Paul Schrader no era un impostor de lujo al especializarse como
guionista en infiernos síquicos y pintor de soledades sin salida al
escribir los guiones de películas tan insólitas, atormentadas y
magníficas como Taxi driver, Yakuza y Toro salvaje.
Fue un niño al que su religión le impidió ver una película hasta los 19
años, un individuo reprimido por rituales y ancestros, que cuando se
liberó de todos esos traumas, mostró una apocalíptica visión del mundo,
escribió sobre la desesperación, con la actitud del más salvaje y lucido
habitante de las drogas.
Sabía de lo que hablaba, era alguien que transmitía fiebre, contradicciones y amargura retratando volcanes en erupción y sin salida.
Intérpretes: Jeff Goldblum, Willem Dafoe, Derek Jacobi, Ayelet Zurer, Joachim Król, Jenya Dodina.
Género: drama. EE UU, 2008.
Duración: 106 minutos.
Cuando era muy joven me enamoré con motivos de la rabia y del
perturbador lado oscuro que desprendían las peliculas que dirigía
Schrader. Blue collar, esa descripción brutal del sálvese quien pueda en medio del capitalismo chantajista y los corrompidos sindicatos, y Hardcore,
esa investigación sobre el porno duro a cargo de un puritano cuya hija
se ha rebelado suicidamente, habitada por Retan, uno de los villanos más
fugaces y terroríficos que han habitado el cine, me parecen
magistrales.
Después, este director tan personal ha hecho películas tan pretendidamente inquietantes como débiles, ideales para que glorifiquen su malditismo los críticos sin lectores. Schrader ha perdido un crédito que fue notable. Yo me vuelvo a reencontrar con sus esencias en Posibilidad de escape, la historia de ese camello desenganchado de Nueva York que estratégicamente solo lleva en su bolsillo 19 gramos de cocaína, colegueando y traficando con el demonio a pesar de la búsqueda de pureza, de la sed de amor.
Me cuenta gente con criterio que Adam resucitado ha tardado cinco años en estrenarse en España y que la anterior solo fue distribuida en DVD. Creo recordar que estas incomprendidas obras solo las padecía en los festivales. Y con abrumadora desidia. Ya tenemos un símbolo del malditismo, del director de Hollywood que se rebela contra el sistema, del artista errante que fue desterrado del mezquino paraíso por no acatar sus normas de sumisión.
Que se lo crean los necios, o los academicamente subvencionados por el Estado y las instituciones culturales para encontrar las complejas flores del mal flotando en medio de la basura. Adam resucitado es un disparate plúmbeo, una visión de la esquizofrenia y de la locura como método de supervivencia narrada con tantas pretensiones intelectuales como ineficacia, otra descripción prescindible del horror utilizando el inefable y sagrado argumento de los campos de concentración nazis.
Aseguran los esforzados publicistas de esta indefendible película que Jeff Goldblum realiza la mejor interpretación de su carrera.
Haciendo de zumbado, tan grato para aspirar a premios. Es otra película patética de alguien muy inteligente y atormentado que parece haber perdido definitamente la brújula.
Sabía de lo que hablaba, era alguien que transmitía fiebre, contradicciones y amargura retratando volcanes en erupción y sin salida.
Adam resucitado
Dirección: Paul Schrader.Intérpretes: Jeff Goldblum, Willem Dafoe, Derek Jacobi, Ayelet Zurer, Joachim Król, Jenya Dodina.
Género: drama. EE UU, 2008.
Duración: 106 minutos.
Después, este director tan personal ha hecho películas tan pretendidamente inquietantes como débiles, ideales para que glorifiquen su malditismo los críticos sin lectores. Schrader ha perdido un crédito que fue notable. Yo me vuelvo a reencontrar con sus esencias en Posibilidad de escape, la historia de ese camello desenganchado de Nueva York que estratégicamente solo lleva en su bolsillo 19 gramos de cocaína, colegueando y traficando con el demonio a pesar de la búsqueda de pureza, de la sed de amor.
Me cuenta gente con criterio que Adam resucitado ha tardado cinco años en estrenarse en España y que la anterior solo fue distribuida en DVD. Creo recordar que estas incomprendidas obras solo las padecía en los festivales. Y con abrumadora desidia. Ya tenemos un símbolo del malditismo, del director de Hollywood que se rebela contra el sistema, del artista errante que fue desterrado del mezquino paraíso por no acatar sus normas de sumisión.
Que se lo crean los necios, o los academicamente subvencionados por el Estado y las instituciones culturales para encontrar las complejas flores del mal flotando en medio de la basura. Adam resucitado es un disparate plúmbeo, una visión de la esquizofrenia y de la locura como método de supervivencia narrada con tantas pretensiones intelectuales como ineficacia, otra descripción prescindible del horror utilizando el inefable y sagrado argumento de los campos de concentración nazis.
Aseguran los esforzados publicistas de esta indefendible película que Jeff Goldblum realiza la mejor interpretación de su carrera.
Haciendo de zumbado, tan grato para aspirar a premios. Es otra película patética de alguien muy inteligente y atormentado que parece haber perdido definitamente la brújula.
No hay comentarios:
Publicar un comentario