos en estas fechas es el sobreendeudamiento por el uso de tarjetas de crédito: “Una de débito y otra de crédito son suficientes para cubrir las necesidades de un usuario medio”, aconsejan en la OCU.
Disponer de mucho dinero de plástico, además de ser caro por las comisiones, implica un mayor riesgo porque permite acceder a créditos más amplios.
Si hay que utilizar sistemas de pago aplazado, lo mejor es hacerlo de una sola compra sin intereses, ya que la opción de posponer el abono en varias cuotas suele tener intereses de hasta el 20% TAE. Yolanda Llorente, responsable de Márketing de Cofidis, confirma que han notado un incremento de peticiones vinculadas a proyectos como reformas en casa, un cambio de coche o para pagar estudios. “Está mejorando la morosidad.
Intentamos que el crédito sea responsable, que el cliente sepa qué está contratando para evitar problemas en recobro.
Hay que aprender a decir ‘no’ a compras compulsivas”.
Enero es el mes en que se vuelve a llenar la despensa, “pero con productos de mucho volumen para consumo cotidiano, no tan delicatessen como en diciembre”, recuerda Luis Pérez, de Lolamarket.
Pensar en la comida que se va a preparar durante toda la semana, no ir al supermercado con el estómago vacío y observar el precio por litro o kilo de los alimentos ahorrará disgustos en la factura.
Este también es el mes de las rebajas.
El año pasado, en el primer día de ofertas, Amazon batió su récord de pedidos hasta entonces: “Tuvimos más de 640 por minuto”, reconoce un portavoz.
Las ventas en este 2017 también se prevén altas.
Los descuentos, tanto en tiendas como online, tienen que estar debidamente identificados y la calidad de los productos debe ser la misma que la que tienen fuera de rebajas.
En caso de dudas o problemas se pueden pedir formularios de reclamación o acceder al arbitraje de consumo.
En casa, el ahorro empieza por rebajar el gasto en energía.
Facua recuerda que la factura de la luz del usuario medio es hoy un 69,8% más cara que hace diez años.
Las herramientas para combatir la inflación son variadas.
En calefacción, las calderas de gas resultan más económicas, aunque lo fundamental es conseguir una temperatura saludable y no excesiva, ya que cada grado que se baja el termostato ahorra un 8% de energía.
El consumo de los equipos conectados pero que no están en funcionamiento es responsable de alrededor del 10% del gasto. Para una mayor eficiencia, son recomendables electrodomésticos de clase A+++.
En lavadoras y lavavajillas se ahorra hasta un 21% de electricidad con programas cortos o ecológicos.
Revisar la potencia, instalar bombillas de bajo consumo, contratar mejores tarifas (o el bono social) facilita los descuentos.
En telefonía las compañías han anunciado un aumento en las tarifas de los paquetes.
También se espera un incremento de las llamadas a móviles no sujetas a tarifa. “Es necesario estar más atento que nunca para encontrar la mejor opción”, analizan en la OCU.
“Por menos de 20 euros al mes hay tarifas para llamadas a fijos que incluyen el coste de la línea y todas las llamadas a fijos nacionales gratis”.
Para internet, los clientes con fibra están más satisfechos de la conexión, pero a menudo las velocidades contratadas son superiores a las que se necesitan.
En cuanto al combustible, apagar el motor durante los atascos; conducir a velocidades moderadas sin bruscos acelerones; vigilar la presión de los neumáticos; vaciar el maletero de objetos pesados que no resulten imprescindibles y revisar las tarifas de los seguros son consejos que ayudarán a afrontar la más que previsible subida de los carburantes.
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