No sé por qué la noticia me ha impactado. Vivimos tiempos revueltos, de luchas y crisis, de insetabilidad y leo la noticia : Tony Curts Ha muerto, para la gtan mayoría y jóvenes igual ni saben quien es, pero para toda una generación fue nuestro actor favorito y con matices , como se dice ahora.
Todos recordamos , "Con Faldas y a lo Loco", ninguno de los tres vive ya, quedaba él, pero nos dijo Adios. Era polifácetico, buen físico, atractivo pero nunca para mi fue un galán, siempre en sus películas había un contrapunto, en su caso fue Kirk Douglas , tanto en Espartaco como Rock Hudson en Francis, se casó, con Janet Leigh que seguramente es la actriz que más fama alcanzó con 15 minutos en escena, Psicopsis.
En 1953 llega su primer éxito con la película Houdini sobre el famoso ilusionista homónimo. Aunque mientras empieza a labrarse una carrera vuelve a actuar con Kirk Douglas en Vikingos, que me impresionó cuando se queda sin ojo.
Pero sería en 1959 cuando Curtis protagonizaría la película por que la que seguramente el gran público le recuerde: Con faldas y a lo loco de Billy Wilder. La historia de unos músicos que obligados a escapar de la mafia en el Chicago de la ley seca, deciden travestirse e irse de gira a Miami con una orquesta de mujeres un tanto descerebradas. Jack Lemmon y Marylin Monroe acompañaban al actor en esta película que jugaba sardónicamente con la masculinidad vehiculada por la imagen pública del actor permitiéndose licencias como la de parodiar el acento de Gary Grant en la escena de la playa de esta producción mil veces copiada pero nunca superada.
Y quizás sea una injusticia no recordar otras pero la que nos dejó para siempre en el recuerdo es esa frase "Nadie es Perfecto" Descanse en paz.
30 sept 2010
Continuará MARUJA TORRES
En estos días de cardos y espinas laborales he empezado a leer un libro editado por Melusina, felizmente radical como todos los suyos, que tiene un título irresistible: Capitalismo Gore. Su autora, Sayak Valencia, es una licenciada de Tijuana (México), filósofa, ensayista, poeta y "exhibicionista performática", definición que he entrecomillado porque me vuelve loca. Y créanme, es bastante difícil volverme loca a mí en estos tiempos tan mediocres. Exhibir la rabia y la ira como obra de arte me parece una salida sumamente válida.
¡Capitalismo gore! Por supuesto que Valencia se centra en esa forma de neoliberalismo llevado al límite -o más bien convertido en su brazo paralelo- y cada día más en alza, que es el negocio de las vidas, el negocio de las muertes, de los asesinatos y la tortura, que tanto ha aumentado en las zonas fronterizas mexicanas.
Sin embargo, al escribir, plenamente consciente y defendiendo por completo la especificidad de sus propias realidades, sin tener como referencia ni importarle un chile poblano lo que califica como la "benevolencia" de nuestro primer mundo bien pensante; al ahondar sobre ello, Sayak Valencia nos coloca ante un juego de espejos deformantes que, al serlo, explican mejor nuestras deformidades.
Uno ve claramente que, en el mercado del trabajo, la generación de productos, que compete a las empresas, ha dado paso al "recorte de productores" (mutilación de empleos, reducción de ingresos, explotación).
Frente al capitalismo gore, pues, ¿cómo podríamos llamar al nuestro, origen e inspiración del otro? Lo de liberalismo salvaje se nos ha quedado corto. "Neoliberalismo salvaje en progreso desbocado" no funcionaría ni entero, ni en acrónimo, ni con las siglas. Debemos sintetizar. ¿Capitalismo negro, de terror, gótico, trágico? Elijan ustedes, inventen ustedes.
Lo que sí es seguro es que to be continued. O sea, Capitalismo Continuará.
¡Capitalismo gore! Por supuesto que Valencia se centra en esa forma de neoliberalismo llevado al límite -o más bien convertido en su brazo paralelo- y cada día más en alza, que es el negocio de las vidas, el negocio de las muertes, de los asesinatos y la tortura, que tanto ha aumentado en las zonas fronterizas mexicanas.
Sin embargo, al escribir, plenamente consciente y defendiendo por completo la especificidad de sus propias realidades, sin tener como referencia ni importarle un chile poblano lo que califica como la "benevolencia" de nuestro primer mundo bien pensante; al ahondar sobre ello, Sayak Valencia nos coloca ante un juego de espejos deformantes que, al serlo, explican mejor nuestras deformidades.
Uno ve claramente que, en el mercado del trabajo, la generación de productos, que compete a las empresas, ha dado paso al "recorte de productores" (mutilación de empleos, reducción de ingresos, explotación).
Frente al capitalismo gore, pues, ¿cómo podríamos llamar al nuestro, origen e inspiración del otro? Lo de liberalismo salvaje se nos ha quedado corto. "Neoliberalismo salvaje en progreso desbocado" no funcionaría ni entero, ni en acrónimo, ni con las siglas. Debemos sintetizar. ¿Capitalismo negro, de terror, gótico, trágico? Elijan ustedes, inventen ustedes.
Lo que sí es seguro es que to be continued. O sea, Capitalismo Continuará.
Don Juan Carlos, dado de alta de su problema de pulmón
Sus médicos afirman que "se encuentra totalmente recuperado y no requerirá posteriores revisiones"
La Casa del Rey ha emitido esta mañana un comunicado sobre la salud del Rey en el que se dice: "Durante los días 28 y 29 de septiembre, S.M. el Rey se ha sometido a una revisión postoperatoria programada en relación con la intervención quirúrgica para la resección de un nódulo pulmonar benigno en el lóbulo superior derecho, que le fue realizada el pasado 8 de mayo en el Hospital Clínic de Barcelona.
El Rey, intervenido durante dos horas y media para extirparle un "tumor benigno"
Don Felipe: "El Rey me ha dicho: 'Como ves, aquí estoy entero y en forma"
Los cirujanos descartan que el Rey padezca cáncer
Juan Carlos I. Rey de España
Se le ha practicado un TAC torácico que evidencia la correcta cicatrización de la zona pulmonar intervenida, así como una completa recuperación del proceso.
En consecuencia, S.M. el Rey se encuentra totalmente recuperado y no requerirá posteriores revisiones."
El parte médico está firmado en Barcelona por los médicos Laureano Molins López-Rodó y Avelino Barros Caballero.
Cuando se hizo pública esta información sobre la salud del Rey, este se encontraba en Vigo en un acto oficial.
Don Juan Carlos ha retomado con más fuerza la actividad tras el regreso de las vacaciones de verano. Ahora es habitual verle en más actos fuera del palacio de La Zarzuela y viajando. Hasta ahora los médicos le habían recomendado rebajar su ritmo de trabajo. En estos meses el Rey, además, ha dejado de fumar.
La Casa del Rey ha emitido esta mañana un comunicado sobre la salud del Rey en el que se dice: "Durante los días 28 y 29 de septiembre, S.M. el Rey se ha sometido a una revisión postoperatoria programada en relación con la intervención quirúrgica para la resección de un nódulo pulmonar benigno en el lóbulo superior derecho, que le fue realizada el pasado 8 de mayo en el Hospital Clínic de Barcelona.
El Rey, intervenido durante dos horas y media para extirparle un "tumor benigno"
Don Felipe: "El Rey me ha dicho: 'Como ves, aquí estoy entero y en forma"
Los cirujanos descartan que el Rey padezca cáncer
Juan Carlos I. Rey de España
Se le ha practicado un TAC torácico que evidencia la correcta cicatrización de la zona pulmonar intervenida, así como una completa recuperación del proceso.
En consecuencia, S.M. el Rey se encuentra totalmente recuperado y no requerirá posteriores revisiones."
El parte médico está firmado en Barcelona por los médicos Laureano Molins López-Rodó y Avelino Barros Caballero.
Cuando se hizo pública esta información sobre la salud del Rey, este se encontraba en Vigo en un acto oficial.
Don Juan Carlos ha retomado con más fuerza la actividad tras el regreso de las vacaciones de verano. Ahora es habitual verle en más actos fuera del palacio de La Zarzuela y viajando. Hasta ahora los médicos le habían recomendado rebajar su ritmo de trabajo. En estos meses el Rey, además, ha dejado de fumar.
Llamada a la reflexión
El desigual seguimiento de la huelga favorece las propuestas de negociación social del Gobierno
La huelga general del 29 de septiembre se ha cerrado con un discreto éxito para los sindicatos, decidido prácticamente en el momento en que el Ministerio de Fomento selló unos servicios mínimos para el transporte generosos con los intereses sindicales, y muy poco coste político para el Gobierno, que no recibió ayer de la ciudadanía un mensaje abierta y masivamente contrario a su política económica. Tal como muestran los indicadores económicos más fiables, como el consumo de energía eléctrica, el seguimiento del conflicto se aproxima más a los moderados porcentajes que ofrece el Gobierno que a ese 70% que reclaman los sindicatos. Si la medida del triunfo es la pretensión de UGT y CC OO de "parar el país", lo cierto es que ayer no lo consiguieron. Ni siquiera pueden reclamar el capital popular para exigir la eliminación de la reforma laboral y la rectificación de las decisiones económicas de los últimos meses.
Gobierno y sindicatos se abren al diálogo mientras el PP habla de fracaso de ambos
Abstracción hecha de los lamentables sucesos de Barcelona, protagonizados por okupas, sin relación directa con la convocatoria, fue reducido el número de brotes violentos, una demostración convincente de que huelga general y caos destructivo no son sinónimos. Pero lo que importa después de la jornada del 29 de septiembre es extraer las consecuencias políticas de la huelga, para el Gobierno, para los sindicatos y también para la oposición parlamentaria. El hecho es que el malestar creado por la política de recortes del gasto, limitación de algunos derechos sociales y congelación de las pensiones no se concretó ayer en una huelga masiva. Lo cual no quiere decir, por supuesto, que aprueben la gestión de la crisis que ha realizado hasta ahora el Ejecutivo; más bien la rechazan. Pero son muy conscientes de las gravísimas dificultades de la actividad económica y del mercado laboral, muchas de las cuales no proceden de decisiones políticas. También perciben, y así lo demostraron, que una huelga general no resuelve esos problemas.
Los sindicatos, por tanto, también están llamados a la reflexión. Si, como se presume y es deseable, el Gobierno mantiene la línea de austeridad en el gasto público, prosigue una reforma laboral que necesita muchas mejoras e insiste en negociar una modificación en el sistema de cálculo de las pensiones, UGT y CC OO tendrán que aceptar la negociación y la colaboración en la tarea. No tendría credibilidad alguna la convocatoria de otra huelga general. Y el enfrentamiento directo con el Ejecutivo no disuelve el problema real de la recesión española: no hay actividad económica suficiente para generar empleo y la red de protección social solo puede financiarse con deuda cuyos prestatarios exigen un plan de ajuste convincente.
En ese sentido, las ofertas del presidente del Gobierno a los sindicatos para negociar los cambios en el sistema de pensiones son una aproximación muy sensata a la realidad. Con el paso de los días, UGT y CC OO empezarán a entender que es más útil formar parte de una negociación que oponerse a ella con el pretexto de defender a ultranza unos derechos sociales que no se pueden pagar a largo plazo salvo si se toman las decisiones adecuadas en el corto. Es mucho más útil para las organizaciones sindicales estar dentro de este debate que fuera.
Resulta notable la inhibición de la oposición parlamentaria. En el caso del PP, la táctica ha sido la de no respaldar la huelga, por razones ideológicas obvias, pero sin rechazarla con la rotundidad propia de una descalificación, en tanto que será un factor de desgaste del presidente. Pero en política, las causas y los efectos no siempre se siguen necesariamente en la misma proporción. Si el Gobierno consigue sumar a los sindicatos en una negociación seria en torno a las pensiones, no saldrá muy dañado de la huelga de ayer.
La huelga general del 29 de septiembre se ha cerrado con un discreto éxito para los sindicatos, decidido prácticamente en el momento en que el Ministerio de Fomento selló unos servicios mínimos para el transporte generosos con los intereses sindicales, y muy poco coste político para el Gobierno, que no recibió ayer de la ciudadanía un mensaje abierta y masivamente contrario a su política económica. Tal como muestran los indicadores económicos más fiables, como el consumo de energía eléctrica, el seguimiento del conflicto se aproxima más a los moderados porcentajes que ofrece el Gobierno que a ese 70% que reclaman los sindicatos. Si la medida del triunfo es la pretensión de UGT y CC OO de "parar el país", lo cierto es que ayer no lo consiguieron. Ni siquiera pueden reclamar el capital popular para exigir la eliminación de la reforma laboral y la rectificación de las decisiones económicas de los últimos meses.
Gobierno y sindicatos se abren al diálogo mientras el PP habla de fracaso de ambos
Abstracción hecha de los lamentables sucesos de Barcelona, protagonizados por okupas, sin relación directa con la convocatoria, fue reducido el número de brotes violentos, una demostración convincente de que huelga general y caos destructivo no son sinónimos. Pero lo que importa después de la jornada del 29 de septiembre es extraer las consecuencias políticas de la huelga, para el Gobierno, para los sindicatos y también para la oposición parlamentaria. El hecho es que el malestar creado por la política de recortes del gasto, limitación de algunos derechos sociales y congelación de las pensiones no se concretó ayer en una huelga masiva. Lo cual no quiere decir, por supuesto, que aprueben la gestión de la crisis que ha realizado hasta ahora el Ejecutivo; más bien la rechazan. Pero son muy conscientes de las gravísimas dificultades de la actividad económica y del mercado laboral, muchas de las cuales no proceden de decisiones políticas. También perciben, y así lo demostraron, que una huelga general no resuelve esos problemas.
Los sindicatos, por tanto, también están llamados a la reflexión. Si, como se presume y es deseable, el Gobierno mantiene la línea de austeridad en el gasto público, prosigue una reforma laboral que necesita muchas mejoras e insiste en negociar una modificación en el sistema de cálculo de las pensiones, UGT y CC OO tendrán que aceptar la negociación y la colaboración en la tarea. No tendría credibilidad alguna la convocatoria de otra huelga general. Y el enfrentamiento directo con el Ejecutivo no disuelve el problema real de la recesión española: no hay actividad económica suficiente para generar empleo y la red de protección social solo puede financiarse con deuda cuyos prestatarios exigen un plan de ajuste convincente.
En ese sentido, las ofertas del presidente del Gobierno a los sindicatos para negociar los cambios en el sistema de pensiones son una aproximación muy sensata a la realidad. Con el paso de los días, UGT y CC OO empezarán a entender que es más útil formar parte de una negociación que oponerse a ella con el pretexto de defender a ultranza unos derechos sociales que no se pueden pagar a largo plazo salvo si se toman las decisiones adecuadas en el corto. Es mucho más útil para las organizaciones sindicales estar dentro de este debate que fuera.
Resulta notable la inhibición de la oposición parlamentaria. En el caso del PP, la táctica ha sido la de no respaldar la huelga, por razones ideológicas obvias, pero sin rechazarla con la rotundidad propia de una descalificación, en tanto que será un factor de desgaste del presidente. Pero en política, las causas y los efectos no siempre se siguen necesariamente en la misma proporción. Si el Gobierno consigue sumar a los sindicatos en una negociación seria en torno a las pensiones, no saldrá muy dañado de la huelga de ayer.
La cacería DAVID TRUEBA
Uno de los más bellos cuentos de Beatrix Potter narra la historia de un pobre sastre que envía a su gato a comprar comida y una bobina de hilo para confeccionar el traje que le ha encargado el alcalde de Gloucester para su boda al día siguiente.
El sastre aprovecha la ausencia del gato para liberar a unos ratones que este ha apresado bajo las tazas de té. Cuando el gato regresa, enfadado, esconde el hilo al sastre y este, cansado y enfermo, se ve incapaz de terminar el traje y se duerme, convencido de que el día siguiente significará su ruina. Pero, durante la noche, los ratones agradecidos confeccionan un traje maravilloso que el alcalde recibe feliz.
No sé por qué pensé en este hermoso cuento al ver al sastre José Tomás sentado en el sofá azul del programa de Gabilondo en CNN +. Él explicó los pormenores de su traumática experiencia como testigo en la trama de corrupción del caso Gürtel. Lo hizo con la calma del hombre que ha superado la angustia y ahora confía en la terca razón de la justicia. Ayudó que Gabilondo se sentara ante él sin instinto depredador, sin refocilarse en las vísceras de un asunto goloso.
El sastre contó cómo un ciudadano sin importancia se convierte en el enemigo público cuando los políticos quieren salvar su poltrona. No parecía guardar ningún resquemor a los que le enredaron en la trama ni al presidente Camps, al que tomaba medidas en ratos robados a la agenda en la habitación del Ritz, ni tan siquiera cuando le telefoneó agitado para ver si caían del cielo inexistentes facturas a su nombre.
Pero sí enseñó una cicatriz abierta y enorme contra los que organizaron la cacería contra él, los que capitaneados por Federico Trillo pusieron a funcionar las aspas mediáticas para convertir al sastre en escoria humana.
Alegra ver a supervivientes de una cacería así, aunque se los vea heridos. Escuchándole, pensé que él también confía en que los ratones, agradecidos, terminen la faena. Los ratones son los magistrados, los investigadores, los ciudadanos, que tienen que acabar el trabajo de hacer justicia. Aunque todos sabemos que la vida nunca es tan perfecta como las fábulas de Beatrix Potter.
El sastre aprovecha la ausencia del gato para liberar a unos ratones que este ha apresado bajo las tazas de té. Cuando el gato regresa, enfadado, esconde el hilo al sastre y este, cansado y enfermo, se ve incapaz de terminar el traje y se duerme, convencido de que el día siguiente significará su ruina. Pero, durante la noche, los ratones agradecidos confeccionan un traje maravilloso que el alcalde recibe feliz.
No sé por qué pensé en este hermoso cuento al ver al sastre José Tomás sentado en el sofá azul del programa de Gabilondo en CNN +. Él explicó los pormenores de su traumática experiencia como testigo en la trama de corrupción del caso Gürtel. Lo hizo con la calma del hombre que ha superado la angustia y ahora confía en la terca razón de la justicia. Ayudó que Gabilondo se sentara ante él sin instinto depredador, sin refocilarse en las vísceras de un asunto goloso.
El sastre contó cómo un ciudadano sin importancia se convierte en el enemigo público cuando los políticos quieren salvar su poltrona. No parecía guardar ningún resquemor a los que le enredaron en la trama ni al presidente Camps, al que tomaba medidas en ratos robados a la agenda en la habitación del Ritz, ni tan siquiera cuando le telefoneó agitado para ver si caían del cielo inexistentes facturas a su nombre.
Pero sí enseñó una cicatriz abierta y enorme contra los que organizaron la cacería contra él, los que capitaneados por Federico Trillo pusieron a funcionar las aspas mediáticas para convertir al sastre en escoria humana.
Alegra ver a supervivientes de una cacería así, aunque se los vea heridos. Escuchándole, pensé que él también confía en que los ratones, agradecidos, terminen la faena. Los ratones son los magistrados, los investigadores, los ciudadanos, que tienen que acabar el trabajo de hacer justicia. Aunque todos sabemos que la vida nunca es tan perfecta como las fábulas de Beatrix Potter.
Rania de Jordania, operada del corazón en Nueva York
La reina Rania de Jordania fue sometida ayer lunes a una operación de corazón. La esposa del rey Abdalá ingresó en un hospital de Nueva York por la mañana, donde se le practicó un cateterismo para "corregir un problema de ritmo cardíaco irregular", según informó en un comunicado la Casa del Rey jordana.
"La intervención se ha desarrollado sin problemas y su majestad goza de buena salud", indica el escrito oficial. El palacio real añade que la reina pasará dos noches hospitalizada y se espera que regrese a Jordania "esta misma semana".
Rania de Jordania tiene 40 años y es madre de cuatro hijos. Estos días se encontraba en la ciudad neoyorquina, acompañando a su esposo, que acudía a la 65ª Asamblea General de la ONU y a la Cumbre sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Asimismo, la reina participó en la quinta edición de la Clinton Global Iniciative, un foro que tiene por objetivo recaudar fondos para el medio ambiente, la educación y la salud. El encuentro, celebrado en el Museo de Arte Moderno (MOMA) de Nueva York, es una iniciativa que se celebra anualmente impulsada por el ex presidente de EE UU Bill Clinton.
La reina Rania de Jordania, también embajadora de Unicef, es una incondicional de esta cita, que cuenta con la presencia de los hombres y mujeres más poderosos del planeta. En esta ocasión, junto a ella participaron, entre otros, los príncipes Haakon y Mette-Marit de Noruega, los actores Brad Pitt y Julia Ormond o el cantante de U2, Bono.
"La intervención se ha desarrollado sin problemas y su majestad goza de buena salud", indica el escrito oficial. El palacio real añade que la reina pasará dos noches hospitalizada y se espera que regrese a Jordania "esta misma semana".
Rania de Jordania tiene 40 años y es madre de cuatro hijos. Estos días se encontraba en la ciudad neoyorquina, acompañando a su esposo, que acudía a la 65ª Asamblea General de la ONU y a la Cumbre sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Asimismo, la reina participó en la quinta edición de la Clinton Global Iniciative, un foro que tiene por objetivo recaudar fondos para el medio ambiente, la educación y la salud. El encuentro, celebrado en el Museo de Arte Moderno (MOMA) de Nueva York, es una iniciativa que se celebra anualmente impulsada por el ex presidente de EE UU Bill Clinton.
La reina Rania de Jordania, también embajadora de Unicef, es una incondicional de esta cita, que cuenta con la presencia de los hombres y mujeres más poderosos del planeta. En esta ocasión, junto a ella participaron, entre otros, los príncipes Haakon y Mette-Marit de Noruega, los actores Brad Pitt y Julia Ormond o el cantante de U2, Bono.
El aullido poético de Norma Jean
Marilyn Monroe leía y escribía de manera compulsiva desde su adolescencia. Lo hacía en los tiempos muertos de los rodajes, en los monótonos días en hoteles, durante sus reincidentes crisis emocionales y, también, durantes los escasos momentos de felicidad que tuvo. Anotaba sus pensamientos, caóticos a veces, poéticos casi siempre, en cuadernos, hojas sueltas o facturas. Escribió sobre la muerte, el suicidio, el abandono, el desamor y el miedo. Habló de su soledad y, entre notas de recetas de cocina, cartas a sus médicos y deseos cotidianos, pidió socorro en silencio en versos desolados: "Vida- / soy de tus dos direcciones. / De algún modo permaneciendo colgada hacia abajo / casi siempre...".
Versos inéditos sobre el suicidio
Marilyn Monroe
Escribía en hoteles solitarios, en los rodajes, en sus crisis emocionales...
Anna Strasberg, viuda de su maestro Lee Strasberg, guardó los textos
El libro Fragmentos, que en España edita Seix Barral, saldrá a la venta en todo el mundo el próximo 6 de octubre (El País Semanal ofrecerá en exclusiva un amplio adelanto este domingo con fotos y textos inéditos). El volumen reúne por primera vez los poemas y escritos inéditos de la actriz, documentos que muestran la otra cara de una mujer obsesionada con encontrar su identidad en un sistema que le negaba cualquier pulsión propia, creativa e intelectual. Una mujer que se sintió acorralada por un papel del que -en el fondo- no la dejaron salirse nunca, el de la rubia tonta que le obligaron a interpretar hasta su trágica muerte, en 1962.
Todas sus pertenencias fueron heredadas por su profesor en el Actors Studio, Lee Strasberg. Durante casi cuarenta años las cajas que contenían todos sus efectos personales han estado selladas, hasta que Anna Strasberg, viuda del maestro, ha decidido desempolvarlas para su publicación. En su biblioteca había libros de historia, novela y ensayo. De Walt Whitman a James Joyce, Samuel Beckett, Gustav Flaubert, Jack Kerouac, Fiodor Dostoievsky o John Steinbeck. Entre sus poetas favoritos, Milton y entre sus pintores, Goya: "Conozco bien a ese hombre, tenemos los mismos sueños, llevo desde pequeña teniendo los mismos sueños", escribió una mujer marcada por una infancia atroz, huérfana de padre y víctima de una madre loca que jamás se hizo cargo de ella. De su infancia, Marilyn recordaba con especial pavor el día que tirotearon en su presencia a su perro Tipp, escena que le dejó de por vida su tono de voz titubeante.
Era una mujer insegura, triste, depresiva y autodestructiva. También era alegre, o como decía ella: "Sé que nunca seré feliz pero sé que ¡puedo ser muy alegre!". Sus escritos son la huella de las subidas y bajadas de una personalidad extremadamente sensible que le hizo dar tumbos entre maridos, amantes, hospitales y rodajes hasta su muerte a los 36 años. Adicta a las pastillas, vivía condicionada por un desquiciante pulso con el insomnio: "Anoche volví a pasar despierta toda la noche. A veces me pregunto para qué sirve el tiempo nocturno. Casi no existe para mí, todo me parece un largo y horrible día".
Stanley Buchtahl y Bernard Comment, editores de Fragmentos, escriben: "Algunos de estos textos darán lugar a interpretaciones y comentarios. Pero no hay en ellos nada sucio, ni de baja estofa, nada de cotilleos. Intimidad sin exhibicionismo, medición sísmica del alma". En el prólogo del libro el escritor Antonio Tabucchi habla de una personalidad "intelectual y artística" que ni los biógrafos podían sospechar. "La imagen que Marilyn ha dejado de sí misma esconde un alma que pocos sospechaban. De gran belleza, es un alma que la psicología barata calificaría de neurótica, como se puede calificar de neurótico a todo el que piensa demasiado, a todo el que ama demasiado, a todo el que siente demasiado".
De sus textos mecanografiados cuando apenas tenía veinte años, y en los que describe al detalle sus sentimientos al descubrir la infidelidad de su primer marido, James Dougherty, a los poemas emborronados y extrañamente puntuados de los últimos tiempos. Muchos de ellos, dedicados a su tercer marido, el dramaturgo Arthur Miller. Ella escribe del desamor de un hombre que todavía amaba: "Mi amor duerme junto a mí / en la débil luz -veo su viril mentón / aflojarse -y la boca / de su adolescencia regresa/ con una blandura más blanda/ su sensibilidad temblando / en la quietud / sus ojos tienen que haber excrutado el exterior / maravillosamente desde la gruta de su/ adolescencia -cuando las cosas que no entendía- / las olvidaba/ pero tendrá este mismo aspecto cuando esté muerto / oh hecho insoportable e inevitable / pero ¿preferiría que llegase la muerte / de su amor antes que la suya propia?".
Pero quizá nadie fue más certero a la hora de explicar la tragedia de Marilyn Monroe que el escritor Norman Mailer, quien al preguntarle por el suicidio de la actriz dijo: "Para sobrevivir habría tenido que ser más cínica o por lo menos estar más cerca de la realidad. En lugar de eso era una poeta callejera intentando recitar sus versos a una multitud que le hacía jirones en la ropa".
Versos inéditos sobre el suicidio
Marilyn Monroe
Escribía en hoteles solitarios, en los rodajes, en sus crisis emocionales...
Anna Strasberg, viuda de su maestro Lee Strasberg, guardó los textos
El libro Fragmentos, que en España edita Seix Barral, saldrá a la venta en todo el mundo el próximo 6 de octubre (El País Semanal ofrecerá en exclusiva un amplio adelanto este domingo con fotos y textos inéditos). El volumen reúne por primera vez los poemas y escritos inéditos de la actriz, documentos que muestran la otra cara de una mujer obsesionada con encontrar su identidad en un sistema que le negaba cualquier pulsión propia, creativa e intelectual. Una mujer que se sintió acorralada por un papel del que -en el fondo- no la dejaron salirse nunca, el de la rubia tonta que le obligaron a interpretar hasta su trágica muerte, en 1962.
Todas sus pertenencias fueron heredadas por su profesor en el Actors Studio, Lee Strasberg. Durante casi cuarenta años las cajas que contenían todos sus efectos personales han estado selladas, hasta que Anna Strasberg, viuda del maestro, ha decidido desempolvarlas para su publicación. En su biblioteca había libros de historia, novela y ensayo. De Walt Whitman a James Joyce, Samuel Beckett, Gustav Flaubert, Jack Kerouac, Fiodor Dostoievsky o John Steinbeck. Entre sus poetas favoritos, Milton y entre sus pintores, Goya: "Conozco bien a ese hombre, tenemos los mismos sueños, llevo desde pequeña teniendo los mismos sueños", escribió una mujer marcada por una infancia atroz, huérfana de padre y víctima de una madre loca que jamás se hizo cargo de ella. De su infancia, Marilyn recordaba con especial pavor el día que tirotearon en su presencia a su perro Tipp, escena que le dejó de por vida su tono de voz titubeante.
Era una mujer insegura, triste, depresiva y autodestructiva. También era alegre, o como decía ella: "Sé que nunca seré feliz pero sé que ¡puedo ser muy alegre!". Sus escritos son la huella de las subidas y bajadas de una personalidad extremadamente sensible que le hizo dar tumbos entre maridos, amantes, hospitales y rodajes hasta su muerte a los 36 años. Adicta a las pastillas, vivía condicionada por un desquiciante pulso con el insomnio: "Anoche volví a pasar despierta toda la noche. A veces me pregunto para qué sirve el tiempo nocturno. Casi no existe para mí, todo me parece un largo y horrible día".
Stanley Buchtahl y Bernard Comment, editores de Fragmentos, escriben: "Algunos de estos textos darán lugar a interpretaciones y comentarios. Pero no hay en ellos nada sucio, ni de baja estofa, nada de cotilleos. Intimidad sin exhibicionismo, medición sísmica del alma". En el prólogo del libro el escritor Antonio Tabucchi habla de una personalidad "intelectual y artística" que ni los biógrafos podían sospechar. "La imagen que Marilyn ha dejado de sí misma esconde un alma que pocos sospechaban. De gran belleza, es un alma que la psicología barata calificaría de neurótica, como se puede calificar de neurótico a todo el que piensa demasiado, a todo el que ama demasiado, a todo el que siente demasiado".
De sus textos mecanografiados cuando apenas tenía veinte años, y en los que describe al detalle sus sentimientos al descubrir la infidelidad de su primer marido, James Dougherty, a los poemas emborronados y extrañamente puntuados de los últimos tiempos. Muchos de ellos, dedicados a su tercer marido, el dramaturgo Arthur Miller. Ella escribe del desamor de un hombre que todavía amaba: "Mi amor duerme junto a mí / en la débil luz -veo su viril mentón / aflojarse -y la boca / de su adolescencia regresa/ con una blandura más blanda/ su sensibilidad temblando / en la quietud / sus ojos tienen que haber excrutado el exterior / maravillosamente desde la gruta de su/ adolescencia -cuando las cosas que no entendía- / las olvidaba/ pero tendrá este mismo aspecto cuando esté muerto / oh hecho insoportable e inevitable / pero ¿preferiría que llegase la muerte / de su amor antes que la suya propia?".
Pero quizá nadie fue más certero a la hora de explicar la tragedia de Marilyn Monroe que el escritor Norman Mailer, quien al preguntarle por el suicidio de la actriz dijo: "Para sobrevivir habría tenido que ser más cínica o por lo menos estar más cerca de la realidad. En lugar de eso era una poeta callejera intentando recitar sus versos a una multitud que le hacía jirones en la ropa".
Muere Tony Curtis, protagonista galán de 'Con faldas y a lo loco'
El actor estadounidense fallece a los 85 años.- Se hizo célebre en películas como Espartaco, Fugitivos o Los Vikingos .
Ha muerto uno de los príncipes del Hollywood dorado.
Según ha confirmado el forense del condado de Clark de Las Vegas, el actor nominado al Oscar en una ocasión, casado en seis, protagonista de clásicos de la talla de Con faldas y a lo loco, Los vikingos o Fugitivos, famoso vividor, temido galán, el actor ha fallecido a los 85 años de edad. Y es difícil evitar pensar en un final sin glamour, swing, cigarrillos, bourbon o mujeres para este Don Juan que surgió de lo más indigno del Bronx.
Porque con Tony Curtis también se va un poco de aquel Hollywood que creaba iconos globales, cambiaba vidas y hacía soñar.
¿Cuál es tu película favorita de Tony Curtis?
ENCUESTA - 1533 - Resultados
Con faldas y a lo loco
Fugitivos
Espartaco
El estrangulador de Boston
Trapecio
Bernard Schwartz nació el 3 de junio de 1925 en el seno de una familia de inmigrantes judíos húngaros. Su padre era sastre y toda su familia vivía en la parte de atrás del negocio en el barrio del Bronx en Nueva York. Su madre, esquizofrénica, golpeaba frecuentemente a sus tres hijos y no es de extrañar que el pequeño Bernard encontrara refugio desde muy joven en el cine, en general, y en las películas de Cary Grant, en particular. Un actor que marcaría su forma de ser, tanto en la apariencia física y como en la forma de entender la masculinidad, pero también en su vida. Una de las razones por las que se alistó a la marina fue precisamente ese actor. Y, en parte, por ese actor, lucharía en la Segunda Guerra Mundial llegando a presenciar la rendición del ejército japonés en la bahía de Tokio en septiembre de 1945. "Fue uno de los grandes momentos de mi vida", llegó a decir a este propósito.
A su llegada a Estados Unidos, y espoleado por su indudable magnetismo físico, ingresa en la escuela de interpretación de la New School en Nueva York donde comparte aula con Walter Matthau o Rod Schneider. En 1948 la Universal le hace un primer contrato y empieza su carrera en Hollywood como galán en ciernes en vehículos para su lucimiento como Criss Cross(1949) o Francis(1950) en compañía del otro galán universal, Rock Hudson. Un año más tarde se casa con Janet Leigh con la que estuvo casado 11 años y con la que tuvo dos hijos. Uno de ellos, Jamie Lee Curtis, también seguiría los pasos del padre. Después de Bernard Schwartz, después de tantear James Curtis, nace el fenómeno: Tony Curtis.
En 1953 llega su primer éxito con la película Houdini sobre el famoso ilusionista homónimo. Aunque mientras empieza a labrarse una carrera como actor de grandes dotes físicas, sus ansias por demostrar que también disponía de sutiles dotes interpretativas le llevan a crear su propia productora con la que en 1958 rodaría una de sus grandes películas: Los vikingos de Richard Fleischer junto a Kirk Douglas. Una pulsión, la de demostrar que además de gran hombre era gran actor, que le marcaría toda su carrera. Ese mismo año llegaría su primera y única nominación a los Oscar de Hollywood por su interpretación en la película Fugitivos del realizador Stanley Kramer .
Pero sería en 1959 cuando Curtis protagonizaría la película por que la que seguramente el gran público le recuerde: Con faldas y a lo loco de Billy Wilder . La historia de unos músicos que obligados a escapar de la mafia en el Chicago de la ley seca, deciden travestirse e irse de gira a Miami con una orquesta de mujeres un tanto descerebradas. Jack Lemmon y Marylin Monroe acompañaban al actor en esta película que jugaba sardónicamente con la masculinidad vehiculada por la imagen pública del actor permitiéndose licencias como la de parodiar el acento de Gary Grant en la escena de la playa de esta producción mil veces copiada pero nunca superada. Más tarde, Curtis volvería a jugar al despiste sexual en el Espartaco de Stanley Kubrick y a la autoderrisión con su papel de patético galán en La carrera del siglo (1965) de Blake Edwards.
Después de algunos sonados fracasos como El estrangulador de Boston (1968) y cansado de su imagen de sex-symbol, en los años setenta se refugia en la televisión. Protagoniza, entre otras, la serie The persuaders junto a Roger Moore, McCoy (1975-76) o la longeva Las Vegas (1978-1981). Pero a finales de los ochenta el ocaso de la estrella es cada vez más evidente. Tony Curtis empieza a perder toda la elegancia old-school que le hizo famoso y solo es capaz de llamar la atención del gran público con sus sonados y repetidos matrimonios (y divorcios). El último, una entrenadora de caballos con la que montó una ONG para rescatar a dichos mamíferos abandonados, o violentados, por sus propietarios.
El actor deja hoy una filmografía de más de 100 películas. Un trabajo realizado junto los más grandes de la historia de Hollywood con artistas de la talla de Burt Lancaster, Stanley Kubrick o Marylin Monroe. Y cinco hijos con sus distintas mujeres. También, una fundación para la conservación de la herencia cultural judía en Hungría y unas memorias publicadas en 2008 tituladas: Un príncipe americano: memorias. Aunque, también deja una extensa obra pictórica. Poco conocida pero que resultó ser la expresión artística con la que tuvo más respaldo de la difícil, esquiva y, a veces violenta, crítica especializada. "Nadie es perfecto" decía Jack Lemmon en Con faldas y a lo loco. Tony Curtis tampoco. Y bien gracias.
Ha muerto uno de los príncipes del Hollywood dorado.
Según ha confirmado el forense del condado de Clark de Las Vegas, el actor nominado al Oscar en una ocasión, casado en seis, protagonista de clásicos de la talla de Con faldas y a lo loco, Los vikingos o Fugitivos, famoso vividor, temido galán, el actor ha fallecido a los 85 años de edad. Y es difícil evitar pensar en un final sin glamour, swing, cigarrillos, bourbon o mujeres para este Don Juan que surgió de lo más indigno del Bronx.
Porque con Tony Curtis también se va un poco de aquel Hollywood que creaba iconos globales, cambiaba vidas y hacía soñar.
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Con faldas y a lo loco
Fugitivos
Espartaco
El estrangulador de Boston
Trapecio
Bernard Schwartz nació el 3 de junio de 1925 en el seno de una familia de inmigrantes judíos húngaros. Su padre era sastre y toda su familia vivía en la parte de atrás del negocio en el barrio del Bronx en Nueva York. Su madre, esquizofrénica, golpeaba frecuentemente a sus tres hijos y no es de extrañar que el pequeño Bernard encontrara refugio desde muy joven en el cine, en general, y en las películas de Cary Grant, en particular. Un actor que marcaría su forma de ser, tanto en la apariencia física y como en la forma de entender la masculinidad, pero también en su vida. Una de las razones por las que se alistó a la marina fue precisamente ese actor. Y, en parte, por ese actor, lucharía en la Segunda Guerra Mundial llegando a presenciar la rendición del ejército japonés en la bahía de Tokio en septiembre de 1945. "Fue uno de los grandes momentos de mi vida", llegó a decir a este propósito.
A su llegada a Estados Unidos, y espoleado por su indudable magnetismo físico, ingresa en la escuela de interpretación de la New School en Nueva York donde comparte aula con Walter Matthau o Rod Schneider. En 1948 la Universal le hace un primer contrato y empieza su carrera en Hollywood como galán en ciernes en vehículos para su lucimiento como Criss Cross(1949) o Francis(1950) en compañía del otro galán universal, Rock Hudson. Un año más tarde se casa con Janet Leigh con la que estuvo casado 11 años y con la que tuvo dos hijos. Uno de ellos, Jamie Lee Curtis, también seguiría los pasos del padre. Después de Bernard Schwartz, después de tantear James Curtis, nace el fenómeno: Tony Curtis.
En 1953 llega su primer éxito con la película Houdini sobre el famoso ilusionista homónimo. Aunque mientras empieza a labrarse una carrera como actor de grandes dotes físicas, sus ansias por demostrar que también disponía de sutiles dotes interpretativas le llevan a crear su propia productora con la que en 1958 rodaría una de sus grandes películas: Los vikingos de Richard Fleischer junto a Kirk Douglas. Una pulsión, la de demostrar que además de gran hombre era gran actor, que le marcaría toda su carrera. Ese mismo año llegaría su primera y única nominación a los Oscar de Hollywood por su interpretación en la película Fugitivos del realizador Stanley Kramer .
Pero sería en 1959 cuando Curtis protagonizaría la película por que la que seguramente el gran público le recuerde: Con faldas y a lo loco de Billy Wilder . La historia de unos músicos que obligados a escapar de la mafia en el Chicago de la ley seca, deciden travestirse e irse de gira a Miami con una orquesta de mujeres un tanto descerebradas. Jack Lemmon y Marylin Monroe acompañaban al actor en esta película que jugaba sardónicamente con la masculinidad vehiculada por la imagen pública del actor permitiéndose licencias como la de parodiar el acento de Gary Grant en la escena de la playa de esta producción mil veces copiada pero nunca superada. Más tarde, Curtis volvería a jugar al despiste sexual en el Espartaco de Stanley Kubrick y a la autoderrisión con su papel de patético galán en La carrera del siglo (1965) de Blake Edwards.
Después de algunos sonados fracasos como El estrangulador de Boston (1968) y cansado de su imagen de sex-symbol, en los años setenta se refugia en la televisión. Protagoniza, entre otras, la serie The persuaders junto a Roger Moore, McCoy (1975-76) o la longeva Las Vegas (1978-1981). Pero a finales de los ochenta el ocaso de la estrella es cada vez más evidente. Tony Curtis empieza a perder toda la elegancia old-school que le hizo famoso y solo es capaz de llamar la atención del gran público con sus sonados y repetidos matrimonios (y divorcios). El último, una entrenadora de caballos con la que montó una ONG para rescatar a dichos mamíferos abandonados, o violentados, por sus propietarios.
El actor deja hoy una filmografía de más de 100 películas. Un trabajo realizado junto los más grandes de la historia de Hollywood con artistas de la talla de Burt Lancaster, Stanley Kubrick o Marylin Monroe. Y cinco hijos con sus distintas mujeres. También, una fundación para la conservación de la herencia cultural judía en Hungría y unas memorias publicadas en 2008 tituladas: Un príncipe americano: memorias. Aunque, también deja una extensa obra pictórica. Poco conocida pero que resultó ser la expresión artística con la que tuvo más respaldo de la difícil, esquiva y, a veces violenta, crítica especializada. "Nadie es perfecto" decía Jack Lemmon en Con faldas y a lo loco. Tony Curtis tampoco. Y bien gracias.
29 sept 2010
La tierra gira, los hombres siguen haciendo cosas,
La tierra gira, los hombres siguen haciendo cosas, el viento rojo de la tarde arremolina y levanta las hojas del suelo, los álamos ya tienen su temblor casi desnudo, y nosotros nos paramos a mirar, en medio de las avenidas, en los trayectos urbanos del autobús.
Somos tal vez por eso conservadores, por inactivos o gentes que mira, mientras los otros actúan o se acicalan, o pugnan y conquistan, y otros ceden y también se complacen por ello. Nos quedamos atento a la fijeza sobre la mancha vertiginosa de la vida, esas nubes que corren con sus velos de viudas por la faz de la luna.
¿Y para qué, si no es por temor? ¿Por qué nos detenemos si no es por sentir -ah, ya pensada y sentida y adentro de uno- la belleza instantánea que viene, por un momento, a calmarnos la herida del viento, y de los giros del planeta, y de la rotación del tiempo?
Intuimos un gran derrumbe, en unas de las primeras noches del espanto infantil, cuando recorríamos sonámbulos las galerías vacías de la casa al borde del barranco; y nos distrajeron con jardines y ultramarinas de juventud, sólo para que el proceso se perfile con mayor detenimiento y precisión; esta caída, que no es la nuestra.
Que es la caída de la vida en la que cesando nos adentramos para cerrar los ojos completamente.
Publicado por José Carlos Cataño
Somos tal vez por eso conservadores, por inactivos o gentes que mira, mientras los otros actúan o se acicalan, o pugnan y conquistan, y otros ceden y también se complacen por ello. Nos quedamos atento a la fijeza sobre la mancha vertiginosa de la vida, esas nubes que corren con sus velos de viudas por la faz de la luna.
¿Y para qué, si no es por temor? ¿Por qué nos detenemos si no es por sentir -ah, ya pensada y sentida y adentro de uno- la belleza instantánea que viene, por un momento, a calmarnos la herida del viento, y de los giros del planeta, y de la rotación del tiempo?
Intuimos un gran derrumbe, en unas de las primeras noches del espanto infantil, cuando recorríamos sonámbulos las galerías vacías de la casa al borde del barranco; y nos distrajeron con jardines y ultramarinas de juventud, sólo para que el proceso se perfile con mayor detenimiento y precisión; esta caída, que no es la nuestra.
Que es la caída de la vida en la que cesando nos adentramos para cerrar los ojos completamente.
Publicado por José Carlos Cataño
ELPAIS.com >Gente y TVUn millón de euros por llamar cocainómano a Marichalar
La revista 'Época' publicó un reportaje por el que el ex duque de Lugo se querelló
"Conflicto en la separación de doña Elena. Alega consumo ocasional de cocaína". Así se titulaba y subtitulaba el reportaje que en octubre de 2008 publicó en su portada la revista Época, y que trataba el tema de la separación de Jaime de Marichalar y la infanta Elena.
La Infanta Elena ya es una mujer divorciada
Nulidad por inmadurez o por miedo reverencial
Los duques de Lugo firman su divorcio
Los duques de Lugo se separan
Marichalar se queda sin figura de cera
Jaime de Marichalar Y Sáenz de Tejada
El ex duque de Lugo presentó entonces una querella criminal que el martes dio sus frutos: el juzgado de instrucción número 27 de Madrid dictó un auto de apertura de juicio contra los periodistas a cargo de la información y fijó una fianza solidaria nada menos que de 1.039.980 euros para asegurar las responsabilidades civiles.
El reportaje, que insinuaba el supuesto consumo ocasional de cocaína del ex marido de la infanta Elena, estaba firmado por la periodista María Eugenia Hernández Viñés. El otro acusado es el entonces director de Época, Carlos Dávila, que hoy ejerce como director general de publicaciones del Grupo Intereconomía. Ambos profesionales se exponen también a una condena máxima de dos años.
La revista Época y su editora, Difusora de Información Periodística SA, tienen un día de plazo para pagar la fianza de más de un millón de dólares. Por lo tanto, si no depositan el dinero a última hora del miércoles, los bienes de la empresa serán embargados.
El alto monto de la fianza solidaria que se ha impuesto en este caso se debe a que el juez instructor, Enrique Luis Bergés, consideró inaceptable el hecho de no encontrar una sola prueba presentada por los periodistas que avalara las acusaciones vertidas sobre el ex duque de Lugo.
El Grupo Intereconomía publica en su página web que en el citado número 1.213 de Época, aparecido el 2 de octubre de 2008, nunca se acusaba de cocainómano a Marichalar, sino que "recogía las informaciones que el semanario recibió de fuentes de toda solvencia en torno a la separación de los entonces duques de Lugo".
"Conflicto en la separación de doña Elena. Alega consumo ocasional de cocaína". Así se titulaba y subtitulaba el reportaje que en octubre de 2008 publicó en su portada la revista Época, y que trataba el tema de la separación de Jaime de Marichalar y la infanta Elena.
La Infanta Elena ya es una mujer divorciada
Nulidad por inmadurez o por miedo reverencial
Los duques de Lugo firman su divorcio
Los duques de Lugo se separan
Marichalar se queda sin figura de cera
Jaime de Marichalar Y Sáenz de Tejada
El ex duque de Lugo presentó entonces una querella criminal que el martes dio sus frutos: el juzgado de instrucción número 27 de Madrid dictó un auto de apertura de juicio contra los periodistas a cargo de la información y fijó una fianza solidaria nada menos que de 1.039.980 euros para asegurar las responsabilidades civiles.
El reportaje, que insinuaba el supuesto consumo ocasional de cocaína del ex marido de la infanta Elena, estaba firmado por la periodista María Eugenia Hernández Viñés. El otro acusado es el entonces director de Época, Carlos Dávila, que hoy ejerce como director general de publicaciones del Grupo Intereconomía. Ambos profesionales se exponen también a una condena máxima de dos años.
La revista Época y su editora, Difusora de Información Periodística SA, tienen un día de plazo para pagar la fianza de más de un millón de dólares. Por lo tanto, si no depositan el dinero a última hora del miércoles, los bienes de la empresa serán embargados.
El alto monto de la fianza solidaria que se ha impuesto en este caso se debe a que el juez instructor, Enrique Luis Bergés, consideró inaceptable el hecho de no encontrar una sola prueba presentada por los periodistas que avalara las acusaciones vertidas sobre el ex duque de Lugo.
El Grupo Intereconomía publica en su página web que en el citado número 1.213 de Época, aparecido el 2 de octubre de 2008, nunca se acusaba de cocainómano a Marichalar, sino que "recogía las informaciones que el semanario recibió de fuentes de toda solvencia en torno a la separación de los entonces duques de Lugo".
28 sept 2010
AIRES DE PAZ Y AMOR
El mundo de la moda es tan sorprendente como previsible. Tras años instaladas en el ambiente futurista, con tejidos innovadores y cortes nunca vistos, llegaron las prendas 'retro' con sus aires 'vintage' y, tarde o temprano, era de esperar, nos iba a invadir la inspiración 'hippie'. Estampados psicodélicos, cintas a la cabeza, vestidos largos... Toma nota de nuestras 'celebrities', sueña con viajar a Woodstock y apúntate a una tendencia que también pegará con fuerza el próximo otoño. (Fotos: Gtresonline)
Es irónico que la mayor abanderada de este resurgir en la moda sea Paris Hilton. Pero la millonaria ha demostrado que no le importa lo que digan y se pasea casi como salida de su propia comuna.
Es irónico que la mayor abanderada de este resurgir en la moda sea Paris Hilton. Pero la millonaria ha demostrado que no le importa lo que digan y se pasea casi como salida de su propia comuna.
NO SIN MI SOMBRERO
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Lo usaban ya en la antigua Grecia, plumas y colores llevan los de las grandes señoras, y Coco Chanel apostó por uno más austero y cómodo, en una época de grandes extravagancias. El sombrero es un complemento de los de siempre, imprescindible para no caer en el aburrimiento, y un clásico de la época estival. Las 'celebrities' han preparado ya sus vacaciones y ninguna se ha olvidado de él.
Marion Cotillard con un estilo muy ecléctico.
Lo usaban ya en la antigua Grecia, plumas y colores llevan los de las grandes señoras, y Coco Chanel apostó por uno más austero y cómodo, en una época de grandes extravagancias. El sombrero es un complemento de los de siempre, imprescindible para no caer en el aburrimiento, y un clásico de la época estival. Las 'celebrities' han preparado ya sus vacaciones y ninguna se ha olvidado de él.
Marion Cotillard con un estilo muy ecléctico.
No sin mi "Allure"
Para el desfile de Alta Costura de Chanel otoño-invierno 2010/11, Karl Lagerfeld deseaba dar una nueva dimensión al rostro. Un maquillaje y unos peinados contemporáneos, una nueva sofisticación fácil de llevar para el día a día
Cuando Karl me enseñó sus dibujos, me di cuenta de que todas esas siluetas tenían un toque de color rojo en la boca", dice Peter Philips, director de la creación de maquillaje de Chanel.
Cuando Karl me enseñó sus dibujos, me di cuenta de que todas esas siluetas tenían un toque de color rojo en la boca", dice Peter Philips, director de la creación de maquillaje de Chanel.
Amaya Arzuaga: 'Desfilar en París es un sueño'
Acaba de ser mamá, recientemente ha presentado en la Pasarela Cibeles su segunda línea, 'AA', y ahora debuta en París después de haber estado seis años en Londres y tres temporadas en Milán. Es Amaya Arzuaga, sin duda, una de nuestras diseñadoras más conocidas. Con un estilo perceptible y coherente, ha hecho de su trabajo la bandera del éxito: más de 200 puntos de venta en España y presencia en algunas de las ciudades más importantes del mundo, como Amberes, Nueva York, París y Londres. La creadora burgalesa es la mujer de las '3 T': talento, tenacidad y taller (sus patrones son realmente de estudio).
LADRONES DE CUERPOS
LADRONES DE CUERPOS
INTRODUCCIÓN
El pasado 11 de septiembre fallecía el actor Kevin McCarthy, un veterano secundario del cine estadounidense de amplia trayectoria televisiva, recordado por algunos títulos de serie B de los años 50 y por su presencia en varias películas del director Joe Dante (“Aullidos”, “En los Límites de la Realidad” o “El Chip Prodigioso”, entre otras). Sin embargo, de toda su filmografía hay un título que brilla especialmente, “La Invasión de los Ladrones de Cuerpos”, un clásico de la ciencia ficción conspiratoria de mediados del siglo XX que Hollywood ha revisitado en varias ocasiones desde entonces y cuyo desarrollo nos gustaría recordar como tributo a la figura de este actor. Desde el estreno de este título hasta la última adaptación de esta historia en 2007 con “Invasión” existe un intervalo de cincuenta años, a lo largo de los cuales esta misma premisa ha recibido diferentes enfoques, no sólo convirtiéndose en un referente de la ciencia ficción cinematográfica, sino también ahondando en los cambios políticos y sociales de estos últimos años.
LA INVASIÓN DE LOS LADRONES DE CUERPOS
El origen lo podemos encontrar en un serial de tres partes publicados por el escritor Jack Finney en la revista en la revista Collier en 1954 (y más tarde convertido en novela). Esta historia fascinó al productor Walter Wanger, quien en seguida encargó al guionista Daniel Mainwarning que la adaptará a guión cinematográfico, bajo el título de “La Invasión de los Ladrones de Cuerpos”. Se escogió al director Don Siegel, hasta ese momento no especialmente conocido, y a un grupo de actores, como Kevin McCarthy que encontraron en esta película el más importante trabajo de su filmografía.
A esta historia de alienígenas que llegan a la Tierra y se convierten en clones sin emociones de sus habitantes, Mainwarning le supo ver una lectura política de candente actualidad, concretamente con la brutal caza de brujas que el senador Joseph McCarthy había emprendido contra los comunistas. El propio Mainwarning fue víctima de esta persecución, donde cada norteamericano miraba a su vecino con temor sin saber si tras su trato cotidiano se encontraba un espía de los rusos. El guionista quiso destapar esta histeria colectiva que había infectado desde la política al entorno social. Así, según su visión de la historia, lo importante de la historia no era saber cuál de los personajes era un ladrón de cuerpos y cuál era humano, sino la paranoia creada que obligaba a todos a desconfiar de todos. Esto quedó eficazmente reflejado en la puesta en escena de Don Siegel, quien utilizó los recursos propios del cine negro para realzar esa idea de suspense y nerviosismo.
Curiosamente, por otro lado, hubo quien también hiciera una segunda lectura de la película completamente opuesta. Frente a la crítica de la cinta al uso por parte del senador McCarthy de las teorías del terror para mantener controladas a las masas e inconscientes de los verdaderos problemas de la sociedad de la época, hubo quien encontró en la cinta un verdadero mensaje anticomunista, donde los invasores eran metáforas del supuesto adoctrinamiento que ejercía esta ideología, anulando la voluntad personal en favor de la colectividad.
EL TÁNDEM MARTIN SCORSESE - LEONARDO DICAPRIO
EL TÁNDEM MARTIN SCORSESE - LEONARDO DICAPRIO
1. INTRODUCCIÓN
Para muchos Martin Scorsese es uno de los mejores directores en activo con los que cuenta el cine norteamericano, toda una leyenda autor de títulos emblemáticos como “Taxi Driver”, “Toro Salvaje” o “Uno de los Nuestros”. Sin embargo, hasta un director de estas características necesita mantener vínculos con las nuevas generaciones de espectadores, por lo que en los últimos años su carrera ha estado estrechamente relacionada con la de Leonardo DiCaprio, un actor que tras el éxito extraordinario de “Titanic” pasó a convertirse en ídolo para adolescentes. La complicidad entre director y actor ya ha generado hasta la fecha cuatro películas, habiendo sido premiada la penúltima de ellas, “Infiltrados”, entre otros galardones, con dos Oscars a mejor película y mejor director.
2. PREVIOS
Prácticamente desde el principio de su carrera, Scorsese ha contado con la colaboración del que hasta ahora era su actor fetiche, Robert DeNiro, sumando juntos un total de 8 películas: “Malas Calles”, “Taxi Driver”, “New York, New York”, “Toro Salvaje”, “El Rey de la Comedia”, “Uno de los Nuestros”, “El Cabo del Miedo” y “Casino”. Otro nombre recurrente en el reparto de las películas de Scorsese es Harvey Keitel, quien protagonizó las primeras películas del director (“¿Quién llama a mi puerta?” y “Malas Calles”), para pasar a ocupar papeles secundarios en “Alicia ya no Vive Aquí”, “Taxi Driver” y “La Última Tentación de Cristo”. El cine de Scorsese se ha caracterizado siempre por ser una mezcla perfecta entre clasicismo y modernidad visual, con gran detenimiento en la descripción de personajes y la dirección de actores.
Por su parte Leonardo DiCaprio empezó a destacar en el cine y la televisión a muy pronta edad. Su primer gran papel le llegó de la mano del director Lasse Hallstrom con “¿Quién Ama a Gilbet Grape?”, con la que obtuvo también su primera nominación a los Oscars. Ese mismo año protagonizó, precisamente junto a Robert DeNiro, “Vida de este Chico”, especializándose a continuación en películas de corte independiente como “Diario de un Rebelde” o “Vidas al Límite”. Sin embargo su paso por títulos comerciales como “Romeo y Julieta” o la ya mencionada “Titanic” le supuso un salto al estrellato con el que el actor no estaba muy cómodo. Tras jugar el papel de estrella de Hollywood en películas como “El Hombre del Máscara de Hierro”, el actor prefirió regresar a producciones más arriesgadas y que demandaran más de él como intérprete. Fue en ese momento en el que encadenó dos proyectos con dos de los directores más prestigiosos de la industria, “Atrápame si Puedes” con Steven Spielberg y “Gangs of New York” con Martin Scorsese.
3. GANGS OF NEW YORK
“Gangs of New York” era un proyecto largamente ambicionado por Scorsese, ideado por primera vez en 1978, después del éxito de “Taxi Driver”. El director intentó levantar la producción en varias ocasiones a lo largo de su carrera, pero siempre había algún obstáculo que se lo echaba abajo. Dicen las malas lenguas que cuando Leonardo DiCaprio llegó al rodaje, los primeros días su comportamiento era el de una estrella caprichosa, hasta que en una reunión privada, Scorsese le leyó la cartilla al actor y a partir de ese momento se le bajaron los humos. Sea cierto esto o no, la imagen que proyectan estos dos artistas desde este primer trabajo ha sido bastante cordial. Más allá de su interés común en hacer películas de calidad y alejadas del patrón de las superproducciones de Hollywood, actor y director parecen compartir un gusto cinéfilo similar. Scorsese alabó la madurez personal e interpretativa del actor, mientras que Dicaprio siempre se ha referido a Scorsese como un maestro con el que ha aprendido mucho sobre el oficio, pero también sobre toda la herencia del cine a lo largo de su historia.
En su papel de Amsterdam Vallon, Di Caprio demostró un esfuerzo interpretativo superior al de cualquiera de sus trabajos anteriores. Si bien la presencia de un soberbio Daniel Day Lewis le arrebató protagonismo, el actor supo defender muy bien su personaje, confirmándose valedor de la confianza depositada en él por parte de Scorsese. Para el director la película supuso un verdadero viacrucis, ya que tras las complicaciones del rodaje, tuvo que enfrentarse a la temible tijera de los hermanos Weinstein, quienes le obligaron a reducir más de una hora de metraje, algo que afecta sobre todo a la resolución final, que termina siendo precipitada y no tan espectacular como estaba prevista.
4. EL AVIADOR
Dos años más tarde actor y director volvieron a coincidir en “El Aviador”, biopic del multimillonario, empresario y cineasta Howard Hughes. La película partía de un ambicioso guión escrito por John Logan (“Gladiator”, “El Último Samurai”) que se centraba en 17 años de la vida del personaje, en los que se ilustraba su ascenso en el mundo de los negocios, su obsesión por la aviación, el cine y las mujeres, sus conflictos con el gobierno y los primeros síntomas de la enfermedad mental que acabó convirtiéndole en un recluso en su propia casa. Esto permitió a Scorsese realizar una película visualmente deslumbrante, en la que además depositar su sabiduría y su amor por la Era Dorada de Hollywood. Por la pantalla desfilaron personajes como Katherine Hepburn, Ava Gardner, Errol Flynn, o Jean Harlow, a los que daban vida de manera muy convincente Cate Blanchett, Kate Beckinsale, Jude Law o Gwen Stefani.
Por su parte DiCaprio volvió a poner toda la carne en el asador con este personaje, intentado dar credibilidad a sus diferentes facetas. El actor consiguió gracias a este trabajo su segunda nominación a los Oscars, sin embargo a la postre su rostro aniñado terminó pasando factura a su interpretación. La película cubre la vida de Hughes desde que tenía 25 años hasta los 42, y si bien cuando rodó la película DiCaprio tenía 30 años, la impresión a lo largo de todo el metraje es la de ser demasiado joven para el papel. En esta ocasión Scorsese logró presentar una cinta más compacta y homogénea que “Gangs of New York”, aunque también es cierto que un tanto alejada de los verdaderos momentos de genio de aquella.
5. INFILTRADOS
En 2006 Martin Scorsese recibió el encargo de rodar “Infiltrados”, remake de una película hongkonesa de gran éxito titulada “Infernal Affairs” (“Juego Sucio”, en su traducción en la edición en DVD para España). Experto en el cine de mafias gracias a títulos como “Malas Calles”, “Uno de los Nuestros”, “Casino” o “Gangs of New York”, Scorsese se adentró en el mundo de la mafia irlandesa en Chicago, ofreciendo un papel estelar como jefe mafioso a Jack Nicholson.
Aparte de Nicholson, la cinta se basaba sobre todo en el duelo interpretativo entre DiCaprio y Mat Damon, como los dos infiltrados en la mafia y la policía respectivamente, quienes se dedican a pasar información a sus respectivos jefes. DiCaprio logró su interpretación más convincente en una película de Martin Scorsese, al contario que Damon, que resultó más plano en su papel. De la labor del director se alabó la contundencia de su puesta en escena y la habilidad con la que se sumergía en un ambiente tan concreto como la comunidad irlandesa, logrando la misma verosimilitud y detalle que en sus trabajos sobre la mafia italoamericana neoyorquina.
“Infiltrados” fue la triunfadora en la ceremonia de los Oscars de ese año, llevándose las estatuillas a mejor montaje, guión, dirección y película. De esta manera la Academia de Hollywood pagaba su deuda pendiente con Martin Scorsese, para quien ésta era su octava nominación. Lástima que esta puesta al día fuera con una cinta de encargo, donde sí es cierto que el director daba muestras de su habitual virtuosismo y fortaleza visual, pero que estaba muy alejada del extraordinario trabajo de personajes y ambientes de otros trabajos anteriores. “Infiltrados” era un thriller policíaco puro y duro, alejándose poco de los mismos patrones y giros de trama que ya existían en la versión Hongkonesa.
1. INTRODUCCIÓN
Para muchos Martin Scorsese es uno de los mejores directores en activo con los que cuenta el cine norteamericano, toda una leyenda autor de títulos emblemáticos como “Taxi Driver”, “Toro Salvaje” o “Uno de los Nuestros”. Sin embargo, hasta un director de estas características necesita mantener vínculos con las nuevas generaciones de espectadores, por lo que en los últimos años su carrera ha estado estrechamente relacionada con la de Leonardo DiCaprio, un actor que tras el éxito extraordinario de “Titanic” pasó a convertirse en ídolo para adolescentes. La complicidad entre director y actor ya ha generado hasta la fecha cuatro películas, habiendo sido premiada la penúltima de ellas, “Infiltrados”, entre otros galardones, con dos Oscars a mejor película y mejor director.
2. PREVIOS
Prácticamente desde el principio de su carrera, Scorsese ha contado con la colaboración del que hasta ahora era su actor fetiche, Robert DeNiro, sumando juntos un total de 8 películas: “Malas Calles”, “Taxi Driver”, “New York, New York”, “Toro Salvaje”, “El Rey de la Comedia”, “Uno de los Nuestros”, “El Cabo del Miedo” y “Casino”. Otro nombre recurrente en el reparto de las películas de Scorsese es Harvey Keitel, quien protagonizó las primeras películas del director (“¿Quién llama a mi puerta?” y “Malas Calles”), para pasar a ocupar papeles secundarios en “Alicia ya no Vive Aquí”, “Taxi Driver” y “La Última Tentación de Cristo”. El cine de Scorsese se ha caracterizado siempre por ser una mezcla perfecta entre clasicismo y modernidad visual, con gran detenimiento en la descripción de personajes y la dirección de actores.
Por su parte Leonardo DiCaprio empezó a destacar en el cine y la televisión a muy pronta edad. Su primer gran papel le llegó de la mano del director Lasse Hallstrom con “¿Quién Ama a Gilbet Grape?”, con la que obtuvo también su primera nominación a los Oscars. Ese mismo año protagonizó, precisamente junto a Robert DeNiro, “Vida de este Chico”, especializándose a continuación en películas de corte independiente como “Diario de un Rebelde” o “Vidas al Límite”. Sin embargo su paso por títulos comerciales como “Romeo y Julieta” o la ya mencionada “Titanic” le supuso un salto al estrellato con el que el actor no estaba muy cómodo. Tras jugar el papel de estrella de Hollywood en películas como “El Hombre del Máscara de Hierro”, el actor prefirió regresar a producciones más arriesgadas y que demandaran más de él como intérprete. Fue en ese momento en el que encadenó dos proyectos con dos de los directores más prestigiosos de la industria, “Atrápame si Puedes” con Steven Spielberg y “Gangs of New York” con Martin Scorsese.
3. GANGS OF NEW YORK
“Gangs of New York” era un proyecto largamente ambicionado por Scorsese, ideado por primera vez en 1978, después del éxito de “Taxi Driver”. El director intentó levantar la producción en varias ocasiones a lo largo de su carrera, pero siempre había algún obstáculo que se lo echaba abajo. Dicen las malas lenguas que cuando Leonardo DiCaprio llegó al rodaje, los primeros días su comportamiento era el de una estrella caprichosa, hasta que en una reunión privada, Scorsese le leyó la cartilla al actor y a partir de ese momento se le bajaron los humos. Sea cierto esto o no, la imagen que proyectan estos dos artistas desde este primer trabajo ha sido bastante cordial. Más allá de su interés común en hacer películas de calidad y alejadas del patrón de las superproducciones de Hollywood, actor y director parecen compartir un gusto cinéfilo similar. Scorsese alabó la madurez personal e interpretativa del actor, mientras que Dicaprio siempre se ha referido a Scorsese como un maestro con el que ha aprendido mucho sobre el oficio, pero también sobre toda la herencia del cine a lo largo de su historia.
En su papel de Amsterdam Vallon, Di Caprio demostró un esfuerzo interpretativo superior al de cualquiera de sus trabajos anteriores. Si bien la presencia de un soberbio Daniel Day Lewis le arrebató protagonismo, el actor supo defender muy bien su personaje, confirmándose valedor de la confianza depositada en él por parte de Scorsese. Para el director la película supuso un verdadero viacrucis, ya que tras las complicaciones del rodaje, tuvo que enfrentarse a la temible tijera de los hermanos Weinstein, quienes le obligaron a reducir más de una hora de metraje, algo que afecta sobre todo a la resolución final, que termina siendo precipitada y no tan espectacular como estaba prevista.
4. EL AVIADOR
Dos años más tarde actor y director volvieron a coincidir en “El Aviador”, biopic del multimillonario, empresario y cineasta Howard Hughes. La película partía de un ambicioso guión escrito por John Logan (“Gladiator”, “El Último Samurai”) que se centraba en 17 años de la vida del personaje, en los que se ilustraba su ascenso en el mundo de los negocios, su obsesión por la aviación, el cine y las mujeres, sus conflictos con el gobierno y los primeros síntomas de la enfermedad mental que acabó convirtiéndole en un recluso en su propia casa. Esto permitió a Scorsese realizar una película visualmente deslumbrante, en la que además depositar su sabiduría y su amor por la Era Dorada de Hollywood. Por la pantalla desfilaron personajes como Katherine Hepburn, Ava Gardner, Errol Flynn, o Jean Harlow, a los que daban vida de manera muy convincente Cate Blanchett, Kate Beckinsale, Jude Law o Gwen Stefani.
Por su parte DiCaprio volvió a poner toda la carne en el asador con este personaje, intentado dar credibilidad a sus diferentes facetas. El actor consiguió gracias a este trabajo su segunda nominación a los Oscars, sin embargo a la postre su rostro aniñado terminó pasando factura a su interpretación. La película cubre la vida de Hughes desde que tenía 25 años hasta los 42, y si bien cuando rodó la película DiCaprio tenía 30 años, la impresión a lo largo de todo el metraje es la de ser demasiado joven para el papel. En esta ocasión Scorsese logró presentar una cinta más compacta y homogénea que “Gangs of New York”, aunque también es cierto que un tanto alejada de los verdaderos momentos de genio de aquella.
5. INFILTRADOS
En 2006 Martin Scorsese recibió el encargo de rodar “Infiltrados”, remake de una película hongkonesa de gran éxito titulada “Infernal Affairs” (“Juego Sucio”, en su traducción en la edición en DVD para España). Experto en el cine de mafias gracias a títulos como “Malas Calles”, “Uno de los Nuestros”, “Casino” o “Gangs of New York”, Scorsese se adentró en el mundo de la mafia irlandesa en Chicago, ofreciendo un papel estelar como jefe mafioso a Jack Nicholson.
Aparte de Nicholson, la cinta se basaba sobre todo en el duelo interpretativo entre DiCaprio y Mat Damon, como los dos infiltrados en la mafia y la policía respectivamente, quienes se dedican a pasar información a sus respectivos jefes. DiCaprio logró su interpretación más convincente en una película de Martin Scorsese, al contario que Damon, que resultó más plano en su papel. De la labor del director se alabó la contundencia de su puesta en escena y la habilidad con la que se sumergía en un ambiente tan concreto como la comunidad irlandesa, logrando la misma verosimilitud y detalle que en sus trabajos sobre la mafia italoamericana neoyorquina.
“Infiltrados” fue la triunfadora en la ceremonia de los Oscars de ese año, llevándose las estatuillas a mejor montaje, guión, dirección y película. De esta manera la Academia de Hollywood pagaba su deuda pendiente con Martin Scorsese, para quien ésta era su octava nominación. Lástima que esta puesta al día fuera con una cinta de encargo, donde sí es cierto que el director daba muestras de su habitual virtuosismo y fortaleza visual, pero que estaba muy alejada del extraordinario trabajo de personajes y ambientes de otros trabajos anteriores. “Infiltrados” era un thriller policíaco puro y duro, alejándose poco de los mismos patrones y giros de trama que ya existían en la versión Hongkonesa.
27 sept 2010
La Campaña de Carla Bruni
FLORENCIA SAÑUDO
Carla Bruni-Sarkozy ha decidido ignorar el ruido que están provocando las dos biografías (no autorizadas) que salieron recientemente en Francia. La primera dama francesa se dice por un lado "ultra partidaria de la libertad de expresión" y por otro, reticente a emprender una acción ante la justicia contra los autores que sólo les brindaría "más publicidad gratuita". Por lo tanto, silencio.
Pero, lo que no quiere dejar pasar bajo silencio es la campaña BORN HIV FREE (Nacer sin el VIH) iniciada y apoyada por ella para movilizar el apoyo del público a la labor del Fondo Mundial y conseguir un mundo en el que, para 2015, no nazca ningún niño con el VIH (el virus que causa el SIDA).
Lanzada originariamente el 19 de mayo de 2010, la campaña fue concebida a petición de Carla Bruni-Sarkozy - Embajadora del Fondo Mundial para la Protección de Mujeres y Niños contra el SIDA - y coproducida con el Fondo Mundial.
En el momento de anunciarse su nombramiento, en diciembre de 2008, declaró que una de las formas de actuar como embajadora sería implicar al mundo del arte, la cultura, la moda y el espectáculo en la causa. La campaña fue adquiriendo fuerza a partir de este compromiso, gracias al irrefrenable poder de convicción de la Primera Dama. Por ejemplo, se realizaron varias películas, una de ellas con música de Amy Winehouse y dirigida por el actor Vincent Perez (ex compañero sentimental de Carla) y se obtuvo la colaboración de Tiffany & Co. que creó un broche de coleccionista del logo de la campaña y de Jean-Paul Gaultier quien produjo una camiseta "collector".
Esta semana, la campaña fue relanzada, ocupando la foto de Carla Bruni-Sarkozy páginas enteras de los periódicos nacionales franceses, con ocasión de la reunión que el 5 de octubre de 2010 en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York , presidida por el Secretario General Ban Ki-moon, en la que se reunirán los países donantes que comprometerán su apoyo económico al Fondo Mundial para los próximos tres años (2011-2013) destinado a combatir el Sida así como también la tuberculosis y el paludismo. El grado de apoyo de éstos determinará si se gana o pierde la batalla por eliminar virtualmente la trasmisión maternoinfantil del virus para 2015, poner fin a las muertes por malaria y reducir drásticamente la carga de tuberculosis. "Resultados extraordinarios pueden estar a nuestro alcance si esta reunión permite liberar los fondos suficientes" dice Carla Bruni Sarkozy.
"Tenemos los medios médicos suficientes y el conocimiento para evitar la transmisión de VIH de madre a hijo, sin embargo cada año nacen 400.000 niños con el VIH" deplora.
Carla Bruni-Sarkozy ha decidido ignorar el ruido que están provocando las dos biografías (no autorizadas) que salieron recientemente en Francia. La primera dama francesa se dice por un lado "ultra partidaria de la libertad de expresión" y por otro, reticente a emprender una acción ante la justicia contra los autores que sólo les brindaría "más publicidad gratuita". Por lo tanto, silencio.
Pero, lo que no quiere dejar pasar bajo silencio es la campaña BORN HIV FREE (Nacer sin el VIH) iniciada y apoyada por ella para movilizar el apoyo del público a la labor del Fondo Mundial y conseguir un mundo en el que, para 2015, no nazca ningún niño con el VIH (el virus que causa el SIDA).
Lanzada originariamente el 19 de mayo de 2010, la campaña fue concebida a petición de Carla Bruni-Sarkozy - Embajadora del Fondo Mundial para la Protección de Mujeres y Niños contra el SIDA - y coproducida con el Fondo Mundial.
En el momento de anunciarse su nombramiento, en diciembre de 2008, declaró que una de las formas de actuar como embajadora sería implicar al mundo del arte, la cultura, la moda y el espectáculo en la causa. La campaña fue adquiriendo fuerza a partir de este compromiso, gracias al irrefrenable poder de convicción de la Primera Dama. Por ejemplo, se realizaron varias películas, una de ellas con música de Amy Winehouse y dirigida por el actor Vincent Perez (ex compañero sentimental de Carla) y se obtuvo la colaboración de Tiffany & Co. que creó un broche de coleccionista del logo de la campaña y de Jean-Paul Gaultier quien produjo una camiseta "collector".
Esta semana, la campaña fue relanzada, ocupando la foto de Carla Bruni-Sarkozy páginas enteras de los periódicos nacionales franceses, con ocasión de la reunión que el 5 de octubre de 2010 en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York , presidida por el Secretario General Ban Ki-moon, en la que se reunirán los países donantes que comprometerán su apoyo económico al Fondo Mundial para los próximos tres años (2011-2013) destinado a combatir el Sida así como también la tuberculosis y el paludismo. El grado de apoyo de éstos determinará si se gana o pierde la batalla por eliminar virtualmente la trasmisión maternoinfantil del virus para 2015, poner fin a las muertes por malaria y reducir drásticamente la carga de tuberculosis. "Resultados extraordinarios pueden estar a nuestro alcance si esta reunión permite liberar los fondos suficientes" dice Carla Bruni Sarkozy.
"Tenemos los medios médicos suficientes y el conocimiento para evitar la transmisión de VIH de madre a hijo, sin embargo cada año nacen 400.000 niños con el VIH" deplora.
La musa de Armani
Se presenta ahora como la imagen de Armani Cosmetics (por su belleza, puede permitísrselo) pero Megan Fox es, desde hace ya tiempo, la musa del modisto italiano. Sus curvas han protagonizado interesantes campañas para Armani Underwear e incluso para Armani Jeans. A la vista de las imágenes, el maestro ha encontrado a su musa... (Por Araceli Ocaña)
Republicanas? Prostitutas o débiles mentales
La Junta de Andalucía piensa indemnizar a las mujeres que fueron vejadas por ser republicanas. Más vale tarde que nunca, aunque, como era de esperar, a Dolores de Cospedal no le ha gustado. No importa. Es una gran oportunidad para reivindicar a miles y miles de mujeres que fueron pisoteadas por sus ideas o simplemente por estar casadas o ser hijas de republicanos. Nunca fueron reconocidas como presas políticas, sino como prostitutas.
Algunos quieren seguir silenciando que el franquismo se ensañó con las mujeres de izquierda
La mayoría de ellas han sido y siguen siendo invisibles. Tan solo puntuales historiadores han investigado sus vidas. Y lo seguirán siendo mientras en nuestras escuelas no se explique qué pasó. Ni nuestros universitarios ni los estudiantes de Bachillerato reciben información. Para los libros de texto estas mujeres no existieron. Y las nuevas generaciones las van conociendo a través del cine, de las series de televisión y de algunos libros.
Lo que puede pasar es que la mayoría estén muertas y con Alzheimer, pero en Andalucia será repuesto su honor, si es que puede reponer lo que quitaron otros que fue su dignidad y aún hoy tienen miedo en reconocerlo.
Pero a nivel sómbolico sería una buena idea que eso suceda en todas las autonomías.
El catedrático Vicenç Navarro, de la Universidad Pompeu Fabra, todavía se sorprende cuando ve a sus alumnos hablar con soltura de las desapariciones y torturas en Chile y Argentina y de la total ignorancia de lo que pasó en España. Nadie conoce a esas 19 jóvenes del pueblecito sevillano de Guillena que fueron asesinadas en el verano de 1936 o a Amparo Barayón, mujer del escritor Ramón J. Sender, que antes de ser fusilada le enviaba una nota a su marido diciéndole que habían hecho desaparecer a su hija Andreína.
En cambio, para los vencedores de la Guerra Civil, las mujeres fueron un pilar importante de su nuevo régimen dictatorial. Enfocaron en ellas toda su ideología y las convirtieron en su arma más importante para educar a futuras generaciones, para conseguir que las familias fueran el núcleo de la sociedad en donde "los valores del franquismo" se mantuviesen y proliferasen.
Y, por supuesto, con el entusiasmo de la jerarquía católica. No olvidemos que la mayoría de las hacinadas y cochambrosas cárceles fueron administradas y custodiadas por órdenes religiosas femeninas.
La influencia que las mujeres lograron para reproducir la represión moral y política fue una de las más útiles armas del régimen franquista. Abnegadas, calladas y obedientes, las mujeres del franquismo renunciaron, quizás sin saberlo, a vivir su propia vida, para servir a los intereses del poder establecido.
En cuanto a las republicanas, por el hecho de haber perdido una guerra se convirtieron en seres inferiores, en lo que el historiador Ricard Vinyes denomina la "degeneración social del disidente". "Al fin y al cabo", añade Vinyes, "desproveer al enemigo de condición humana ha sido un requerimiento previo a su aniquilación".
Y si hay que recordar a algún experto en humillar y aniquilar a estas mujeres fue el comandante-psiquiatra Vallejo Nájera, que no dudaba en definirlas como "débiles mentales". Director del Gabinete de Investigaciones Sociológicas, nombrado directamente por Franco, teorizó hasta la saciedad sobre la inferioridad mental de la mujer-disidente.
En sus experimentos en la cárcel de Málaga, agrupaba a las presas por categorías de peligrosidad, considerando "las más degeneradas" a las que eran marxistas y catalanas.
En medio de tanto odio, la Fiscalía del Estado se alarmaba del aumento espectacular de suicidios: un 71,3% más que en el año 1932. Fue lo que acabó haciendo la licenciada en Ciencias Matilde Landa, detenida y trasladada a la cárcel de Ventas de Madrid en 1939, condenada a muerte e indultada gracias a las numerosas gestiones de sus familiares. Pasó 30 años en prisión antes de quitarse la vida.
De las presas de la cárcel de Málaga, Vallejo Nájera afirmaba que habían actuado "empujadas por el resentimiento y el fracaso social que en las mujeres era más notorio dada su perversión moral y sexual". Se las machacó de forma especial no solo por sus ideas políticas, sino por el hecho de ser mujeres. La virilidad de los vencedores se conformó como un elemento esencial. De ahí que la principal forma de represión fue la violación.
Como afirmaba la madrileña Juana Doña, militante del Partido Comunista condenada a muerte, "se violaba en las comisarías, en los centros de Falange, en las cárceles, en los domicilios requisados", hasta el punto de que incluso en los informes de la Fiscalía se habló del alarmante ingreso en prisión de mujeres por el hecho de haber abortado, añadiendo siempre la coletilla ideológica: "La mujer ahora prefiere la muerte a la maternidad".
Esta violencia fue impulsada desde el poder. Solo hay que recordar las arengas del general Queipo de Llano: "Nuestros valientes legionarios han enseñado a los cobardes de los rojos lo que significa ser hombre. Y de paso también a sus mujeres. Esas comunistas y anarquistas se lo merecen. No se van a librar por mucho que forcejeen".
Muchas de ellas ya han fallecido, pocas siguen entre nosotros, pero los que sí están y deberían conocer a fondo lo que pasó son sus nietos y bisnietos. Mientras que no se explique a los jóvenes quiénes fueron y qué hicieron estas mujeres, no podremos dar por superada una etapa de nuestra historia. Lo más triste es que personas como Cospedal, que han tenido la oportunidad de leer e informarse, no lo hayan hecho.
Muchas que estuvieron casadas con republicanos fueron estigmatizadas, fusilan a su esposo y a ella la humillan, a las hijas lo mismo. Ahora la pregunta es ¿Que ganaron sembrando ese dolor inutil? ¿que ser tan cruel disfruta viendo niñas temblando? porque han fusilado a sus padres, y ellas? que podían hacer ellas con sus madres temblorosas y encima llenas de verguenza? No es ya el dinero porque ese dolor no tiene precio, Pero esas mujeres no tuvieron rencor, a algunas el Alzheimer les borró esa tristeza a otras se las llevó la muerte, y las que quedan ven que su humillación de más de 60 años cuesta 1,800E.
Es como Clint Eastwood :La Muerte tiene un precio.Pero años de sacrificio sin pensión porque recuerden que muchos hombres murieron y nadie sabe aún dónde están enterrados. Cabe peor dolor que todo esto? Que se van a hacer con 1.800E? comprarse un nicho? no les da para ello tampoco. Se quitará el miedo que llevan padeciendo? Algo es algo pero de hacerlo que sea ya, porque las que son nonagenarias poco tiempo les queda.
Mercè Rivas Torres es periodista, autora de Los sueños de Nassim y Vidas.
Algunos quieren seguir silenciando que el franquismo se ensañó con las mujeres de izquierda
La mayoría de ellas han sido y siguen siendo invisibles. Tan solo puntuales historiadores han investigado sus vidas. Y lo seguirán siendo mientras en nuestras escuelas no se explique qué pasó. Ni nuestros universitarios ni los estudiantes de Bachillerato reciben información. Para los libros de texto estas mujeres no existieron. Y las nuevas generaciones las van conociendo a través del cine, de las series de televisión y de algunos libros.
Lo que puede pasar es que la mayoría estén muertas y con Alzheimer, pero en Andalucia será repuesto su honor, si es que puede reponer lo que quitaron otros que fue su dignidad y aún hoy tienen miedo en reconocerlo.
Pero a nivel sómbolico sería una buena idea que eso suceda en todas las autonomías.
El catedrático Vicenç Navarro, de la Universidad Pompeu Fabra, todavía se sorprende cuando ve a sus alumnos hablar con soltura de las desapariciones y torturas en Chile y Argentina y de la total ignorancia de lo que pasó en España. Nadie conoce a esas 19 jóvenes del pueblecito sevillano de Guillena que fueron asesinadas en el verano de 1936 o a Amparo Barayón, mujer del escritor Ramón J. Sender, que antes de ser fusilada le enviaba una nota a su marido diciéndole que habían hecho desaparecer a su hija Andreína.
En cambio, para los vencedores de la Guerra Civil, las mujeres fueron un pilar importante de su nuevo régimen dictatorial. Enfocaron en ellas toda su ideología y las convirtieron en su arma más importante para educar a futuras generaciones, para conseguir que las familias fueran el núcleo de la sociedad en donde "los valores del franquismo" se mantuviesen y proliferasen.
Y, por supuesto, con el entusiasmo de la jerarquía católica. No olvidemos que la mayoría de las hacinadas y cochambrosas cárceles fueron administradas y custodiadas por órdenes religiosas femeninas.
La influencia que las mujeres lograron para reproducir la represión moral y política fue una de las más útiles armas del régimen franquista. Abnegadas, calladas y obedientes, las mujeres del franquismo renunciaron, quizás sin saberlo, a vivir su propia vida, para servir a los intereses del poder establecido.
En cuanto a las republicanas, por el hecho de haber perdido una guerra se convirtieron en seres inferiores, en lo que el historiador Ricard Vinyes denomina la "degeneración social del disidente". "Al fin y al cabo", añade Vinyes, "desproveer al enemigo de condición humana ha sido un requerimiento previo a su aniquilación".
Y si hay que recordar a algún experto en humillar y aniquilar a estas mujeres fue el comandante-psiquiatra Vallejo Nájera, que no dudaba en definirlas como "débiles mentales". Director del Gabinete de Investigaciones Sociológicas, nombrado directamente por Franco, teorizó hasta la saciedad sobre la inferioridad mental de la mujer-disidente.
En sus experimentos en la cárcel de Málaga, agrupaba a las presas por categorías de peligrosidad, considerando "las más degeneradas" a las que eran marxistas y catalanas.
En medio de tanto odio, la Fiscalía del Estado se alarmaba del aumento espectacular de suicidios: un 71,3% más que en el año 1932. Fue lo que acabó haciendo la licenciada en Ciencias Matilde Landa, detenida y trasladada a la cárcel de Ventas de Madrid en 1939, condenada a muerte e indultada gracias a las numerosas gestiones de sus familiares. Pasó 30 años en prisión antes de quitarse la vida.
De las presas de la cárcel de Málaga, Vallejo Nájera afirmaba que habían actuado "empujadas por el resentimiento y el fracaso social que en las mujeres era más notorio dada su perversión moral y sexual". Se las machacó de forma especial no solo por sus ideas políticas, sino por el hecho de ser mujeres. La virilidad de los vencedores se conformó como un elemento esencial. De ahí que la principal forma de represión fue la violación.
Como afirmaba la madrileña Juana Doña, militante del Partido Comunista condenada a muerte, "se violaba en las comisarías, en los centros de Falange, en las cárceles, en los domicilios requisados", hasta el punto de que incluso en los informes de la Fiscalía se habló del alarmante ingreso en prisión de mujeres por el hecho de haber abortado, añadiendo siempre la coletilla ideológica: "La mujer ahora prefiere la muerte a la maternidad".
Esta violencia fue impulsada desde el poder. Solo hay que recordar las arengas del general Queipo de Llano: "Nuestros valientes legionarios han enseñado a los cobardes de los rojos lo que significa ser hombre. Y de paso también a sus mujeres. Esas comunistas y anarquistas se lo merecen. No se van a librar por mucho que forcejeen".
Muchas de ellas ya han fallecido, pocas siguen entre nosotros, pero los que sí están y deberían conocer a fondo lo que pasó son sus nietos y bisnietos. Mientras que no se explique a los jóvenes quiénes fueron y qué hicieron estas mujeres, no podremos dar por superada una etapa de nuestra historia. Lo más triste es que personas como Cospedal, que han tenido la oportunidad de leer e informarse, no lo hayan hecho.
Muchas que estuvieron casadas con republicanos fueron estigmatizadas, fusilan a su esposo y a ella la humillan, a las hijas lo mismo. Ahora la pregunta es ¿Que ganaron sembrando ese dolor inutil? ¿que ser tan cruel disfruta viendo niñas temblando? porque han fusilado a sus padres, y ellas? que podían hacer ellas con sus madres temblorosas y encima llenas de verguenza? No es ya el dinero porque ese dolor no tiene precio, Pero esas mujeres no tuvieron rencor, a algunas el Alzheimer les borró esa tristeza a otras se las llevó la muerte, y las que quedan ven que su humillación de más de 60 años cuesta 1,800E.
Es como Clint Eastwood :La Muerte tiene un precio.Pero años de sacrificio sin pensión porque recuerden que muchos hombres murieron y nadie sabe aún dónde están enterrados. Cabe peor dolor que todo esto? Que se van a hacer con 1.800E? comprarse un nicho? no les da para ello tampoco. Se quitará el miedo que llevan padeciendo? Algo es algo pero de hacerlo que sea ya, porque las que son nonagenarias poco tiempo les queda.
Mercè Rivas Torres es periodista, autora de Los sueños de Nassim y Vidas.
"La barbarie es fruto de la mediocridad"
Por si quedaban dudas, John Le Carré adora una buena trama. Cita al periodista una injusta mañana invernal en Berna, en el lujoso Bellevue Palace, uno de esos hoteles que retienen cierta grandeur de otra época incluso aunque, como es el caso, albergue una bullanguera convención de productores de gruyère.
Podría pasar perfectamente por el escenario de una de sus novelas si no fuera porque en efecto lo es. En el clímax de Un traidor como los nuestros (Plaza y Janés), su nuevo y estupendo libro, un voluminoso mafioso ruso, dos temibles ex-agentes del KGB y un espía británico venido a menos se pelean en el vestíbulo de este hotel. En una esquina, con blazer azul marino, Le Carré lee esta mañana con despreocupación en la columna de cotilleos del International Herald Tribune que en la adaptación en proceso de su novela El topo (1974) Gary Oldman encarnará a su más célebre criatura, el agente George Smiley. Y esta vez, la vida imita a la ficción: El sándwich club del hotel es tan bueno como se asegura en el libro y desde las habitaciones se vislumbra el "río Aar bajo la ventana y los picos del Oberland bernés a lo lejos, negros contra el cielo".
John Le Carré
"El truco para gobernar un gran país es convertirlo en víctima"
"La Rusia de Vladímir Putin es un Estado criminal"
"Un escritor solo tiene un enigma y es su propia vida"
"En este mismo salón", recuerda el gran novelista británico de espionaje, "se celebraba los sábados por la tarde un baile cuando llegué en 1949 a la somnolienta Berna escapando de Inglaterra para estudiar alemán. Pagabas tres francos y podías escoger a una chica con la que bailar bajo la atenta mirada de su madre". David Cornwell no era por aquel entonces el John Le Carré de su seudónimo, ese autor que adoran millones de lectores de todo el mundo, ni tampoco había sido aún reclutado en Oxford por el MI6, servicio de inteligencia británico, con una discreta palmadita en la espalda.
Han pasado más de 60 años, pero el viejo espía, que abandonó el servicio a principios los sesenta, según confesó a finales de la década pasada, sigue embarcado en la misión de retratar con envidiable compromiso los problemas de nuestro tiempo desde el subsuelo del mundo del espionaje. En esta ocasión, el tema es el blanqueo internacional de dinero, el podrido Londres plutócrata y la impunidad en la que se mueven los oligarcas rusos. Hay espías, por supuesto, que "trabajan para un país que no alcanza a pagar las facturas" y "en el que el Foreign Office no es más útil que un sueño húmedo". También hay héroes inconfundiblemente Le Carré, como la pareja protagonista, Perry y Gail, aficionados el tenis como metáfora de lo que puede y no puede ir bien en el mundo, dos tipos normales en una situación completamente anormal.
Esta ronda de entrevistas, asegura el escritor desde la altura de sus casi 80 años, será la última. Si, como asegura uno de los personajes de Un traidor como los nuestros "los diplomáticos mienten por el bien de su país y los políticos para salvar su pellejo"... ¿Habrá que creer a un autor que construido su enorme reputación a partir de tipos tan acostumbrados a vivir en la mentira que olvidan lo que es decir la verdad? "Ya soy una persona mayor", explica Le Carré con la elegancia y la genuina amabilidad que adornan cada uno de sus gestos. "Bastante tengo con concentrarme en escribir. La conversación es una forma de arte. Y los requerimientos promocionales se han hecho enormes".
P. ¿Siente vértigo al asomarse a los 80 años?
R. No especialmente, solo agradecimiento por todas las vidas que viví.
P. ¿Tantas fueron?
R. He sido huérfano, interno en el Gulag de la enseñanza británica, cristiano fallido, desgraciado, virgen durante demasiado tiempo, marido precoz, espía niñato que buscaba su identidad en la pertenencia a las instituciones del servicio secreto, amante desesperado con aventuras continuas y bastante idiotas. Supongo que maduré demasiado tarde.
P. Esto podría ser un ensayo para su anhelada autobiografía.
R. Siempre que la empiezo, acabo escribiendo una novela y eso está bien. Creo que debería acometerla un buen biógrafo, le daré una lista de gente a la que no gusto y otra de gente que me quiere [Risas].
P. Sabemos por su propia confesión que fue espía en su juventud y que su padre fue un estafador de altos vuelos... ¿Le quedan secretos por desvelar?
R. No querría sonar pomposo, pero un escritor solo tiene un enigma y es su propia vida. Mi padre era un criminal y crecí con ello. Y sí, estuve en el servicio secreto. Nunca revelaría nada de aquel tiempo, por eso supongo que no escribo mis memorias.
P. Por eso su gran enemigo fue Kim Philby, el doble agente británico al servicio de la URSS que le delató a usted y a decenas de sus compañeros...
R. No estreché su mano en Moscú cuando pude, en 1989. No quería dignificarlo, como él pretendió tras el parapeto ideológico del comunismo. Cuando nos traicionó, el ya era consciente de lo que era capaz Stalin.
P. Y usted, como izquierdista en los sesenta, ¿se creyó aquel cuento? Otros, como Kingsley Amis, se dieron cuenta tarde.
R. Lo descubrí tarde, pero estaba claro. Era un régimen terrible. No había excusas. Cuando fui a Alemania por primera vez a finales de los cuarenta aun olía a muerte. No entendía cómo habían sido capaces. Luego, ya de mayor, me di cuenta de cada país tiene su barbarie. Y que la barbarie no es un atributo solo de los hombres poderosos. Es consecuencia de la mediocridad. Gente normal haciendo cosas horribles.
P. Hace año y medio declaró a este diario que creía en que el mundo financiero estaba en vías de cambiar para siempre, de aprender de los errores, que era un momento histórico. Obviamente, se equivocó.
R. Cierto. En nuestro país, los grandes bancos están sujetados en un 60, en un 80% por los impuestos. Esa era la política de Gordon Brown; imprimir dinero. Y los bancos son organismos que no benefician en absoluto a la sociedad.
P. Pareciera que los hombres una y otra vez confiáramos en el cambio de rumbo de las cosas solo para decepcionarnos de nuevo...
R. Siempre hay señales que te convencen de que esta vez será distinto. Volviendo al tema de los bancos, creo que son en gran parte responsables del blanqueo internacional de dinero. Si yo o usted se presenta en un banco de Londres con una maleta llena de billetes grandes, probablemente llamen directamente a la policía. Ahora, sí el señor Orloff, prominente hombre de negocios de Moscú, lo hace... yo se lo pregunté a dos grandes banqueros de Londres y los dos me contestaron lo mismo: si presenta ciertos credenciales y quinientos millones de libras, no somos policías, si tiene apariencia legal, será legal. En Rusia no existe el dinero limpio. Me fascinan los mecanismos del blanqueo de dinero.
P. En el libro habla de los hoteles negros...
R. Ese es maravilloso, pero no lo he inventado yo. Lo vi en Panamá por primera vez. Era uno propiedad de [el narco] Pablo Escobar. Allí los llaman hoteles de la cocaína. Son enormes, pero nunca nadie pernocta en ellos. Están vacíos. Si llama, le dirán que están completos. Y cada semana sale un camión repleto de dinero supuestamente procedente del acomodo, del casino y de los restaurantes rumbo a un banco para lavarlo convenientemente.
P. De la lectura de su última novela se deduce que no cree que el dinero no huela, el non olet de la vieja expresión de los romanos.
R. Apesta a tráfico de drogas, de armas, asesinatos a sueldo, a opresión y a enorme corrupción. Y creo que los bancos son en gran parte responsables del blanqueo internacional de dinero. Mucho más preocupante resulta el asunto en Rusia, donde no existe el dinero limpio.
P. Resulta irónico hablar de este tema en la capital de la confederación helvética... ¿Exigir a un banquero suizo control sobre el blanqueo de dinero es como aspirar a que un relojero de este país pida explicaciones al tiempo?
R. No es un asunto exclusivamente suizo. En Gran Bretaña los bancos también compiten por lavar más blanco. Le contaré mi propia experiencia en blanqueo de dinero... Cuando Harold Wilson era primer ministro, pagaba 86% de tasas y si ganabas aún más que yo, podrías verte en la situación surrealista de que tenías que pagar más de lo que ingresabas. Así que una reputada firma contable me aconsejó que constituyese una empresa en Suiza de la que recibir un sueldo. Me metí en este mundo durante unos dos años, hasta que me pillaron. Desde entonces he sido puro y virginal. Nadie sabe ya cuándo el dinero es negro, blanco o gris. La realidad es que cuanto antes entre el dinero negro en el círculo del dinero legítimo, mejor para el sistema, aunque proceda de las más horrendas fuentes.
P. Nadie está en condiciones de rechazar dinero ahora mismo, supongo.
R. Cierto. Los bancos necesitan dinero venga de donde venga. La Rochefoucauld decía que la hipocresía es el peaje que el vicio le paga a la virtud. El propio sistema de los servicios secretos se basa en el dinero negro. Es el modo en el que recibes tu salario, es inevitable. Y si por esa razón en todos los países hay un cierto matrimonio entre el crimen y la inteligencia, en Rusia el matrimonio es completo. Rusia es un estado criminal.
P. Lo afirma rotundamente...
R. Lo es. Fueron de los zares blancos a los zares rojos y ahora están bajo los zares grises. Es una nación sin ninguna experiencia democrática. Sospechan de ella. Hay dos cosas que unen a los rusos; aman su país, siempre que pasan dos semanas fuera lo añoran terriblemente, y les aterroriza el caos. En nombre del patriotismo puedes conseguir mucho si eres un político. No digamos ya del miedo al caos. El truco para gobernar un gran país es convertirlo en víctima. Ya sea con ocasión de las Torres Gemelas o la amenaza chechena. Inventamos los enemigos que necesitamos.
P. Ha dicho que es un estado criminal...
R. Es un estado criminal. Fueron de los zares blancos a los zares rojos y ahora están bajo los zares grises. En último caso, es una nación sin ninguna experiencia democrática. Sospechan de ella. Le tienen miedo. Hay dos cosas que unen a los rusos; aman su país, siempre que pasan dos semanas fuera lo añoran terriblemente. Y la otra es que les aterroriza el caos. En el nombre del patriotismo puedes conseguir mucho si eres un político. No digamos ya el partido que puede sacar al miedo al caos. El truco para gobernar un gran país es hacerlo parecer una víctima. Ya sea con ocasión de las Torres Gemelas o la amenaza chechena.
P. En el libro asegura que se inventan ataques chechenos para justificar crímenes de estado.
R. Estoy seguro de que sucede. Los rusos tienen una licencia para hacer lo que quieran con los chechenos. Primero Reagan y luego los Bush les dijeron: "Haceros cargo de esa gente. Es vuestro problema. Nosotros nos encargaremos del resto del mundo". Lo que era una guerra de independencia como las que ha habido en mi país o en el suyo, se ha convertido a los ojos occidentales una guerra contra el terror. Inventamos los enemigos que necesitamos. En el libro anterior, estaba presente el asunto del blanqueo de dinero y el asunto checheno, así que me quedé prendado con ello. Es una cosa que viene de 1991, cuando conocí a un tipo, uno de los hombres más peligrosos de Rusia, un pez gordo, en un club a las dos de la mañana. Se llamaba Dima, como el personaje de la última novela, y yo iba acompañado de mi guardaespaldas, que era el campeón nacional de lucha abjaso. Fue muy ilustrativo.
P. Un cliché sobre su obra dice que con el fin de la Guerra Fría, se le acabó su tema literario. Da la sensación de todo lo contrario.
R. Yo estaba cansado, ¿cuánto puedes escribir sobre los problemas morales de enfrentarse al comunismo? Lo hice durante demasiado tiempo. Lo que nos dejó fue una era pos imperial apasionante...
P. Nada que se pudiese considerar, como en el desafortunado vaticinio de Fukuyama, el fin de la historia.
R. ¡Claro que no! El propósito del capitalismo quedó desenmascarado. En una de las últimas apariciones del bueno de [su célebre personaje] George Smiley decía: "Ya hemos vencido al comunismo; ahora nos toca lidiar con el capitalismo". Y en esas estamos. No creo que la globalización sea buena en absoluto. Es la vieja colonización con otro traje. Es la destrucción del tercer mundo, la creación de mega ciudades y la explotación del trabajo barato y sin regular. Es una catástrofe ecológica y sociológica. Creo que hay mucho sobre lo que escribir.
P. Y no piensa dejar de hacerlo, claro.
R. Es mi obligación moral, muchacho.
P. ¿Contra la URSS vivíamos mejor?
R. Al menos la mitad de los problemas eran de otros. La gran pesadilla de los americanos durante la Guerra Fría es que alguien, los cubanos por ejemplo, tirase una bomba sobre Nueva York. ¡No era una realidad de la Guerra Fría, era una realidad de la era posterior! No sé por cuánto tiempo podemos vivir con este concepto de América como un animal herido. Ha provocado dos cosas: el completo aislamiento del país y la demonización del Islam. A diferencia de los europeos, los americanos piensan que una guerra sirve para algo. Y francamente, no lo entiendo, porque esos tipos han perdido (o no han ganado) todas las guerras en las que se han metido. La Segunda Guerra Mundial la ganaron los soviéticos, con el coste de treinta millones de vidas, no ganaron la de Corea, ni Vietnam. De Irak se han ido con el trabajo sin terminar y no ganarán la de Afganistán.
P. ¿Cambiará algo Obama?
R. Desearía ser capaz de cambiar algo. Pero si aún siete de cada diez estadounidenses siguen creyendo que Sadam Hussein tuvo algo que ver con las Torres Gemelas, y un 40% se traga que Obama no es americano y encima es musulmán, a qué puedes aspirar. No sé cómo podrá contra los lobbies, el aparato mediático de la derecha y contra su propio partido, que es extremadamente incompetente y desleal. Está esposado.
P. Da la sensación de que la propaganda es un asunto mucho más preocupante en esta era de la información.
R. Es más poderosa. Mussolini definió el fascismo como ese momento en el que no hay diferencia entre el poder político y el empresarial. Se olvidó del poder mediático, porque en aquellos tiempos se daba por supuesto. También hemos olvidado a dios en el argumento. Nunca creímos que en el siglo XXI el asunto religioso estaría tan condenadamente presente. Que cada cual crea lo que quiera, pero ¡que sea un asunto político!
P. Desde luego, hay que pellizcarse para creerlo...
R. Mi considerable antipatía hacia Tony Blair viene precisamente por ese lado. Y eso que le voté creyendo que era de izquierdas, cuando resultó ser más de derechas que Gengis Khan. Una vez el periódico The Guardian me invitó a entrevistarlo y consulté a algunos amigos periodistas que me dijeron: "David, es imposible hacer sangre de ese hipócrita". Así que lo rechacé. No quería contar como uno de sus triunfos. Está claro ahora, tras leer la autobiografía, que había mezclo a Dios en sus decisiones. Creo que las creencias religiosas deberían declararse en la alta política. Si yo creo que el segundo advenimiento del señor solo se dará cuando el Gran Estado de Israel está consolidado, mis votantes deberían saberlo. Si Bush y Blair pensaban que estaban conduciendo una cruzada cristiana contra las fuerzas del Islam, eso no puede ser un secreto de estado. ¿Qué Dios te dijo que invadiese un país? ¡No fastidie! ¡Cuál dios!
P. ¿Tiende a dar crédito a las teorías de la conspiración?
R. No. Mi limitada experiencia sobre conspiraciones, que ya ha cumplido los cincuenta años [desde que abandonó el servicio secreto], es que si usted y yo conspiramos, uno de los dos se lo contará a su novia, el otro se dejará una maleta olvidada en el metro y ambos olvidaremos sincronizar nuestros relojes. El otro día Ahmadineyad dijo en las Naciones Unidas que el 11-S fue una trama del Gobierno de EE UU. Eso no puede ser, por la sencilla razón de que se necesitaría la complicidad de tanta gente, que sería prácticamente imposible guardar el secreto.
P. ¿Cómo se las apaña para no perder comba con la contemporaneidad, para escribir sobre problemas de hoy que le suceden a gente de hoy?
R. Tengo muchos hijos y nietos. Y mantengo vivo al niño en mi interior. Lo bueno de ser un escritor vejestorio es que has vivido muchas vidas y que ya no estás dominado por la pasión o el deseo, pero puedes recordar lo que es perder la cabeza por las mujeres.
P. ¿Se comportaría como un héroe en el caso de una guerra?
R. No. Una vez estuve en Vietnam. En Phnom Penh. Compartí experiencias con corresponsales de guerra y los respeté un montón, entendí por qué todos son unos junkies, tienen que hacerlo para pasar el trago.
P. ¿Cómo ve a los servicios secretos en esta nueva era?
R. Me preocupa su politización. Están al servicio del poder, proporcionan información para sostener sus mentiras. Cuando yo me dedicaba a ello, nos considerábamos como los buenos periodistas; conseguíamos verdades para arrojárselas al poder. La diferencia con los periodistas es que estábamos autorizados a emplear otros métodos, como hablar con traidores, ser desleales, pinchar teléfonos y toda esa basura.
P. A todas luces de eso trata su obra, de hacer cosas erróneas por las razones correctas y los conflictos morales que eso acarrea.
R. Exacto. Sobre el conflicto de lo que nos debemos a nosotros mismos y a la sociedad. Sobre lo que es en realidad el patriotismo.
P. ¿Nunca fue contactado por el servicio británico después de abandonarlo?
R. No. Me volví un tipo bastante impopular.
P. Se dice que los agentes del KGB adoraban sus novelas...
R. No tengo ninguna duda. Hace unos años Eugeni Primakov, que entonces era ministro de Asuntos Exteriores y había sido director del KGB, me lo confirmó. Le pregunté con quién se identificaba en mis novelas y dijo: "Smiley, por supuesto"
Podría pasar perfectamente por el escenario de una de sus novelas si no fuera porque en efecto lo es. En el clímax de Un traidor como los nuestros (Plaza y Janés), su nuevo y estupendo libro, un voluminoso mafioso ruso, dos temibles ex-agentes del KGB y un espía británico venido a menos se pelean en el vestíbulo de este hotel. En una esquina, con blazer azul marino, Le Carré lee esta mañana con despreocupación en la columna de cotilleos del International Herald Tribune que en la adaptación en proceso de su novela El topo (1974) Gary Oldman encarnará a su más célebre criatura, el agente George Smiley. Y esta vez, la vida imita a la ficción: El sándwich club del hotel es tan bueno como se asegura en el libro y desde las habitaciones se vislumbra el "río Aar bajo la ventana y los picos del Oberland bernés a lo lejos, negros contra el cielo".
John Le Carré
"El truco para gobernar un gran país es convertirlo en víctima"
"La Rusia de Vladímir Putin es un Estado criminal"
"Un escritor solo tiene un enigma y es su propia vida"
"En este mismo salón", recuerda el gran novelista británico de espionaje, "se celebraba los sábados por la tarde un baile cuando llegué en 1949 a la somnolienta Berna escapando de Inglaterra para estudiar alemán. Pagabas tres francos y podías escoger a una chica con la que bailar bajo la atenta mirada de su madre". David Cornwell no era por aquel entonces el John Le Carré de su seudónimo, ese autor que adoran millones de lectores de todo el mundo, ni tampoco había sido aún reclutado en Oxford por el MI6, servicio de inteligencia británico, con una discreta palmadita en la espalda.
Han pasado más de 60 años, pero el viejo espía, que abandonó el servicio a principios los sesenta, según confesó a finales de la década pasada, sigue embarcado en la misión de retratar con envidiable compromiso los problemas de nuestro tiempo desde el subsuelo del mundo del espionaje. En esta ocasión, el tema es el blanqueo internacional de dinero, el podrido Londres plutócrata y la impunidad en la que se mueven los oligarcas rusos. Hay espías, por supuesto, que "trabajan para un país que no alcanza a pagar las facturas" y "en el que el Foreign Office no es más útil que un sueño húmedo". También hay héroes inconfundiblemente Le Carré, como la pareja protagonista, Perry y Gail, aficionados el tenis como metáfora de lo que puede y no puede ir bien en el mundo, dos tipos normales en una situación completamente anormal.
Esta ronda de entrevistas, asegura el escritor desde la altura de sus casi 80 años, será la última. Si, como asegura uno de los personajes de Un traidor como los nuestros "los diplomáticos mienten por el bien de su país y los políticos para salvar su pellejo"... ¿Habrá que creer a un autor que construido su enorme reputación a partir de tipos tan acostumbrados a vivir en la mentira que olvidan lo que es decir la verdad? "Ya soy una persona mayor", explica Le Carré con la elegancia y la genuina amabilidad que adornan cada uno de sus gestos. "Bastante tengo con concentrarme en escribir. La conversación es una forma de arte. Y los requerimientos promocionales se han hecho enormes".
P. ¿Siente vértigo al asomarse a los 80 años?
R. No especialmente, solo agradecimiento por todas las vidas que viví.
P. ¿Tantas fueron?
R. He sido huérfano, interno en el Gulag de la enseñanza británica, cristiano fallido, desgraciado, virgen durante demasiado tiempo, marido precoz, espía niñato que buscaba su identidad en la pertenencia a las instituciones del servicio secreto, amante desesperado con aventuras continuas y bastante idiotas. Supongo que maduré demasiado tarde.
P. Esto podría ser un ensayo para su anhelada autobiografía.
R. Siempre que la empiezo, acabo escribiendo una novela y eso está bien. Creo que debería acometerla un buen biógrafo, le daré una lista de gente a la que no gusto y otra de gente que me quiere [Risas].
P. Sabemos por su propia confesión que fue espía en su juventud y que su padre fue un estafador de altos vuelos... ¿Le quedan secretos por desvelar?
R. No querría sonar pomposo, pero un escritor solo tiene un enigma y es su propia vida. Mi padre era un criminal y crecí con ello. Y sí, estuve en el servicio secreto. Nunca revelaría nada de aquel tiempo, por eso supongo que no escribo mis memorias.
P. Por eso su gran enemigo fue Kim Philby, el doble agente británico al servicio de la URSS que le delató a usted y a decenas de sus compañeros...
R. No estreché su mano en Moscú cuando pude, en 1989. No quería dignificarlo, como él pretendió tras el parapeto ideológico del comunismo. Cuando nos traicionó, el ya era consciente de lo que era capaz Stalin.
P. Y usted, como izquierdista en los sesenta, ¿se creyó aquel cuento? Otros, como Kingsley Amis, se dieron cuenta tarde.
R. Lo descubrí tarde, pero estaba claro. Era un régimen terrible. No había excusas. Cuando fui a Alemania por primera vez a finales de los cuarenta aun olía a muerte. No entendía cómo habían sido capaces. Luego, ya de mayor, me di cuenta de cada país tiene su barbarie. Y que la barbarie no es un atributo solo de los hombres poderosos. Es consecuencia de la mediocridad. Gente normal haciendo cosas horribles.
P. Hace año y medio declaró a este diario que creía en que el mundo financiero estaba en vías de cambiar para siempre, de aprender de los errores, que era un momento histórico. Obviamente, se equivocó.
R. Cierto. En nuestro país, los grandes bancos están sujetados en un 60, en un 80% por los impuestos. Esa era la política de Gordon Brown; imprimir dinero. Y los bancos son organismos que no benefician en absoluto a la sociedad.
P. Pareciera que los hombres una y otra vez confiáramos en el cambio de rumbo de las cosas solo para decepcionarnos de nuevo...
R. Siempre hay señales que te convencen de que esta vez será distinto. Volviendo al tema de los bancos, creo que son en gran parte responsables del blanqueo internacional de dinero. Si yo o usted se presenta en un banco de Londres con una maleta llena de billetes grandes, probablemente llamen directamente a la policía. Ahora, sí el señor Orloff, prominente hombre de negocios de Moscú, lo hace... yo se lo pregunté a dos grandes banqueros de Londres y los dos me contestaron lo mismo: si presenta ciertos credenciales y quinientos millones de libras, no somos policías, si tiene apariencia legal, será legal. En Rusia no existe el dinero limpio. Me fascinan los mecanismos del blanqueo de dinero.
P. En el libro habla de los hoteles negros...
R. Ese es maravilloso, pero no lo he inventado yo. Lo vi en Panamá por primera vez. Era uno propiedad de [el narco] Pablo Escobar. Allí los llaman hoteles de la cocaína. Son enormes, pero nunca nadie pernocta en ellos. Están vacíos. Si llama, le dirán que están completos. Y cada semana sale un camión repleto de dinero supuestamente procedente del acomodo, del casino y de los restaurantes rumbo a un banco para lavarlo convenientemente.
P. De la lectura de su última novela se deduce que no cree que el dinero no huela, el non olet de la vieja expresión de los romanos.
R. Apesta a tráfico de drogas, de armas, asesinatos a sueldo, a opresión y a enorme corrupción. Y creo que los bancos son en gran parte responsables del blanqueo internacional de dinero. Mucho más preocupante resulta el asunto en Rusia, donde no existe el dinero limpio.
P. Resulta irónico hablar de este tema en la capital de la confederación helvética... ¿Exigir a un banquero suizo control sobre el blanqueo de dinero es como aspirar a que un relojero de este país pida explicaciones al tiempo?
R. No es un asunto exclusivamente suizo. En Gran Bretaña los bancos también compiten por lavar más blanco. Le contaré mi propia experiencia en blanqueo de dinero... Cuando Harold Wilson era primer ministro, pagaba 86% de tasas y si ganabas aún más que yo, podrías verte en la situación surrealista de que tenías que pagar más de lo que ingresabas. Así que una reputada firma contable me aconsejó que constituyese una empresa en Suiza de la que recibir un sueldo. Me metí en este mundo durante unos dos años, hasta que me pillaron. Desde entonces he sido puro y virginal. Nadie sabe ya cuándo el dinero es negro, blanco o gris. La realidad es que cuanto antes entre el dinero negro en el círculo del dinero legítimo, mejor para el sistema, aunque proceda de las más horrendas fuentes.
P. Nadie está en condiciones de rechazar dinero ahora mismo, supongo.
R. Cierto. Los bancos necesitan dinero venga de donde venga. La Rochefoucauld decía que la hipocresía es el peaje que el vicio le paga a la virtud. El propio sistema de los servicios secretos se basa en el dinero negro. Es el modo en el que recibes tu salario, es inevitable. Y si por esa razón en todos los países hay un cierto matrimonio entre el crimen y la inteligencia, en Rusia el matrimonio es completo. Rusia es un estado criminal.
P. Lo afirma rotundamente...
R. Lo es. Fueron de los zares blancos a los zares rojos y ahora están bajo los zares grises. Es una nación sin ninguna experiencia democrática. Sospechan de ella. Hay dos cosas que unen a los rusos; aman su país, siempre que pasan dos semanas fuera lo añoran terriblemente, y les aterroriza el caos. En nombre del patriotismo puedes conseguir mucho si eres un político. No digamos ya del miedo al caos. El truco para gobernar un gran país es convertirlo en víctima. Ya sea con ocasión de las Torres Gemelas o la amenaza chechena. Inventamos los enemigos que necesitamos.
P. Ha dicho que es un estado criminal...
R. Es un estado criminal. Fueron de los zares blancos a los zares rojos y ahora están bajo los zares grises. En último caso, es una nación sin ninguna experiencia democrática. Sospechan de ella. Le tienen miedo. Hay dos cosas que unen a los rusos; aman su país, siempre que pasan dos semanas fuera lo añoran terriblemente. Y la otra es que les aterroriza el caos. En el nombre del patriotismo puedes conseguir mucho si eres un político. No digamos ya el partido que puede sacar al miedo al caos. El truco para gobernar un gran país es hacerlo parecer una víctima. Ya sea con ocasión de las Torres Gemelas o la amenaza chechena.
P. En el libro asegura que se inventan ataques chechenos para justificar crímenes de estado.
R. Estoy seguro de que sucede. Los rusos tienen una licencia para hacer lo que quieran con los chechenos. Primero Reagan y luego los Bush les dijeron: "Haceros cargo de esa gente. Es vuestro problema. Nosotros nos encargaremos del resto del mundo". Lo que era una guerra de independencia como las que ha habido en mi país o en el suyo, se ha convertido a los ojos occidentales una guerra contra el terror. Inventamos los enemigos que necesitamos. En el libro anterior, estaba presente el asunto del blanqueo de dinero y el asunto checheno, así que me quedé prendado con ello. Es una cosa que viene de 1991, cuando conocí a un tipo, uno de los hombres más peligrosos de Rusia, un pez gordo, en un club a las dos de la mañana. Se llamaba Dima, como el personaje de la última novela, y yo iba acompañado de mi guardaespaldas, que era el campeón nacional de lucha abjaso. Fue muy ilustrativo.
P. Un cliché sobre su obra dice que con el fin de la Guerra Fría, se le acabó su tema literario. Da la sensación de todo lo contrario.
R. Yo estaba cansado, ¿cuánto puedes escribir sobre los problemas morales de enfrentarse al comunismo? Lo hice durante demasiado tiempo. Lo que nos dejó fue una era pos imperial apasionante...
P. Nada que se pudiese considerar, como en el desafortunado vaticinio de Fukuyama, el fin de la historia.
R. ¡Claro que no! El propósito del capitalismo quedó desenmascarado. En una de las últimas apariciones del bueno de [su célebre personaje] George Smiley decía: "Ya hemos vencido al comunismo; ahora nos toca lidiar con el capitalismo". Y en esas estamos. No creo que la globalización sea buena en absoluto. Es la vieja colonización con otro traje. Es la destrucción del tercer mundo, la creación de mega ciudades y la explotación del trabajo barato y sin regular. Es una catástrofe ecológica y sociológica. Creo que hay mucho sobre lo que escribir.
P. Y no piensa dejar de hacerlo, claro.
R. Es mi obligación moral, muchacho.
P. ¿Contra la URSS vivíamos mejor?
R. Al menos la mitad de los problemas eran de otros. La gran pesadilla de los americanos durante la Guerra Fría es que alguien, los cubanos por ejemplo, tirase una bomba sobre Nueva York. ¡No era una realidad de la Guerra Fría, era una realidad de la era posterior! No sé por cuánto tiempo podemos vivir con este concepto de América como un animal herido. Ha provocado dos cosas: el completo aislamiento del país y la demonización del Islam. A diferencia de los europeos, los americanos piensan que una guerra sirve para algo. Y francamente, no lo entiendo, porque esos tipos han perdido (o no han ganado) todas las guerras en las que se han metido. La Segunda Guerra Mundial la ganaron los soviéticos, con el coste de treinta millones de vidas, no ganaron la de Corea, ni Vietnam. De Irak se han ido con el trabajo sin terminar y no ganarán la de Afganistán.
P. ¿Cambiará algo Obama?
R. Desearía ser capaz de cambiar algo. Pero si aún siete de cada diez estadounidenses siguen creyendo que Sadam Hussein tuvo algo que ver con las Torres Gemelas, y un 40% se traga que Obama no es americano y encima es musulmán, a qué puedes aspirar. No sé cómo podrá contra los lobbies, el aparato mediático de la derecha y contra su propio partido, que es extremadamente incompetente y desleal. Está esposado.
P. Da la sensación de que la propaganda es un asunto mucho más preocupante en esta era de la información.
R. Es más poderosa. Mussolini definió el fascismo como ese momento en el que no hay diferencia entre el poder político y el empresarial. Se olvidó del poder mediático, porque en aquellos tiempos se daba por supuesto. También hemos olvidado a dios en el argumento. Nunca creímos que en el siglo XXI el asunto religioso estaría tan condenadamente presente. Que cada cual crea lo que quiera, pero ¡que sea un asunto político!
P. Desde luego, hay que pellizcarse para creerlo...
R. Mi considerable antipatía hacia Tony Blair viene precisamente por ese lado. Y eso que le voté creyendo que era de izquierdas, cuando resultó ser más de derechas que Gengis Khan. Una vez el periódico The Guardian me invitó a entrevistarlo y consulté a algunos amigos periodistas que me dijeron: "David, es imposible hacer sangre de ese hipócrita". Así que lo rechacé. No quería contar como uno de sus triunfos. Está claro ahora, tras leer la autobiografía, que había mezclo a Dios en sus decisiones. Creo que las creencias religiosas deberían declararse en la alta política. Si yo creo que el segundo advenimiento del señor solo se dará cuando el Gran Estado de Israel está consolidado, mis votantes deberían saberlo. Si Bush y Blair pensaban que estaban conduciendo una cruzada cristiana contra las fuerzas del Islam, eso no puede ser un secreto de estado. ¿Qué Dios te dijo que invadiese un país? ¡No fastidie! ¡Cuál dios!
P. ¿Tiende a dar crédito a las teorías de la conspiración?
R. No. Mi limitada experiencia sobre conspiraciones, que ya ha cumplido los cincuenta años [desde que abandonó el servicio secreto], es que si usted y yo conspiramos, uno de los dos se lo contará a su novia, el otro se dejará una maleta olvidada en el metro y ambos olvidaremos sincronizar nuestros relojes. El otro día Ahmadineyad dijo en las Naciones Unidas que el 11-S fue una trama del Gobierno de EE UU. Eso no puede ser, por la sencilla razón de que se necesitaría la complicidad de tanta gente, que sería prácticamente imposible guardar el secreto.
P. ¿Cómo se las apaña para no perder comba con la contemporaneidad, para escribir sobre problemas de hoy que le suceden a gente de hoy?
R. Tengo muchos hijos y nietos. Y mantengo vivo al niño en mi interior. Lo bueno de ser un escritor vejestorio es que has vivido muchas vidas y que ya no estás dominado por la pasión o el deseo, pero puedes recordar lo que es perder la cabeza por las mujeres.
P. ¿Se comportaría como un héroe en el caso de una guerra?
R. No. Una vez estuve en Vietnam. En Phnom Penh. Compartí experiencias con corresponsales de guerra y los respeté un montón, entendí por qué todos son unos junkies, tienen que hacerlo para pasar el trago.
P. ¿Cómo ve a los servicios secretos en esta nueva era?
R. Me preocupa su politización. Están al servicio del poder, proporcionan información para sostener sus mentiras. Cuando yo me dedicaba a ello, nos considerábamos como los buenos periodistas; conseguíamos verdades para arrojárselas al poder. La diferencia con los periodistas es que estábamos autorizados a emplear otros métodos, como hablar con traidores, ser desleales, pinchar teléfonos y toda esa basura.
P. A todas luces de eso trata su obra, de hacer cosas erróneas por las razones correctas y los conflictos morales que eso acarrea.
R. Exacto. Sobre el conflicto de lo que nos debemos a nosotros mismos y a la sociedad. Sobre lo que es en realidad el patriotismo.
P. ¿Nunca fue contactado por el servicio británico después de abandonarlo?
R. No. Me volví un tipo bastante impopular.
P. Se dice que los agentes del KGB adoraban sus novelas...
R. No tengo ninguna duda. Hace unos años Eugeni Primakov, que entonces era ministro de Asuntos Exteriores y había sido director del KGB, me lo confirmó. Le pregunté con quién se identificaba en mis novelas y dijo: "Smiley, por supuesto"
"Mi vida está en todas mis novelas" JUAN CRUZ -
El capitán Alatriste' abre el próximo domingo 3 de octubre la colección que EL PAÍS dedica a la obra de Arturo Pérez-Reverte, el novelista más leído en lengua española. Un total de 23 títulos. Una colección de lujo a precio muy asequible.
Desde El capitán Alatriste a La carta esférica, desde El pintor de batallas hasta La reina del Sur. No hay una sola novela de Arturo Pérez-Reverte que no tenga que ver con su vida. Los lectores de EL PAÍS podrán coleccionar la obra del autor de El club Dumas desde el próximo domingo 3 de octubre. Veintitrés libros. Veintitrés semanas.
"Llevo veinte años amueblando el mismo territorio con mis libros"
"Esta colección me ha obligado a mirar atrás, algo que no había hecho antes"
"Cuando cuento aventuras, lances, me limito a recordar"
"Todos los héroes que he conocido en mi vida estaban cansados"
Comenzará la colección con un emblema de su obra, El capitán Alatriste. En esta conversación que preludia la publicación de todos los libros de Pérez-Reverte, el novelista y académico, que también fue periodista, explica cuál es el origen de su pasión por hacer novelas, por poblar el espacio de la imaginación con historias que han alcanzado récords de ventas y de lectores en todo el mundo.
Pregunta. ¿Cómo se siente cuando se presenta una colección tan completa de su obra?
Respuesta. Mis libros están en las librerías; por tanto, no se trata de rescatar. Lo que posiblemente permita esta colección es llegar a lectores que antes no me leían, que quizá no habían tenido ninguna curiosidad por mis libros o que por lo que fuera no se habían acercado a ellos. Son ediciones muy bonitas, de buena calidad, con un diseño precioso. Libros muy cuidados y bellos. Aparte de eso, puede que al lector veterano, al de siempre, el que me lee hace tiempo, le apetezca tener todos los libros en un formato potente, adecuado y homogéneo. Una colección con aspecto de tal.
P. ¿Qué reacción le produce esta agrupación de su obra?
R. Me han enseñado ya el conjunto de la colección y mi reacción ha sido de asombro: ¡Dios, cuántas cosas he escrito! Un escritor trabaja en su siguiente libro. Los anteriores ya no son ni tuyos porque no los lees, ni los revisas, ni vuelves a ellos. Se van alejando como a la deriva en tu memoria. Solo piensas en el nuevo libro que estás escribiendo.
P. Si hubiera que buscar una metáfora que agrupara la esencia de lo que le dice el conjunto de estos libros, ¿cuál sería?
R. Creo que llevo 20 años contando una misma historia. Amueblando un mismo territorio, mejor dicho. La metáfora es la del territorio. Un terreno, un lugar, que fui definiendo primero con lecturas propias, con vida, con viajes, con relaciones, con años (cumplo 59 en noviembre)... La metáfora seria "un territorio amueblado". Cada novela es como ir poniendo poco a poco un mueble detrás de otro en una casa que hace 20 años estaba vacía. Esta colección me ha obligado en cierto modo a mirar atrás, algo que no había hecho antes. Me ha obligado a considerar, a contemplar, desde el primer libro, El húsar, hasta el último, El asedio. Además, asociados a momentos de mi vida, a mi evolución también porque los libros se han ido moviendo conmigo. El resultado es igual a una vida amueblada con libros.
La frase de la publicidad con que se divulga la colección es Todo en mi vida está en mis novelas. Y es verdad. Son libros que han nacido de una manera de vivir. Tuve la oportunidad de vivir en lugares poco convencionales. Eso me dejó una manera de mirar, y esta obra es el balance de esa mirada. Supongo que en todo escritor lo es, pero esta es la mía. Reconozco mi pasado a través de estos libros. Creo que un lector concienzudo de mis libros me conoce bien.
Creo que soy de esos autores a los que es fácil conocer a través de sus libros. Hay autores que mienten -todos mentimos, evidentemente- pero hay otros que se velan más, que por diversas razones, de estrategia, de carácter, se velan tras sus libros. Otros son transparentes y los puedes conocer muy bien a través de ellos. Creo que soy de ese grupo, el de aquellos a los que es muy fácil conocer cómo son. Y ese lector concienzudo que ha leído toda mi obra de esa manera me conoce mejor que muchos de mis mejores amigos.
P. Juan Rulfo dijo que escribió Pedro Páramo porque quería leer un libro así. ¿Qué pulsión le hace a usted escribir historias?
R. Soy de ese tipo de autores que escriben libros que a ellos les gustaría leer. Y es lo que me hace feliz. Es lo que hace compatible trabajo profesional y placer personal; si no sería una pura disciplina de trabajo, de fichar horas.
Lo que hace que vaya más allá es que uno el placer personal con la obligación profesional. Nunca he sido consciente de para qué escribía. Lo hacía porque me apetecía, porque lo pasaba bien, me sentía cómodo, estaba a gusto... Aparte de eso, porque a partir de un momento vivía profesionalmente de ello y me proporcionaba una forma de vivir totalmente digna y agradable.
Ahora que miro hacia atrás con más serenidad, con la experiencia que te dan los años y el tiempo, me doy cuenta de que lo que realmente estaba haciendo era ordenar mi vida. Todas las novelas, aunque sean muy distintas entre sí, responden a un objetivo personal, a experiencias personales: a viajes, peripecias, trabajos, ilusiones, decepciones, a lo que amé, a lo que odié... Todas mis novelas son ajustes de cuentas con mi propia vida.
Es como si fuese ordenando mi vida por episodios. Cada libro publicado es una manera de calmar remordimientos, de ajustar cuentas -conmigo mismo también-, de recordar, de convertir en felicidad momentos amargos, de buscar la amargura en momentos que fueron felices. De vivir.
P. Es decir, que si no hubieran ocurrido esas incidencias a lo largo de su vida...
R. No sería novelista. Un novelista puro de verdad es Javier Marías, por eso siempre marco esas distancias con él. Novelista puro en el sentido de que es un artista que desde su propia fuerza intelectual está sacando afuera, generando un mundo narrativo singular. Eso es lo que para mí es realmente meritorio. Cuando yo cuento aventuras, peripecias, lances, estocadas, desastres, muertes, incendios, naufragios, bombardeos..., estoy limitándome a recordar. A contar cómo recuerdo y qué recuerdo me dejó esa vida. En ese aspecto, mi esfuerzo es más técnico que creativo. Más artesanal que artístico. Mi esfuerzo creativo consiste en manejar los medios que permiten combinar una realidad que ya viví y darle forma narrativa eficaz. Novelizarla.
P. Llega un momento en que, entre tantas batallas, tiros, persecuciones, usted para y escribe El pintor de batallas. ¿Qué significa, desde el punto de vista creativo y sentimental, ese nuevo énfasis, casi melancólico, en su obra?
R. En El pintor de batallas es la primera vez que hablo de mí mismo sin disfrazar. Lo bueno que tiene la ficción es que puedes hablar de ti mismo disfrazándote, tienes mil pretextos, mil perchas para colgar tu biografía, y nadie pregunta si es la tuya porque tiene bastante potencia por sí sola. Es cómodo porque puedes mezclar realidad con ficción, puedes distanciarte de lo que estás contando, puedes inventar sobre lo real y que parezca todo mentira. Puedes escribir La reina del sur diciendo que lo has inventado todo y nadie puede probar lo contrario. O puedes escribir un Alatriste diciendo que Alatriste no eres tú y la gente se lo cree, aunque sepas que en el fondo sí tienes más de Alatriste de lo que tú mismo reconoces.
El pintor de batallas es la única novela en la que he prescindido de esa cobertura, de esa coartada, de esa careta. He contado de verdad la rueda de mi vida, de mi mundo, de mi mirada, sin concesiones, de una manera absolutamente dura conmigo mismo. Si hay un ajuste de cuentas es con el protagonista, con mis remordimientos. Hice una novela con mis remordimientos, con lo que de noche me dejaba los ojos abiertos al recordar. Fueron dos años dolorosos, graves, de fantasmas, y no fue una experiencia que me gustara. No la quisiera repetir otra vez, pero me debía a mí mismo esa incursión. Fue la forma de decir: "Bueno, voy a ordenar también aquello a lo que no le meto mano en las otras y voy a meterme hasta el fondo".
P. Si se ve junta toda su obra hay un leitmotiv: los héroes solitarios y fatigados. Están en El club Dumas, en La piel del tambor, en La reina del sur... En todos los libros aparece un personaje al que le ocurren un montón de cosas y que generalmente está solo. Incluido Alatriste.
R. Sí, es cierto. Ese es mi héroe. Es el mensaje que me interesa. A todos nos marca lo que leemos de jovencitos. Hay algo que me marcó muchísimo. Estudiaba griego y traduje la Anábasis, de Jenofonte.
Y me marcó esa imagen del soldado retirándose por territorio enemigo en un medio hostil, sabiendo que únicamente tiene su escudo y su espada para defenderse y que si es derrotado no podrá llegar al mar ni a casa. Sabiendo que derrota significa aniquilación. Es la mejor metáfora de lo que es la condición humana, de lo que realmente es el hombre en el mundo. Ese tipo de héroe es el que interesa. Todo héroe que regresa está fatigado. No es lo mismo cuando va que cuando vuelve. Cuando va está lleno de vigor, es joven, es Aquiles, es Patroclo, es el joven que se va a la aventura, es El húsar. Pero todos los héroes que vuelven, después de incendiar Troya, de violar, de matar, de estar en el caballo de madera, de ensangrentarse, y de ver morir a la gente, están cansados. Solo quieren volver a casa y descansar. Y eso no me lo han contado, lo he visto. Yo mismo me he sentido así montones de veces. He sido Patroclo y he sido Ulises.
P. Y desde esa perspectiva escribe usted.
R. Yo escribo desde que soy Ulises.
Mi hecho narrativo es el soldado en territorio hostil que quiere volver a casa. El héroe cansado pero ya sin la fe, la ilusión: lo único que quiere es sobrevivir. Es como Alatriste, no mata por gloria ni por placer; mata porque matando vuelve a casa, sobrevive. Hay una lectura de los Alatriste que han hecho algunos idiotas, que no los han leído, evidentemente: que es un personaje que está glorificando la España imperial, defendiendo los valores militarotes de los soldados de los tercios. Y es justamente todo lo contrario. Alatriste es un tipo que está harto de todo eso: amargo, traicionado, cruel. De corazón turbio y oscuro. Un mercenario y un asesino que abomina de patrias, reyes y banderas. La España del XVII que describe es lúgubre muy a menudo. Creo que los libros más duros y agrios que se han escrito sobre la España imperial son los de Alatriste.
P. Un héroe cansado.
R. Todos los héroes que he conocido en mi vida estaban cansados. No he conocido a ninguno que no lo estuviera. No he sido nunca héroe pero he estado donde estaban los que llamamos héroes, y sé cómo son, lo sé muy bien. Es muy fácil ser héroe cuando tienes 20 años y crees en la patria, en el amor o en lo que sea.
Lo difícil es ser consecuente y pelear cuando no crees ni en la patria, ni en la bandera ni en nada, en cuatro amigos, cuatro recuerdos y en ti mismo. Solo me interesa el héroe que pelea cuando ya no tiene fe, por orgullo o por simple hábito. El lobo que mata sin hambre. El héroe inocente es un héroe completamente estúpido.
P. Cuando usted deja el periodismo, en 1994, deja una carta, de madrugada, en la sede de TVE... A lo mejor esa carta era una novela...
R. No quiero hablar mucho de ella, pero tiene el valor de un símbolo. Estoy en la cama durmiendo, me despierto y me digo: mañana ya no voy a ser periodista. Y me voy a las tres de la madrugada a TVE, escribo la carta allí, la firmo y la cuelgo en el tablón de anuncios, le mando una copia a Ramón Colom y me voy a casa.
Me sentí liberado. Como el que deja atrás un lastre que le pesa y le tira. Ya había acabado de escribir Territorio comanche, que fue como mi adiós preventivo.
P. Esta colección va a repasar sus obras. Vayamos, pues, a Territorio comanche.
R. Territorio comanche era una forma de decir: durante mucho tiempo habéis visto lo que había en el lado de la cámara que yo os mostraba. Ahora quiero que veáis lo que estaba al otro lado, lo que no habíais visto porque nunca os lo he contado. Mientras que El pintor de batallas era un libro hecho para mí, Territorio comanche era un libro hecho para los telespectadores de entonces.
Por eso juego con elementos que suponía que ellos ya conocían. Doy por sentadas muchas cosas. Después el libro tuvo la fortuna de mantenerse, todavía está y los periodistas jóvenes aún lo leen. Digamos que es la crónica que nunca salió en el telediario.
P. El libro que usted expulsa, por así decirlo. Luego hay libros que domina.
R. Sí, sí. En los demás está todo calculado.
P. La colección empieza con Alatriste. ¿Es una buena manera de entrar en su obra?
R. No es el más significativo, pero está bien que sea ese. Empiezan por ahí porque es el que más ha vendido en lengua española de todos mis títulos. Es uno de los más emblemáticos porque es un personaje conocido, una serie que está traducida en todo el mundo, se lee en los colegios... Después de diez años y seis novelas (estoy con la séptima), tiene un peso que hace que sea normal que los editores quieran empezar por ella. No porque yo lo haya decidido. Me lo propusieron y me pareció bien.
P. ¿Cómo surgió Alatriste?
R. Escribo un artículo a finales de los ochenta sobre el cuadro de Las lanzas, en el que hablo de una de las lanzas del fondo.
Soy lector de historia desde niño, por tanto, conozco bien la de España. Siempre se ha contado la historia de Espínola y de Guillermo de Nassau en plan caballeros y gentilhombres compadres. Pero el que hizo el trabajo sucio, los que pisaron barro y mierda, los que pagaron el precio de ese cuadro, es esa lanza de detrás a la que no se le ve ni la cara de quien la lleva porque lo tapan -y no es casualidad- los generales, el caballo y la bandera.
Como me he pasado la vida al fondo de esos cuadros, al de la lanza lo conozco muy bien, y sé que es quien hace de verdad el trabajo sucio y, a veces, en ello pierde su alma. Quería contar ese momento de la historia de España. Nos vendieron una historia imperial, gloriosa y heroica que estudiábamos en el colegio. Pero cuando lees la letra pequeña, la amargura que hay detrás, te das cuenta de que la España real nada tuvo que ver con aquella; que era mentira, barro, sangre, mierda, corrupción, ingratitud que pagan los de siempre...
P. Y nació Alatriste...
R. Decidí contar la historia de ese "siglo glorioso" con la mirada amarga de la lanza del fondo del cuadro. Y así inventé al capitán Alatriste. Es un ejercicio divertido, apasionante, pero también dolorosísimo.
Ahora estoy en el séptimo episodio, sumergido de nuevo en lo que fue aquella España, en lo que pudimos ser y lo poco que fuimos, lo poco que somos. Siempre en manos de los mismos: los curas fanáticos, los reyes imbéciles y los ministros arrogantes, incapaces y corruptos.
Como tengo todas sus novelas y artículos semanales, creo que le puedo conocer un poco, se asemeja a Alejandro Dumas,estoy segura que le hubiera gustado escribir sobre los tres mosqueteros.
Hay algo que no entiendo ni entenderé, su admiración por Julian Marias, y como yo muchos.
Quizás porque sea el polo opuesto a usted, pero Julian Marias no me gusta nada, es un baboso de las letras, parece tímido pero es un arrogante, usted es directo, chulesco, si que me parece un misogeno, obvia el trato con mujeres.Solo habla de reinas y princesas, o de alguna amante pero no de la mujer mujer, la que es como yo y muchas más, tiene un aire al Capitán Trueno, sueña con su Sigrid, pero está batallando eternamente.
Una cosa de usted que no me gusta, dejar constancia del valor con atributos masculinos, "Con dos Cojones" y ahora los que le imitan estan hablando como usted pero naturalmente en ellos suena más soez, el valor para usted es "con un par" y no es eso D. Arturo, el valor no es Con dos ni tres cojones, el valor es saber enfrentarse dia a dia a la vida, con un par, con dos y con uno.
Tengo un amigo, que como sabe que usted me gusta mucho me dice que parece un chulo de izquierdas, pero.....jamás se ha posicionado politicamente y debe hacerlo , en este caso CON DOS COJONES, Sr, Arturo, con dos,vaya con Dios, si él lo acepta.
Desde El capitán Alatriste a La carta esférica, desde El pintor de batallas hasta La reina del Sur. No hay una sola novela de Arturo Pérez-Reverte que no tenga que ver con su vida. Los lectores de EL PAÍS podrán coleccionar la obra del autor de El club Dumas desde el próximo domingo 3 de octubre. Veintitrés libros. Veintitrés semanas.
"Llevo veinte años amueblando el mismo territorio con mis libros"
"Esta colección me ha obligado a mirar atrás, algo que no había hecho antes"
"Cuando cuento aventuras, lances, me limito a recordar"
"Todos los héroes que he conocido en mi vida estaban cansados"
Comenzará la colección con un emblema de su obra, El capitán Alatriste. En esta conversación que preludia la publicación de todos los libros de Pérez-Reverte, el novelista y académico, que también fue periodista, explica cuál es el origen de su pasión por hacer novelas, por poblar el espacio de la imaginación con historias que han alcanzado récords de ventas y de lectores en todo el mundo.
Pregunta. ¿Cómo se siente cuando se presenta una colección tan completa de su obra?
Respuesta. Mis libros están en las librerías; por tanto, no se trata de rescatar. Lo que posiblemente permita esta colección es llegar a lectores que antes no me leían, que quizá no habían tenido ninguna curiosidad por mis libros o que por lo que fuera no se habían acercado a ellos. Son ediciones muy bonitas, de buena calidad, con un diseño precioso. Libros muy cuidados y bellos. Aparte de eso, puede que al lector veterano, al de siempre, el que me lee hace tiempo, le apetezca tener todos los libros en un formato potente, adecuado y homogéneo. Una colección con aspecto de tal.
P. ¿Qué reacción le produce esta agrupación de su obra?
R. Me han enseñado ya el conjunto de la colección y mi reacción ha sido de asombro: ¡Dios, cuántas cosas he escrito! Un escritor trabaja en su siguiente libro. Los anteriores ya no son ni tuyos porque no los lees, ni los revisas, ni vuelves a ellos. Se van alejando como a la deriva en tu memoria. Solo piensas en el nuevo libro que estás escribiendo.
P. Si hubiera que buscar una metáfora que agrupara la esencia de lo que le dice el conjunto de estos libros, ¿cuál sería?
R. Creo que llevo 20 años contando una misma historia. Amueblando un mismo territorio, mejor dicho. La metáfora es la del territorio. Un terreno, un lugar, que fui definiendo primero con lecturas propias, con vida, con viajes, con relaciones, con años (cumplo 59 en noviembre)... La metáfora seria "un territorio amueblado". Cada novela es como ir poniendo poco a poco un mueble detrás de otro en una casa que hace 20 años estaba vacía. Esta colección me ha obligado en cierto modo a mirar atrás, algo que no había hecho antes. Me ha obligado a considerar, a contemplar, desde el primer libro, El húsar, hasta el último, El asedio. Además, asociados a momentos de mi vida, a mi evolución también porque los libros se han ido moviendo conmigo. El resultado es igual a una vida amueblada con libros.
La frase de la publicidad con que se divulga la colección es Todo en mi vida está en mis novelas. Y es verdad. Son libros que han nacido de una manera de vivir. Tuve la oportunidad de vivir en lugares poco convencionales. Eso me dejó una manera de mirar, y esta obra es el balance de esa mirada. Supongo que en todo escritor lo es, pero esta es la mía. Reconozco mi pasado a través de estos libros. Creo que un lector concienzudo de mis libros me conoce bien.
Creo que soy de esos autores a los que es fácil conocer a través de sus libros. Hay autores que mienten -todos mentimos, evidentemente- pero hay otros que se velan más, que por diversas razones, de estrategia, de carácter, se velan tras sus libros. Otros son transparentes y los puedes conocer muy bien a través de ellos. Creo que soy de ese grupo, el de aquellos a los que es muy fácil conocer cómo son. Y ese lector concienzudo que ha leído toda mi obra de esa manera me conoce mejor que muchos de mis mejores amigos.
P. Juan Rulfo dijo que escribió Pedro Páramo porque quería leer un libro así. ¿Qué pulsión le hace a usted escribir historias?
R. Soy de ese tipo de autores que escriben libros que a ellos les gustaría leer. Y es lo que me hace feliz. Es lo que hace compatible trabajo profesional y placer personal; si no sería una pura disciplina de trabajo, de fichar horas.
Lo que hace que vaya más allá es que uno el placer personal con la obligación profesional. Nunca he sido consciente de para qué escribía. Lo hacía porque me apetecía, porque lo pasaba bien, me sentía cómodo, estaba a gusto... Aparte de eso, porque a partir de un momento vivía profesionalmente de ello y me proporcionaba una forma de vivir totalmente digna y agradable.
Ahora que miro hacia atrás con más serenidad, con la experiencia que te dan los años y el tiempo, me doy cuenta de que lo que realmente estaba haciendo era ordenar mi vida. Todas las novelas, aunque sean muy distintas entre sí, responden a un objetivo personal, a experiencias personales: a viajes, peripecias, trabajos, ilusiones, decepciones, a lo que amé, a lo que odié... Todas mis novelas son ajustes de cuentas con mi propia vida.
Es como si fuese ordenando mi vida por episodios. Cada libro publicado es una manera de calmar remordimientos, de ajustar cuentas -conmigo mismo también-, de recordar, de convertir en felicidad momentos amargos, de buscar la amargura en momentos que fueron felices. De vivir.
P. Es decir, que si no hubieran ocurrido esas incidencias a lo largo de su vida...
R. No sería novelista. Un novelista puro de verdad es Javier Marías, por eso siempre marco esas distancias con él. Novelista puro en el sentido de que es un artista que desde su propia fuerza intelectual está sacando afuera, generando un mundo narrativo singular. Eso es lo que para mí es realmente meritorio. Cuando yo cuento aventuras, peripecias, lances, estocadas, desastres, muertes, incendios, naufragios, bombardeos..., estoy limitándome a recordar. A contar cómo recuerdo y qué recuerdo me dejó esa vida. En ese aspecto, mi esfuerzo es más técnico que creativo. Más artesanal que artístico. Mi esfuerzo creativo consiste en manejar los medios que permiten combinar una realidad que ya viví y darle forma narrativa eficaz. Novelizarla.
P. Llega un momento en que, entre tantas batallas, tiros, persecuciones, usted para y escribe El pintor de batallas. ¿Qué significa, desde el punto de vista creativo y sentimental, ese nuevo énfasis, casi melancólico, en su obra?
R. En El pintor de batallas es la primera vez que hablo de mí mismo sin disfrazar. Lo bueno que tiene la ficción es que puedes hablar de ti mismo disfrazándote, tienes mil pretextos, mil perchas para colgar tu biografía, y nadie pregunta si es la tuya porque tiene bastante potencia por sí sola. Es cómodo porque puedes mezclar realidad con ficción, puedes distanciarte de lo que estás contando, puedes inventar sobre lo real y que parezca todo mentira. Puedes escribir La reina del sur diciendo que lo has inventado todo y nadie puede probar lo contrario. O puedes escribir un Alatriste diciendo que Alatriste no eres tú y la gente se lo cree, aunque sepas que en el fondo sí tienes más de Alatriste de lo que tú mismo reconoces.
El pintor de batallas es la única novela en la que he prescindido de esa cobertura, de esa coartada, de esa careta. He contado de verdad la rueda de mi vida, de mi mundo, de mi mirada, sin concesiones, de una manera absolutamente dura conmigo mismo. Si hay un ajuste de cuentas es con el protagonista, con mis remordimientos. Hice una novela con mis remordimientos, con lo que de noche me dejaba los ojos abiertos al recordar. Fueron dos años dolorosos, graves, de fantasmas, y no fue una experiencia que me gustara. No la quisiera repetir otra vez, pero me debía a mí mismo esa incursión. Fue la forma de decir: "Bueno, voy a ordenar también aquello a lo que no le meto mano en las otras y voy a meterme hasta el fondo".
P. Si se ve junta toda su obra hay un leitmotiv: los héroes solitarios y fatigados. Están en El club Dumas, en La piel del tambor, en La reina del sur... En todos los libros aparece un personaje al que le ocurren un montón de cosas y que generalmente está solo. Incluido Alatriste.
R. Sí, es cierto. Ese es mi héroe. Es el mensaje que me interesa. A todos nos marca lo que leemos de jovencitos. Hay algo que me marcó muchísimo. Estudiaba griego y traduje la Anábasis, de Jenofonte.
Y me marcó esa imagen del soldado retirándose por territorio enemigo en un medio hostil, sabiendo que únicamente tiene su escudo y su espada para defenderse y que si es derrotado no podrá llegar al mar ni a casa. Sabiendo que derrota significa aniquilación. Es la mejor metáfora de lo que es la condición humana, de lo que realmente es el hombre en el mundo. Ese tipo de héroe es el que interesa. Todo héroe que regresa está fatigado. No es lo mismo cuando va que cuando vuelve. Cuando va está lleno de vigor, es joven, es Aquiles, es Patroclo, es el joven que se va a la aventura, es El húsar. Pero todos los héroes que vuelven, después de incendiar Troya, de violar, de matar, de estar en el caballo de madera, de ensangrentarse, y de ver morir a la gente, están cansados. Solo quieren volver a casa y descansar. Y eso no me lo han contado, lo he visto. Yo mismo me he sentido así montones de veces. He sido Patroclo y he sido Ulises.
P. Y desde esa perspectiva escribe usted.
R. Yo escribo desde que soy Ulises.
Mi hecho narrativo es el soldado en territorio hostil que quiere volver a casa. El héroe cansado pero ya sin la fe, la ilusión: lo único que quiere es sobrevivir. Es como Alatriste, no mata por gloria ni por placer; mata porque matando vuelve a casa, sobrevive. Hay una lectura de los Alatriste que han hecho algunos idiotas, que no los han leído, evidentemente: que es un personaje que está glorificando la España imperial, defendiendo los valores militarotes de los soldados de los tercios. Y es justamente todo lo contrario. Alatriste es un tipo que está harto de todo eso: amargo, traicionado, cruel. De corazón turbio y oscuro. Un mercenario y un asesino que abomina de patrias, reyes y banderas. La España del XVII que describe es lúgubre muy a menudo. Creo que los libros más duros y agrios que se han escrito sobre la España imperial son los de Alatriste.
P. Un héroe cansado.
R. Todos los héroes que he conocido en mi vida estaban cansados. No he conocido a ninguno que no lo estuviera. No he sido nunca héroe pero he estado donde estaban los que llamamos héroes, y sé cómo son, lo sé muy bien. Es muy fácil ser héroe cuando tienes 20 años y crees en la patria, en el amor o en lo que sea.
Lo difícil es ser consecuente y pelear cuando no crees ni en la patria, ni en la bandera ni en nada, en cuatro amigos, cuatro recuerdos y en ti mismo. Solo me interesa el héroe que pelea cuando ya no tiene fe, por orgullo o por simple hábito. El lobo que mata sin hambre. El héroe inocente es un héroe completamente estúpido.
P. Cuando usted deja el periodismo, en 1994, deja una carta, de madrugada, en la sede de TVE... A lo mejor esa carta era una novela...
R. No quiero hablar mucho de ella, pero tiene el valor de un símbolo. Estoy en la cama durmiendo, me despierto y me digo: mañana ya no voy a ser periodista. Y me voy a las tres de la madrugada a TVE, escribo la carta allí, la firmo y la cuelgo en el tablón de anuncios, le mando una copia a Ramón Colom y me voy a casa.
Me sentí liberado. Como el que deja atrás un lastre que le pesa y le tira. Ya había acabado de escribir Territorio comanche, que fue como mi adiós preventivo.
P. Esta colección va a repasar sus obras. Vayamos, pues, a Territorio comanche.
R. Territorio comanche era una forma de decir: durante mucho tiempo habéis visto lo que había en el lado de la cámara que yo os mostraba. Ahora quiero que veáis lo que estaba al otro lado, lo que no habíais visto porque nunca os lo he contado. Mientras que El pintor de batallas era un libro hecho para mí, Territorio comanche era un libro hecho para los telespectadores de entonces.
Por eso juego con elementos que suponía que ellos ya conocían. Doy por sentadas muchas cosas. Después el libro tuvo la fortuna de mantenerse, todavía está y los periodistas jóvenes aún lo leen. Digamos que es la crónica que nunca salió en el telediario.
P. El libro que usted expulsa, por así decirlo. Luego hay libros que domina.
R. Sí, sí. En los demás está todo calculado.
P. La colección empieza con Alatriste. ¿Es una buena manera de entrar en su obra?
R. No es el más significativo, pero está bien que sea ese. Empiezan por ahí porque es el que más ha vendido en lengua española de todos mis títulos. Es uno de los más emblemáticos porque es un personaje conocido, una serie que está traducida en todo el mundo, se lee en los colegios... Después de diez años y seis novelas (estoy con la séptima), tiene un peso que hace que sea normal que los editores quieran empezar por ella. No porque yo lo haya decidido. Me lo propusieron y me pareció bien.
P. ¿Cómo surgió Alatriste?
R. Escribo un artículo a finales de los ochenta sobre el cuadro de Las lanzas, en el que hablo de una de las lanzas del fondo.
Soy lector de historia desde niño, por tanto, conozco bien la de España. Siempre se ha contado la historia de Espínola y de Guillermo de Nassau en plan caballeros y gentilhombres compadres. Pero el que hizo el trabajo sucio, los que pisaron barro y mierda, los que pagaron el precio de ese cuadro, es esa lanza de detrás a la que no se le ve ni la cara de quien la lleva porque lo tapan -y no es casualidad- los generales, el caballo y la bandera.
Como me he pasado la vida al fondo de esos cuadros, al de la lanza lo conozco muy bien, y sé que es quien hace de verdad el trabajo sucio y, a veces, en ello pierde su alma. Quería contar ese momento de la historia de España. Nos vendieron una historia imperial, gloriosa y heroica que estudiábamos en el colegio. Pero cuando lees la letra pequeña, la amargura que hay detrás, te das cuenta de que la España real nada tuvo que ver con aquella; que era mentira, barro, sangre, mierda, corrupción, ingratitud que pagan los de siempre...
P. Y nació Alatriste...
R. Decidí contar la historia de ese "siglo glorioso" con la mirada amarga de la lanza del fondo del cuadro. Y así inventé al capitán Alatriste. Es un ejercicio divertido, apasionante, pero también dolorosísimo.
Ahora estoy en el séptimo episodio, sumergido de nuevo en lo que fue aquella España, en lo que pudimos ser y lo poco que fuimos, lo poco que somos. Siempre en manos de los mismos: los curas fanáticos, los reyes imbéciles y los ministros arrogantes, incapaces y corruptos.
Como tengo todas sus novelas y artículos semanales, creo que le puedo conocer un poco, se asemeja a Alejandro Dumas,estoy segura que le hubiera gustado escribir sobre los tres mosqueteros.
Hay algo que no entiendo ni entenderé, su admiración por Julian Marias, y como yo muchos.
Quizás porque sea el polo opuesto a usted, pero Julian Marias no me gusta nada, es un baboso de las letras, parece tímido pero es un arrogante, usted es directo, chulesco, si que me parece un misogeno, obvia el trato con mujeres.Solo habla de reinas y princesas, o de alguna amante pero no de la mujer mujer, la que es como yo y muchas más, tiene un aire al Capitán Trueno, sueña con su Sigrid, pero está batallando eternamente.
Una cosa de usted que no me gusta, dejar constancia del valor con atributos masculinos, "Con dos Cojones" y ahora los que le imitan estan hablando como usted pero naturalmente en ellos suena más soez, el valor para usted es "con un par" y no es eso D. Arturo, el valor no es Con dos ni tres cojones, el valor es saber enfrentarse dia a dia a la vida, con un par, con dos y con uno.
Tengo un amigo, que como sabe que usted me gusta mucho me dice que parece un chulo de izquierdas, pero.....jamás se ha posicionado politicamente y debe hacerlo , en este caso CON DOS COJONES, Sr, Arturo, con dos,vaya con Dios, si él lo acepta.
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