Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

25 abr 2011

Bogart. The Man and Actor.

DIANA A PRINCESA DO POVO

La Boda del Año? del Siglo?

Parece que el hijo mayor de Diana de Gales y Carlos de Inglaterra se nos casa pronto.
Dicen que todo está preparado, es decir el Marco, la comida , los detalles, porque en Londres se parará el tiempo ese dia, todos mirarán al hijo de Lady Di, ese muchacho que era tan guapo, tan parecido a su madre, que pudo darse cuenta por la edad del suplicio de su madre, porque veía que ella creía haber besado un Príncipe y el Sapo continuó siendo lo que era, nada les unia, y no pienso que tuviera celos de la amiga íntima de su marido, ya dije que nunca me creí esa imágen de niña buena, no creo que ella buscara ser la propietaria de el zapatito de cristal.
Su muerte sigue estando llena de interrogantes, cuando lo más seguro es que fuera un desgraciado accidente un coche que choca y ella no muere al momento, todo eso hace que el pueblo Inglés la recibiera como a su reina. Ese reinó que se le negó con su divorcio, la trasladan con todos los honores que nunca recibió en vida.
Se recuerda su funeral en momentos de alegria, se la recuerda como una madre amantisima, y una joven que tenía ese poso de rencor, pero no creo que de celos sino por no tener una tarea real, por eso ella buscó a las gentes mas necesitadas, los lugares más pobres y le dieron el Título de Princesa del Pueblo.
Era guapa, muy guapa, y ese hijo que se le casa se parece mucho a ella, tanto que la novia queda de lado, es la boda del hijo de Diana de Gales.


Y supongo que de dónde esté sonreirá a sus hijos.

El pozo y las ruinas

Narrativa.
Si a la memoria no se la convoca, viene sola a veces tozudamente y trae consigo noticias difíciles de digerir.
De alguna manera de esto se trata en la novela de la escritora argentina Jimena Néspolo (Buenos Aires, 1973) El pozo y las ruinas.
De la memoria privada e histórica.
Y para ello Néspolo idea un método de composición acorde con la multitud de hechos sepultados, imágenes dispersas, fragmentos de diarios, inesperados abandonos, acontecimientos todos que el protagonista de esta novela debe reunir en una verdad dolorosa que al final le permita seguir viviendo, dolorosamente, pero seguir viviendo con la firme sensación de que su vida, y la vida, ofrece a la postre asideros de donde agarrarse para vivirla con la mayor lucidez posible.
La novela hace del caos de sucesos personales de su protagonista, el fotógrafo Segismundo Cabrera, una estructura narrativa de impredecible solidez.
 El fotógrafo trabaja para un diario y suele cubrir sucesos de contendidos sociales y políticos alrededor del mundo. Al regreso de uno de ellos, descubre que su mujer lo ha abandonado.
Comienza así un desolado peregrinaje por el presente más inmediato y por el pasado. Una voz omnipresente nos acompaña en ese itinerario.
Esa voz, más las páginas de un diario, nos dibujan el contexto social, cotidiano y sentimental de un hombre que va camino de acceder a una información capital para proseguir con su existencia: los años de la sangrienta dictadura argentina, las mujeres secuestradas, los hijos de esas mujeres nacidos en cautiverio, la compra de ellos, su adopción.
He leído esta novela con la sensación de que su autora ha apelado al único sistema de representación que su historia exigía: el mosaico de temas y asuntos urgentes que nuestra contemporaneidad nos plantea cada día.
 Obtiene así Jimena Néspolo una tan hermosa como eficaz metáfora de la desilusión y la esperanza.
El motor de la historia, la dialéctica de la vida.