La maldición de ser hija de Victor Hugo
Victor Hugo tiene un muy interesante
museo (y gratuito, de ahí que yo estuviese en múltiples ocasiones
durante mi año Erasmus) en la parisina plaza des Vosges
. Es una plaza
preciosa, la más antigua de París,
con un parque y jardines en medio.
Y el museo de Victor Hugo en un
lado. En ese museo fue donde aprendí que ser hija del escritor…era una
especie de maldición.
Las más conocida de sus hijas fue, hasta
que el cine no lo remedió, Léopoldine Hugo, que se enamoró y que, cuando
después de un tiempo consiguió el permiso para casarse, se murió ahogada.
Su padre le dedicó un emotivo poema. Léopoldine
se convirtió en una especie de personaje romántico, trágico… aunque la
realmente romántica y trágica era su hermana Adèle.
Adèle se
enamoró -ella sí que locamente – perdió la razón – completamente – y
vagó por el mundo persiguiendo al hombre del que estaba enamorada sin
ser correspondida. François Truffaut le dedicó una película en los 70 y
la historia de la hija loca de amor del escritor empezó a ser conocida.
Adèle era la quinta hija de Victor Hugo, llamada como su madre Adèle.
Adèle conoció durante el exilio en
Guernesey (su padre, que estaba en contra del régimen de Napoleón III,
se exilió primero en Bruselas y luego en la isla del canal de la Mancha)
a un oficial británico, Albert Pinson. Se enamoró de él, aunque no
llegó a casarse con su enamorado.
A su familia les hizo creer que se
había llegado a realizar un enlace, pero en verdad nunca sucedió nada
así.
Sin embargo sí desarrolló una pasión enfermiza por él, que le llevó a perseguirlo por medio mundo.
Primero lo siguió a Halifax, luego a las Barbados.
Persiguiendo a
Pinson perdió la salud mental por completo y diez años de su vida
. Al
final, fue una mujer del lugar, Mine Celine Alvarez Baa, quien se puso
en contacto con su familia y quien la llevó de vuelta a Francia.
Era mediados de la década de 1870. Adèle Hugo vivió hasta 1915 en un hospital mental, donde murió en plena I Guerra Mundial. The New York Times
publicó entonces una curiosa necrológica: “la triste y trágica historia
de Adèle Hugo hace años que le ganó la simpatía de todo el mundo”.
Según la versión del periódico estadounidense, un oficial británico la
había secuestrado en Guernesey y ella acabó apareciendo, con la razón
perdida, en Nueva York, donde únicamente dijo que era la hija de Victor
Hugo lo que permitió identificarla y salvarla.
Lo más interesante es que, como su padre, Adèle escribía:
dejó un vasto diario (lo he estado buscando y es difícil de encontrar)
en el que fue contando su triste y apasionada historia de amor.
*La curiosa necrológica de The New York Times
tiene plus.
Con gran esfuerzo puede leerse esta crónica de 1909
escrita por un “veterano diplomático”. La vida de Adèle es incluso más
desgraciada en este reportaje.
*La foto de Adèle, que por su antigüedad ya ha caído en dominio público, está sacada de….¡¡una página de láminas y pósters!!!
Cualquiera puede tener ahora a la desgraciada Adèle Hugo en su salón.
*La foto sale, por cierto, en L’Histoire de Adèle H., la película de Truffaut sobre la triste vida de Adèle.
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