27 ago 2010
COMPAÑEROS
COMPAÑEROS
De cara a la pared donde los sueños
los compañeros afligidos penan,
que es como ir desgranando contra el blanco
la frustración que guardan en las sienes
tiernas como los brazos de la amada
que fue a volar y nunca más se supo.
La amada fue a volar entre cristales
y en un descuido se quedó prendida
de cara a la pared como madera
comida en pleamar por las nereidas
que pueblan vigilantes la linde a medio hacer
de las desgracias que afligen a los compañeros.
¿Qué tiene la aflicción que yo no tenga?
¿Cuál es exactamente el límite de angustia
que soporta un cuerpo en pleamar desesperado?
¿Se ha medido eso, se puede comprobar,
tiene el dolor alguna luz que avisa?
Tiene el dolor alguna luz que avisa
cuando se alcanza exactamente el límite
y ya la pleamar lo abraza todo:
abraza los pulmones reventados,
los ojos que han salido sin permiso,
los extenuados brazos de la noche,
¿Abrazará la pleamar los sueños
de los compañeros que ahora penan
de cara a la pared como si nada?
¿Será la oscuridad la vencedora final
de esa extenuante batalla con las olas?
Los compañeros de cara a la pared
buscan en los recuerdos y se encuentran
un nido de jilgueros derramados
que alguna vez domaron al cielo enfurecido
y cruzaron el mar de cara a la pared
para después quedarse sepultados
entre alambres y sogas de cara a la pared
donde los compañeros penando por la amada
sufren, mas sin pedir explicaciones.
¿Sufren más sin pedir explicaciones
de cara a la pared, desfigurados,
testigos inocentes del abismo
donde la noche se comió los sueños?
¿Y será por eso que los compañeros penan?
¿Estará para eso la pared como un sino?
¿Será ese su misterio, su última cualidad?
¿Será que la pared les pertenece?
¿La herencia que tendrán sus allegados
será la cal, el polvo, el sufrimiento?
¿Será que hay compañeros que han nacido
para morir mirando a las paredes
en donde los recuerdos se confunden
y los brazos ensayan en lo oscuro
una aproximación a la ternura?
¿Será que así es el mundo para algunos:
paredes que nacieron solamente
para ser receptoras y testigos
del sufrimiento de los compañeros?
¿Será que hay compañeros que no tienen
derecho ni al amor ni a los abrazos?
De cara a la pared los compañeros…
Jose miguel junco ezquerra
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