Marilyn Monroe
¿Quién no conoce a la maravillosa Marilyn Monroe? Esta cantante ya actriz estadounidense deslumbró al mundo entero en los años 50 con su belleza angelical y su desparpajo y sensualidad innatas. Considerada mundialmente un símbolo sexual y un icono pop del siglo XX, Marilyn se casó tres veces y se dice que tuvo una aventura con el presidente Kennedy. Por desgracia, Marilyn murió con tan solo 36 años a causa de una sobredosis de barbitúricos y dijeron que se había suicidado aunque esto nunca se llegó a probar.
Natalie Wood
La que fue protagonista de West Side Story, tenía muy claro a que se iba a dedicar y desde niña, Natalie Wood comenzó a hacer teatro. Muy pronto su carrera despegó gracias a su increíble belleza natural y la soltura con la que interpretaba todos los papeles, y, a la edad de 25 años, ya había recibido varios Oscar. Todo un talento natural que se truncó con su muerte prematura a la edad de 43 años, cuando se ahogó al caerse de su propio yate.
Elizabeth Taylor
Esta actriz de cine, teatro y televisión británico-estadounidense es más conocida por su nombre acortado Liz Taylor. Interpretó películas muy famosas que han perdurado en la historia como Cleopatra. Sus dotes para la interpretación dramática, su belleza y sus singulares ojos de color violeta hicieron que Liz se convirtiera en una de las actrices más emblemáticas de la historia.
Ganó tres Oscar y varios Globos de Oro en reconocimiento a su larga y exitosa carrera. Su vida privada se caracteriza por ser una de las más turbias.
Michelle Pfeiffer
Michelle Pfeiffer fue la actriz protagonista en la película Scarface en 1983. Ahí su fama despegó como un cohete sin frenos y ha sido galardonada en más de una ocasión. Michelle, que comenzó su carrera muy joven haciendo de modelo y apareciendo en series de televisión, ha sido considerada como una de las mujeres más bellas del mundo, y no es para menos, su belleza destaca en cualquier película en la que aparece.
Charlize Theron
Charlize nació en Sudáfrica donde comenzó su carrera artística como bailarina, por desgracia, con 16 años se lesionó un tobillo y no pudo continuar con su carrera, así que decidió mudarse a Nueva York y comenzar una nueva como modelo. Allí fue donde discutiendo con una cajera, un cazatalentos se fijó en ella y la metió en el mundo del cine. Tras protagonizar la película Species, su fama dio un saltó enorme.
Además su cara y sus grandes dotes de interpretación se lo pusieron muy fácil.