Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

30 jun 2013

Hanna Arendt

Hannah Arendt, filósofa, pensadora y periodista, judía y exiliada en los Estados Unidos, es enviada a Jerusalén por The New Yorker a cubrir el jucio del criminal de guerra nazi Adolf Eichmann, quien es juzgado y condenado a muerte
. Durante cuatro años, Hannah trabaja, marcada por la controversia, escribiendo un libro titulado “Informe sobre la banalización del mal”, el cual provoca inmediatamente un escándalo internacional.

Hilda Stern, Cohen

La poesía y la prosa recogida de Hilda Stern, Cohen se han publicado en el original alemán
. Una publicación en idioma Inglés se publicará en septiembre de 2008 por Dryad
Pulse debajo de las palabras del título que arda dentro de mí: la fe, valores de supervivencia.
Más información en: www.DryadPress.com
Genagelt ist meine Zunge: poesía y prosa por un superviviente del Holocausto
En 1997, tras la muerte de su esposa de casi 50 años, el Dr. Werner Cohen descubrió una serie de cuadernos destrozados en la parte inferior de un cajón de su casa en Baltimore, Maryland.
  Los cuadernos contenían alrededor de 150 poemas y una serie de textos en prosa en alemán que su esposa, Hilda popa Cohen, nunca había compartido con él. Página a página, se transcriben los cuadernos, el descubrimiento de un escritor de talento y la obtención de nuevos conocimientos sobre la experiencia de su esposa como un niño en Alemania y como una mujer joven en el gueto de Lodz y Auschwitz.
Buscando una manera de traer el trabajo de Hilda popa Cohen a la atención del público, Werner Cohen, él nació en Essen, Alemania , se acercaron al Centro Cultural Goethe-Institut/German en Washington, DC, que rápidamente reconoció la extraordinaria calidad literaria de la obra , así como su importancia histórica. Luego vino un contacto con el Centro de Investigación de Literatura del Holocausto en la Universidad de Giessen , cerca de la pequeña localidad de Nieder-Ohmen, hoy una parte de la población de Mücke en el estado alemán de Hesse , donde Hilda Stern, nació en 1924. Gracias a este conjunto de circunstancias, los textos, que las ventanas abiertas en una lucha de la mujer joven judío alemán de curar las heridas causadas por los nazis, ya han sido publicados.
En 1945, Hilda popa llegó como refugiado en la Alta Austria, donde esperó a emigrar a los Estados Unidos. El 21-años de edad, mujer judía alemana había perdido a sus padres y abuelos, pero sobrevivió el gueto de Lodz y Auschwitz.  
Durante los meses que Hilda esperamos en el Lakeside Resort ciudades de Gmunden y Kammer-Schörfling, Austria por su visa para Estados Unidos, que escribió poemas y pensamientos en lo cuadernos que pudo encontrar: las cosas que había escrito anteriormente, así como los nuevos poemas que expresan sus sentimientos acerca de la vida en el ni-aquí-ni-no de las instalaciones de las personas desplazadas.  
Una vez en los EE.UU., Hilda siguió escribiendo, pero luego dio en gran medida hasta que, junto con su alemán nativo, como parte de su adaptación a una nueva vida.
El título del libro está tomado de un poema en el que Hilda Stern, Cohen se lamenta amargamente de cómo su propio sentido del yo está ligada a una lengua y una cultura que trató de destruirla.  
La publicación trae un autor recién descubierto a la atención del público, enriquece la tradición literaria alemana, y mejora el diálogo judío-alemán.

Katharine Hepburn, la actriz eterna

Cuando se cumplen 10 años del fallecimiento de la actriz, recordamos la carrera cinematográfica de una de las intérpretes más indomables de Hollywood.

Un retrato de la actriz, fumando sobre un sillón orejero. / alfred eisenstaedt (getty)

A Katherine Hepburn (1907, Connecticut) se la conoce porque ganó cuatro Oscar, por su (lóngevo) romance con Spencer Tracy y por ese aspecto de atleta capaz de destacar en cualquier papel, sin importar su ascendencia o su aspecto.
Hepburn no era sólo un camaleón o una intérprete de talento descomunal sino una actriz excepcional, empeñada en vivir contra Hollywood.
Ya desde sus inicios, pateándose las tablas de Broadway, se empeñó en aparecer sin maquillaje, hablar sin filtro y vestir como si el glamour le importara un pito.
 Posiblemente ese aspecto rebelde, potenciado por un cuerpo de rasgos masculinos (herencia de una infancia marcada por la muerte de su hermano) y su alergia por la prensa, fue lo que la llevó a ganarse las enemistades de algunos de los estudios más poderosos de la meca del cine a los que llevaba por el camino de la amargura.
Negando una y otra vez su estatus de estrella se llevó su primer Oscar, Gloria de un día
. Luego (por el mismo atajo impracticable que habría hecho despeñarse a cualquier actriz que lo hubiera intentado) se hizo con tres estatuillas más, apeándose de la fama cuando le daba la gana para volver a Broadway.
Hepburn era la hiperactriz, una criatura con cuerpo de palo, aparentemente frágil, que se merendaba a sus partenaires artísticos sin necesidad de cubiertos.
Más alargada que alta, la Gran Kate (como solían llamarla) protagonizó obras maestras como La fiera de mi niña, Historias de Filadelfia, La costilla de Adán o La reina de África y eclipsó a monstruos como Cary Grant, Humphrey Bogart o Elizabeth Taylor.
 Su reino, como el de aquel otro Mesías, no era de este mundo y su clase, huelga decirlo, tampoco.
Ninguna actriz supo llevar los pantalones como ella, ni lucir la picardía o el sex-appeal con tal indiferencia que al final uno acababa planteándose si aquello formaba parte de una persona distinta, que convivía con aquella actriz para el que los hombres eran poco menos que compañeros de género.
 Esa extraña alquimia que punteaba sus actuaciones la convirtió en un icono a perpetuidad y el referente de docenas de aspirantes al trono hollywoodiense.
De sus años dorados (de 1938 a 1957) se recuerda su voluntad de hacer lo que le apeteciera, sin ceder jamás a otra cosa que no fuera su propio deseo.
 Pocas actrices en la historia del cine pueden presumir de haber cabreado a tantos sin miedo a las consecuencias
. Posiblemente por eso, por esa personalidad sin tapujos, la Hepburn sigue siendo hoy en día una de esas mujeres que son más grandes que su propia leyenda: una actriz que tenía ángulos en lugar de curvas y cuya carrera se construyó a base de pico y pala.
 Una actriz irrepetible.

 

Muere el fotógrafo Bert Stern, famoso por sus imágenes de Marilyn Monroe

El fotógrafo Bert Stern, ante una imagen de Marilyn Monroe. / Neilson Barnard (AFP)

Conocido por fotografiar a Marilyn Monroe seis semanas antes de su muerte, Bert Stern falleció el miércoles en su casa en Manhattan, Nueva York, a los 83 años.
 La noticia la confirmó su esposa, la directora de cine Shannah Laumeister, de 43 años, quien se casó con el fotógrafo en 2009 y que por razones de privacidad lo mantuvieron en secreto, según ha informado la agencia de noticias AP. Stern había pasado unos días en el hospital por encontrarse mal pero regresó a casa "porque los médicos no encontraron nada", según Laumeister.
En 1962, Stern tuvo la oportunidad de realizar centenares de fotografías a la actriz  Marilyn Monroe en el hotel Bel Air de Los Ángeles
. El reportaje fotográfico incluía imágenes de la actriz desnuda y semidesnuda encargado por la revista Vogue. Unas imágenes que han pasado a la historia porque se realizaron fechas antes de que la actriz falleciera de una sobredosis en esta ciudad.
 En la sesión Stern disparó su cámara hasta conseguir algo más de 2.500 imágenes, algunas de ellas censuradas por la estrella del celuloide. El fotógrafo seleccionó una serie que fue publicada en 1982 en el libro The Last Sitting.
 El resto de las imágenes se dieron a conocer  en 2000 en Marilyn Monroe: The Complete Last Sitting. En un documental de la realizadora Shannah Laumesteir sobre el fotógrafo (Bert Stern: Original Mad man), Stern contaba:
 "Tener a Marilyn Monroe en la habitación de un hotel solo pasa una vez en la vida, aunque la habitación esté convertida en un estudio".
Su esposa ha reivindicado la parte artística de Stern: "Siempre será recordado como alguien que amó a las mujeres, que amó hacer fotos y sentir de una manera intensa las cosas que se ponían frente a su cámara.
Sus imágenes vivirán para siempre. Las que hizo a Marilyn Monroe van más allá de la simple fotografía, son arte".
Stern fotografió durante su carrera a grandes estrellas del cine y la literatura como Audrey Hepburn, Elizabeth Taylor y Truman Capote
. "Era un fotógrafo innovador, tanto en el sector comercial como con modelos y famosos
. Era uno de los mejores", ha dicho Bruce Barnes, director del Museo de Fotografía y Cine George Eastman House (Rochester, Nueva York), en el cual se iba a presentar el único documental elaborado por Stern al final de la década de los cincuenta sobre el Festival de Jazz de Newport: Jazz on a Summer's Day, según informa The Huffington Post.
Nacido en Brooklyn, Stern formó parte de una generación de fotógrafos - entre los que estaba Irving Penn y Richard Avedon- que fueron conocidos por sus imágenes depuradas y seductoras. "Aunque él no era tan conocido, encaja en este grupo que revolucionó la forma de mirar y retratar a los famosos", ha dicho Jessica Johnson, trabajadora del George Eastman House.




 El funeral está programado para hoy en la capilla Frank E. Campbell de Nueva York.