Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

1 ago 2010

Romy Schneider Toda su corta vida fue en busca de una Felicidad que no encontró salvo en la Muerte.



Romy Schneider rechazó hacer una cuarta entrega, después de concluir EL DESTINO DE SISSI, aunque le ofrecían un cheque en blanco para volver a interpretar a la legendaria Emperatriz, en el cual la actriz podía añadir cuantos ceros quisiera. Romy ya por entonces deseaba darle a su carrera, a su vida un rumbo diferente, y...... !vaya si lo consiguió!.
Romy Schneider a partir de entonces, bajo la sombra de el amor de su vida, Alain Delon, de su protector Luchino Visconti, de Fellini y de los mejores directores franceses del momento, se convertiría en una de las actrices mejor consideradas de Francia, y a la vez del mundo entero. Reconocida actriz de teatro, donde cosechó las mejores criticas de su carrera, y una mujer de considerable belleza. Alguien dijo una vez, que de no haber existido Romy Schneider, habrían tenido que inventarla, pues su magnetismo traspasaba la pantalla, atrapaba y embelesa todo a la vez.



He querido rendir un pequeñísimo homenaje a ese personaje emblemático de Elisabetta Amalia Eugenia Von Wittelsbach, Duquesa de Baviera, Emperatriz de Austria y Reina de Hungría, que murió a los 61 años el 10 de Septiembre de 1898 en Ginebra, asesinada por el anarquista italiano Luigi Lucheni, con un punzón clavado en el pecho, dejando atrás toda una leyenda de amor, intriga y libertad, que aún hoy es recordada, aunque buena parte de esta devoción, se la debamos a las tres películas que Romy Schneider interpretó. Romy siempre será Sissi, y ambas, aunque eligieron caminos opuestos, tuvieron un final que mucho se acerca a la realidad mas cruel...... Ambas tuvieron un adiós que ni el viento mas fuerte, ni los cánticos mas bellos de una tierra dibujada para la música, pudieron llevarse, porque las dos permanecerán en los océanos del tiempo, como algo nuestro.

Cuando recuerdo a Romy se me vienen a la cabeza muchas cosas, el anuncio de su muerte: Yo, aquel día estaba en Paris de viaje de bodas y escuchamos por la radio la noticia. Me quedé inmovilizado, de piedra, no supe como reaccionar, yo creo que entonces mi esposa se dió cuenta de que grado de amor tenia al cine. También se me vienen a la mente algunas de sus películas, su cara de niña al comienzo de su carrera, siempre acompañada por esa súper-madre-protectora y por supuesto los tiempos de su romance con Delon, y mas concretamente cuando encauzó su carrera por vias intelectuales, con directores como Orson Welles, y Luchino Visconti. La belleza de esta actriz no es posible describirla sin pecar de exageración, debido a mi admiración y veneración por ella, pero es cierto, es muy difícil dibujarla físicamente, a veces es una niña seria, ausente, otras, es una hermosísima mujer, de un atractivo nada común, y con esas gotas de erotismo francés que tan bien Romy supo plasmar,. tanto en la pantalla, en el teatro y en los reportajes que le hicieron para muchas publicaciones francesas. Poseía el encanto de las sirenas, la sonrisa de cien Giocondas, y el brillo de una Venus de Milo, esperando ser consagrada como una deidad griega. Romy es la eterna sonrisa, es la laguna donde perdemos el control de nuestros sentimientos, y el espejo donde refleja como ninguna otra, su regia altivez de cortesana de mundo. Sus últimos trabajos son realmente históricos, son un resumen de su enorme categoría como actriz, y de la mujer intensa que vivía dentro de ella. Tiene películas inolvidables, papeles para recordar en los océanos de los tiempos, y material para empapelar toda la Plaza de Oriente de Madrid. Romy es a escala mundial un icono, como lo fué Audrey Hepburn, Marilyn o James Dean, con la salvedad de que ella pudo demostrar con creces que el estrellato no es un último escalón hacia la fama, hay mucho mas allá y no siempre es agradable la visión que nos encontramos.

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