Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

19 nov 2009

GUTI ES ESCRITOR....mmmm

Aunque no lo parezca, y yo no vea futbol, como todo cuando se repite y oyes acabas de saber algunas cosas, más bien algunos nombres, como el De Maradona, que va unido a su destrucción, creo que me enteré antes de sus excess que de su profesión.
Sé el nombre de jugadores y sus vidas de color de "rosa" porque así nos lo venden.
Iker Casillas , muchacho guapo normal y buen portero. Eso de ser portero de futbol que de ti depende que los otros no metan la pelota debe ser terrible, la soledad, los nervios, moverte lo justo y Parar para que no ga el narrador de ese cuento Goll goll si es España claro.
Ahora hay un Cristiano Ronaldo, nombre que jamás se me ocurriría decir si no lo oigo y leo todos los dias, me ocurrió con Beckam, guapo si que es pero nunca supe si era un buen jugador, se vestía con sus mejores galas para jugar, dos enormes brillantes en sus orejas. , luego una Limusina y su santa esposa de compras todo el dia, eso lo veo yo como más deseable para mi.
Estuvieron un grupito de Ronaldo y Ronaldiños que ni siquiera sé si jugaban en el mismo equipo, pero uno un dia aburrido se compró un castillo de nada.
Caprichitos de niños que nunca tendrían ni play mobiles ni consolas , solo un balón para jugar y mira por dónde con un balón se hicieron ricos y famosos.
Todos tatuados , festeros, y fiestas con señoritas de compañía que luego lo contaban en la tele.
Pero hay uno, uno que me llama la atención, un muchachito jovencito padre de familia y juguetón.
Guti es escritor



Una mañana soleada del mes de octubre Guti se presentó en la portada del Marca con un tatuaje gigantesco en el brazo, de elegancia señorial, y un titular muy zen: «Soy un Guti más humano, futbolero y cristiano».
Unas semanas después mandó a tomar por el culo al entrenador y se debió de estar cagando en Dios tantas veces seguidas por el campo que en Madrid ya hay quien dice que Kaká, esta temporada, es irrecuperable.

Guti arrastra fama cansina de genio incomprendido, un cliché que suele acabar con la carrera de quien se lo cree.
El primer deber de un entrenador al ver llegar a un adolescente genial y atormentado es mandarlo a hacer la pretemporada sirviendo coñacs en la taberna de su barrio.
Sin embargo a Guti se le ha perdonado hasta la histeria, como si fuese Maradona.
En 1998 vino a Pontevedra a jugar con la sub 21 un partido contra Suecia. Se mamó después del partido, como es natural, pero lo que poca gente sabe es que se mamó también la noche antes y acabó la fiesta con una pontevedresa que le presentó un amigo mío. Casi doce años después todavía hay quien anda por ahí pidiendo Guti selección.

El bar, templo del saber y refugio de viejos profetas, sentenció ya en los noventa lo que ahora citan los segurolas: «Las cosas de Guti».
Uno de los grandes fracasos del Madrid es haber soportado durante quince años a un futbolista con «cosas».
Hubo otros antes, como Me lo Merezco, pero al menos éste ganó cinco ligas seguidas antes de querer marcharse del campo porque le pitaban.
Guti, más sibilino, se ha hecho expulsar en los naufragios. Luego ha dado cierta luz y resuelto ciertos partidos, y descifrado pases sensacionales a cuentagotas, que es como se gana un mediapunta el favor de Las Gaunas, no el del Bernabéu.
En días plomizos, cuando la tarde no acompañaba, hacía un poco de viento y Guti no estaba para gestas, ha obsequiado partidos tan infames que una leyenda aseguraba que esos domingos era su mujer, Arancha de Benito, la que salía al campo a corretear con el 14.

Esta temporada se dijo que iba a explotar por fin. Probablemente no haya en toda la historia del fútbol nada más tremendo que escuchar que se acerca la temporada de madurez de un jugador de 33 años.
Pero él se puso a ello: se hizo dibujar algo parecido a la Capilla Sixtina en el brazo y abrió su alma en el Marca, que debe de ser como abjurar de Nietzsche en el Mercadona.
Ahora lleva un mes en la grada explotando. Le ha hecho unos coros a Sabina y acaba de decir que escribe «cuando estoy mal, cuando estoy triste, que creo que es cuando mejor escribo», así que uno de estos días se presenta con anteojos y foulard a llenar el vestuario de sonetos bajo la mirada alucinada de Cristiano Ronaldo.

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