Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

28 ago 2011

Soy tan solo un poema.

Yo no existo.
Soy tan solo un poema.
Un verso enamorado.
Una palabra que se cierra
a la visión ordinaria de la vida
para empezar su creación
desde una sola letra
y compartir su luz
contigo si lo deseas.
Todo lo hasta aquí escrito
no tiene sentimientos.
Son apenas sus cimientos.
Todo lo hasta aquí amado
tuvo poco fundamento.
Se lo ha llevado el viento.
Se llevó a la mariposa
que se consumió abrasada
en el ara de la luz nocturna.
Sólo ella volaba
sobre la alba presencia
de mi tenue luz,
sobre su llana planicie,
batiendo como loca sus alas,
de modo que semblaban
no uno, sino dos pares.
El viento
le lleva mi verbo
y, al escucharlo,
su boca
como el azafrán despunta
y sus hebras
arracan brillos de marfil
a la tarde.
Decae el sol,
como lagarto
que repta al suelo,
transformando
el azul en añil,
dándole la última dentellada
a la ausente luna.
Mi gemido de amor
ha inundado la tuya.
Pero, yo, no soy nada.
Yo, no existo.

25 ago 2011





Hay libros que parecen inspirados por las hadas, que cautivan al lector con historias aparentemente sencillas y que sin embargo no lo son. Que la complejidad adopte una apariencia simple, delicada, amena e incluso expectante es un trabajo de altura que ha logrado la escritora francesa Muriel Barbery en esta novela.

La Elegancia del Erizo es la crónica de la vida de dos mujeres, una niña y la portera del edificio donde viven, que optan por camuflar su inteligencia, su cultura e inquietudes. Lo hacen desarrollando el rol que se espera de ellas: el de una niña de 10 años un tanto críptica y el de una portera que se pasa la vida viendo televisión y ejerciendo los tópicos propios de su oficio. El tratamiento que de ellas hace Barbery es el de dos cenicientas cuyo encanto no reside precisamente en su físico, sino en la riqueza de sus personalidades formadas al margen de los convencionalismos y apoyadas en la cultura. De ahí la definición de “La elegancia del Erizo” que hace Paloma referida a la señora Michel, “por fuera está cubierta de púas, una verdadera fortaleza, pero intuyo que, por dentro, tiene el mismo refinamiento sencillo de los erizos, que son animalillos falsamente indolentes, tremendamente solitarios y terriblemente elegantes”.

En este cuento las princesas son felices bajo su apariencia insulsa y vulnerable, y no anhelan más que seguir viviendo tranquilas bajo sus caparazones. Es un punto de partida fantástico, aderezado con reflexiones aparentemente sencillas pero de gran calado intelectual y vital. Esas páginas son las que van enganchando al lector a una filosofía despojada de artificio y apegada a la vida que aparece en el “diario del movimiento del mundo” y en ese compendio de “ideas profundas”, en el caso de Paloma, la niña; y también en las reflexiones de la portera en torno al cine japonés, la pintura clásica o la literatura rusa; o en su sagacidad para determinar el talante intelectual de una persona por cómo coloca una coma. Son regalos al lector por su expresión sencilla y “sedosa”, un epíteto por el que comparto gusto con la señora Michel, portera del edificio de la calle Grenelle.

Hay tramos de la novela que recuerdan fabulas muy al estilo de Amelie,(Discrepo totalmente) la película de Jean-Pierre Jeunet, pero esta no es una comedia romántica, ni una historia preciosista sin más. La novela está llena de matices y no se queda en la superficialidad efectista de cuan listas pueden ser sus protagonistas, sino que sus pensamientos y actos se encuadran en una realidad a la que se analiza y crítica, eso si, lejos de las meditaciones cartesianas y de la fenomenología que tanto desconciertan a la señora Michel. También hay un importante componente de crítica social, de disección de la nueva burguesía europea que ya empieza a utilizar el disfraz de la progresía, aunque sin demasiado éxito en su afán de disimulo.

Lo cierto es que La elegancia del Erizo se ha convertido en todo un fenómeno editorial potenciado por el boca a boca de los que han degustado sus páginas. Cuando se lee, se entiende porqué.

24 ago 2011

Las tres edades del amor

.Con su saga Manuale d'amore, Giovanni Veronesi parece haber encontrado una fórmula para el éxito con poder para sublevar al espectador no italiano -aunque también, por qué no, al italiano- con fobia por la vulgaridad romántica y la pervivencia estética de la fotonovela.
El molde parece una suerte de mutación audiovisual de lo que, en la España de los cincuenta, supuso el notable tebeo Florita: un mosaico de historias románticas, entre el humor y la fantasía sentimental, confeccionadas con un arte que no parece tener el rutinario Veronesi, pero orientadas -como las de Manuale d'amore- a perpetuar una serie de valores que, eufemísticamente, uno podría tildar de discutibles.
 La serie Manuale d'amore es un Florita a la medida del berlusconismo estético que -y he ahí lo singular- parece haber sido concebida como fantasía masculina y no como producto para el consumo femenino.
 En el imaginario de Manuale d'amore, la mujer es siempre voluptuosa, está disponible y suele imponer con agresividad sus apetitos.







"Hablar tanto de mí me aburre mortalmente"


MANUALE D'AMORE 3


Dirección: Giovanni Veronesi.






Intérpretes: Riccardo Scamarcio, Robert de Niro, Monica Bellucci, Michele Placido, Laura Chiatti, Carlo Verdone.







A diferencia de sus predecesoras, Manuale d'amore 3 limita su reiterada estructura de cuatro sketches a tan solo tres historias, correspondientes a las sucesivas edades del amor.
Carlo Verdone, que interpreta su papel de presentador de informativos con un pie en una aureola a Silvio Berlusconi y otro en una gestualidad modelo Valeriano Andrés, proporciona cierta chispa de viejo zorro de la comedia italiana en el segundo capítulo. Se hace más difícil de tragar el crepuscular strip-tease de un desubicado Robert de Niro. Lejos de las gratificaciones epidérmicas que reciba el público italiano frente al espectáculo de su star system de última hora, Manuale d'amore 3 parece aquí un extraño objeto venido de un universo paralelo donde rigen leyes muy tronadas en la ronda del amor.

El Jurásico empezó en Austria

Un clavo dorado en una zona de difícil acceso de los Alpes marca el inicio de la popular era geológica .
. .A pesar de que el Jurásico es uno de los periodos de la historia geológica del planeta más populares entre el gran público (debido a sus dinosaurios y a la película Parque Jurásico) su definición científica distaba de estar concluida. La definición formal de la base del Sistema Jurásico se concretó el pasado sábado con la instalación de un clavo dorado en una zona de difícil acceso de los Alpes austríacos de hace 199,6 millones de años.






Tras numerosos estudios multidisciplinares y sucesivas votaciones entre las seis secciones geológicas candidatas a albergar el estratotipo internacional (tres en Norteamérica y tres en Europa), la comisión correspondiente de la Unión Internacional de Ciencias Geológicas optó por elegir como criterio de reconocimiento mundial la aparición de una especie concreta de ammonites (Psiloceras spelae, el fósil de un molusco cefalópodo) en la sección de Kuhjoch, en las montañas cerca de Innsbruck.



La ceremonia oficial de definición de esta línea de tiempo, datada en 199,6 millones de años, tuvo lugar el sábado en los Alpes tiroleses con la presencia del presidente de la Comisión Internacional de Estratigrafía, Stanley Finney (Universidad de California-Long Beach); el presidente de la Subcomisión Internacional del Jurásico, Jozsef Palfy (Museo Húngaro de Historia Natural, Budapest); el ministro austriaco de Ciencia y Tecnología (Karlheinz Töchterle) y otras autoridades políticas y académicas.



El acto consistió en la inauguración de un monumento y la inserción de un clavo dorado en este nuevo nivel geológico (físico y conceptual) de referencia internacional. Esta práctica está inspirada en el clavo de oro puesto en 1869 en la última de las traviesas que unían las líneas del este y el oeste de Estados Unidos.



Del conjunto de estratotipos de límite, varios de ellos están situados en España, entre ellos el de la base del piso Aaleniense (serie Jurásico Medio: 175,6 millones de años) que se localiza en la sección de Fuentelsaz (Guadalajara). De la era cenozoica, otros tres estratotipos internacionales se sitúan en el País Vasco (Luteciense en Gorrondatxe, aprobado este mismo año por la IUGS; y Selandiense y Thanetiense en Zumaia).