El documental 'Seré asesinado' rastrea el caso de Rodrigo Rosenberg
Es un rico abogado que denunció su propio asesinato
a través de un vídeo casero.
“Lamentablemente, si ustedes están viendo este mensaje es porque fui
asesinado por el presidente Álvaro Colom... la razón de por qué estoy
muerto se debe a que fui el abogado de Khalil Musa y su hija Marjorie,
que fueron salvajemente asesinados también por el presidente Colom”.
El vídeo en el que el propio Rodrigo Rosenberg, un rico abogado guatemalteco, anuncia su muerte y señala de manera tan directa a sus asesinos dura unos ocho minutos que parecen eternos.
Con traje oscuro, camisa blanca y corbata azul pálido, Rosenberg va desgranando, en un tono neutro, las vicisitudes de su muerte anunciada, ocurrida un domingo de mayo de 2009 cuando salió a dar un paseo en bicicleta cerca de su casa, un barrio residencial de la ciudad de Guatemala
. El caso Rosenberg convulsionó entonces a la sociedad guatemalteca, traumatizada por una violencia en la que cada día morían asesinadas 15 personas y en la que el 98% de esos asesinatos quedaban impunes.
El documental Seré asesinado, dirigido por el periodista y cineasta británico afincado en Cataluña Justin Webster, entra de lleno en este caso y lo hace como si de un thriller político se tratara, asistiendo casi en directo a un complejo entramado de dudas, mentiras, venganzas, traiciones, violencia, enfrentamientos políticos y amor. Fue el fiscal español Carlos Castresana, entonces al frente de la Comisión Internacional Contra la Impunidad de Guatemala (CICIG, bajo los auspicios de Naciones Unidas), el encargado de dirigir la investigación del caso real. También es el narrador del documental, junto a uno de los hijos del abogado, Eduardo.
Hoy, Castresana, personaje fundamental de esta trágica historia, asistirá al estreno de la película en la Cineteca del Matadero de Madrid junto al realizador Webster. “La investigación, complicada y compleja, se desarrolló en medio de una enorme presión política, con un país al borde del caos y con un conflicto durísimo entre la derecha y la izquierda.
Puse a disposición del caso un equipo de primer nivel compuesto por 10 civiles guatemaltecos y 20 de distintos países.
Ellos investigaban y yo lidiaba con los políticos.
Nos jugábamos mucho.
Solo para las detenciones finales de los diez implicados tuvimos que movilizar a 300 miembros de las fuerzas y equipos de seguridad.
Era como entrar en la boca del lobo”, explicaba ayer Castresana, ahora en la Fiscalía del Tribunal Supremo, a este diario.
Como ejemplo de lo extremadamente delicado de aquel caso, basten las palabras que le dijo entonces un embajador occidental que se interesó por la marcha de la investigación:
“Pues ya puedes darte prisa, porque si no lo resuelves tú lo resolverán los tanques”. Una frase que el fiscal recuerda todavía con horror.
Fue la paciencia y el resultado de los trabajos del director Justin Webster, que entró de lleno en una investigación personal para la producción del documental, lo que convenció finalmente a Castresana de participar en el filme, algo que rechazó al principio.
“Yo estaba ya fuera de Guatemala, quería dejar atrás esos años y tenía mucha prevención sobre lo que supondría esa vuelta.
Pero Webster me iba mostrando los progresos de su trabajo y no tuve más remedio que rendirme ante ello”.
Seré asesinado, disponible para los abonados de Yomvi de Canal + y que se proyectó en la última edición del Documenta Madrid, lleva al espectador por los más insólitos y secretos descubrimientos de una realidad oscura y difícil que escondía el caso Rosenberg, con una reconstrucción en tiempo real, imágenes de entonces y de ahora y sin una sola voz en off.
“Esta película demuestra que la realidad supera con creces la ficción”, asegura Webster, experiodista del diario The Independent y hoy dedicado a sacar a la luz historias en torno a la verdad y la justicia, principalmente en Latinoamérica.
El filme, con un final inesperado y sorprendente, como la propia realidad, esconde también una pasional historia de amor: la de Rosenberg con Marjorie Musa, asesinada junto a su padre, un industrial poderoso que había aceptado un cargo político.
También el descubrimiento de la personalidad del propio abogado, un hombre enigmático y proclive a los extremismos.
“Lo que más me interesaba de este caso es ese cruce entre la política y los temas personales que llevan la historia por unos derroteros inimaginables”, explica.
El documental, que cuenta con el aval de la BBC como uno de los coproductores, y cuya preproducción y rodaje duraron cerca de dos años, estará en la pantalla de la Cineteca los próximos meses.
De momento, en Guatemala solo se ha visto en un festival, y está aún pendiente su estreno en salas.
Hollywood olió el aroma dramático de esta truculenta historia, y está ya preparando una incursión en ella, lo que supondrá el debú del actor Matt Damon como director. The foreigner, con guion de Oscar Chriss Terrio, ganador del Oscar por Argo, contará con el propio Matt Damon como intérprete del personaje de Castresana.
El vídeo en el que el propio Rodrigo Rosenberg, un rico abogado guatemalteco, anuncia su muerte y señala de manera tan directa a sus asesinos dura unos ocho minutos que parecen eternos.
Con traje oscuro, camisa blanca y corbata azul pálido, Rosenberg va desgranando, en un tono neutro, las vicisitudes de su muerte anunciada, ocurrida un domingo de mayo de 2009 cuando salió a dar un paseo en bicicleta cerca de su casa, un barrio residencial de la ciudad de Guatemala
. El caso Rosenberg convulsionó entonces a la sociedad guatemalteca, traumatizada por una violencia en la que cada día morían asesinadas 15 personas y en la que el 98% de esos asesinatos quedaban impunes.
El documental Seré asesinado, dirigido por el periodista y cineasta británico afincado en Cataluña Justin Webster, entra de lleno en este caso y lo hace como si de un thriller político se tratara, asistiendo casi en directo a un complejo entramado de dudas, mentiras, venganzas, traiciones, violencia, enfrentamientos políticos y amor. Fue el fiscal español Carlos Castresana, entonces al frente de la Comisión Internacional Contra la Impunidad de Guatemala (CICIG, bajo los auspicios de Naciones Unidas), el encargado de dirigir la investigación del caso real. También es el narrador del documental, junto a uno de los hijos del abogado, Eduardo.
Hoy, Castresana, personaje fundamental de esta trágica historia, asistirá al estreno de la película en la Cineteca del Matadero de Madrid junto al realizador Webster. “La investigación, complicada y compleja, se desarrolló en medio de una enorme presión política, con un país al borde del caos y con un conflicto durísimo entre la derecha y la izquierda.
Puse a disposición del caso un equipo de primer nivel compuesto por 10 civiles guatemaltecos y 20 de distintos países.
Ellos investigaban y yo lidiaba con los políticos.
Nos jugábamos mucho.
Solo para las detenciones finales de los diez implicados tuvimos que movilizar a 300 miembros de las fuerzas y equipos de seguridad.
Era como entrar en la boca del lobo”, explicaba ayer Castresana, ahora en la Fiscalía del Tribunal Supremo, a este diario.
Como ejemplo de lo extremadamente delicado de aquel caso, basten las palabras que le dijo entonces un embajador occidental que se interesó por la marcha de la investigación:
“Pues ya puedes darte prisa, porque si no lo resuelves tú lo resolverán los tanques”. Una frase que el fiscal recuerda todavía con horror.
Fue la paciencia y el resultado de los trabajos del director Justin Webster, que entró de lleno en una investigación personal para la producción del documental, lo que convenció finalmente a Castresana de participar en el filme, algo que rechazó al principio.
“Yo estaba ya fuera de Guatemala, quería dejar atrás esos años y tenía mucha prevención sobre lo que supondría esa vuelta.
Pero Webster me iba mostrando los progresos de su trabajo y no tuve más remedio que rendirme ante ello”.
Seré asesinado, disponible para los abonados de Yomvi de Canal + y que se proyectó en la última edición del Documenta Madrid, lleva al espectador por los más insólitos y secretos descubrimientos de una realidad oscura y difícil que escondía el caso Rosenberg, con una reconstrucción en tiempo real, imágenes de entonces y de ahora y sin una sola voz en off.
“Esta película demuestra que la realidad supera con creces la ficción”, asegura Webster, experiodista del diario The Independent y hoy dedicado a sacar a la luz historias en torno a la verdad y la justicia, principalmente en Latinoamérica.
El filme, con un final inesperado y sorprendente, como la propia realidad, esconde también una pasional historia de amor: la de Rosenberg con Marjorie Musa, asesinada junto a su padre, un industrial poderoso que había aceptado un cargo político.
También el descubrimiento de la personalidad del propio abogado, un hombre enigmático y proclive a los extremismos.
“Lo que más me interesaba de este caso es ese cruce entre la política y los temas personales que llevan la historia por unos derroteros inimaginables”, explica.
El documental, que cuenta con el aval de la BBC como uno de los coproductores, y cuya preproducción y rodaje duraron cerca de dos años, estará en la pantalla de la Cineteca los próximos meses.
De momento, en Guatemala solo se ha visto en un festival, y está aún pendiente su estreno en salas.
Hollywood olió el aroma dramático de esta truculenta historia, y está ya preparando una incursión en ella, lo que supondrá el debú del actor Matt Damon como director. The foreigner, con guion de Oscar Chriss Terrio, ganador del Oscar por Argo, contará con el propio Matt Damon como intérprete del personaje de Castresana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario