Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

3 sept 2017

Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler reposan en una clínica de Marbella

La pareja se encuentra desde hace días haciendo ayuno terapéutico acompañados de Tamara Falcó.

Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler
Vargas Llosa e Isabel Preysler, la pasada primavera. GTRES

 

Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler pasan parte del verano en la clínica Buchinger de Marbella, uno de los refugios favoritos de los famosos y millonarios para descansar y ponerse a punto.
 El premio Nobel es un habitual del establecimiento desde hace muchos años y ahora ha convencido a su actual pareja de los beneficios de seguir esta terapia.
 Ambos están acompañados por Tamara Falcó, hija de Preysler, y también decidida a perder unos kilos tras sufrir un problema de tiroides como el escritor. 
Preysler no desea perder peso pero sí descansar tras un año lleno de largos viajes.
 Según el doctor alemán Otto Buchinger, creador de este método de adelgazamiento, el ayuno terapéutico ayuda a prevenir y curar enfermedades físicas y psíquicas. 
Los médicos del centro aseguran que así se garantiza: la prevención de factores de riesgo (sobrepeso, estrés, hipertensión); el tratamiento de enfermedades cardiovasculares y del aparato digestivo; trastornos metabólicos y desequilibrios del sistema inmunitario.
 A primeros de mes y antes de desplazarse a Marbella, la pareja estuvo en la costa azul.
 Aterrizaron en un avión privado en Niza, desde donde se trasladaron en helicóptero hasta el puerto de Saint-Tropez para embarcarse en el Lady Marina, propiedad del multimillonario suizo Sergio Mantegazza, quien posee una fortuna estimada en 3.000 millones, según Forbes.

Francisco Rivera dice adiós a los toros en la corrida Goyesca de Ronda y rodeado de los suyos

El diestro puso este sábado punto y final a su carrera después de más de dos décadas en los ruedos en la plaza en la que se vistió de luces por primera vez.

Proveniente de uno de los linajes más importantes del mundo de la tauromaquia y con más de dos décadas de experiencia como diestro, Francisco Rivera, hijo, nieto y biznieto de toreros, ha dicho este sábado adiós a los ruedos tras 23 años dedicados a una profesión que ha llevado en la sangre y que tantas tardes de gloria le ha dado. 
Para su última corrida, Francisco eligió, como no podía ser de otra manera la plaza de Ronda, en la que se vistió por primera vez de luces y en un corrida Goyesca que tiene un gran significado para el torero. 
"Para mi familia, y para el toreo en general, la Goyesca es el día más bonito del año", contaba en una reveladora entrevista en la revista ¡HOLA! de esta semana en la que posaba en exclusiva junto a su mujer Lourdes Montes. Junto a él compartieron cartel  El Fandi, Sebastán Castella, Miguel Ángel Perera y Cayetano, que quiso torear junto a su hermano en el que sería su último paseíllo. 
La tarde transcurrió con las emociones a flor de piel y tan solo se produzco un susto cuando en el segundo toro Francisco sufrió un revolcón del que se recuperó rápidamente. 
 En el tendido de la plaza rondeña se pudo ver a Lourdes, muy emocionada y con los ojos llorosos, que tuvo en brazos a la pequeña Carmen, a Eva González, mujer de Cayetano, y otros rostros conocidos como Agatha Ruiz de la Prada, Cari Lapique. Uno de los momentos más emocionantes de la tarde fue cuando Fran brindó el último toro, el sobrero, a su hija Cayetana, que le valió dos orejas.
 Después, tras cortarse la coleta, Cayetano sacaba en a hombros al homenajeado por última vez.
 

 

Ataviado con un traje de luces en terciopelo azul oscuro diseñado por su mujer, "el más bonito que he tenido nunca", reconocía el torero en la entrevista de ¡HOLA!, una pieza muy artesanal que quiere rendir un homenaje a los vestidos de goyesco antiguos, el hijo de Francisco Rivera y Carmen Ordóñez llegó al coso en un coche de caballos con su hija pequeña, que acudió vestida de goyesca con un traje blanco con madroños negros, para enfrentarse por última vez a una corrida en la que desde hace días se había colgado el cartel de "no hay localidades". 

 En su retirada también estuvo Cayetana, la hija mayor que el torero tuvo con Eugenia Martínez de Irujo. Aunque estaba previsto que su hermano Kiko Rivera estuviera con él en este festejo tan emotivo, a última hora tuvo que ausentarse por motivos laborales. "Hoy es vuestro día hermanos @cayetanorivera @f.r.paquirri me encantaría poder asistir pero por motivos laborales como ya sabéis no podré asistir. Os deseo toda la suerte del mundo vuestro hermano que os quiere", unas palabras llenas de cariño que el DJ publicó en su perfil de Instagram junto a una foto en la que aparecen Francisco y Cayetano.

‘Stilettos’ en Houston.................................... Boris Izaguirre

Ese tacón encarna el principio machista de que la mujer se viste para gustar.

Donald Trump y Melania Trump, se dirigen al helicóptero presidencial en la Casa Blanca, Washington D.C., rumbo a Texas para evaluar el daño causado por el huracán Harvey el 29 de agosto.

Mi mamá, que era bailarina, me decía que lo primero que se fijaba en alguien, hombre o mujer, era en el calzado. 
“Mami, ¿y por qué?”, preguntaba. “La manera en que te calzas, dice mucho de ti. Si eres descuidado, tus zapatos lo delatan
. Si eres una persona honesta, seria, tus zapatos también lo enseñan. Si eres pobre, intentas que el calzado sea más rico.
 Si eres rico, a veces ostentas.
 Y si eres nuevo rico, te refugias en los logos porque crees que te aportan seguridad”. 
Belén murió de cáncer hace cuatro años pero puedo imaginar qué le habrían parecido los stilettos de Melania Trump para acompañar a su marido en la visita a la zona catastrófica en que ha quedado convertida Houston, la cuarta ciudad de los Estados Unidos.
 No lo habría aprobado, como casi el mundo entero, pero me habría dicho algo: “Esa señora vive en otra realidad”.
 El stiletto es una elección complicada.
 Esencialmente femenino, pero poco feminista, infiere una especie de tortura a quienes lo visten y parece pensado para sostener ese principio machista de que la mujer se viste para otros, para gustar. Todo es debatible, pero lo que no tiene defensa es presentarse en esa zona de dolor y destrucción, tras el paso del huracán Harvey, siendo primera dama y supuestamente alguien que viene a ofrecer ayuda, con esos tacones. 
Así calzada, Melania indica que no se entera.
 Guapa, fanática de DelPozo, todo lo que quieras pero vive, efectivamente, en su realidad de millonaria que no toca la calle, va de la limo a la moqueta. 
Afortunadamente, la estilista que la vistió para esta visita solidaria, le puso unas gafas de aviador, bomber verde militar en plan Top Gun y consiguió así un impecable aire de película de acción aeronáutica y romance. 
¡Cómo hemos cambiado en los 20 años que Lady Di no está con nosotros! Antes, Diana de Gales se ponía una camisa sin mangas para visitar zonas afectadas por minas antipersonas o un blazer rojo para atender enfermos de Sida. 
Ahora, su lugar lo ocupan la bomber y los stilettos de Melania.
La visión conjunta de los Trump en modo solidario, ahogó cualquier esperanza.
 Una calamidad que se sumaba al desastre natural, confirmando que son un matrimonio de millonarios que gobiernan a golpe de talón. Y de asesores, quienes tras el desaguisado, los devolvieron al Air Force One y convirtieron ese avión en un nuevo ¡Cámbiame!
  En la siguiente parada, Tulsa, le pusieron a Melania unas zapatillas blanco nuclear, camisa blanca con el cuello levantado, pantalones caquis y una visera, el típico atuendo que los ricos se ponen para ir al club de golf o cuando hacen una barbacoa para sus empleados.
 Por cierto, los Trump necesitan estar más al aire libre. Melania está más gruesa.
 La mudanza de Manhattan a Washington le ha disparado la ansiedad. Esperemos que al estilista del segundo cambio le asciendan en la Casa Blanca. 
Podrían ponerlo de portavoz. 

El presidente francés Emmanuel Macron en Bulgaria el pasado 25 de agosto.  
El presidente francés Emmanuel Macron en Bulgaria el pasado 25 de agosto. REUTERS
Antes de este desaguisado, se hablaba de los gastos en maquillaje del presidente de Francia. 
Se alzaron las manos al cielo al saberse que Macron habría gastado 26.000 euros en maquillaje, en tres meses.
 Pues hay que reconocer que la cosmética es una de las principales industrias francesas, la segunda industria exportadora después de la aeronáutica. 
Si Luis XIV reinó a golpe de talco, pelucas y las sinfonías de Lully, ¿qué hay de malo que un presidente de la República se gaste unos miles de euros en maquillaje?
 Las marcas francesas te dejan la piel más luminosa. Ni que decirte que las brochas francesas, por más que la materia prima sea española, tienen ese je ne sais quoi que aporta seguridad.

 Es probable que Isabel Pantoja invirtiera una buena cifra en el maquillaje a prueba de agua que lleva en sus fotos para el ¡Hola!. ¡Las instantáneas son el regreso de Pantoja a la actuación!

 Me encantaría conocer al dramaturgo que ideó ese homenaje a la princesa Diana pero en las carnes de la Reina de la Copla. Enternece el mini trampolín sobre el cual Pantoja se transforma en una Lady Di, más terrenal. 

Mientras Diana colgaba sus pies como si estuviera en el borde del acantilado, Pantoja recoge sus pies para no hacerse daño con el borde caníbal de su trampolincito. 

Tenemos 20 años por delante para que Pantoja consiga un trampolín a su medida.

León ya ha encontrado su santo grial.................. Elena G. Sevillano

Una investigación asegura que el cáliz medieval de doña Urraca expuesto en San Isidoro

es la copa de Cristo. Los historiadores la califican de fraude.

El cáliz de doña Urraca, en el museo de la colegiata de San Isidoro, en León.
El cáliz de doña Urraca, en el museo de la colegiata de San Isidoro, en León.
Hace tres años que la estrella de la colegiata de San Isidoro, en León, ya no es su afamado panteón real, conocido como la capilla sixtina del románico por sus espectaculares murales. 
Le ha robado protagonismo el cáliz de doña Urraca, una enigmática joya de la orfebrería medieval que ha pasado de exhibirse en una vitrina con el resto del tesoro del museo a brillar en solitario. 
Los visitantes se la encuentran ahora, entre exclamaciones de admiración, en el centro de una sala, protegida por cristales antibalas y cuidadosamente iluminada desde todos los ángulos.
Muchos de los turistas creen estar ante el mismísimo Santo Grial. Otros se toman con más cautela las explicaciones de la guía.
 “No digo que el origen no sea del siglo I, pero eso de que hayan acreditado que es el cáliz de la última cena...”, dice Julián, un visitante que acaba la frase arrugando la nariz.
 Un libro publicado en 2014 por una profesora de historia medieval y un historiador del arte es el responsable de que las visitas a San Isidoro crecieran un 27% ante la posibilidad de contemplar la mayor reliquia de la cristiandad.
 Aseguran haber demostrado, con “asepsia científica”, que el cáliz de doña Urraca esconde la mítica copa.
Su trabajo, sin embargo, se enfrenta a acusaciones de fraude por parte de medievalistas y arabistas tanto españoles como extranjeros, que han publicado críticas feroces a Los reyes del Grial, el ensayo en el que Margarita Torres y José Miguel Ortega han plasmado su investigación histórica.
 En la última, de hace apenas unas semanas, el arabista del CSIC Luis Molina les acusa de “groseros errores” al interpretar textos árabes. 
Tan “estridentes” que, asegura, no se pueden atribuir “únicamente a la ignorancia o la despreocupación por la verdad”.
 “El interés en forzar la traducción, en retorcerla y torturarla hasta que diga lo que se quiere es evidente”, añade el especialista de la Escuela de Estudios Árabes de Granada.
 
Visita al Panteón de los Reyes, en la Real Colegiata de San Isidoro (León).
Visita al Panteón de los Reyes, en la Real Colegiata de San Isidoro (León).
Torres y Ortega aseguran estar muy tranquilos. Se toman las acusaciones “a risa”, dice Torres. Defienden que el grial lleva casi diez siglos escondido en León. 
Oculto, pero a la vista. 
Según su trabajo, que califican de “definitivo”, el cáliz que antaño se custodiaba en la Iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén viajó primero a Egipto y después, a mediados del siglo XII, el califa fatimí se lo envió al emir de la taifa de Denia como regalo de agradecimiento.
Egipto sufría una grave hambruna por una sequía extrema y el entonces califa, Al-Mustansir, pidió ayuda a las taifas. 
Solo Denia le respondió fletando un barco con víveres. El emir, a cambio, pidió que le mandaran la reliquia cristiana, porque quería congraciarse con el entonces gobernante más poderoso de la península Ibérica, Fernando I, rey de León, padre de la infanta doña Urraca.
La copa de Jesús sería, por tanto, un sencillo cuenco de piedra de ónice que Urraca, para protegerlo, habría entregado junto con sus joyas al orfebre que diseñó el cáliz que se conserva en San Isidoro. Se trata de la parte superior, tal y como explica la guía del museo —que evita hablar de “grial” aunque da por buena la investigación de Torres y Ortega—, que quedó a la vista pero a la vez cubierto por una lámina de oro “para que jamás ningunos labios tocaran el vaso original”.