Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

31 ago 2013

La leyenda (y el negocio) de una princesa que nunca muere

La investigación policial de las nuevas evidencias sobre el trágico accidente de Lady Di calientan la maquinaria promocional para el lanzamiento de su película

Hoy se cumple el 16º aniversario de su pérdida.

Lady Di y Dodi Al Fayed en Saint Tropez. / CORDON PRESS

Es difícil encontrar a un británico que no recuerde qué estaba haciendo el 31 de agosto de 1997, cuando llegaron las noticias de que el Mercedes donde viajaba Diana de Gales se había estrellado el Puente del Alma de París mientras era perseguida por los paparazzi.
 Han pasado 16 años desde su muerte pero Gran Bretaña sigue obsesionada con su princesa.
 La casa real no confirma actos conmemorativos oficiales, pero el día no pasará inadvertido, ni para los ciudadanos ni para los medios.
Es la fecha en la que los británicos dejaron a un lado su habitual reserva y se permitieron derramar lágrimas; en la que se obligó a los Windsor a mostrar compasión más allá de las apariciones pactadas en actos de caridad
. Con el tiempo el fantasma de Lady Di ha llegado a significar más que una triste historia: es el símbolo del poder igualador de la tragedia, un catalizador de sospechas sobre el orden establecido y un reclamo comercial que sigue vendiendo periódicos y reliquias.
 En los últimos meses han sido subastados el vestido negro con el que bailó junto a John Travolta y el Audi descapotable que conducía, y el museo de la moda de Londres exhibe bocetos de sus prendas diseñadas por Bellville Sassoon.
La alargada sombra de su figura explica algunos de los hábitos de la institución de la monarquía británica en la actualidad.
 Su influencia se nota en la concienzuda defensa de la privacidad del príncipe Guillermo y en las causas humanitarias de Enrique, que retoma el trabajo de su madre con niños seropositivos y en los campos de minas de Angola.
 La duquesa de Cambridge, que ha heredado su anillo de pedida, la homenajea discretamente con su vestuario.
 Hasta se podía intuir un guiño a ella en la elección del vestido de lunares al salir del hospital con su primogénito, el príncipe Jorge de Cambridge.
 El comportamiento poco formal de Diana se dibuja, incluso, tras la participación de Isabel II en los juegos olímpicos, en los que la reina recibió a James Bond en palacio
. El fondo memorial de la princesa, creado para gestionar las donaciones que llegaron tras su muerte, fue este año absorbido por la fundación del duque y la duquesa de Cambridge y el príncipe Enrique y se encuentra inactivo.
Su memoria queda en manos de sus hijos.
Era cuestión de tiempo que el mito (y el negocio) llegase a Hollywood.
 La mitificación del personaje alcanza a la propia actriz Naomi Watts, generalmente inmune a las afectaciones de la profesión, que ha declarado que sintió cómo Lady Di le había “concedido permiso” desde ultratumba para interpretarla.
 Coincidiendo con todo el despliegue promocional de la película Diana, que narra los dos últimos años de la vida de la princesa y llegará a los cines en septiembre, siguen creciendo teorías de la conspiración sobre su muerte.
Scotland Yard está examinando nuevos datos sobre el accidente que apuntan a un miembro del ejército como mano negra. La información surgió a raíz del juicio por posesión ilegal de armas del sargento Danny Nightingale.
 Uno de los testigos, denominado simplemente 'soldado N', había asegurado en el pasado que Diana de Gales, Dodi Al Fayed y el conductor Henri Paul habían sido asesinados por un miembro de las fuerzas especiales, un dato que fue filtrado por sus exsuegros.
 Aunque la referencia sirvió para remarcar su poca fiabilidad como testigo, la llama de la especulación ha sido avivada por el hecho de que la policía la tome en consideración
. Desde que en 2008 se cerró la investigación sobre el accidente, Scotland Yard no había tomado en serio ninguna de las acusaciones.
Teorías conspirativas no han faltado
. Las más persistentes mantienen que Diana estaba embarazada de Dodi y su familia política quiso sofocar el escándalo, que los servicios secretos estaban implicados y que un exespía del MI6 comparó los planes que se trazaron para acabar con ella a los pensados para el asesinato del presidente de Serbia
. Para muchos, como es el caso del periodista de la BBC Nicholas Owen, quedan muchas preguntas por aclarar.
 Entre ellas, por qué ninguna de las 14 cámaras de seguridad del túnel de la plaza del Alma capturó el accidente o si es cierto que el conductor llevaba encima una gran cantidad de dinero en efectivo.
 A Lady Di aún le queda mucha historia.

 

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