La exposición del V&A ‘Hollywood Costume’ reúne las prendas más icónicas de la historia de Hollywood.
En nuestra época obsesionada con los adornos de alfombra roja, se
suele olvidar el vestuario que lleva a las estrellas hasta allí.
El museo londinense Victoria & Albert quiere cambiar el foco de interés y dejar de hablar de escotes palabra de honor, pulseras de brillantes o de mejor o peor vestidas y devolver protagonismo a las prendas que aparecen en pantalla. La muestra Hollywood Costume reúne más de 130 prendas clave de la historia del cine, aquellas que ayudaron a construir personajes inolvidables.
En la exposición, que se inaugura el 20 de octubre, se podrán ver el vestido verde de cortina de Escarlata O’Hara en Lo que el viento se llevó, el modelo negro de Givenchy con el que Audrey Hepburn aparece en las primeras escenas de Desayuno con diamantes y la cazadora de cuero y sombrero fedora de Indiana Jones.
Una de las piezas más importantes es el vestido blanco que gracias a los respiraderos del metro de Nueva York deja al descubierto las piernas de Marilyn Monroe en La tentación vive arriba.
Diseñado por William Travilla, fue comprado por la actriz Debbie Reynolds a principios de la década de los setenta. Cuando Reynolds subastó el año pasado su colección, el vestido fue a las manos de un coleccionista privado por la cifra récord de 3.5 millones de euros aproximadamente y se perdió de vista. El V&A lo localizó hace apenas un mes gracias a la actriz Meryl Streep, colaboradora de la muestra.
El vestido de Monroe no es el único que causó quebraderos de cabeza a los organizadores. Tras cinco años de negociación, el museo consiguió que los legendarios escarpines rojo rubí que calzó Judy Garland como Dorothy en El Mago de Oz viajen por primera en la historia vez fuera de las fronteras estadounidenses. El par estará en Londres solo cuatro semanas.
Después del 18 de noviembre los originales volverán a su vitrina en el museo Smithsonian de Washington DC y serán sustituidos por una réplica confeccionada por sus fabricantes iniciales Western Costume Company.
Tantas precauciones encuentran su explicación en el robo de uno de los pares, que fueron sustraídos del museo de Judy Garland de Minnessota y nunca se ha vuelto a saber de su paradero.
A pesar de las prendas millonarias y del glamour hollywoodiense la exposición no quiere quedarse en el mero espectáculo. También hay espacio para piezas más discretas pero no menos icónicas como la cazadora militar de Robert de Niro en Taxi Driver o el Barbour de Helen Mirren como la reina Isabel II en The Queen.
“Fui buscando personajes, no prendas.
Esta no es una exposición decorativa” ha declarado la comisaria Deborah Nadoolman Landis, diseñadora de vestuario y esposa del director de cine John Landis.
Su punto de partida fue averiguar qué personajes que se han quedado grabados en la imaginación popular. Landis asegura que los más veteranos mencionaban el uniforme de camarera de Joan Crawford en Mildred Pierce mientras que los jóvenes prefieren el vestido de satén verde que luce Keira Knightley en Expiación.
El museo londinense Victoria & Albert quiere cambiar el foco de interés y dejar de hablar de escotes palabra de honor, pulseras de brillantes o de mejor o peor vestidas y devolver protagonismo a las prendas que aparecen en pantalla. La muestra Hollywood Costume reúne más de 130 prendas clave de la historia del cine, aquellas que ayudaron a construir personajes inolvidables.
En la exposición, que se inaugura el 20 de octubre, se podrán ver el vestido verde de cortina de Escarlata O’Hara en Lo que el viento se llevó, el modelo negro de Givenchy con el que Audrey Hepburn aparece en las primeras escenas de Desayuno con diamantes y la cazadora de cuero y sombrero fedora de Indiana Jones.
Una de las piezas más importantes es el vestido blanco que gracias a los respiraderos del metro de Nueva York deja al descubierto las piernas de Marilyn Monroe en La tentación vive arriba.
Diseñado por William Travilla, fue comprado por la actriz Debbie Reynolds a principios de la década de los setenta. Cuando Reynolds subastó el año pasado su colección, el vestido fue a las manos de un coleccionista privado por la cifra récord de 3.5 millones de euros aproximadamente y se perdió de vista. El V&A lo localizó hace apenas un mes gracias a la actriz Meryl Streep, colaboradora de la muestra.
El vestido de Monroe no es el único que causó quebraderos de cabeza a los organizadores. Tras cinco años de negociación, el museo consiguió que los legendarios escarpines rojo rubí que calzó Judy Garland como Dorothy en El Mago de Oz viajen por primera en la historia vez fuera de las fronteras estadounidenses. El par estará en Londres solo cuatro semanas.
Después del 18 de noviembre los originales volverán a su vitrina en el museo Smithsonian de Washington DC y serán sustituidos por una réplica confeccionada por sus fabricantes iniciales Western Costume Company.
Tantas precauciones encuentran su explicación en el robo de uno de los pares, que fueron sustraídos del museo de Judy Garland de Minnessota y nunca se ha vuelto a saber de su paradero.
A pesar de las prendas millonarias y del glamour hollywoodiense la exposición no quiere quedarse en el mero espectáculo. También hay espacio para piezas más discretas pero no menos icónicas como la cazadora militar de Robert de Niro en Taxi Driver o el Barbour de Helen Mirren como la reina Isabel II en The Queen.
“Fui buscando personajes, no prendas.
Esta no es una exposición decorativa” ha declarado la comisaria Deborah Nadoolman Landis, diseñadora de vestuario y esposa del director de cine John Landis.
Su punto de partida fue averiguar qué personajes que se han quedado grabados en la imaginación popular. Landis asegura que los más veteranos mencionaban el uniforme de camarera de Joan Crawford en Mildred Pierce mientras que los jóvenes prefieren el vestido de satén verde que luce Keira Knightley en Expiación.
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