Misterios, locura y años 30
Hubo
una época en la que los problemas mentales eran una especie de
misterioso cajón de sastre en el que acaban demasiadas cosas.
Nellie Bly ya hablaba de
las mujeres que acababan en instituciones mentales por una razón o por
otra y a las que estar allí acababa por volver más locas.
O locas. En
esta novela, un personaje descubre que en los años 30 cualquier hombre podía internar en un psiquiátrico a su mujer sólo con que un médico cualquiera firmase un papel.
Más barato que el divorcio.
La extraña desaparición de Esme Lennox, de
Maggie O’Farrell, cuenta la historia de Iris, una mujer en la
actualidad que recibe la llamada de un centro psiquiátrico.
Van a cerrar
y ella tiene que ir a hacerse cargo de su tía abuela, Esme Lennox, que
lleva 70 años internada en el lugar
. Iris, como era de esperar, no sabía
nada de su tía loca y perdida, sobre la que su abuela, ahora enferma de
alzheimer, nunca le había hablado.
La novela es una interesante
aproximación a los secretos de familia pero sobre todo a la condena que
podía suponer un diagnóstico psiquiátrico en los años 30
. En la
página 52, Iris descubre que en la ficha médica se justifica el ingreso
de Esme con un “se empeña en llevar el pelo largo” y con un día en el
que fue descubierta bailando ante el espejo con la ropa de su madre
puesta.
Los personajes están muy bien construidos. La novela no es muy larga.
Una lectura muy recomendable.
En castellano está en Salamandra
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